Creo que están siendo uno de los momentos más duro de mi vida: ver como bolita quiere comer porque tiene hambre y al probar los sólidos o los líquidos, llora desesperada porque le duele muchísimo las heridas, aftas o llagas en la boca. Cuando ves a tu hijo sufrir por una enfermedad es una situación que le parte el corazón a cualquier madre.
Como siempre pasa, el mejor aprendizaje como pediatra llega cuando la maternidad te hace que pases de la teoría de los libros a la realidad y te das cuenta que muchas de las recomendaciones que damos son muy difíciles de llevar a cabo.
Imagen obtenida de «Eres mi bebe» |
En los niños, la causa principal de las aftas son las infecciones virales. Los virus que más frecuentemente las producen son: el Virus del Herpes Simple (VHS) que produce la gingivoestomatitis herpética, el Coxsackie A16 que produce la enfermedad mano boca pie y el Coxsackie A que produce la herpangina. Todas estas infecciones van acompañadas de fiebre alta.¿Cuál es el riesgo de las aftas orales?
Las aftas orales son muy dolorosas, por tanto el niño no puede comer ni beber. Los riesgos principales son las bajadas de azúcar o hipoglucemia y la deshidratación. Por tanto, lo más importante es tratar el dolor y ofrecer líquidos azucarados. En el caso que sea imposible que tomen líquidos de ninguna de las formas puede ser necesario el ingreso hospitalario para administrar un suero intravenoso.
El tratamiento anterior es muy bonito escrito en el papel pero en mi caso fué difícil de hacer, así que mi mamá ya no es pediatra, agudizada por el ingenio de no querer que bolita acabase ingresada con suero hizo algunos inventos. Aquí os dejo mis trucos:
¡Hemos evitado el ingreso y bolita está casi recuperada!
Si quieres ver cómo actuar ante otras enfermedades visita primeros auxilios para padres.
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Las aftas del bebé son pequeñas vesículas o llagas dolorosas, de color blanco o rojizo, que se forman sobre las paredes de la boca del bebé o debajo de la lengua. A veces, tienen el tamaño de la cabeza de un alfiler y, en otros casos, son tan grandes como una pequeña moneda. Las aftas del bebé aparecen solas o en grupo.
Las aftas del niño pueden deberse a una hipersensibilidad a las bacterias que se encuentran normalmente en la boca del niño, a una infección de la amígdalas o a una falta de hierro, vitamina B12 o ácido fólico. En general, se curan espontáneamente al cabo de 7-10 días, o más, si son grandes.
Si, pasados unos días, las úlceras dan lugar a lesiones de color blanquecino, significa que el proceso de curación ya ha comenzado. Sin embargo, no hay que excluir que las aftas puedan aparecer en más ocasiones en el transcurso del año.
Para el tratamiento de las aftas del bebé, son completamente inútiles los antibióticos, así como los antiinflamatorios, que sólo se limitan a aliviar los síntomas. El pediatra, sin embargo, puede prescribir una solución antiséptica que hay que aplicar con un pincel en la boca. Si las aftas alteran mucho al niño, se le puede administrar paracetamol.
Puede que el niño no pueda limpiarse los dientes, debido al dolor, pero es muy importante que tenga la boca limpia, enjuagándosela después de cada comida. Además, para facilitar la curación de las aftas, hay que procurar que el niño no coma alimentos ácidos o salados. Sin embargo, resultan aconsejables los alimentos semilíquidos, como los batidos de fruta, zumos de verdura o quesos frescos, durante un par de días.
– Las encías del niño se hinchan y adquieren un color rojo o amarillo.
– Las aftas son numerosas (más de 4 ó 5).
– El niño tiene más de 38 ºC de fiebre.
– Tiene las encías rojas, blandas e inflamadas.
– No bebe bastante.
– Las aftas también han aparecido en los párpados y en los genitales.