Mi bebe se atraganta con la saliva: mi bebe se ahoga mucho con su saliva – Mamás Primerizas

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El reflujo gastroesofágico

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¿Qué es el reflujo gastroesofágico?

El reflujo gastroesofágico (GER, por sus siglas en inglés) es el ascenso de contenido gástrico (estomacal) al esófago.

¿Cuáles son las causas del reflujo gastroesofágico?

El reflujo gastroesofágico se debe a la debilidad del músculo del esfínter que conecta el esófago con el estómago. Todos los bebés tienen reflujo, en mayor o menor medida, y suele causarles molestias y diversos problemas. La mayoría lo supera entre los seis y doce meses de edad, pero en algunos casos les toma más tiempo.

 

¿Cuáles son los síntomas del reflujo gastroesofágico?

  • el niño regurgita la leche o la fórmula con frecuencia
  • se observan manchas de vómito o leche alrededor de la boca o en la cama una vez que el bebé se ha dormido
  • traga con frecuencia cuando no está comiendo
  • tiene hipo, tos y estornuda frecuentemente
  • tiene dificultad para comer, lo que se manifiesta de alguna de las siguientes maneras:
    • llora
    • se arquea
    • no quiere comer
  • jadea
  • tiene náuseas
  • se ahoga
  • tiene respiración sibilante (se le oye un silbido al respirar)
  • tiene dificultad para respirar
  • escaso aumento de peso
  • tiene congestión nasal

¿Cómo se diagnostica el reflujo gastroesofágico?

A la mayoría de los bebés con reflujo gastroesofágico se les diagnostica con base en los síntomas clínicos descritos anteriormente. En algunos casos, se pueden hacer algunas pruebas para diagnosticarlo. Las siguientes son algunas de las pruebas que se pueden llevar a cabo:

Estudio del conducto gastrointestinal superior o esofagrama (ingesta de bario) – En este estudio, se llena el estómago del niño con bario (un líquido espeso con poco sabor) y se toma una radiografía del tubo digestivo para medir la frecuencia e intensidad del reflujo.

Escintigrafía gastroesofágica – El niño ingiere un líquido que contiene contraste y se toma una radiografía del estómago para medir el tiempo que tarda en vaciarse y para evaluar el reflujo gastroesofágico. Los resultados están disponibles en 24 horas.

Monitoreo del pH esofágico – Se introduce una sonda pequeña y flexible a través de la nariz hasta el esófago, a fin de medir la frecuencia con que los ácidos estomacales regresan al esófago. El tubo se deja hasta por un lapso de 24 horas.

Endoscopia – Después de anestesiar al niño, el médico utiliza un tubo flexible con una luz en el extremo para examinar el esófago, el estómago o la primera sección del intestino delgado.

Broncoscopía – Después de anestesiar al niño, y generalmente al mismo tiempo que se hace una endoscopia, el médico utiliza otro tubo flexible con una luz en el extremo para ver si hay aspiración (presencia de contenido estomacal en los pulmones).

¿Cuál es el tratamiento?

Puesto que el reflujo gastroesofágico puede crear problemas para comer, respirar o subir de peso cuando ocurre con frecuencia, por lo general se recomienda que el bebé reciba un tratamiento. Existen varias opciones, por ejemplo, técnicas para darle de comer y sacarle los gases, posiciones para sostenerlo, sentarlo y acostarlo y también medicinas. En casos extremos, hay que operar.

La alimentación

Cuando le dé de comer, ya sea pecho o biberón, cargue al bebé erguido. Si usa biberón, sosténgalo de manera que la tetilla (chupón) esté siempre llena. Nunca deje al bebé solo con el biberón en la boca apoyado sobre algo.

No le dé demasiada leche; es mejor darle cantidades pequeñas con mayor frecuencia.   El médico puede hacerle recomendaciones más específicas sobre la mejor forma de alimentarlo.

Cómo sacarle los gases al bebé

Haga que el bebé eructe con frecuencia (de 2 a 5 veces cada vez que le dé pecho y después de haber tomado de ½ a 2 onzas si le da biberón), o según las indicaciones específicas que le haya dado el médico. La diferencia dependerá del tamaño del bebé y de la cantidad de leche que suela tomar.

Para hacerlo eructar, enderécelo y recárguelo sobre su hombro o póngalo boca abajo sobre sus piernas, con la cabeza más alta que las caderas. No lo siente sobre sus piernas para sacarle los gases, ya que esta posición causa presión en el estómago.

Posiciones recomendadas

Mantenga al bebé lo más erguido posible (es decir, con el torso más elevado que las caderas) durante un mínimo de 30 minutos después de darle de comer. Evite sentarlo después de comer, ya que esta posición causa presión en el estómago.

Algunos bebés también necesitan dormir en posición erguida. Si levanta la cabecera de la cuna para ponerlo en esta posición, será necesario utilizar un Danny Sling® que evite que el bebé se deslice mientras duerme. Es necesario que el médico lo recete para obtener uno.

Ropa

Evite ponerle pañales muy apretados o ropa que le apriete el estómago, la presión puede agravar los síntomas del reflujo gastroesofágico.

Medicinas

Es posible que el médico le recete un medicamento para reducir la producción de ácidos estomacales o hacer que el estómago se vacíe más rápidamente.

¿En qué circunstancias se debe llamar al médico?

  • el bebé gana poco peso o no sube de peso
  • se ahoga
  • regurgita más la leche
  • tiene un silbido en el pecho al respirar
  • tiene náuseas o dificultad para tragar
  • vomita sangre
  • sigue teniendo dificultad para comer
  • si se pone morado y flácido, llame al número para emergencias 911

Consejos adicionales

El bebé debe estar erguido el mayor tiempo posible. Los portabebés tipo cangurera, como los de la marca Snugglies®, funcionan muy bien para este propósito. Mantenga la cabeza del bebé apoyada en todo momento y no utilice ningún tipo de almohada ni soporte blando para mantenerlo erguido.

Por lo general no se recomienda el uso de asientos ni columpios de plástico porque presionan el estómago y pueden causar reflujo gastroesofágico. Los asientos de tela (refiérase al dibujo) son muy útiles para mantener al bebé reclinado a 30° con las caderas extendidas. Este tipo de asiento se puede comprar en una tienda que venda artículos para bebés.

Para promover el desarrollo normal del bebé, permítale jugar, tanto boca arriba como boca abajo, en el suelo o en un corral, pero observe si regurgita la leche. Conviene ponerlo a jugar justo antes de darle de comer o 2 horas después. No permita que el bebé se duerma cuando está boca abajo.

Evite hacer presión sobre el abdomen del bebé al cargarlo y al cambiarle el pañal trate de ponerlo de lado en vez de levantarle las piernas.

Si necesita llevar al bebé en automóvil, espere al menos media hora después de darle de comer.  Utilice un asiento de bebé que permita ponerlo tan erguido como sea posible, sin que la barbilla se apoye en el pecho.

Instrucciones adicionales:

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¿Tiene más preguntas?

Este folleto sólo provee información general.  Si tiene alguna pregunta, llame al médico.

Última revisión 4/2022

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Asfixia por aspiración (para Padres)

¿Qué es la asfixia por aspiración?

Cuando un niño se está asfixiando, significa que un objeto, generalmente un alimento o un juguete, se ha quedado alojado en su tráquea (la vía respiratoria). Cuando esto ocurre, impide que el aire pase con normalidad hacia y desde los pulmones, por lo que el niño no puede respirar bien.

La tráquea suele estar protegida por un pequeño pliegue de tejido llamado epiglotis. La tráquea y el esófago comparten un orificio común en la parte posterior de la garganta. La epiglotis actúa como si fuera una tapa, cerrándose sobre la tráquea cada vez que la persona traga. Esto permite que los alimentos bajen por el esófago e impide que bajen por la tráquea.

Pero, de vez en cuando, la epiglotis no se cierra lo bastante deprisa y un objeto se puede colar hacia la tráquea. Esto es lo que ocurre cuando alguien dice que algo “se le ha ido por el otro lado”.

La mayoría de las veces, el alimento u objeto solo obstruye la tráquea parcialmente, se expulsa tosiendo, y la respiración vuelve a la normalidad rápidamente. Los niños que se atragantan, parece que están empezando a asfixiarse y tosen pero siguen siendo capaces de respirar y de hablar, se suelen recuperar sin ayuda. Puede ser molesto e incómodo y hasta les puede llegar a asustar, pero se suelen encontrar bien al cabo de pocos segundos.

¿La asfixia por aspiración es una emergencia médica?

Algunas veces, un objeto puede entrar en la tráquea y obstruir completamente el paso del aire. Si el paso del aire hacia y desde los pulmones queda obstruido y el cerebro deja de recibir oxígeno, el atragantamiento se convierte en un episodio de asfixia por aspiración, lo que puede ser una emergencia médica de riesgo vital.

Un niño que se atraganta puede estar asfixiándose y necesitar ayuda inmediata si:

  • no puede respirar
  • jadea o boquea, esforzándose por respirar
  • no puede hablar, llorar ni emitir sonidos
  • se pone azul
  • se sujeta la garganta y/o agita los brazos
  • parece estar aterrado
  • se vuelve flácido o pierde la conciencia

En estos casos, inicie inmediatamente las compresiones abdominales (también conocidos como “maniobra de Heimlich”), el procedimiento estándar de rescate en los casos de asfixia por aspiración, siempre que disponga de la formación necesaria para hacerlos.

¿Qué son las compresiones abdominales (la maniobra de Heimlich)?

Si usted tiene hijos, es importante que reciba formación sobre las técnicas de la reanimación cardiopulmonar (o RCP) y de las compresiones abdominales (o maniobra de Heimlich). Incluso aunque no tenga hijos, dominar estos procedimientos de primeros auxilios le permitirá prestar ayuda a cualquier persona que se esté asfixiando.

Cuando una persona hace las compresiones abdominales, un flujo forzado y repentino de aire sale hacia arriba por la tráquea y desde el diafragma, lo que hará que un objeto extraño alojado en el interior de la tráquea salga volando hasta llegar a la boca (o incluso al exterior).

Aunque la técnica es bastante sencilla, debe hacerse con precaución, sobre todo en los niños pequeños. Es más segura cuando la lleva a cabo una persona que se ha entrenado en esta técnica. Si se hace mal, la persona que se está asfixiando, sobre todo si se trata de un bebé o de un niño pequeño, podría salir lesionada. Hay una versión especial de la maniobra de Heimlich para bebés que está pensada para reducir el riesgo de provocar lesiones en unos cuerpos de tamaño tan reducido.

Las técnicas de la maniobra de Heimlich y de la RCP se suelen enseñar en cursos básicos de primeros auxilios, que ofrecen los centros de la Asociación Cristiana de Jóvenes (YMCA, por sus siglas en inglés), los hospitales y las delegaciones locales de la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) y de la Cruz Roja Americana.

¿Qué debería hacer?

Llame al 911 en cualquier situación crítica de asfixia.

He aquí algunas de las posibles situaciones en las que usted se podría encontrar y algunos consejos sobre cómo abordarlas:

Si un niño se está asfixiando y tosiendo pero puede hablar y respirar:

  • Significa que la vía respiratoria no está completamente obstruida. Es mejor no hacer nada. Observe al niño atentamente y asegúrese de que se recupera por completo. El niño se encontrará bien después de un buen ataque de tos.
  • No intente sacarle el objeto de la garganta o de la boca ni le dé palmaditas en la espalda. Cualquiera de estas conductas podría empujar el objeto todavía más abajo en la vía respiratoria y empeorar la situación.
  • Acompañe al niño y mantenga la calma hasta que concluya el episodio.

Si un niño está consciente pero no puede respirar, hablar ni emitir sonidos o se está poniendo azul:

  • La situación requiere de las compresiones abdominales.
  • Llame al 911 o diga a alguien que esté cerca que llame de inmediato.
  • Inicie las compresiones abdominales si ha recibido la formación necesaria.
  • Si no ha recibido esta formación ni hay otra persona que sepa aplicar la maniobra de Heimlich, espere a que llegue la ayuda.

Si el niño que se estaba asfixiando está ahora inconsciente y ha dejado de respirar:

  • Grite para pedir ayuda y llame al 911, o diga a alguien que esté cerca que llame al 911 de inmediato.
  • Luego, aplique la RCP inmediatamente, si ha recibido la formación necesaria.
  • Si no ha recibido esta formación ni hay otra persona que sepa aplicar la RCP, espere a que llegue la ayuda.

¿Cuándo debería llamar al médico o acudir a un servicio de urgencias médicas?

Lleve a su hijo a un servicio de urgencias médicas después de cualquier episodio de asfixia importante.

Acuda también a un servicio de urgencias médicas si:

  • Su hijo tiene tos persistente, babea, tiene arcadas, jadea y/o tiene dificultades para respirar o tragar.
  • Su hijo se ha puesto azul, ha perdido el tono muscular o la conciencia durante un episodio de atragantamiento, incluso aunque luego le haya parecido que se recuperaba.
  • Cree que su hijo se ha tragado un objeto, como un juguete o una pila.

Si su hijo ha tenido un episodio en que parecía que se iba a asfixiar pero se ha recuperado por completo después de un ataque de tos, no habrá necesidad de que reciba atención médica inmediata, pero usted debería llamar a su médico.

¿Cómo prevenir la asfixia por aspiración?

Todos los niños se exponen al riesgo de asfixiarse después de atragantarse con algo, pero los que aún no han cumplido tres años son los más vulnerables. Los niños pequeños tienden a meterse cosas en la boca, tienen las vías respiratorias más estrechas, por lo que se obstruyen con mayor facilidad, y no tienen mucha experiencia en masticar; por eso, tienden a tragarse los alimentos enteros.

Para ayudar a proteger a los niños pequeños:

  • Evite los alimentos que supongan un riesgo de asfixia por aspiración (como los perritos calientes, las uvas, las zanahorias crudas, los frutos secos, las pasas, los caramelos duros o gomosos, las cucharadas llenas de mantequilla de cacahuete o de otras cremas, pastas o patés densos, los trozos grandes de carne o queso y las palomitas de maíz), que son de una forma y tamaño similares a los de las vías respiratorias de los niños pequeños.
  • A las horas de las comidas, asegúrese de servir a los niños de esta edad alimentos en trozos pequeños. Esto significa cortar las uvas a cuartos, cortar los perritos calientes y las salchichas a lo largo y en rodajitas (quitándoles la piel), y cocinar las verduras en vez de servirlas crudas. Enseñe a su hijo a sentarse en todas las comidas y tentempiés y a que no hable ni se ría mientras tenga comida en la boca.
  • Los juguetes y los objetos de uso doméstico también suponen un riesgo de asfixia por aspiración; preste atención a los globos desinflados, las monedas, las cuentas, las partes pequeñas de los juguetes y las pilas. Observe el piso de su casa para comprobar que no haya objetos que un niño que todavía está aprendiendo a andar o a gatear se podría llevar a la boca y aspirar.
  • Elija juguetes seguros y adecuados para la edad de su hijo. Siga siempre las recomendaciones del fabricante en lo relativo a la edad; algunos juguetes tienen partes pequeñas que pueden causar asfixia. Para saber si un juguete es demasiado pequeño, compruebe si pasa fácilmente por el interior del tubito de cartón que hay dentro del papel higiénico.

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