Que es bueno para la tos con flema para bebes: Tos en bebés y niños: remedios caseros para aliviarla

Que es bueno para la tos con flema para bebes: Tos en bebés y niños: remedios caseros para aliviarla

por qué y cómo aliviarlos

Llegó el invierno y con él la época en que los niños y bebés empiezan con las gripes y resfriados, lo que viene con mucha tos, mocos y en algunos casos, fiebre. Aunque la mucosidad suele ser un mecanismo de defensa, si se acumula puede causar problemas en los infantes. Es posible aliviar la congestión con algunos tips que te entregaremos a continuación.

Una mucosidad excesiva en bebés o niños, que no pueden o saben cómo expulsarlos, puede ser muy molesta. Es por esto que como cuidadores nos corresponde ayudarlos a eliminar la congestión. Si no, la flema en exceso puede dificultar su respiración, impedir el descanso nocturno, hacerlos sentir mal, dificultar su alimentación, etc.

Congestión nasal en infantes

Los mocos vienen de las vías respiratorias y son expulsados por la nariz. Estas mucosidades se generan para defender al organismo de agentes externos que entran por la vía nasal. Así, los gérmenes se quedan adheridos a estas mucosidades que eliminamos al sonarnos.

La causa principal de la congestión nasal es el resfriado, sobre todo si el niño va a la guardería/jardín/colegio. La exposición a los más de 200 virus distintos que pueden provocar un resfriado, refuerza el sistema inmunitario del niño y, en condiciones normales, será capaz de combatirlos.

En pocos días, el resfriado habrá pasado. Sin embargo, lo normal es que los mocos se prolonguen y duren unos días más. La mucosidad excesiva puede causar diarrea, molestias para dormir, no poder alimentarse ni usar chupete, etc. En conclusión, el niño se vuelve irritable, incómodo, con sueño y con hambre.

Los bebés y niños pequeños no saben sonarse, por lo que los mocos se acumulan y pueden infectarse, desencadenando sinusitis, otitis u otro tipo de infecciones.

Hay algunas señales que pueden evidenciar una dificultad respiratoria que requiere consulta médica inmediatamente:

  • La respiración deja de hacerse solo con el diafragma.
  • Las fosas nasales se ensanchan al respirar.
  • Coloración azulada de la piel y de las mucosas.
  • El niño se encuentra adormecido constantemente.
  • Frecuencia respiratoria más alta.
  • Ruidos y pitidos provenientes del pecho.
  • Fiebre.
  • Deja de comer.

Cómo aliviar la mucosidad

Como vimos, la mucosidad puede causar grave impacto en el bienestar del bebé. Es por esto que descongestionar a los más pequeños es un objetivo primordial. Esto se puede realizar de distintas maneras:

  • Aspiradores nasales: funcionan muy bien eliminando los mocos que se encuentran en la nariz. Puede ser útil lavar las fosas nasales primero. Con este objeto se aspira el contenido de la nariz del bebé con la fuerza de los pulmones del adulto.
  • Limpiar con suero fisiológico o solución salina la nariz del infante: para lavar las fosas nasales, debe estar tumbado boca arriba y con la cabeza rotada. Se le debe echar el suero por el orificio superior de la nariz, mientras se tapa el de abajo. Luego, girar su cabeza hacia el otro lado y realizar la misma acción. Pide ayuda al pediatra si no estás segura.
  • Fisioterapia respiratoria: con esta terapia a manos de un especialista se puede ayudar a que los bebés o niños que padezcan alguna enfermedad causante de un exceso de mucosidad puedan tener los pulmones más limpios. La calidad del sueño mejora luego de una sesión de fisioterapia respiratoria y se aumenta la oxigenación.
  • No se recomienda el golpeteo en el pecho de los niños, ya que hacen que la vía respiratoria se cierre aún más.
  • Mantén a tu hijo hidratado, ya que el agua o leche materna alivian el malestar e hidrata la garganta que suele resecarse. Además, con la lactancia materna el sistema inmunitario del bebé se fortalece para combatir la infección.
  • Mantén su ambiente libre de polvo, ya que éste aumenta la producción de mocos.

La tos: un aliado

Como vimos anteriormente, los bebés y niños pequeños no saben sonarse ni escupir. Igualmente, mientras van aprendiendo a hacerlo, es frecuente que igual segreguen más moco del que pueden eliminar. Su organismo reacciona tosiendo y estornudando para eliminar el exceso de mucosidad.

La tos es el mecanismo utilizado por el cuerpo para expulsar la mucosidad de los pulmones. Es por esto que se debe saber cuándo hacer algo y cuándo no. Hay que permitir que los niños tosan antes de administrar algún medicamento que neutralice la tos inmediatamente.

La tos limpia la zona media y alta del pulmón. La eficacia de su función limpiadora depende principalmente de la velocidad de salida de la tos. Existen patologías pulmonares y enfermedades de tipo neurológicas que producen que la fuerza de la tos sea menor a la normal, por lo que la flema no sale y se producen infecciones.

Hay distintos tipos de tos:

  • Tos seca: no se mueve ni expulsa la flema ni la mucosidad pulmonar. Se genera cuando hay inflamación en las vías respiratorias y el cuerpo cree que hay algo que expulsar pero no es así. Esta tos sí debe intentar aliviarse pues es molesta para quien la tiene y no cumple la función de descongestionar.
  • Tos laríngea/ronca: es características de aquellas afecciones de las cuerdas vocales. Es dolorosa y puede dificultar la respiración. Se debe acudir a un especialista de la laringe.
  • Tos blanda: es la tos productiva, que acompaña el movimiento del moco. Se identifica ya que al toser, se escucha cómo se mueven las flemas y luego son expulsadas, o quedan en la garganta y son tragadas. Se recomienda permitir que suceda esta tos, pues es útil para descongestionar.
  • Tos convulsa/ataques de tos: si sucede de repente, puede ser un objeto que el niño está intentando expulsar. Si es acompañado por síntomas gripales, puede ser signo de tos ferina, y requiere visita médica.

Dicho esto, la única tos que debería considerar en tratar de inmediato es la tos seca (la laríngea y convulsa deben ser diagnosticadas por un médico), pues es molesta y no ayuda en nada. La tos blanda es ideal para que el niño vaya moviendo el moco, pero si le molesta para dormir, puedes intentar aliviarla con algún método indicado por el pediatra.

Aparte de los jarabes para la tos que el pediatra podría indicarle, puede hacer uso de métodos naturales como:

  • Miel: es relativamente efectiva para tratar la tos, y se puede utilizar en niños mayores de 12 meses mezclada con un poco de leche o agua caliente, seguido de un cepillado de dientes.
  • Cebolla cortada: un famoso “remedio de la abuela” que consiste en cortar una cebolla en trozos grandes y ponerla en la pieza del bebé cuando duerme, para que aspire el gas que emite al ser cortada. Este gas (el mismo que nos hace llorar al cortarla) humedecería la garganta. Este método no está avalado por datos científicos, pero es seguro.
  • Humidificadores: elementos que aumentan la humedad de la pieza del bebé. Esto podría ayudar a que las secreciones sean bien líquidas y el niño las pueda expulsar mejor. Hay que mantener una buena limpieza del humidificador para que no se contamine y usarlo solo en ocasiones necesarias. Si la tos es causada por una bronquitis o es de origen asmático, no se aconseja usar humidificador, por lo que consulte a su médico antes de usar uno.

Si los mocos, la flema y la tos son persistentes, consulta con el pediatra.

Cómo aplicar el masaje para expulsar mocos y flemas en bebés



Estamos en época de mocos y flemas en todos los peques. Ya han empezado las guarderías e inician los primeros virus de temporada, como el que provoca la bronquiolitis, por ejemplo.

Es en este momento cuando nuestra consulta se llena de padres y madres preocupados porque sus hijos tienen mucha mucosidad y no respiran bien.

 

Contenidos

Las técnicas de fisioterapia respiratoria infantil para expulsar flemas trabajan con el flujo y la velocidad en la entrada y salida del aire para mejorar ambos.

Dentro del tratamiento para los bebés y niños que tienen moco en los pulmones destaca el Masaje para la expulsión de flemas y moco. 

Estos masajes les ayudan a expulsar el exceso de mucosidades sin necesidad de recurrir a medicamentos.

Beneficios del masaje para expulsar flemas en bebés y niños

  • Disminuyen el malestar que genera el exceso de mocos y el cansancio por la mala respiración
  • Ayudan al bebé a dormir mejor
  • Mejoran su capacidad de ingesta de alimentos 
  • Disminuyen la toma de antibióticos derivada de los problemas respiratorios e infecciones continuadas
  • Mejoran la capacidad pulmonar del bebé
  • Forrma parte del tratamiento para la bronquiolitis en bebés
  • Se pueden utilizar de manera preventiva cuando los episodios de mocos son reiterados.

Desde qué edad se puede aplicar el masaje respiratorio infantil

El masaje respiratorio puede aplicarse desde los 0 meses siempre y cuando nos hayan enseñado a hacerlo fisioterapeutas respiratorios profesionales.

¿Es doloroso el masaje para expulsar moco?

No es doloroso, aunque el bebé o niño puede encontrarse molesto por la postura o la manipulación, sobre todo en las primeras sesiones.

Si aparece el llanto o la tos será beneficioso para ayudar a movilizar con más eficacia las secreciones.

¿En qué consiste la técnica del masaje respiratorio drenante?

Se basa en realizar un suave masaje  en la fase de espiración (salida del aire) haciendo que sea más larga para facilitar el ascenso de la mucosidad a niveles superiores y puedan expulsarse al exterior.

Normalmente esta técnica viene acompañada previamente del lavado nasal sobre todo en bebés ya que los bebés menores de 6 meses solo pueden respirar por la nariz dado que hasta ese momento el sistema respiratorio no está maduro.  

El lavado nasal permite limpiar precisamente las vías respiratorias superiores facilitando después el proceso de masaje para echar el exceso de moco.

Cómo hacer masajes para eliminar flemas en bebés y niños

  • Primero colocamos las manos sobre el pecho y abdomen del bebé o niño. Buscamos con ellas sentir la respiración diferenciando inspiración de espiración.

En la fase de inspiración el pecho y abdomen se hinchan y en la de espiración se relajan y se hunden hacia dentro. 

Si es un bebé podemos sentarle contra nuestra espalda y si es un niño podemos cogerle o tumbarle horizontalmente con la cabeza un poco más baja.

  • Buscamos sentir el gorgoteo de las sibilancias que produce el exceso de moco y acompañamos la espiración con nuestra manos ejerciendo presión con un masaje que ayude a hacer la espiración más larga y así arrastrar la mucosidad hacia fuera.
  • Ahora relajamos la presión de nuestros dedos en el momento en el que bebé vuelve a tomar aire para facilitar la entrada del mismo.
  • Repetimos el proceso pero presionando también las costillas con suavidad con ambas manos alrededor del tórax. 
  • Si en este momento el niño llora o tose será bueno porque ayudará a la expulsión de las flemas y mocos. 
  • También podemos hacer que el bebé se ría a carcajadas lo que facilita igualmente la expulsión de las flemas.

Si estamos trabajando con un niño o niña que  puede acompañar nuestras maniobras porque nos entiende,  le podemos pedir que tome unas respiraciones profundas y que al expirar expulse el aire soplando por la boca lo que estimula la tos y mejora la ventilación torácica.

Nunca se debe realizar el clapping o palmaditas en la espalda.

Cuántas sesiones de masaje respiratorio son necesarias

No hay un número definido de sesiones de masaje. Hay niños que acuden cada vez que se resfrían y otros cada cierto tiempo de manera preventiva.

Normalmente los masajes forman parte de sesiones completas de fisioterapia respiratoria que se dictaminan en función de las necesidades de cada niño.

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