Al empezar la semana 7 de embarazo, el embrión mide unos 8 milímetros. Aparecen los primeros esbozos de las extremidades y los primeros movimientos somáticos que se captan por ecografía. El tubo cardíaco se empieza a tabicar para ir desarrollando el corazón del bebé.
La longitud del embrión es de 8 milímetros. Tanto en la ecografía en dos dimensiones (a la izquierda A), como en la ecografía 3D (a la derecha B), es posible ya visualizar el embrión (E) separado del saco vitelino (SV).
En la imagen A), el embrión, de 10 milímetros, aparece dentro de una tenue bolsa, la cavidad amniótica, que irá expandiéndose hasta fusionarse totalmente con las paredes del saco gestacional. El mismo embrión en ecografía 3D. SV: saco vitelino.
Saco vitelino, placenta y cordón en un embarazo de 7,5 semanas (ecografía 3D). En un lado vemos el cordón umbilical (flecha larga) entre el embrión (E) y la placenta (*) y en el otro extremo el saco vitelino (sv) con el tallo de unión (flecha corta) al embrión.
Embrión de 13 milímetros, con un extremo más grueso (polo cefálico), donde aprecia una pequeña estructura quística (flecha), primer indicio visible por ecografía del cerebro en desarrollo.
Monografía realizada por el Dr. Roberto Rodríguez
Especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital La Paz (Madrid)
El embrión está creciendo muy rápidamente durante la semana 7 de embarazo. Tanto es así que al principio de esta semana, el bebé mide unos 4 a 5 milímetros y al final de la misma ha doblado con creces su longitud hasta tener una longitud cráneocaudal (LCC o medida desde la cabeza al coxis) de 1,2 centímetros.
Están empezando a aparecer los vestigios de las piernas y los brazos en forma de cuatro pequeños apéndices microscópicos. El embrión sigue teniendo una cabeza muy grande en comparación con el resto del cuerpo y una extremidad opuesta en forma de pequeña cola curvada.
El corazón se ha dividido en dos cámaras: izquierda y derecha. Los pulmones tienen un bronquio primario para permitir el paso del aire. El cerebro se divide en dos hemisferios cerebrales y va aumentado de tamaño. Empiezan a aparecer las fosas nasales y las órbitas de los ojos.
Se están desarrollando los intestinos y parte de las asas intestinales están dentro del cordón umbilical en forma de hernia. Esta es una hernia fisiológica que desaparecerá más adelante. Además el páncreas del embrión ya empieza a producir insulina.
Sigues con náuseas, cansada y con sensación de hinchazón abdominal. Estás también más sensible y lloras con facilidad ante cualquier comentario o situación un poco triste o emotiva. Puedes sufrir también más jaquecas.
Aunque es un poco pronto, muchas embarazadas se quejan de estreñimiento desde el principio de la gestación. Esto es debido a que el movimiento de las asas intestinales se ralentiza por el aumento de las hormonas relaxina y progesterona. Los cambios anatómicos del embarazo, como es el útero grávido ejercen, una compresión mecánica sobre el intestino, enlenteciendo el avance de las heces. Este enlentecimiento provoca un aumento de la reabsorción de agua por la mucosa del colon condicionando un endurecimiento de las heces, que a su vez empeora el cuadro.
Tu matrona debe informarte sobre las comidas aconsejables durante el embarazo para el correcto desarrollo del bebé y para evitar complicaciones en ti como la diabetes gestacional, la hipertensión arterial y el exceso de peso:
Puede ser esta la semana de gestación en la que visites por vez primera a tu ginecólogo o matrona. Te abrirán una historia clínica, te pesarán y te tomarán la tensión como ya comentamos en la semana 6 de embarazo. Aunque aún es un poco pronto, muchos obstetras indican en este momento la realización del primer análisis de sangre y orina. La analítica de sangre consta de hemograma (hemoglobina, hematocrito, número de eritrocitos, leucocitos y plaquetas, y los distintos tipos de leucocitos) bioquímica, glucosa, pruebas de coagulación, grupo sanguíneo y Rh Coombs y anticuerpos irregulares y TSH.
También se realizará serología. En la serología se determinan los anticuerpos del virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), sífilis, hepatitis B, hepatitis C, toxoplasmosis, y rubeola. La serología de citomegalovirus también es opcional pero cada vez más ginecólogos la están solicitando debido a la gravedad para el feto de una infección por citomegalovirus.
Hoy la petición de la serología de toxoplasmosis es opcional, de tal forma que en muchos hospitales españoles no están solicitando la serología de toxoplasmosis en las embarazadas, debido a la baja incidencia de toxoplasmosis congénita (es decir que el bebé nazca infectado y afectado por el toxoplasma) en nuestra población. En los centros donde se solicita la serología de toxoplasmosis, se determinará en cada trimestre en caso de que no estés inmunizada.
En los casos en los que las pacientes están inmunizadas (han pasado la infección por toxoplasma), se tranquilizará a la gestante y se le indicará que puede comer embutido si lo desea. En caso de no estar inmunizada, se deberán explicar las principales medidas preventivas contra la toxoplasmosis:
La serología de citomegalovirus no forma parte del cribado serológico obligatorio de las embarazadas, pero cada vez se está solicitando más tanto en centros privados como públicos.
La razón es que la infección congénita por citomegalovirus es la primera causa de sordera neurosensorial en la infancia y de retraso mental de origen prenatal.
En los hospitales públicos suelen realizarse los primeros análisis entre la semana 9 de embarazo y la semana 11, junto con el “screening” bioquímico, del que se hablará más adelante.
Aunque no hay una serología en el embarazo para la listeriosis dentro de las analíticas obligatorias, se aconseja informar a las gestantes sobre la infección y los riesgos para el bebé como daño neurológico severo y hasta muerte intrauterina. Lo más importante es la prevención con medidas higiénico dietéticas. ¿Cómo evitar la infección por listeriosis?