Las contracciones en el embarazo son contracciones de ese saco muscular que es el útero, acompañadas de una fase de relajación. Es percibida para la madre como un endurecimiento del abdomen.
La contracción uterina representa el motor del parto y su importancia radica no solamente en su función fisiológica de comenzar el trabajo de expulsión del feto sino que, cuando ocurren de manera temprana, puede ser una indicación de que algo no va bien.
Toda mujer embarazada que note contracciones fuertes y rítmicas, sobre todo si todavía no está de 37 semanas, debe acudir a un centro médico hospitalario ya que puede ser signos de una amenaza de parto prematuro de su bebé.
¿Necesita que le ayudemos?
SOLICITE UNA CITA
Quiero solicitar más información
¿Cuántos tipos de contracciones existen?
Las contracciones uterinas van a estar presentes durante todo el embarazo pero existen diferentes tipos de contracciones que van a variar según las semanas de gestación.
Durante las primeras 30 semanas de gestación se habla de 2 tipos de contracciones:
Al acercarse la fecha de parto se dan otro tipo de contracciones:
Entonces, ¿qué son las contracciones de Braxton Hicks?
Las contracciones de Braxton Hicks son contracciones fisiológicas, no dolorosas, a pesar de que a veces pueden resultar molestas y no rítmicas. Aparecen a partir de la 20-30 semana de gestación y aumentan en frecuencia e intensidad a medida que nos acercamos a la fecha probable de parto pudiendo ocasionar lo que denominamos “el falso trabajo de parto”. Su misión es la formación del segmento inferior del útero, antes mencionado, y la maduración del cuello del útero para facilitar la dilatación en el trabajo activo de parto.
No son dolorosas pero sí pueden resultar molestas. El umbral del dolor es muy variable. Algunas gestantes las definen como molestas y otras como dolorosas.
Se comienzan a percibir a partir de la 30 semana aunque están presentes antes y permanecen hasta el final del embarazo.
Su duración es alrededor de 30 segundos y su frecuencia es muy variable. Es normal tenerlas demasiado seguidas (1 cada 2 a 3 minutos) o más espaciadas, 2 a 3 contracciones durante 1 hora. La diferencia de las contracciones de parto es que no mantienen un ritmo durante mucho espacio de tiempo.
Si son contracciones con las características que hemos mencionado, las contracciones de Braxton Hicks, nunca serán peligrosas o preocupantes, pero si se tienen contracciones antes de la 37 semana, sobre todo antes de la 35 semana que van en aumento en intensidad y que van adquiriendo un ritmo se debería consultar a la matrona o al ginecólogo por el riesgo de amenaza de parto prematuro.
¿Cuándo es necesario acudir al médico si noto contracciones?
Toda embarazada debería acudir a la matrona o al ginecólogo ante la presencia de contracciones uterinas:
Recomendaciones prácticas si empieza con contracciones
¿Cómo distinguir las contracciones de Braxton-Hicks de las contracciones de parto?
¿Cómo saber cuándo es hora de ir al hospital?
Es importante saber si las contracciones son de parto o no. Si son rítmicas y regulares, si cada vez son más largas y más molestas, aunque no duelan mucho, es que te estás poniendo de parto. La tripa se pone dura, tensa, y segundos después se relaja, pero la dilatación uterina va progresando; puede comprobarse mediante exploraciones vaginales. A veces el dolor se irradia a otras zonas como la lumbar (el llamado parto “de riñones”) y los muslos.
Las contracciones uterinas son las fuerzas que impulsan al feto a través del canal del parto son. También ayuda la contracción de la pared abdominal. El resultado final es la dilatación y el acortamiento del cuello del útero que acabará en la expulsión del feto.
Existen unos cambios hormonales en la unidad madre-placenta-feto, que producen una mayor sensibilidad en las fibras musculares del útero a una sustancia llamada oxitocina. Al mismo tiempo, las modificaciones en el cuello del útero provocan la liberación de otra sustancia llamada prostaglandina que colabora también con las contracciones uterinas. Por tanto, son la oxitocina y las prostaglandinas las que van a producir las contracciones uterinas.
En la mayoría de los casos, se administra oxitocina a la paciente para que las contracciones que ya tiene de forma espontánea sean más intensas y más frecuentes. El objetivo es poder acelerar el periodo de la dilatación.
En los casos en los que la mujer llegue con mucha dilatación o tenga contracciones regulares e intensas, no es necesario la administración de oxitocina aunque siempre se le cogerá un vía intravenosa para administrarle sueros u otra medicación en caso necesario. Estos son los signos y señales de las contracciones de parto:
Es difícil determinar cuándo una embarazada está de parto y quizás es lo que más les preocupa a las gestantes. “¿Cuándo sé que estoy de parto?”, se preguntan con frecuencia. Durante el parto, las contracciones son rítmicas y regulares y no ceden aunque la gestante se siente o se tumbe.
El tiempo entre contracción y contracción cada vez se va acortando más y pasa de ser cada 10 minutos hasta cada minuto. Por contra, la duración de cada contracción se va alargando y si durante el embarazo duraban unos 20-25 segundos, en el parto duran más de 30-35 segundos. Resumiendo, las contracciones de parto cada vez son más frecuentes y más largas.
Con respecto al dolor, éste no es un signo de parto. Las primeras contracciones de parto no suelen ser dolorosas. Se notan y molestan igual a las que se han tenido de forma irregular las semanas previas al parto. De hecho, hay mujeres que no se enteran de estas primeras contracciones de parto. Por eso, más importante que el dolor, es el hecho de que la tripa se ponga dura de forma rítmica, pues es indicación de acudir al hospital porque el parto ha comenzado.
Posteriormente, a medida que avanza el parto, las contracciones pueden considerarse más molestas y dolorosas. El dolor se percibe en el 90% de los casos en la parte baja del abdomen y en un 10% de los partos en la región inferior de la espalda (el mal llamado parto de riñones, ya que los riñones se localizan más arriba). A veces el dolor se puede irradiar a los muslos. Pero duela donde duela, siempre la tripa estará dura. Entre una contracción y otra, la sensación dolorosa puede desaparecer totalmente o quedar la zona dolorida aunque la tripa está blanda.
Hay mujeres que asemejan el dolor del parto a un dolor de regla, pero hay otras que lo describen como una presión o tensión abdominal que comienza en el ombligo y baja hasta el pubis. El hecho de que a una mujer le duela mucho la regla no significa que el parto le va a doler más. Al contrario, las mujeres con reglas dolorosas suelen soportar mejor las contracciones del útero ya que de alguna forma están acostumbradas a ellas.
De cualquier forma, el dolor depende de cada mujer ya que intervienen distintos factores tanto objetivos como subjetivos. Dentro de los factores objetivos del dolor de las contracciones están la dilatación cervical mayor de 5 centímetros (a mayor dilatación, mayor dolor), la bolsa rota (sobre todo de varias horas de duración) y los partos muy largos.