Pediatría ·Resfriado
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Tomar líquidos en abundancia ayuda a fluidificar el moco, por lo que puede expulsarse mejor.
Los mocos no son ninguna enfermedad, sino más bien una respuesta de nuestro organismo para proteger al sistema respiratorio de polvos, pólenes, microorganismos. ..
La nariz, aparte de otras muchas funciones, ejerce de filtro y de barrera; por ejemplo, alguien está resfriado y se pone a toser justo delante de nosotros expulsando unas partículas muy pequeñas llamadas gotitas de flügge, o lo que es lo mismo, saliva que en su interior puede albergar los virus causantes del resfriado.
Lo más probable es que esas gotitas nos entren por la nariz, y entonces, nuestro sistema mucociliar –formado por los cilios nasales y el moco– se active y ponga en marcha al sistema inmunitario para evitar que el germen llegue a anidar en nuestro cuerpo.
El moco es la primera muralla que tiene nuestro cuerpo para protegernos de posibles ataques externos
De ahí que el moco sea como la primera muralla que tenemos para protegernos de posibles ataques externos.
Nadie se libra de los mocos, y los niños menos, aunque las repercusiones variarán en función de la edad.
En un lactante, que es un respirador nasal, los mocos le impedirán mamar con fuerza o tomar el biberón, aunque ni siquiera los veamos porque estén en la parte posterior de la nariz (cavum). En ese caso quizás sea conveniente limpiársela antes de cada toma, para lo que se pueden utilizar preparados de agua marina especiales para bebés que ayudarán a fluidificar los mocos.
Con los lavados nasales arrastrarmos el moco hacia el estómago, para después expulsarlo mediante las heces
En cuanto al uso de aspiradores nasales, esta es una cuestión controvertida, porque podremos aspirar los mocos que están en la nariz, pero no los que se encuentren en el cavum. Con los lavados nasales arrastraremos el moco del cavum hacia el estómago, para después expulsarlo mediante las heces.
A medida que los niños van creciendo, los lavados nasales podrían ser muy indicados, aunque suele costar más trabajo hacerlos. A los niños no les gustan, y no se dejan con tanta facilidad.
Algunas personas los realizan con una jeringa,pero esto es bastante agresivo para el niño, pues es difícil controlar la presión con la que sale el agua. También es preferible realizarlo con el niño sentado, en lugar de tumbado, porque conseguiremos los mismos efectos y será más fácil que colabore, ya que no será tan desagradable para él.
No podemos ni debemos eliminar los mocos porque son una respuesta fisiológica de nuestro organismo, pero sí es posible controlar su viscosidad.
Debido a su alto contenido en agua, este elemento natural es el mejor mucolítico que existe. Si cuando tenemos mocos aumentamos la ingesta de líquidos, ayudaremos a fluidificarlos: agua, infusiones, zumos naturales, caldos o licuados vegetales…
En el caso de que el bebé se alimentara de lactancia a demanda en exclusiva, será la madre quien debe aumentar la ingesta de líquidos.
Si cuando tenemos mocos aumentamos la ingesta de líquidos, ayudaremos a fluidificarlos
Asimismo, si el niño no quiere comer, le ofreceremos alimentos que puedan resultarle apetecibles, pero sin forzarlo, ya que el ayuno es un proceso de curación que tenemos los seres humanos.
¿La leche de vaca espesa los mocos? Eso es lo que trataron de comprobar diferentes estudios publicados en revistas científicas.
La revista Medical Hypotheses publicaba en 2010 un estudio en el que decía que el agente causal era la proteína de la leche de vaca, no la lactosa.
Muchas veces la mucosidad va acompañada de tos productiva, cuya finalidad es ayudar a limpiar el moco que está en las vías respiratorias, de manera que no es recomendable intentar cortarla.
En el niño el moco se puede acumular en la parte posterior de la nariz, razón por la cual los ataques de tos aumentan de noche cuando está tumbado. En cambio, de día se lo va tragando y solo tose de vez en cuando.
Las infusiones nos servirán como fluidificante del moco y, al mismo tiempo, mejorarán los síntomas que presenta el niño.
Para el resfriado común podríamos hacer una de:
Mientras que para una laringitis o faringitis sería de:
En niños mayores de dos años les podríamos añadir una cucharadita de miel. Tradicionalmente, se daba cuando los niños tenían tos, y hoy en día ya existe una evidencia científica que confirma que la miel calma la tos seca. Para la tos productiva también se puede dar puesto que mantiene lubricadas las vías respiratorias altas.
El zumo de naranja o de limón con miel también es un gran aliado, porque la vitamina C de los cítricos facilita que el sistema inmunológico responda ante los virus invernales.
Los aceites esenciales son otro recurso a la hora de abordar estos procesos respiratorios en los que la producción de moco aumenta. Un masaje en el pecho con una mezcla adecuada aumentará las defensas del cuerpo, calmará la tos y fluidificará el moco. Esta mezcla podría realizarse a base de:
Colocar en el difusor de aceites una gotitas purificará el ambiente. En la habitación del niño se debe poner antes de que se vaya a dormir para que impregne el ambiente, pero nunca cuando ya esté durmiendo.
En el salón también es recomendable hacer difusiones cuando alguien de la familia se encuentre enfermo o si es una época de epidemias, para prevenir las enfermedades. Al estar despiertos y en movimiento, el difusor puede seguir funcionando aunque nosotros estemos allí.
Los mocos, aunque incómodos, son los responsables de diferentes tareas muy importantes para nuestra salud. Entre otras funciones, son los encargados de:
Enseñemos a los niños la importancia que tienen los mocos para la salud y que el pañuelo es un buen aliado para sacarlos.
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Aunque la tos en bebés puede ser bastante habitual, para los nuevos padres este tipo de síntomas puede llegar a ser muy preocupante, especialmente si no sabemos qué deberíamos hacer o en qué punto pasa de ser normal a alarmante.
Sin embargo, no es algo de lo que debas preocuparte, ya que la tos en el bebé es un mecanismo de defensa de su propio cuerpo. Muchas veces es necesaria para que tu pequeño expulse mocos acumulados, saque un trozo de comida o expulsar cualquier elemento que no debe estar ahí.
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Entonces si tu bebé tiene tos, lo que debes hacer es averiguar el motivo para entender cómo ayudar a aliviar la tos de tu pequeño.
Remedios para aliviar la tos en bebés
Tener tos es algo inevitable, especialmente si llega la época de frío en el lugar donde vives, por lo que no debes alarmarte excesivamente de que tu bebé tenga tos. La clave es identificar cómo aliviar la tos del bebé para que no se haga daño en la garganta.
Ya que aliviar la tos del bebé es una prioridad, especialmente cuando es demasiado recurrente, te traemos algunos remedios y tácticas para mejorar la tos que pueden ser de gran utilidad.
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Si la tos persiste por más de dos semanas y nada de lo que hagas parece aliviarla, lo mejor es que lleves a tu bebé al pediatra para que evalúe si es necesario aplicar algún tratamiento.
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Tipos de tos del bebé
Reconocer cómo es la tos de tu bebé puede ayudarte a saber qué necesita para sentir alivio. Algunas clases de tos pueden ser más claras de identificar que otras. Te contamos aquí cuáles son los motivos más comunes por los que el bebé puede toser: