Como afecta la tristeza en el embarazo: ¿Qué siente el bebé cuando la madre está triste en el embarazo?

Como afecta la tristeza en el embarazo: ¿Qué siente el bebé cuando la madre está triste en el embarazo?

Llorar mucho durante el embarazo, ¿afecta al bebé?

Llorar en sí mismo no es negativo, pues tiene sus beneficios: ofrece alivio ante sensaciones negativas como la tristeza o el enfado. Sin embargo, llorar con mucha frecuencia puede ser síntoma de trastornos mentales o emocionales como el estrés, que tienen consecuencias negativas sobre todo durante el embarazo. Por eso conviene estar muy atentos ante esta situación. Este artículo ofrece información acerca de por qué el llanto es un calmante natural, cuándo se considera un síntoma peligroso durante la gestación y qué consecuencias tienen sobre el bebé los trastornos del estado de ánimo que el lloro puede expresar.

El llanto, un calmante natural

Llorar tiene sus beneficios. Entre otras cosas porque, al hacerlo, el cuerpo humano libera algunas hormonas como adrenalina, noradrenalina y oxitocina y como resultado, después del llanto, sobreviene una sensación de bienestar. La acumulación de tales hormonas se produce a partir de una situación de estrés, originada por sentimientos como la tristeza y el enfado, aunque también se llora de alegría, al empatizar con otras personas o ante emociones muy intensas. El llanto funciona como un calmante natural.

Sin embargo, existe la creencia de que llorar demasiado durante el embarazo es malo y puede tener consecuencias negativas para el bebé. Y es que, también por cuestiones hormonales, la sensibilidad de la gestante está a flor de piel: cambia de humor de manera repentina y a veces sin motivo aparente, los sentidos del gusto y el olfato se disparan, aumenta el placer en las relaciones sexuales, etc. Estas alteraciones pueden llevar a la mujer a llorar con frecuencia y a generar preocupación en las personas que la rodean. Pero ¿qué hay de cierto en esa creencia?

Cuando el llanto excesivo se torna un síntoma peligroso

El llanto en la embarazada no es en sí mismo malo para el pequeño. Pero, según el psicólogo Jordi Artigue, miembro de la Sociedad Española de Psiquiatría y Psicoterapia del Niño y del Adolescente (SEPYPNA), «cuando el llanto o la tristeza se mantienen constantes varias veces al día, durante al menos seis o siete días seguidos, sí existen motivos para considerarlo como síntoma de un trastorno del estado de ánimo«. En función de las características de cada caso, se podría determinar de un trastorno transitorio o grave. Es decir, el lloro no es malo en sí mismo, pero a los problemas que puede estar expresando sí hay que prestar atención.

Además, el llanto puede formar parte de una especie de círculo vicioso. Hay personas que se sienten mal y lloran, pero el llanto, en lugar de calmarlas, hace que la tristeza y los sentimientos negativos las abrumen todavía más, lo cual les genera aún más ganas de llorar. En palabras de Artigue, «al llorar nos aliviamos del dolor que sentimos, pero, si no encontramos otra forma de alivio, acabaremos encontrando placer en llorar«. «El llanto -añade este especialista- nunca puede ser la única solución a un duelo». Si lo único que hace una persona es llorar, el llanto «se puede convertir en un círculo cerrado patológico«.

Estas situaciones pueden conducir a trastornos como depresión o ansiedad, problemas que afectan a una de cada cinco mujeres embarazadas y que son negativos de por sí y que durante la gestación pueden acarrear importantes perjuicios.

Consecuencias para el bebé de los trastornos durante el embarazo

Un estudio realizado por expertos de la Universidad de Michigan (EE.UU.) determinó que la depresión de las mujeres durante el embarazo tenía efectos sobre el sistema neuroendocrino de los bebés, el cual controla el estado de ánimo, las emociones y la respuesta al estrés. En concreto, los niños al nacer presentaron niveles altos de la hormona adrenocorticotropa, lo cual quiere decir que sufrieron un alto nivel de estrés y tuvieron también un menor tono muscular y alteraciones neurológicas y de conducta.

Una investigación realizada por científicos suecos comprobó que los trastornos de salud mental de la mujer durante la gestación son causa de bajo peso del bebé al nacer. Otro estudio también halló una relación entre la depresión durante el embarazo y un mayor riesgo de padecer asma en los niños. Un trabajo más reciente vinculó también el mucho llanto de los bebés con la ansiedad y los trastornos depresivos de la madre.

Y científicos de la Universidad de Manchester (Reino Unido) concluyeron que los hijos de mujeres que sufrieron situaciones difíciles durante el embarazo (muerte de seres queridos o malas noticias, como el diagnóstico de enfermedades graves en personas cercanas) tenían mayores riesgos de padecer esquizofrenia en el futuro.

Por estos y otros motivos es que conviene estar atentos cuando una gestante llora mucho. No porque el mismo lloro pueda afectar al bebé, sino por los problemas que ese llanto puede evidenciar y con los cuales podría incluso contribuir.

En busca de saber cómo la salud emocional de la madre afecta a la del bebé

Pese a la buena cantidad de estudios que han hallado vínculos entre los trastornos mentales y emocionales de la mujer embarazada y la salud posterior de sus hijos, todavía los investigadores no tienen claro el mecanismo por el cual esa afectación se produce. Es en esa dirección hacia donde apuntan los trabajos científicos actuales.

En este sentido, Jordi Artigue, quien además de pertenecer a la SEPYPNA es miembro del Instituto de Psicoanálisis de Barcelona, se muestra optimista. Cree que la cuestión de cómo afectan los sentimientos y estados emocionales de la gestante al feto “es de los que darán mayores satisfacciones en la investigación en los próximos años”. Las neurociencias, en opinión de este experto, desempeñarán un papel clave.

La depresión durante y después del embarazo: usted no está sola

​¿Siente que las cosas han cambiado después de quedar embarazada?

¿Cree que las cosas son diferentes a lo que había esperado al convertirse en madre?

Para muchas madres, la experiencia del embarazo y el parto con frecuencia viene seguida de tristeza, miedos, ansiedad y dificultad para tomar decisiones. A muchas mujeres se les dificulta tener la energía para cuidar de sí mismas, de sus bebés y de sus familias. Algunas sienten deseo de hacerse daño o hacerle daño a sus hijos. Estos pueden ser síntomas de depresión. Si esto le recuerda a alguien que conoce, hay dos cosas que debe saber:



      No está sola. La ayuda está a su alcance

Este artículo le explicará primero las causas posibles de sus sentimientos, y lo que es más importante, cómo obtener la ayuda que necesita.

Las hormonas desencadenantes

Existen muchas razones por las cuales usted puede deprimirse. Su cuerpo sufre muchos cambios hormonales durante y después del embarazo. Cuando una mujer está embarazada, su cuerpo produce las hormonas femeninas estrógeno y progesterona en cantidades mucho mayores. Sin embargo, durante las primeras 24 horas después del parto, estos niveles de hormonas disminuyen rápidamente a niveles que ya no son los del embarazo. Estos repentinos cambios hormonales pueden ocasionar la depresión de manera similar que las hormonas menstruales pueden desencadenar síntomas parecidos a los que se presentan durante y después del periodo menstrual de una mujer.

En algunas mujeres, otra posible causa de estos síntomas después del embarazo es una disminución de las hormonas de la tiroides, las cuales son producidas por la glándula tiroides (ubicada en el cuello). Estas hormonas ayudan a regular la manera en que el cuerpo usa la energía. Los bajos niveles de la tiroides pueden ocasionar sentimientos de depresión o irritación, problemas para dormir y para concentrarse y aumento de peso.

Si combina estos cambios en su cuerpo con los cambios dramáticos en su vida, los sentimientos normales como sentirse abrumada con las nuevas responsabilidades, la presión de ser una madre “maravillosa” y el sentimiento de pérdida de la vida que tenía antes, son una receta para la tristeza posparto.

Factores de riesgo

Algunas mujeres corren mayor riesgo de sufrir depresión durante y después del embarazo: 

  • Antecedentes personales de la madre de depresión y otras enfermedades mentales es generalmente el mayor factor de riesgo

  • Antecedentes familiares de depresión y otras enfermedades mentales

  • Falta de apoyo de familiares y amigos

  • Depresión o enfermedad mental de la pareja de la mujer

  • Ansiedad o sentimientos negativos respecto al embarazo

  • Problemas con embarazos o partos previos

  • Problemas matrimoniales o de dinero

  • Acontecimientos estresantes

  • Embarazo a una edad muy joven

  • Trastorno por uso de sustancias

  • Violencia familiar

  • Enfermedad crónica

El riesgo también es mayor con embarazos múltiples, partos prematuros o cuando los bebés nacen con déficits físicos o del desarrollo neurológico ya sean congénitos o adquiridos. Las transiciones estresantes, tales como el regreso al trabajo también pueden ser un factor de riesgo.

Las poblaciones de minoría, emigrantes y refugiados corren más riego debido a que enfrentan estrés adicional para acoplarse y adaptarse a su nuevo ambiente sin ayuda de familiares a nivel local, y con el estrés adicional de problemas financieros y obstáculos culturales.

Aunque estos factores de riesgo ayudan a identificar a las personas con mayor probabilidad de sufrir depresión perinatal, cualquier mujer puede sufrirla durante el embarazo o durante el año siguiente al parto.

Tipos de depresión durante y después del embarazo

La depresión durante y después del embarazo por lo general se divide en las siguientes  categorías: (1) tristeza posparto (2) depresión perinatal (abarca la prenatal y la posparto) y  (3) la psicosis posparto. Existe ayuda para todos estos casos.

Tristeza posparto

Muchas mujeres sufren de tristeza posparto después de dar a luz.  De hecho, se estima que de 50 % al 80 % de las madres sufren “tristeza posparto”. Para la mayoría de las mujeres, la tristeza posparto es algo temporal —por lo general desaparece en unos días y puede durar hasta 2 semanas después del parto.

Si sufre de tristeza posparto puede:

  • Sufrir de cambios de estado de ánimo

  • Sentirse triste, ansiosa o abrumada

  • Tener episodios de llanto

  • Perder el apetito

  • Tener problemas para dormir

Los síntomas por lo general no son severos y existen formas relativamente fáciles de controlarlos:

  • Duerma bien. Tome siestas cuando su bebé duerme.

  • Libérese de la presión autoimpuesta. No tiene que hacerlo todo usted misma, ¿quién puede hacerlo? Haga lo que pueda y deje el resto para más tarde o para que otros lo hagan.

  • Evite pasar demasiado tiempo sola.

  • Pídale ayuda y apoyo a su pareja o a sus familiares y amigos.

  • Únase a un grupo de apoyo para madres nuevas.

  • Haga suficiente ejercicio.

Depresión perinatal (abarca la prenatal y posparto)

La depresión posparto abarca la depresión prenatal (durante el embarazo) y la depresión posparto (durante el primer año después del parto). Los síntomas de la depresión perinatal duran más tiempo que los de la “tristeza posparto” y son más severos. Se presenta en 1 de cada 5 mujeres.

Las mujeres embarazadas y las nuevas madres que se sienten abrumadas, frustradas, ansiosas y con ganas de llorar persistente o deprimidas no deben sufrir en silencio o sentirse avergonzadas. En lugar de esto, deben consultar con sus médicos de inmediato para obtener ayuda, y en algunos casos, tratamiento si fuera necesario.

Los síntomas de la depresión perinatal pueden ser de leves a severos. Pueden abarcar los mismos síntomas de la tristeza posparto, pero pueden también incluir:

  • Dormir demasiado o no poder dormir

  • Carencia del disfrute de la vida

  • Entumecimiento emocional

  • Problemas para concentrarse, recordar cosas y tomar decisiones

  • Falta de interés del cuidado personal

  • No sentir ganas de hacer tareas cotidianas

  • Alejarse de familiares y amigos

  • Pérdida de interés o sensibilidad sexual

  • Un sentimiento marcado de fracaso o insuficiencia

  • Cambios severos del estado de ánimo

  • Mostrar demasiada preocupación (o poca) por el bebé

  • Grandes expectativas y una actitud excesivamente exigente

  • Dificultar para hallarle sentido a las cosas

Existen tratamientos eficaces para la depresión perinatal. Con frecuencia el tratamiento consta de una combinación de medicamentos antidepresivos, terapia de comunicación y recursos de ayuda disponibles en la comunidad.  Muchas mujeres no se someten a tratamiento a pesar de su eficacia. A algunas les preocupa el riesgo que los medicamentos antidepresivos puedan tener para la salud del bebé, Es importante consultar directamente con su médico y comunicar estos temores.

Los mismos consejos para superar la “tristeza posparto” pueden ayudar a superar la depresión posparto. Cualquiera que sean las medidas que usted y su médico decidan tomar, es importante que se adhiera a su plan de tratamiento para la depresión. Si las cosas no mejoran, no dude en consultar con su médico o el pediatra de su niño.

Psicosis posparto

Un cantidad muy pequeña de mujeres (1 o 2 de cada 1.000 mujeres) puede sufrir de una forma rara y severa de la depresión posparto conocida como psicosis posparto. Las mujeres que son diagnosticadas con trastornos bipolares o con trastorno esquizoafectivo corren mayor riesgo de sufrir de psicosis posparto.

Los síntomas de la psicosis posparto generalmente empiezan durante las primeras 4 semanas después del parto y pueden incluir:

  • Extrema confusión

  • Sentimiento de desesperanza

  • Imposibilidad para dormir (incluso cuando está agotada)

  • Rehusarse a comer

  • Desconfiar de otras personas

  • Ver cosas o oír voces que no existen

  • Pensamientos de hacerse daño a hacerle daño al bebé o a otras personas

La psicosis posparto es temporal y se puede tratar con ayuda profesional, pero es una situación de emergencia que requiere atención inmediata.

Su pareja también puede sufrir de depresión

Los nuevos padres también corren riesgo de sufrir de depresión. Por lo general, los hombres tienden a evitar expresar sus sentimientos. Se rehúsan a aceptar que pueden correr riesgo y no solicitan ayuda cuando la necesitan. Sin embargo, a los padres con depresión se les dificulta ayudar a sus parejas y a los  niños; esto aumenta el riesgo de la depresión materna. Se cree que la depresión en los padres también se puede tratar, pero con frecuencia no se identifica. Consulte para más información: Los papás también pueden sufrir de depresión posparto.

No existe mucha investigación sobre la depresión entre las parejas del mismo sexo o que no son padres biológicos del niño, pero los estudios clínicos sugieren que empezar una nueva familia puede ser una transición difícil para todos los padres. Por esta razón, cualquier padre que tenga dificultad para sobrellevar el estrés de la crianza o que tenga síntomas de depresión debe consultar con su médico o el pediatra del niño.

Hable con un profesional de la salud

Las evaluaciones para detectar la depresión durante y después del embarazo deben ser parte rutinaria de su atención médica. Los profesionales de la salud —tales como su médico, el médico de su bebé, un profesional de enfermería o cualquier otro proveedor de salud— están familiarizados con los tipos de depresión que las madres embarazadas y primerizas enfrentan. Conocen formas para ayudarla y pueden explicarle las opciones que tiene. Están dispuestos a escucharla y pueden encaminarla a su recuperación.

Recuerde…

Cualquier mujer puede sufrir de depresión durante el embarazo o después del parto. Esto no quiere decir que sea una mala madre o que una madre incapaz. De hecho, someterse a tratamiento y solicitar ayuda le ayuda a cuidar mejor de su bebé. Usted y su bebé no tienen que sufrir. La ayuda está disponible.

Todos los niños se merecen la oportunidad de tener una madre sana.

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