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Lola Rovati
@Lolarovati
El método que utilizan las matronas y los médicos para medir la dilatación en la fase activa del parto es a través del tacto vaginal. Este procedimiento permite valorar el estado del cuello del útero -o cérvix- y así poder conocer la posición, consistencia, longitud y dilatación del cuello uterino y el descenso y rotación de la cabeza fetal.
Esta práctica es fundamental en el reconocimiento del comienzo y progreso del parto, pero sólo debe ser realizada por personal experto, con las manos limpias y cubiertas por guantes estériles.
Con la mujer tumbada sobre la espalda y las piernas abiertas, la matrona introducen los dedos índice y medio en la vagina hasta alcanzar el cuello uterino. Los entreabren como si fuera un compás y determinan en pocos segundos cuántos centímetros tenemos de dilatación. Aunque no son centímetros exactos, -no se mide con una regla-, con la ayuda de la práctica, pueden conocer «a ojo de buen cubero» el progreso de la dilatación.
No es un procedimiento que a algunas mujeres puede resultarles doloroso y molesto. Hay quienes se sienten violentadas al considerar que se invade su intimidad y privacidad. Deben realizarse siempre con el consentimiento de la mujer, explicándole antes en qué consiste el procedimiento.
Además de la incomodidad, el tacto vaginal es considerado un factor de riesgo potencial de infecciones, por lo que lo ideal es reducir al mínimo el número de veces que se realiza este procedimiento. Según las recomendaciones de la OMS, realizarlo cada cuatro horas debería ser suficiente.
Generalmente, la matrona te hará una exploración al ingresar, para valorar el estado de la dilatación en ese momento, y hacia el final del progreso del trabajo de parto, cuando las contracciones sean más frecuentes e intensas y estés cercana a la dilatación completa.
Los primeros tres-cuatro centímetros de dilatación son los que más tiempo demandan. Incluso en muchos casos, sobretodo si no es el primer parto, la dilatación puede comenzar unos días antes.
Una vez superados los tres centímetros, en lo se conoce como fase de dilatación activa, la dilatación se acelera rápidamente hasta los 10 o 12 cm para permitir el paso de la cabecita del bebé.
En la segunda fase de dilatación suele romperse la bolsa, si es que no ha sucedido antes. Pero en algunos casos puede llegar íntegra hasta la dilatación completa.
Los tactos vaginales están contraindicados en embarazos con placenta previa, debido a que podría causar una hemorragia que podría poner en riesgo a la madre y al bebé.
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La primera fase del parto es una de las más importantes, y se corresponde con la dilatación progresiva del cuello uterino para «abrir paso» al bebé. Descubre en qué consiste y qué puedes hacer para favorecerla.
Escrito y verificado por la psicopedagoga Leticia María Fernández Gutiérrez.
Última actualización: 12 agosto, 2021
La dilatación es la primera fase del parto. ¿Sabías que llegas a dilatar hasta 10 centímetros? Sin duda es increíble lo que tu cuerpo llega a hacer para permitir nacer a tu bebé. Si quieres saber más sobre dilatación, sigue leyendo.
La dilatación es el proceso por el cual se produce la abertura del cérvix o cuello del útero, conducto que comunica directamente con la vagina. Es un proceso lento y doloroso, pero que da comienzo a lo que llevas 9 meses esperando, el parto.
A muchas mujeres les puede resultar absolutamente desesperante el proceso de dilatación. Sobre todo a las primerizas, les cuesta mucho, mucho tiempo, dilatar lo suficiente, y resulta verdaderamente difícil estar muchas horas seguidas con dolor.
Si todavía no has pasado por ese momento, probablemente tengas mucho miedo al dolor del que te hablamos. No te preocupes, es normal. Vamos a contarte todo lo que necesitas saber sobre la dilatación.
Las contracciones uterinas comienzan a estirar las fibras musculares del cuello uterino, haciendo que estas se vayan abriendo. Estas contracciones provocan dolor, que varía en intensidad a medida que se acerca el momento de dar a luz.
Podemos hablar de dos grandes fases:
Aunque sea complicado, mantenerse lo más tranquila posible ayuda. No es que vaya a acelerar el proceso de manera significativa, pero sí dejarás a tu cuerpo que tome el mando y haga aquello para lo que está preparado.
Si estás excesivamente nerviosa o con miedo, tu musculatura tenderá a la contracción, lo cual es más incómodo y dificulta el proceso de dilatación.
Caminar sí puede ayudar a tu bebé a colocarse correctamente para avanzar por el canal de parto. Se favorece la apertura del cuello uterino y, durante las largas horas de espera en la primera fase, puede aliviar un poco el dolor y el entumecimiento.
También hay diferentes posturas que puedes adoptar y que seguro te van a ayudar:
Por último, puedes utilizar la famosa pelota de pilates o pelota suiza. Esa pelota, durante el embarazo y también durante las largas horas de dilatación, resulta beneficiosa. Siéntate sobre ella y déjate llevar en un suave balanceo o dando pequeños saltos sobre la misma.
La epidural consiste en una inyección realizada en el canal raquídeo o columna vertebral. Se introduce un analgésico local que tiene como función adormecer el cuerpo de cintura para abajo.
Cuando hablamos de epidural y dilatación, surgen varias dudas.