A mi abuela en el cielo: Mi abuela, la más bonita estrella en el cielo

A mi abuela en el cielo: Mi abuela, la más bonita estrella en el cielo

Mi abuela, la más bonita estrella en el cielo

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Las enseñanzas de una abuela se llevan con uno para toda la vida. Aunque la melancolía de su ausencia duela cada día, una abuela es una marca imborrable, un abrazo que no se olvida.

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Escrito por Macarena Esperanza Marina

Última actualización: 17 noviembre, 2021

Mi abuela fue el mejor regalo que pudieron ofrecerme mi mamá y mi papá. Es el tesoro más preciado de mi infancia que aún hoy conservo en mi corazón. Y aunque la extrañe en todo momento, siento que me acompaña día a día con sus legados y enseñanzas.

Su herencia ha sido tan inmensa en mi ser que la siento presente todos los días. Cada noche que la echo de menos, simplemente miro al firmamento. Porque yo sé muy bien dónde se encuentra esa entrañable luz que ilumina mis pasos.

Hoy miro el firmamento con admiración y algo de nostalgia. Porque, entre lágrimas y melancolía, asumo que mi abuela hoy es la más bonita estrella en el cielo. La más grande de todas, aquella que naturalmente destaca por su belleza.

Es allí donde encuentro el consuelo a tu ausencia, esa que tanto me hiere. Es también ahí mismo donde puedo encontrar la respuesta a todas mis dudas. Aprecio esa misma energía que señala el camino que debo seguir. Aún sin contar con su presencia física, se convirtió en mi modelo y ejemplo a seguir.

Mi abuela, la más hermosa marca emocional

Mi abuela es la más hermosa marca emocional que llevaré por siempre en mi alma. Llevo cada una de sus palabras y consejos tatuados en mi piel. Poseo, además, un anecdotario colmado de los momentos más bellos de mi vida.

Se trata de la mentora de los más bonitos y tiernos recuerdos que conservo de mi niñez. Aquella dulce señora de cabellos canos y manos corrugadas a fuerza del tiempo. La del peculiar aroma a dulce colonia, y la eterna amante de las ‘reliquias’, siempre velando por los objetos de decoración y chuchería.

Mi abuela es esa marca emocional que logra que yo crea en mí misma. Su orgullo y admiración hacían que me viera como una artista, siempre talentosa. Coleccionista de dibujos y cartas, público exclusivo de bailes y monerías. También contadora de cuentos oficial a tiempo completo y consentidora compulsiva.

Sus brazos siempre estaban disponibles para alzarme. Con el tiempo, nada cambió, pues siguieron forjando los más sanadores abrazos. Pañuelos de lágrimas con una atenta escucha sin igual. Un beso dado a tiempo, la caricia más suave; un recuerdo enamorado que bajo ningún punto quiere partir.

“Entre lágrimas y melancolía, asumo que mi abuela hoy es la más bonita estrella en el cielo. La más grande de todas, aquella que naturalmente destaca por su belleza. Aunque a veces pueda no verla, sé que siempre estará allí”

Mi abuela, la estrella que jamás morirá, se hará invisible para descansar

Mi abuela es una estrella. Aunque a veces pueda no verla, sé que siempre estará allí. Ella jamás morirá en mi corazón, pues tiene el don de la eterna inmortalidad. Puede que simplemente se haga invisible para poder descansar.

Mi abuela fue esa heroína con cabello blanco durante mi infancia. Aquella que me enseñó sobre la confidencialidad de nuestros secretos y el valor de la sonrisa de un ser amado. Ella era devoción y cariño en estado puro; un amor desbordante, ilimitado e infinito. Sencillamente indescriptible.

Tardes de juegos, cantos y cuentos. Olor a bizcochos y delicias varias que coronaban cada merienda especial. Todos los caprichos habidos y por haber, cumplidos. Muchas enseñanzas de índole emocional gracias a su inagotable sabiduría y experiencia de vida.

Siempre vivirás en mí

Ella hoy sigue aquí, alumbrando mi destino, guiando mis pasos. Desde el cielo. Y qué más da la distancia, si tienes el don de estar siempre a mi lado. Acompañando y apoyando, como siempre. Y qué más da no poder tocarte, si sé que aún cuento contigo gracias a la gran herencia que me dejaste tras tu partida.

Brilla como solo tú sabes hacerlo, mi abuelita hermosa. Yo siempre miraré hacia arriba esperando verte, para seguir amándote. Para sentir que jamás te has ido físicamente de este mundo. Para saber que aún estás aquí. Porque no lograste partir con el recuerdo.

Dicen que uno no está donde el cuerpo, sino donde más se lo extraña. Justamente aquí se te extraña en demasía. Mi abuela de mi corazón, permaneces viva en este corazón que no deja de amarte y llorarte. No obstante, lucha cada día para que tu esencia no desaparezca. Sigues conmigo, por siempre.

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Carta para mi abuela que esta en el cielo.

A veces se siente como si fuera ayer que estabas aquí con nosotros y otras veces se siente como si te hubieras ido para toda la vida. Sé que ahora estás en un lugar mejor y que algún día te volveré a ver. Recuerdo la última vez que te vi, en aquel hospital, sostenía tu mano y te despedías con los ojos llorosos.

Quisiera regresar y verte de nuevo, que me des un abrazo para estar más tranquila aquí en la tierra. Espero que puedas cuidarme y ayudarme a lo largo de la vida. Espero que seas feliz y que puedas vernos a todos desde allá arriba. Siempre fuiste tan hermosa persona, te gustaba ayudar a los demás sin nada a cambio. Espero que todos podamos estar juntos de nuevo algún día.

 

 

Incluso cuando era un adolescente difícil, siempre fuiste paciente y amoroso. Sé que siempre puedo acudir a ti en busca de orientación y apoyo, y estoy agradecido por eso. Te extraño mucho y sé que te volveré a ver en el cielo. Hasta entonces, por favor cuídame y dame fuerza cuando lo necesite.

Todavía estoy en la escuela y estoy tratando de averiguar qué quiero hacer con mi vida. Creo que me gustaría ser médico o maestro.Siempre fuiste tan buena dando consejos, pero sé que me estás cuidando, y eso es muy reconfortante.

Realmente te extraño mucho aquí en la Tierra. Espero que la estés pasando muy bien en el cielo y que puedas hacer todas las cosas que siempre has querido hacer. Te extraño mucho desde que falleció. Realmente deseo que puedas regresar, pero sé que eso no es posible. Te seguiré extrañando y pensando en ti todos los días.

Estoy bien aquí en la tierra, pero desearía que pudieras estar aquí para verme, aunque sé que siempre estás conmigo. Estoy bien, pero realmente estoy luchando en este momento. Estoy pasando por muchas cosas difíciles y realmente me vendría bien tu apoyo. Me has enseñado tanto en esta vida, todos los valores y mi forma de ser es gracias a ti.

 

 

Te extraño mucho y desearía que estuvieras aquí conmigo, pero sé que estás en un lugar mejor. Sé que nosotros, los que te quedamos en la tierra, necesitamos mucho tu ayuda y tu sabiduría. Sé que eres ahora un ángel en el cielo y que desde allí nos cuidas a todos, pero me gustaría que pudieras estar aquí conmigo para abrazarme cuando lo necesito, para ayudarme a superar estos momentos difíciles.

Espero que te vaya bien en el cielo. Ojalá pudiera hablar contigo y contarte mi vida, pero sé que puedes ver todo lo que está pasando desde allá arriba. Quiero ser una buena persona para que te sientas orgullosa; que seas feliz en el cielo, mientras tanto yo lo haré aquí en la tierra. Sé que me estás cuidando y siento tu presencia a veces. Es reconfortante saber que todavía estás conmigo. Siempre eras mi roca, mi apoyo incondicional.

 

 

Siempre estabas ahí para mí, y ahora que no estás físicamente aquí, siento que hay un gran hueco en mi corazón. Recuerdo que siempre me decías que la vida es una aventura, y aunque a veces no lo creía, ahora lo entiendo.

Apenas puedo creer que estés en el cielo, pero eso es lo que dicen las personas que creen en Dios. Espero que estés feliz allí arriba. Aún recuerdo el día en que te fuiste. Fue muy duro para mí. No imagine que te ibas a ir tan pronto de esta tierra.

 

 

Se que estas en unas mejores manos y que Dios tenía otros planes para ti.

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