Pedro y el lobo es un cuento educativo para niños ya que les enseña que no han de burlarse de los demás, ni contar mentiras. Y es que, tanto la mentira como la burla tiene consecuencias. Sin embargo, esta fábula se tituló originalmente El pastor mentiroso y fue el conocido fabulista Esopo la recogió entre sus fábulas. En Europa y Latinoamérica pasó a llamarse Pedro y el lobo con el tiempo, pero la realidad es que Pedro y el lobo es una sinfonía musical para niños creada por un músico ruso en 1946 que posteriormente la animó Walt Disney.
Sea como fuere, la ya conocida como Pedro o el lobo o El pastor mentiroso trata sobre un joven pastor que quiere hacer una serie de bromas a sus vecinos a quienes engaña avisándoles constantemente de que va venir un lobo a comerse a sus ovejas, ¿qué ocurrirá con Pedro?
Leer +: 4 fábulas sobre lobos para niños
Érase una vez un pequeño pastor que se pasaba la mayor parte de su tiempo paseando y cuidando de sus ovejas en el campo de un pueblito. Todas las mañanas, muy tempranito, él hacía siempre lo mismo. Salía a la pradera con su rebaño, y así pasaba su tiempo.
Muchas veces, mientras veía pastar a sus ovejas, él pensaba en las cosas que podía hacer para divertirse.
Como muchas veces se aburría, un día, mientras descansaba debajo de un árbol, tuvo una idea. Decidió que pasaría un buen rato divirtiéndose a costa de la gente del pueblo que vivía por allí cerca. Se acercó y empezó a gritar:
– ¡Socorro, el lobo! ¡Que viene el lobo!
Ver +: Leer el cuento de Pedro y el lobo en inglés
La gente del pueblo cogió lo que tenía a mano, y se fue a auxiliar al pobre pastorcito que pedía auxilio, pero cuando llegaron allí, descubrieron que todo había sido una broma pesada del pastor, que se deshacía en risas por el suelo.
Los aldeanos se enfadaron y decidieron volver a sus casas. Cuando se habían ido, al pastor le hizo tanta gracia la broma que se puso a repetirla. Y cuando vio a la gente suficientemente lejos, volvió a gritar:
– ¡Socorro, el lobo! ¡Que viene el lobo!
La gente, volviendo a oír, empezó a correr a toda prisa, pensando que esta vez sí que se había presentado el lobo feroz, y que realmente el pastor necesitaba de su ayuda.
Ver +: Dibujo de Pedro y el lobo para colorear
Pero al llegar donde estaba el pastor, se lo encontraron por los suelos, riendo de ver como los aldeanos habían vuelto a auxiliarlo.
Esta vez los aldeanos se enfadaron aún más, y se marcharon terriblemente enfadados con la mala actitud del pastor, y se fueron enojados con aquella situación.
A la mañana siguiente, mientras el pastor pastaba con sus ovejas por el mismo lugar, aún se reía cuando recordaba lo que había ocurrido el día anterior, y no se sentía arrepentido de ninguna forma.
Pero no se dio cuenta de que, esa misma mañana se le acercaba un lobo. Cuando se dio media vuelta y lo vio, el miedo le invadió el cuerpo.
Al ver que el animal se le acercaba más y más, empezó a gritar desesperadamente:
– ¡Socorro, el lobo! ¡Que viene el lobo! ¡Que va a devorar todas mis ovejas! ¡Auxilio!
Pero sus gritos han sido en vano. Ya era bastante tarde para convencer a los aldeanos de que lo que decía era verdad.
Los aldeanos, habiendo aprendido de las mentiras del pastor, esta vez hicieron oídos sordos. ¿Y lo qué ocurrió? Pues que el pastor vio como el lobo se abalanzaba sobre sus ovejas, mientras él intentaba pedir auxilio, una y otra vez:
– ¡Socorro, el lobo! ¡El lobo!
Pero los aldeanos siguieron sin hacerle caso, mientras el pastor vio como el lobo se comía unas cuantas ovejas y se llevaba otras tantas para la cena, sin poder hacer nada, absolutamente.
Y fue así que el pastor reconoció que había sido muy injusto con la gente del pueblo, y aunque ya era tarde, se arrepintió profundamente, y nunca más volvió burlarse ni a mentir a la gente.
Y colorín colorado… ¡este cuento se ha acabado!
¿A qué se dedicaba Pedro?
¿Por qué decidió burlarse de sus vecinos?
¿Qué gritaba Pedro para asustarles?
¿Qué hicieron los aldeanos cuando después de unas cuantas burlas?
¿Qué pasó con Pedro al final del cuento?
¿Cuál crees que fue el error de Pedro?
El caballo y el asno: este cuento nos explica cómo cada vez que no ayudas a quien te lo pide, te perjudicas a ti mismo.
El perro del hortelano: la envidia y el egoísmo hace que algunas personas intenten que otros no cumplan sus sueños.
La cigarra y la hormiga: una fábula sobre el esfuerzo y el trabajo.
Fábula de La lechera: un cuento corto que nos ayuda a explicar a los niños que la avaricia rompe el saco.
El león y el mosquito: una fábula que transmite que nadie es invencible.
La zorra y la cigüeña: no hagas nunca a los demás lo que no quieres que te hagan a ti.
No discutas con burros: discutir con personas necias que no quieren ver la verdad es una pérdida de tiempo.
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Si buscas un cuento del lobo feroz diferente, pero realmente diferente, has llegado a la página adecuada. Proponemos una historia loca y muy divertida, un relato que comienza el día en el que el lobo de los cuentos se harta de caerle mal a todo el mundo y decide cambiar de trabajo. Acudirá a la Oficina de Empleo del Bosque y allí recibirá distintas ofertas en función de la experiencia acumulada en todos los cuentos que protagoniza.
Es divertido si lo lees directamente… ¡Pero si decides escuchar su versión en audiocuento, te morirás de risa! ¡Palabra de Mumablue!
Música en CC0: Darl Hallway, por Kevin MacLeod y Picket Villian (Anónimo).
Este cuento del lobo feroz diferente también está disponible por escrito, para que se lo leas directamente si eso es lo que buscabas. Para hacer de la experiencia de lectura algo mucho más mágico, te dejamos una música para que pongas de fondo mientras lees este cuento del lobo feroz diferente.
Don Lobo no necesita presentación pues todos vosotros, niños y niñas, conocéis más que de sobra de quién se trata: es el malo de todos los cuentos… y, además, es el que, al final, siempre sale perdiendo.
Pero un buen día, don Lobo se hartó de su trabajo. No solo se aburría de llevar siglos haciendo lo mismo, sino que empezaba a afectarle en el ánimo que todo el mundo lo temiera y lo odiara.
Lo cierto es que, hasta hace pocos años, don Lobo no era muy consciente de esto. Fue a raíz de abrirse un perfil en redes sociales cuando se dio cuenta del rechazo que despertaba en las personas. No solo es que nadie le diera “me gustas” cuando publicaba en su Instagram fotos de los platos que había cocinado con los cabritillos, por ejemplo, o que recibiera un montón de tuits ofensivos algunos vegetarianos radicales … ¡Es que hasta habían creado el hashtag #BloquearAlLoboFeroz!
Todo aquello había comenzado a pasarle factura, y cada día estaba más nervioso, más triste… ¡Y más harto! Así que decidió cambiar de trabajo.
Don Lobo se dirigió aquella mañana a la Oficina de Empleo del Bosque. Tuvo que madrugar muchísimo para conseguir cita y, aún así, todavía tuvo que esperar tres interminables horas para ser atendido. Pero, por fin, llegó su turno.
– ¿Don Lobo Feroz? – preguntó una empleada apareciendo en la sala de espera.
– Sí, soy yo.
– Pase, por favor.
Don Lobo acompañó a la empleada al interior de una pequeña oficina. Tomó asiento y entregó su currículum a la funcionaria. Se hizo un largo e incómodo silencio mientras ésta estudiaba su experiencia laboral.
– Muy bien. Vayamos por partes. Aquí dice que ha trabajado usted en el cuento de Los tres cerditos -comenzó la funcionaria con tono de estar muy aburrida.
– Así es…
– Bien… a raíz de esta experiencia… ¿Qué habilidades diría usted que tiene?
– Pues… ¡Una gran capacidad pulmonar! Derribé las casas de esos cerditos tan solo soplando.
– Interesante… Le apunto entonces para el puesto de Soplador de molinos de viento… ahora con todo esto de la energía verde hay muchos puestos disponibles. ¿Qué tipo de casas derribó usted?
– Una de paja y otra de madera. Con la de ladrillo no pude. No soplo con tanta fuerza…
– Aham… entiendo. Entonces, por si acaso, también le voy a inscribir es estos puestos: Soplador en fábrica de vidrio, e Inflador de globos en parques de bolas infantiles -informó la funcionaria mientras tecleaba sin cesar en su ordenador.
– También ha trabajado usted en el cuento de “Los siete cabritillos”. ¿Qué destacaría de ello? -continuó la empleada.
– Bueno… pues, conseguí que los cabritillos me abrieran la puerta… resulté muy convincente…
– Ajá, ajá… A este puesto también puede postular: Vendedor a puerta fría.
– ¿Eso que es? -preguntó Don lobo, a quien le sonaba a trabajar dentro de una nevera y pasar mucho frío.
– Es el que va por las casas intentando venderle a la gente cosas que no necesita. Hace falta habilidad para lograr que las personas abran la puerta de casa a un desconocido…
– Ah, vale, perfecto. Sí, yo creo que se me daría bien.
– ¿Y cómo logró usted convencer a los cabritillos para que le abrieran la puerta?
– Suavicé y blanqueé mi mano con harina… -respondió don lobo, muy orgulloso
– Buscaremos algo en el sector de la Cosmética… -concluyó, sin emoción, la funcionaria.
– … y me aclaré la voz con yemas de huevo -interrumpió don lobo.
– Eso suena interesante, ¿podría hacerme una demostración?
– ¡Claro! ¿Tiene usted… ejem… huevos?
– Claro, en el sector público tenemos de todo. Aquí los tiene.
Don lobo comenzó a batir los huevos mientras se excusaba por el escándalo:
– Siempre los bato, ¿sabe? Me da menos… asquete que comerlos enteros crudos.
Una vez líquidos, se los bebió de solo dos tragos.
– Adelante, muéstreme lo que es capaz de hacer -animó la funcionaria.
Entonces don Lobo cantó con una voz maravillosa, angelical, aguda y suave.
– Sorprendente. Le apunto para trabajar como cantante -resolvió la funcionaria de empleo sin dejar ver un atisbo de emoción en su aburrido tono de voz.-Sigamos… aquí dice que es usted el lobo de “Caperucita Roja”. ¿Devora abuelitas?
– Sí…
– Bien, usted no puede postular a puestos que impliquen el cuidado de ancianos, por seguridad. Lo voy a dejar aquí anotado. ¿Algo que destacar sobre su trabajo en este cuento?
– Hmmm… muchas horas de espera en el bosque mientras aparece Caperucita.
De pronto, don lobo escuchó con mucha claridad una lejana voz que decía, con enfado:
– ¡Que me llamo Antonia!
– ¿Ha oído usted eso? -preguntó don lobo a la funcionaria.
– No… ¿El qué?
– Eso de “Me llamo Antonia”…
– Si usted oye voces en su cabeza, me temo que voy a tener que quitarle como postulante a Soplador de globos en fiestas infantiles…
– Volviendo al tema: soy un lobo con mucha paciencia.
– Paciencia, entiendo… Puede trabajar como Investigador científico…
– Eso aquí está muy mal pagado…
– En un vivero de bonsáis… Y aquí mismo, cara al público en la Oficina de Empleo… ¡Un momento! ¿Me quiere usted quitar MI trabajo?
– ¡No, no! ¡Pero si lo ha dicho usted!
– ¡Ah, bueno! Pues eso lo tacho. Por si acaso… -dijo la funcionaria con todo desconfiado.
– Finalmente, dice usted que ha trabajado en el cuento de “Pedro y el lobo”.
– Sí, tengo experiencia con mentirosos
– De-par-ta-mento de propa-ganda elec-toral… -musitó la empleada mientras tecleaba en su ordenador.
– Y con ovejas… sé cómo atraparlas y sujetarlas sin hacerles daño, que luego se me tensan, se queda la carne dura y me hago daño en los dientes.
– Como esquilador tendría usted mucho futuro, ya apenas quedan profesionales en el mundo.
– Una pena…
– Muy triste. Lo apunto- continuó la funcionaria con el mismo tono neutro en su voz.
– ¿Idiomas?
– Todos a los que se han traducido mis cuentos.
– ¿Vehículo propio?
– Hmmm… no. Podría conseguir una bici… -aseguró don Lobo.
-¿Disponibilidad para viajar?
-Mire, es que con todo esto del COVID, a mí lo de que me metan el palito por la nariz, no me hace mucha ilusión. Ponga que no.
– ¿Le interesan ofertas de teletrabajo?
– Tengo tres lobeznos (de 2, 4 y 6 años, ¿sabe? Mire, aquí tengo una foto…) Teletrabajo, imposible.
– Muy guapos. Muy bien. Pues eso es todo.
– ¿Ya está?
– Sí, le llamaremos cuando nos comuniquen vacantes en algún puesto que se ajuste a su perfil.
– Ah, fenomenal. Por si acaso, además de la foto de perfil, le dejo una en la que aparezco de frente… ¡Que tenga usted buena tarde!
– Igualmente.
Don lobo abandonó la oficina de empleo. Antes de salir por la puerta escuchó, a lo lejos, la voz de la funcionaria en la sala de espera.
– ¿Don Capitán Garfio? -preguntó aquella voz aburrida y neutra.
– Sí, yo -respondió una voz rasgada por el ron.
– Adelante…
Don Lobo se fue a su cueva y se dispuso a esperar la llamada de la funcionaria. Pero pasaban los días y nada, el móvil no sonaba. El único ruido que hacía el teléfono era el de las notificaciones de tuits poniéndole verde.
Una semana y media después, Don Lobo había perdido la esperanza de poder cambiar de trabajo. ¡Estaba condenado a ser el malo del cuento toda la eternidad! Pero una mañana, sonó el teléfono.
– ¿Sí? ¿Dígame?
– Buenos días, ¿Don Lobo Feroz?
– Sí, soy yo.
– Le llamo de la Oficina de Empleo del Bosque. Tengo para usted el puesto perfecto. Están interesados en la ONG “Salvemos al Lobo Ibérico”, necesitan a alguien en el departamento de recaudación de fondos. Les ha gustado mucho su perfil. Y también su foto de frente. -al otro lado del teléfono hablaba la funcionaria, su tono seguía estando libre de toda emoción.
– Oh, esa es una gran noticia. Me da usted una alegría. ¿Cuándo empiezo? -preguntó don lobo con gran entusiasmo.
– En cuanto usted pueda.
– Perfecto. Deje que hable con mis jefes, los narradores de los cuentos, para presentar mi renuncia formal. Y en cuanto estén arreglados los papeles, me incorporo.
– Muy bien, tan pronto haga usted el papeleo, se pasa por la oficina de empleo.
– Muchas gracias -finalizó el lobo la conversación. Y colgó.
Nada más colgar, don Lobo se puso rápidamente en contacto con sus jefes para presentar su renuncia. No hace falta decir la sorpresa y la conmoción que causó en los narradores esta noticia. Le rogaron que se quedara, le ofrecieron un ascenso y que tuviera su propio despacho en el bosque… ¡incluso prometieron subirle el sueldo!
– ¡Sí! ¡Ahora! Ahora ya no me interesa…
– Pero nada, don Lobo estaba decidido. Y muy ilusionado. No sólo había conseguido cambiar de trabajo, sino que había encontrado uno muchísimo mejor, uno que le convertía en el bueno del cuento. ¡En una ONG! Eso era una auténtica suerte. Pero entonces, pasó algo inesperado…
– ¿Hola? ¿Lobo?
– Sí, soy yo… ¿Quién es?
– Soy Antonia…
– ¿Qué Antonia?
– ¡Antonia Kitty!
Se hizo un silencio. Estaba claro que don Lobo no tenía ni idea de quién hablaba.
– ¡Caperucita Roja, leñe! -aclaró la voz, ya con cierta impaciencia.
– Ah, sí, Caperucita… dime, dime.
– Mira, me han llamado los jefes para contarme que vas a dejar el trabajo de lobo de los cuentos. ¡Y eso no puede ser! ¿Sabes? Todos los personajes estamos conmocionados. ¡No puedes irte!
– Lo siento Caperu… ejem… Antonia, pero está decidido.
– Yo siento mucho si te he tratado mal, a ver, ¿sabes? Es que soy de carácter rebelde. Pero te quiero, atontao, eres mi amigo y no quiero que te vayas. Y a mi abuelita… ¡La tienes contenta con esta decisión!
Caperucita estuvo un rato largo intentando disuadirle, pero nada, el lobo estaba decidido a cambiar de empleo. Aunque lo sorprendente llegó después. Todos los personajes de sus cuentos se pusieron en contacto con él para convencerle de que no se fuera: el pastor Pedro, la abuelita, los cerditos, el cazador, mamá cabra… ¡Hasta los siete cabritillos se presentaron en su cueva para tratar de convencerlo!
Entonces el lobo entendió lo necesario que era para sus compañeros y se dio cuenta de cuál era el verdadero problema. Así que cambió de opinión: fue a la oficina de empleo y rechazó el puesto, y, ¿sabéis lo que hizo justo después? Cerró todos sus perfiles en redes sociales. Con un portazo.
Don Lobo se había dado cuenta de que las personas verdaderamente importantes son las que te conocen de verdad, esas con las que se comparten momentos, las que no te juzgan ni se meten contigo. Las que te ayudan. Don Lobo se había ganado un gran prestigio como malo del cuento con el paso de los siglos ¡No necesitaba cambiar de trabajo! Lo que don Lobo necesitaba era quitarse de encima a toda esa gente desconocida y malvada. Y hacerlo fue muy sencillo. A partir de ese momento vivió feliz y no le criticó nadie por comerse una perdiz.
Ah, y don Lobo contactó con la ONG para colaborar con ella gratis en sus ratos libres. Porque si el jamón ibérico es importante… ¡El lobo ibérico, ni te cuento!
Este es un cuento del lobo feroz diferente porque, lejos de desarrollarse en un entorno de fantasía, trae al protagonista al mundo real, por lo que los adultos también disfrutarán con las ocurrencias que tiene la empleada de la oficina de empleo.
¡Espera! Esto no es todo. El cuento del lobo feroz diferente se entiende mejor si se conoce “Caperucita Rebelde“, el cuento en el que la niña se cansa de protagonizar siempre la misma historia y se rebela contra la narradora de la historia. ¡No puedes dejar de leérselo! También incluye audiocuento y se ha convertido en uno de los más escuchados del podcast infantil Pequehistorias.
Eso no es todo, los peques también disfrutan al máximo de nuestro cuento “La verdadera historia de Hansel y Gretel” En él, recogemos el testimonio de la bruja del cuento quien, desesperada, desmiente la versión oficial: en realidad los niños eran unos auténticos diablillos que le hicieron la vida imposible y mintieron sobre lo que realmente ocurrió en la casita de chocolate. ¡No os lo perdáis!
Si te gustan los cuentos para leer y audiocuentos de Mumablue, compártelos con otros papás y mamás para que ningún niño se pierda Pequehistorias, uno de los podcast infantiles de más éxito en España. ¡Seguro que este cuento del lobo feroz diferente estará entre sus favoritos!
wiki
Perla Suez , born in 1947 in Cordoba (Argentina), Argentine writer.
She was born in Córdoba (Argentina), grew up in Basavilbazo and studied modern literature at the National University of Córdoba. She is also studying educational psychology and cinematography at the same university. A French government fellow from 1977 to 1978, she did research at the University of Paris VII and later worked at the International Center for Educational Research in Sèvres, near Paris. She then received a scholarship from the Canadian government.
Returning to Argentina, she taught and participated in the creation of CEDILIJ ( Centro de Difusón e Investigación de Literature Infantil y Juvenil , in French: Center for the Distribution and Research of Children’s and Youth Literature ) and directed it from 1983 to 1990 .
From the mid-1980s to the mid-1990s, she began publishing books for children. “ Memoirs about Vladimir” (“ Memories of Vladimir” ) and “ Dimitri en la tormenta” (“ Dimitri in Confusion” ), published in 1991 and 1995 respectively, are dedicated to the stories of Jewish children who were hunted down. In fact, Vladimir is his grandfather, who came to Argentina in 1890.
In the 2000s she wrote fiction for children and adults. Adult trilogy, Letargo , El arresto and Conspiracy , Evoke tragic events in the history of Argentina from the beginning of XX – th century Jewish immigration without naming them directly. Dialogues are thin, strict. The movements of the characters and their actions are described with economy of resources. The characters are inconsistent and complex. In 2008, for this romantic trilogy, she received the International Grinzan Cavour-Montevideo Award for Novel. Also in 2008, the new novel La pasajera (published in France in 2012 under the title La Passagère ) came to life in fiction and in the geographical space of his childhood, in the atmosphere of the years of the military dictatorship in Argentina and immerses the reader in a family environment marked by great violence.
, real name Martha Ivelisse Pesante , ( in Añasco, Puerto Rico -) is a Puerto Rican singer, rapper, record producer and actress.
Ivy Queen was born in Añasco, Puerto Rico. When she was young, her family moved to New York where she grew up. She doesn’t graduate from high school. She then studied music at the New Jersey School of Performing Arts. When he was a teenager, his parents moved back to their hometown of Añasco.
At 18, she moved to San Juan where she met rapper and producer DJ Negro. He helps her perform at The Noise nightclub. There she performed her first song – Somos Rapperos Pero No Delincuentes (“We are rappers, not criminals”). Convinced by DJ Negro, she went solo in 1997, and recorded her first album for the Sony Records label, En Mi Imperio (“In My Empire”), which sold over 100,000 copies.
Ivy Queen then travels to Panama, where she represents Puerto Rico in the rap battle. She also performs several sold-out performances in the Dominican Republic and participates in the first national rap and reggaeton festival. There she was awarded the title of “rap singer of the year.” At 1997 received the “Artist of the Year 97” award from the magazine Artista .
In 1998, she recorded her second album for the Sony label called Original Rude Girl , which featured hits Interlude in the Zone , Que Sabes Tu and The King and The Queen and sold better than the first one.
Her third album Diva was released in 2003 . Songs written by her and performed with the participation of various artists. It was named Best Reggaeton Album at the 2005 Billboard Latin Awards and song Dile is the best tropical song of the year.
Her lyrics send a positive, casual message to her generation about Puerto Rico and the abuse many women suffer. In 2017, she released the single El lobo del cuento , which was included in the album The Queen Is Here .