Mi bebe no quiere fruta de ninguna manera: ¿Sabes por qué algunos bebés rechazan la fruta de repente?

Mi bebe no quiere fruta de ninguna manera: ¿Sabes por qué algunos bebés rechazan la fruta de repente?

¿Sabes por qué algunos bebés rechazan la fruta de repente?

Hay bebés que tomaban fruta muy bien y de repente la rechazan. ¿Sabes por qué? Te lo explico para que sepas cómo actuar y no empeorar la situación.

La conducta de los niños es un misterio. Especialmente durante la etapa en la que aún no pueden usar el lenguaje para expresar los motivos de lo que hacen.

Pero es un misterio que puede resolverse en muchos casos pensando en cuestiones simples.

En este caso vamos a centrarnos en una situación muy común. Escribo esto porque son muchos los padres que me lo han preguntado y creo que viene bien entenderlo. Es útil en esta situación concreta, bastante frecuente, pero también a modo de ejemplo para entender otras conductas, aparentemente incomprensibles.

Un bebé que ya tomaba fruta sin problema de repente la rechaza

Puede haber niños a los que les gustan más unos alimentos que otros.

Pero lo llamativo en estos casos es que inicialmente han aceptado muy bien la fruta. Puede que incluso lleven varias semanas tomándola.

Y un día de repente la rechazan.

No parece haber un motivo, pero vemos que el bebé es insistente en el tema. Dejamos de insistir, le damos otro alimento, como por ejemplo la leche, y la acepta sin problemas. Volvemos a probar con la fruta y vuelve a rechazarla. Y cada vez con mayor insistencia.

Una modificación de conducta tan brusca nos resulta muy llamativa. No entendemos qué ocurre ni qué es más adecuado hacer:

  • ¿Dejamos de insistir con la fruta y que coma lo que sí acepta?
  • ¿Insistimos en que la coma porque la fruta es un alimento importante?

¿Qué opinas tú?

Debo confesarte que durante muchos años no tenía clara la respuesta o estaba más a favor de la segunda opción. Pero es que en unos años mi visión de los niños ha cambiado.

Los niños no siempre escogen lo que les conviene. Pero en muchos casos tienen motivos más que justificados para hacer ciertas cosas. Si entendemos esos motivos podemos hacer las cosas de forma que superemos los problemas. Si no las entendemos podemos empeorarlos.

Cuando un niño rechaza la fruta de repente suele ser por dolor

Y qué tiene la fruta que pueda producir dolor:

  • De forma inmediata, acidez.
  • A medio plazo, fructosa.
Situaciones en las que un niño rechaza la fruta por su acidez:
  1. Aftas o llagas en la boca. Hay muchas infecciones vírales que pueden originar aftas o llagas en la mucosa de la boca. Algunas se acompañan de erupciones alrededor de los labios. Cuando es así es fácil suponer que pueda haber alguna lesión también en el interior. Pero en muchos casos las lesiones son escasas y sólo están donde no las vemos. Imagina qué le pasa a un niño que tiene un afta y que de repente toma fruta ácida. ¿No es normal que la rechace?
  2. Los dientes. Cuando los dientes salen las encías se están abriendo. Los receptores de dolor están hiperexcitados. Cualquier estímulo en ese momento puede ser más doloroso de lo habitual. Al tomar fruta ácida irrita las heridas de las encías que los dientes están abriendo al salir. ¿Es extraño que rechace la fruta en esta situación?
Situaciones en las que el bebé rechaza la fruta por intolerancia a la fructosa:
  1. En Intolerantes a la Fructosa. Hay personas que tienen un defecto que les impide digerir el azúcar de la fruta. La fructosa es un «azúcar doble» que nuestro intestino debe partir por la mitad para que pueda absorberse. Para eso usamos una enzima. Si no somos capaces de producirla en cantidad suficiente por un defecto genético, no podremos digerir y absorber ese azúcar. El resultado es que se queda en el intestino, es consumido por los gérmenes de nuestra flora intestinal que lo fermentan produciendo gases y ácidos que irritan la pared del intestino. El resultado es que al poco rato de tomar la fruta hay dolor de barriga y diarrea ácida. Si esto te ocurriese cada vez que tomas fruta, ¿no acabarías rechazándola?
  2. Tras algunas gastroenteritis virales se puede originar una intolerancia transitoria a la fructosa. En el punto anterior decía que hay personas que tienen un defecto genético que les impide digerir la fructosa. Pero en otros casos puede ser algo puntual. Si tienes una infección en el intestino y se altera la mucosa, la fructosa es digerida con una encima que se produce en la zona más expuesta, la superficie. Si esta superficie de la mucosa es barrida y perdemos la capacidad de digerir la fructosa (y la lactosa, el azúcar de la leche). Podemos recuperar esa capacidad en cuanto se regenera la mucosa. Pero es que la diarrea producida por la propia intolerancia puede mantener la mucosa dañada. Es la pescadilla que se muerde la cola. Estas diarreas ácidas suelen ceder en cuanto retiramos de la dieta del niño los azúcares que no digiere: Fructosa y Lactosa.

¿Qué hacer cuando un bebé rechaza la fruta de repente?

Una vez que entendemos mejor las razones del niño que rechaza la fruta, pensemos cómo actuar.

Evidentemente nuestro objetivo es que el bebé acabe tomando la fruta de nuevo.

Pero si hay un problema que produce dolor al tomarla, e insistimos, sólo conseguiremos que el rechazo a la fruta se haga cada vez más fuerte y duradero.

Lo adecuado es eliminar la fruta de su dieta mientras dure el problema y ayudar si podemos a que se resuelva la causa del dolor.

En la práctica lo que debes hacer en cada una de las situaciones que generan dolor al tomar fruta es:

  • Rechaza la fruta por dentición. Habitualmente los dientes crecen dando estirones. Suelen estar activos durante unos 3-4 días. Es la fase en la que van rompiendo encía para salir y en la que estará más sensible. Si vemos que un niño rechaza la fruta y tiene dientes saliendo deja de ofrecerle fruta hasta que veas que los dientes detienen su avance y un par de días más para que la encía se repare.
  • Rechaza la fruta por un afta o llaga. Lo normal en las infecciones que las generan es que estén saliendo llagas nuevas durante 2-4 días y tras eso tarden en curar otros 2-3 días. En total una semana más o menos. Para que las llagas molesten menos y se curen antes lo que parece dar mejor resultado son aplicaciones de ácido hialurónico. Lo que hace es formar una capa protectora sobre la lesión.
  • Rechazan la fruta con gases y diarrea ácida. En estas situaciones lo que recomiendo es que elimines la fruta y la lactosa (el pecho no tiene problema, si toma leche, sin lactosa, puede tomar yogur y queso) y le des un probiótico. Hacemos esto hasta que desaparezcan los gases y la diarrea ácida y una semanita más. Cuando pase este periodo vuelve a ofrecerle lactosa y fruta. Si al hacerlo empeora de nuevo elimínalas de su dieta un mes. Si al reintroducírselas en la dieta vuelve a empeorar consulta a su pediatra, porque tal vez, no se trate de una intolerancia pasajera.

Como os decía al principio del artículo, un niño no siempre sabe lo que le conviene. Pero sus reacciones no son por ello injustificadas, absurdas o imcomprensibles.

Insistir a un niño a que coma algo que rechaza no es nunca la solución.

Incluir la pelea sólo puede empeorar el problema. Empeorará la relación del niño con la comida y contigo.

Pero ¿Y si el niño simplemente está seleccionando la comida y rechaza la fruta porque prefiere otras cosas?

Esto es bastante frecuente. Pero ocurre porque ofrecemos al niño una dieta inadecuada.

Si tú ofreces a un niño lácteos azucarados es fácil que estos vayan suplantando progresivamente a otros alimentos que resultan menos apetecibles al niño.

La solución en estos casos pasa por 3 consejos simples:

  1. Confía en la capacidad de tu hijo de comer la cantidad necesaria. No hagas nada para que coma más. No suele funcionar y suelen ser soluciones contraproducentes.
  2. Elimina de la dieta del niño esos productos comodín que están suplantando a la comida. No le des más productos azucarados. Son caros, no aportan nada que no tenga una dieta variada y se cargan la dieta sana.
  3. Ofrécele comida variada pero en plato único. Es decir, no pongas primero, segundo y postre. Ofrece plato único. Y hazlo de forma que en conjunto haya variedad. Pero en cada comida ofrecemos un sólo alimento y de eso que coma la cantidad que quiera.

Haciéndolo así conseguirás sin pelear que tu hijo tome una dieta variada. Este es el objetivo, y lo haremos mejorando su relación contigo y con la comida.

A mi hijo no le gusta la fruta. ¿Qué hago?

El hábito de comer frutas no solo es bueno para evitar enfermedades cardiovasculares y la diabetes, sino también para evitar la obesidad infantil.

A muchos padres les preocupan de que a sus hijos no les gusta la fruta. Aunque comer fruta sea un hábito que debe ser adquirido desde que son muy pequeños en las papillas, hay muchas maneras de lograrlo cuando el niño sea un poco mayor.

Una de formas de estimular al niño a que coma fruta es tenerla siempre a la vista del pequeño, encima de la mesa, de la encimera o en la nevera, y si posible cortada en trocitos, para que los niños puedan comérsela a todas horas. Es aconsejable tener frutas de la época, son más económicas y tienen mejor sabor y calidad. Si vas a comprar fruta ya cortada y envasada, elige la que no tenga azúcar añadido. La fruta hay que comérsela tal cual, sin azúcar.

No se trata de convencer a los niños que las frutas son importantes en su alimentación y para su salud, se trata de convencerles a probar un trocito de fruta. Pero, ¿cómo conseguirlo? Los expertos en alimentación infantil coinciden en aplicar algunas estrategias:

1. Lo primero es el ejemplo. Si los padres o los hermanos mayores (si los hay) no comen frutas, el niño no va a querer probarla. El ejemplo es una motivación para los niños.

2. Insiste. Aunque el niño se niegue a comer un trocito de fruta hoy, no dejes de intentarlo. Día tras día, lo sigues intentando, con diferentes frutas. Muchos casos acaban convenciendo al niño a probar la fruta pasados los 20 días.

3. Compartir una misma fruta. Es decir, si vas a dar una manzana a tu hijo, pártela en la cantidad de gente que hay en su alrededor. SI está tu hijo y tú, solos, parte la manzana en dos, de manera que él se sienta en el compromiso de comer por lo menos su mitad de manzana. Puede que funcione.

4. Invita a tu hijo a cocinar y a participar en la elaboración de una receta con fruta. Pídele que pruebe la fruta en cuestión para saber si su gusto está bien. Esa es una forma medio ‘tramposa’ pero los niños se sentirán más motivados.

5. Cuando tu hijo se decida por fin comer alguna fruta, no les dé un premio por ello. Elogia su decisión y haz un plan de las frutas que más le guste.

Una de las recetas muy prácticas y ricas para estimular el consumo de frutas es tener siempre preparada una ensalada de frutas para los niños en la nevera. Si te apetece introducir la fruta en la dieta de tus hijos, sea en el desayuno, en el postre o en la merienda, esta ensalada de frutas puede representar un gran paso:

Para esta deliciosa receta necesitarás:

– 3 naranjas

– 2 manzanas

– 2 peras

– 2 plátanos

– 3 kiwis

– 2 cucharadas de miel

– También podrás añadir trozos de otras frutas como sandía, uvas, fresas, mango, etc.

Para empezar, se pela y se corta cada fruta en trocitos, disponiéndolos en una fuente. Se reserva una naranja para que sea exprimida sobre las frutas cuando estén cortadas, junto con la miel. Esta es una forma muy sencilla para sorprender a los pequeños de la casa. Las ensaladas de frutas también pueden ser acompañadas de una bola de helado o de algún sirope, en el postre.

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