El calostro es conocido como ‘oro líquido’, por la gran cantidad de beneficios que aporta a los recién nacidos. Además de su gran aporte nutricional, también es esencial para el sistema inmunológico. ¿Quieres saber más sobre este maravilloso alimento?
El calostro es un líquido producido por las glándulas mamarias antes de que la leche materna comience a liberarse. Es muy nutritivo por su gran cantidad de proteínas. Además contiene altos niveles de anticuerpos que ayudan a combatir infecciones y bacterias. Por lo cual cuenta con un rol primordial en la construcción del sistema inmunológico de tu bebé
Además de favorecer el crecimiento y la salud de los recién nacidos, el calostro es bajo en grasas, de fácil digestión y aporta una gran cantidad de componentes que permiten el desarrollo de tu bebé de la mejor manera posible
El calostro es más espeso y amarillo que la leche madura. Su composición también es diferente, porque se adapta a las necesidades específicas de su recién nacido.
Aunque pueda parecer imposible, la leche materna se empieza a producir antes del nacimiento de tu hijo. Desde la semana 14 es posible que tus pezones secreten un poco de calostro. Sin embargo es más probable que se dé en las últimas semanas de gestación. Notarás que tiene una consistencia pegajosa y densa. Puedes colocar pads absorbentes dentro de tu sostén para evitar que manchas de humedad traspasen tu ropa.
¿Sabías que dos tercios de las células del calostro son glóbulos blancos que protegen a tu bebé contra las infecciones? Además, ayudan a fortalecer el sistema inmune de tu bebé para ser capaz de combatir enfermedades por sí mismo. De acuerdo con especialistas, los glóbulos blancos son de gran importancia en lo que se refiere a respuestas inmunitarias.
Proporcionan protección y combaten a los patógenos.
Al salir del cuerpo de mamá, el bebé debe estar listo para enfrentar los nuevos retos del mundo que le rodea. Los glóbulos blancos del calostro producen anticuerpos que son capaces de neutralizar virus y bacterias. Es importante resaltar que estos anticuerpos son altamente efectivos frente a las molestias del estómago y la diarrea. Resulta vital, considerando que los bebés pequeños tienen un sistema digestivo inmaduro.
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El característico color amarillo del calostro es provocado por su contenido alto en carotenoides y vitamina A. Esta vitamina es de gran importancia para la vista de tu bebé, además ayuda a tener una piel saludable y sistema inmunológico fuerte. Normalmente los bebés nacen con bajo nivel de vitamina A. El calostro ayuda a compensar ese déficit.
Además de ser rico en vitaminas, el calostro es rico en minerales como magnesio que favorece al corazón y los huesos de tu bebé o el cobre que ayuda al sistema inmunológico.
De igual forma, contiene zinc que ayuda al desarrollo del cerebro. El calostro posee casi cuatro veces más zinc que la leche materna, para el rápido desarrollo del cerebro del recién nacido.
Los especialistas han determinado que es rico en proteínas y que la grasa que contiene es distinta a la de la leche materna madura para facilitar su digestión, además de tener un nivel relativamente bajo en azúcares.
Los científicos han encontrado que la composición del calostro es parecida al líquido amniótico, el líquido que rodea y protege al feto a medida que crece durante el embarazo. Por lo que consideran que es perfecto para ayudar al recién nacido a adaptarse al mundo exterior.
Después de tres o cuatro días del parto, la producción de leche materna comienza a incrementar. Notarás que tu pecho se siente más firme y lleno. En lugar de calostro, se está produciendo leche de transición, más blanca en color y de textura más cremosa.
Aunque parezca imposible, en un año tu bebé estará caminando y diciendo sus primeras palabras. El calostro solo se produce por unos días, pero sus beneficios duran toda la vida.
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Índice
Los pechos son uno de los órganos que antes comienzan a cambiar durante el embarazo, ya que serán los encargados de alimentar al bebé durante sus primeros meses de vida. Por eso, desde las primeras semanas de gestación se puede notar cómo estos van aumentando de tamaño, las venas se vuelven más visibles y azuladas, las aréolas más grandes y oscuras y los pezones también aumentan de tamaño. En el interior de los senos, los conductos galactóforos también van cambiando y preparándose para producir leche una vez nazca el bebé.
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Por eso, es posible que durante las últimas semanas de embarazo notes cómo segregas un poco de leche, lo cual se puede hacer más evidente al estimular los pezones, ya que esta estimulación produce oxitocina, una de las hormonas principales para la producción de leche. Sin embargo, esta leche todavía no es calostro, sino que es precalostro, un líquido que producen los pechos en el embarazo en preparación del calostro y la leche madura. Esta leche se forma en la luz de los alvéolos y está formada por exudado de plasma, sodio, cloro, células, inmunoglobulinas, lactoferrina, seroalbúmina y una pequeña cantidad de lactosa. Sin embargo, el calostro está formado por agua, grasa, lactosa, proteínas, inmunoglobulinas A, G y M y lactoferrina; es decir, es mucho más completo.
El objetivo del precalostro es hacer que las células del centro de los alvéolos se disuelvan para permitir que, una vez nazca el bebé, la leche fluya por los conductos hasta llegar al pezón una vez comience la succión del pequeño.
Por eso, este líquido también tiene su importancia, aunque no todas las mujeres notan las pequeñas pérdidas de este líquido. Si no es tu caso, no te preocupes, ya que no significa que no vayas a poder dar el pecho o que tengas problemas con la lactancia.
Y, una vez el bebé nace y se le coloca al pecho y comienza a succionar, el organismo materno comienza a producir prolactina y oxitocina, las hormonas responsables de la fabricación de leche y, justo en ese momento, comienza a producirse el calostro en los pechos maternos.
Muchas mujeres se preguntan por qué los senos producen primero calostro, en lugar de producir directamente leche madura. Pero lo cierto es que el calostro tiene mucha importancia en el desarrollo del bebé, ya que contiene 3 veces más proteínas que la leche madura, esencial para ayudar al pequeño en estos primeros días de adaptación al nuevo ambiente y a la nueva alimentación. Además, el calostro contiene una alta concentración de inmunoglobulinas A, G y M y lactoferrina, que protegen al bebé de infecciones, y de linfocitos y macrófagos, que lo protegen frente a muchos patógenos contra los que su sistema inmunológico todavía no puede luchar.
También contiene más b-caroteno, de ahí su color mucho más amarillento que la leche. Asimismo, es más espeso que la leche y contiene menos cantidad de lactosa, grasa y vitaminas hidrosolubles, pero más vitaminas liposolubles (E, A, K), carotenos y minerales como el sodio o el zinc.
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Además, el calostro también sirve para proteger la flora intestinal y el sistema respiratorio, aportar factores de crecimiento, estimular el peristaltismo intestinal y prevenir la formación de tapones de meconio. Por eso, es el mejor alimento para el bebé en estos primeros días de vida, fabricado especialmente para él.
Por otra parte, hay que tener en cuenta que la cantidad de calostro que segregan los pechos es mucho menor que la de la leche, ya que el estómago de un recién nacido es como una cereza y apenas puede tragar más que unas pequeñas cantidades de calostro, por eso no debes asustarte si notas que sale muy poco calostro, es lo normal al principio, pero más que suficiente para las necesidades del bebé.
Una vez el bebé pase estas primeras 48 horas de vida, los pechos comenzará a segregar leche madura, más blanca y líquida y con una composición un tanto diferente al calostro, aunque también irá variando a medida que el bebé crezca para adaptarse a sus necesidades en cada momento de su desarrollo y crecimiento.
La subida de la leche, como decíamos, se produce entre 48 y 72 horas después y la mejor manera de conseguir que suba la leche es colocando al bebé al pecho a menudo. Recuerda que la lactancia debe ser siempre a demanda, es decir, cuando el bebé tenga hambre, sin fijarse en horarios estrictos ni tiempos determinados. Y, hasta que esta se produzca, no te obsesiones porque produces poca leche o con que solo le das calostro, ya que es el mejor alimento para el pequeño en este momento, por eso es lo que produce tu cuerpo. La naturaleza siempre es sabia, confía en ella y en ti y la lactancia será todo un éxito.
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Muchas madres aún desconocen qué es el calostro y esto hace que, cuando dan a luz, muchas ofrecen leche en fórmula ya que creen que “no tienen leche”.
Esto puede hacer que más tarde el bebé rechace la leche materna (debido al gran cambio de sabor).
Además, cada día se extiende más el mito sobre que darle el calostro al recién nacido es malo. Esto no sólo es falso, sino que se ha demostrado que es totalmente lo contrario. El calostro es todo lo que el bebé necesita cuando el bebé llega al mundo. El cuerpo de la mujer es muy sabio, sabe adaptar la leche materna a las necesidades del pequeño. ¡No dejes que se pierda todos los beneficios del calostro!
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