Como son las ultimas semanas de embarazo: de la semana 37 a la semana 40

Como son las ultimas semanas de embarazo: de la semana 37 a la semana 40

de la semana 37 a la semana 40

Semana a semana y mes a mes, hemos llegado al último mes de embarazo del calendario de embarazo. A esta altura, ya hablamos de un embarazo a término pues a partir de la semana 37 el bebé está preparado para nacer, aunque lo conveniente es esperar a que el nacimiento se desencadene espontáneamente. Sólo un 5% de los bebés nacen en la fecha estimada de parto, es decir, el día que se cumplen las 40 semanas. La gran mayoría nace deliberadamente entre la semana 37 y la 40. En cualquier momento, cuando el pequeño lo decida, puede comenzar el proceso que desencadenará el trabajo de parto y su nacimiento.

Ya no queda nada para poder verle la carita a tu bebé, pero cuidado con la ansiedad. Si ya has esperado nueve meses, vive las últimas semanas de tu embarazo con tranquilidad de cara a afrontar con la mejor de las actitudes el importantísimo momento de dar a luz.

Como hemos venido haciendo a lo largo de todo el embaraza, veamos cómo crece el bebé semana a semana durante este último mes dentro del vientre de su madre.

Semana 37 de embarazo

En la semana 37 de embarazo (o sea, 35 semanas desde el momento de la concepción) el pequeño mide alrededor de 49 centímetros y su peso ronda los 3 kilos. Hay que aclarar que a esta altura el tamaño de un bebé con respecto a otro puede tener una gran variación ya que cada niño tiene su propio ritmo de crecimiento, tanto dentro como fuera del útero.

El bebé está completamente desarrollado, por eso en estas últimas semanas se ocupará principalmente de ganar peso, y algunos lo hacen con verdadero ímpetu llegando a aumentar unos 350 gramos semanales.

Seguramente, el bebé ya esté preparado nacer colocado cabeza hacia abajo. En las últimas semanas la madre suele sentir una presión en los huesos de la pelvis, producida por el peso del bebé. También las secreciones vaginales son más abundantes lo que indica la cercanía del parto.

El lanugo, la fina capa de vello que recubre su piel desaparece casi por completo. Algunos bebés nacen con algo de pelo, sobre todo en la espalda, en los brazos y en las piernas, pero con el correr de las semanas se va cayendo solo.

Semana 38 de embarazo

En la semana 38 las medidas estimadas del bebé son de 50 centímetros y 3, 200 kilos. Sus manitas ya pueden agarrar, de hecho ya lo hace con el cordón umbilical que ha sido su juguete dentro del útero.

El pequeño ya tiene la cabeza totalmente cubierta de pelo. Algunos nacen con una melena abundante mientras que otros nacen casi si pelo. De cualquier modo el color del pelo, así como el de ojos todavía no es definitivo. El pelo con el que nacen suele caerse a lo largo de los primeros meses de vida, mientras que el iris de sus ojos, la parte que les da color, aún no ha acumulado el pigmento definitivo.

Sus intestinos han comenzado a producir meconio, la primera materia fecal que normalmente es eliminada por el bebé después del nacimiento.

Su cuerpo está recubierto por una abundante sustancia amarillenta llamada vernix caseosa que le facilitará el deslizamiento por el canal de parto en el momento de nacer.

Es muy probable que haya comenzado ya el proceso de dilatación del cuello uterino de la madre, aún sin haber tenido contracciones regulares. Esto es muy frecuente especialmente en las madres no primíparas, es decir aquellas que ya han tenido un parto previo.

Semana 39 de embarazo

En la semana 39 el bebé mide 51 centímetros y 3,400 kilos. En la revisión semanal, el médico verificará la posición del bebé. Si estuviese colocado de nalgas es posible que el médico intente dar vuelta al bebé a través de la versión cefálica externa, una maniobra que se realiza para intentar que el bebé cambie de postura para facilitar el parto vaginal. Lo cierto es que son pocos los médicos que la realizan y en la mayoría de los casos se presupone que una presentación de nalgas es una cesárea segura. Sin embargo, también es viable el parto vaginal.

Semana 40 de embarazo

En la semana 40 el bebé mide 52 centímetros de la cabeza hasta los pies y pesa cerca de 3,400 kilos. Notarás que sus movimientos han disminuido debido al poco espacio que tiene para moverse. De cualquier forma, sigue haciéndolo y si notas que no lo hace, debes acudir inmediatamente al médico.

Ya se han cumplido los 280 días de tu calendario de embarazo. Tu bebé está preparado para salir al mundo, sin embargo algunos órganos como por ejemplo el cerebro continuará desarrollándose creando millones de conexiones neuronales durante los primeros años de vida.

Una de las preocupaciones típicas de las embarazadas, sobre todo en las primerizas, es saber cómo reconocer el momento del parto. Son varias las señales que indican la cercanía del parto como sentir contracciones cada vez más fuertes y regulares, la expulsión del tapón mucoso, que no es necesariamente señal de parto inminente pero indica que el cuello ha comenzado a dilatarse. También el proceso de parto puede comenzar con la rotura espontánea de bolsa, pero no sucede en todos los casos.

Lo importante es que estés atenta a las señales que te da tu cuerpo y tu bebé y que comprendas que el proceso de parto es un proceso fisiológico para el que las mujeres estamos perfectamente programadas.

Si no ha sucedido antes, seguramente en esta semana llegue el tan deseado momento de conocer a tu bebé. Si todavía no ha decidido nacer todavía quedan dos semanas de margen para que nazca, ya que hasta la semana 42 se considera un bebé a término. El médico te realizará revisiones frecuentes para controlar el estado del bebé hasta cuando decida nacer.

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esto es lo que te pasará en las últimas semanas

Las últimas semanas de embarazo son una etapa muy especial y diferente a lo vivido hasta el momento. El peso del bebé y el que la madre ha ido ganando a lo largo de los meses, así como el volumen de la tripa y la inminente llegada del parto provoca la aparición de nuevas molestias y la intensificación de otras que ya se tenían.

A la vez, las mujeres experimentan sensaciones encontradas relacionadas con el próximo nacimiento de su bebé. Por un lado, unas profundas ganas de conocer su carita y tenerlo en brazos, pero por otro la nostalgia de saber que esta maravillosa etapa está llegando a su fin.

Te contamos todos los acontecimientos que se suceden en la recta final del embarazo.

Cambios importantes para la madre

Al final del embarazo resulta más difícil controlar el aumento de peso. Por eso, es importante continuar alimentándose de forma equilibrada, reduciendo la cantidad de sal en las comidas, bebiendo mucho líquido, evitando las grasas y realizando ejercicio físico moderado.

Alimentos como las frutas, las verduras, las legumbres y los cereales integrales no deberían faltar en tu dieta, y además son grandes aliados para combatir algunas de las molestias más típicas de esta etapa.

En el tercer trimestre son especialmente frecuentes los calambres en las piernas y pies (sobre todo por las noches), el dolor de espalda y la ciática debido al peso de la barriga, y los edemas causados por la retención de líquidos. También hay mujeres que sufren el llamado síndrome del túnel carpiano, que provoca dolor y adormecimiento de las manos, así como pubalgia o calambres en el pubis.

Otras molestias muy frecuentes en esta etapa son las hemorroides, la acidez o reflujo, los gases y las digestiones pesadas. También pueden presentarse ronquidos o alteraciones respiratorias durante el sueño, así como el síndrome de piernas inquietas, una molesta condición que dificulta notablemente el correcto descanso.

Y precisamente el descanso nocturno es uno de los aspectos que más se altera en la recta final del embarazo. Esto no solo se debe a las molestias anteriormente mencionadas, sino a la dificultad de encontrar una postura que resulte cómoda, al aumento de la frecuencia urinaria, a los continuos movimientos del bebé y a la propia ansiedad que genera pensar en el parto. No en vano, en este tercer trimestre suelen aparecer sueños recurrentes sobre el momento del parto así como pesadillas.

En lo que respecta a los pechos, es probable que notes cambios significativos en esta última etapa, como una mayor hinchazón y pérdidas de calostro, pues tu cuerpo se está preparando para alimentar al bebé. También notarás cambios en tu barriga, debido al encajamiento del bebé, y probablemente experimentes pequeñas hemorragias vaginales como resultado de un trauma en el cérvix, que es cada vez más sensible a estas alturas de la gestación.

Emociones a flor de piel

Probablemente, en algún momento de tu embarazo hayas experimentado dudas, miedo o incertidumbre por esa nueva etapa de tu vida. Pero es sobre todo al final de la gestación cuando las preocupaciones se acrecientan y se vuelven más recurrentes.

Para la mayoría de las mujeres, los principales miedos en esta última etapa del embarazo están relacionados con el momento del parto, el bienestar y salud del bebé y nuestro papel como madres. Si ya tienes otro hijo es normal preguntarse si serás capaz de amar al nuevo bebé tanto como a tu primogénito, o si tendrás la capacidad de atender a todos tus hijos por igual.

Aunque vivir un embarazo con otro hijo -especialmente si este es muy pequeño- puede ser agotador física y emocionalmente, es recomendable que te tomes diariamente un tiempo de descanso y autocuidado, y que dediques un ratito a conectar con tu bebé. ¡A los dos os vendrá de maravilla!

También es normal sentir que vives en una montaña rusa de emociones, y por un lado desear que finalice el embarazo y puedas conocer a tu bebé, pero por otro lado que no termine nunca, pues ahí dentro tu bebé está protegido y tu vínculo con él es sumamente especial.

Los últimos controles de embarazo

El inicio del tercer trimestre comienza con una visita a la matrona o al ginecólogo, que valorarán tu estado general, te realizarán una exploración física y te solicitarán las pruebas complementarias que debes hacerte en esta última etapa:

  • Analítica de sangre (que incluirá una prueba de coagulación de cara al parto) y análisis de orina.
  • Ecografía entre la semana 32 y 36 de gestación, necesaria para valorar el estado del bebé (se toman medidas del diámetro cefálico, el diámetro abdominal y el largo del fémur para estimar su peso aproximado y comprobar que se desarrolla adecuadamente y no sufre crecimiento intrauterino retardado), así como el estado de la placenta y el líquido amniótico.
  • Exudado vagino-rectal para descartar una infección por estreptococo del grupo B, que de no tratarse podría afectar al bebé en el momento de atravesar el canal de parto.
  • Monitorización fetal antes del parto para controlar el bienestar del bebé al final del embarazo. Generalmente se hace a partir de la semana 37 o 38, y mide tanto el latido cardiaco del bebé, como la actividad uterina de la embarazada.

Si has llegado a la semana 40 y no te has puesto de parto, es posible que tu médico o matrona recomienden realizarte la maniobra de Hamilton o separación de las membranas. Esta maniobra ayudará a que el parto se desencadene de manera natural, aunque es importante que se te practique únicamente cuando las condiciones del cuello uterino sean favorables a la dilatación y siempre tras haberte informado previamente y obtener tu consentimiento.

También hay otras cosas que puedes hacer para ayudar a que el parto se desencadene de forma natural cuando ha cumplido el plazo, tales como técnicas de relajación, determinados ejercicios o mantener relaciones sexuales para liberar oxitocina y propiciar la aparición de contracciones.

Los grandes cambios que experimenta el bebé

En la última etapa del embarazo, el bebé sólo se ocupa de acumular grasa debajo de su delicada piel, engordando una media de 200-300 gramos a la semana. Así, al comiendo de la semana 35 pesa alrededor de 2,400 kilos y mide 47 cm, llegando a los 3,200 – 3,500 kilos y 52 cm en la semana 40. No obstante, estos pesos son aproximados y muy variables de un bebé a otro.

Hacia el final del tercer trimestre el bebé irá adoptando la posición para nacer, colocándose boca abajo en la mayoría de los casos. Si en tu último control ecográfico aún no se hubiera colocado, pide a tu médico o matrona que te den algunas recomendaciones para ayudarle a girarse, e infórmate también sobre la posibilidad de practicar la versión cefálica externa.

El sistema nervioso del bebé, así como otros órganos fundamentales como el hígado y el riñón han completado prácticamente su desarrollo. En las últimas semanas todos los órganos “practican” para funcionar por sí mismos fuera del útero; así, el bebé traga y digiere líquido amniótico, elimina más de medio litro de orina al día y perfecciona el instinto de succión chupándose el dedo.

El lanugo, la fina capa de vello que recubre al bebé, va disminuyendo poco a poco hasta casi desaparecer en el momento del parto, mientras que su piel está cubierta por una abundante cantidad de vérnix caseosa, una sustancia untuosa amarillenta cuya función es facilitar el paso del bebé por el canal de parto y proteger su piel frente infecciones bacterianas y hongos.

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