Por lo general, el flujo durante el embarazo debe ser blanquecino, lechoso y sin olor. Si se vuelve verdoso, gris, rosa o rojo, requiere de una consulta médica.
Luisa Ochoa
Enero 12, 2023 | | Tiempo De Lectura: 3 min
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A medida que transcurren los meses de gestación, el flujo puede variar en consistencia y tonalidad. Foto: Shutterstock.
El flujo vaginal durante la etapa de gestación puede sufrir múltiples cambios, algunos hacen parte del proceso normal del organismo, mientras que otros requieren de una evaluación médica, ya que pueden ser un indicio de un problema de salud para la madre o el feto.
El aumento del flujo es uno de los primeros signos del embarazo, se debe al aumento de estrógenos y a un mayor flujo sanguíneo en la zona vaginal, lo que ayuda a prevenir infecciones durante la gestación. Cabe mencionar que a medida que transcurren los meses, puede variar en consistencia y tonalidad, además en las últimas semanas se puede volver abundante, pegajoso y espeso.
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¿Cuándo debería ser una preocupación el flujo?
De acuerdo con información médica, un flujo normal presenta un color blanquecino, con poco olor y con un aspecto lechoso, sin embargo, cuando cambia a otras tonalidades o consistencias poco comunes, es indispensable consultar con el médico.
Algunas presentaciones del flujo anormales son:
·Blanca y con grumos: esta presentación acompañada de picor en la zona vaginal puede ser una señal de candidiasis y pese a que no es grave, especialistas recomiendan que cualquier tipo de infección vaginal durante el embarazo sea tratada de forma temprana para evitar complicaciones.
·Verde o amarillenta: ocurre cuando existe una infección de trasmisión sexual como la clamidia y las ITS se deben tratar durante el embarazo, ya que algunas pueden causar problemas en el desarrollo del embrión.
·Gris: un flujo de este tono acompañado con picor y olor fuerte puede ser un síntoma de vaginosis bacteriana, la cual se debe a un desequilibrio en la zona bacteriana de la vagina. Además, si se produce durante el embarazo, las probabilidades de parto prematuro o abortos serán mayores.
·Café: puede producirse por una expulsión de la sangre vieja del cuerpo, y ocurre en periodos puntuales. Usualmente, no representa ningún peligro para la madre o el bebé.
·Rosado: si ocurre al principio puede significar la implantación del óvulo fecundado en el útero, pero si no se presenta de forma puntual o es persistente, es una señal de un embarazo ectópico, parto prematuro o infecciones.
Especialistas en ginecología apuntan a la importancia de la higiene en la zona vaginal, especialmente durante el embarazo, por lo que recomiendan: limpiarse una vez al día con un jabón neutro, mantener la zona seca, usar ropa de algodón preferiblemente y no usar tampones.
Fuente consultada aquí.
La Vida Madre
Todas conocemos los signos clásicos del embarazo. No te llega la regla, tienes el pecho sensible, estás más cansada.
Pero las mujeres embarazadas también experimentan una gran cantidad de síntomas que no se suelen contar.
Desde la mucosidad hasta el sabor del metal y los dolores de cabeza.
Aquí te enseñamos una lista de 10 síntomas que no son muy conocidos del embarazo:
Muchas mujeres sienten un aumento del flujo vaginal, pero no es algo que normalmente se relacione con el embarazo.
El aumento de las hormonas y el flujo sanguíneo vaginal causan que tu cuerpo segregue más flujo vaginal. Este aumento durante el embarazo es para prevenir infecciones a medida que el cuello uterino y las paredes vaginales se ablandan.
Es normal que tu temperatura corporal se eleve un poco después de la ovulación, pero se suele ir cuando te llega la regla.
Pero si esa temperatura, conocida como temperatura corporal basal, se mantiene elevada durante más de dos semanas, puede ser que estés embarazada.
Los cambios hormonales y el aumento del flujo sanguíneo también pueden provocar dolores de cabeza.
Algunas mujeres también experimentan dolores parecidos a los de la regla. Y la mayoría de las mujeres irán más veces al baño. Esto ocurre por el útero en crecimiento y que hay más presión sobre la vejiga.
Es algo muy normal que las mujeres embarazadas sientan mareos o fatiga en el primer trimestre. El embarazo hace que la presión arterial baje y los vasos sanguíneos se dilaten.
Puede que te sientas hinchada, como si tuvieras gases o estreñida.
Esto también se debe a los cambios hormonales del embarazo, que pueden provocar estreñimiento, al igual que las vitaminas prenatales.
Tu sistema digestivo se ralentiza durante el embarazo y le da más tiempo al cuerpo para que el torrente sanguíneo absorba los nutrientes y lleguen al bebé.
Si ves que no puedes ir al baño, añade más fibra a tu dieta, toma mucho líquido y haz ejercicio regularmente. Y si es necesario, también puedes consultar con tu médico.
Entre el 25 y el 40 por ciento de las mujeres sangrarán un poco o notarán que manchan un poco al principio del embarazo. El sangrado ligero puede ocurrir cuando el óvulo fertilizado se adhiere a las paredes del útero. Esto se conoce como sangrado de implantación.
El embarazo reduce tu sistema inmune para que el cuerpo no rechace al bebé como algo ajeno al cuerpo. pero claro, esto también significa que las mujeres embarazadas son más vulnerables a las enfermedades en general y es normal seas propensa a la tos o los resfriados mientras estás embarazada.
La válvula entre el estómago y el esófago se relaja durante el embarazo, lo que puede causar que el ácido del estómago se filtre hacia el esófago, causando acidez estomacal y una sensación de ardor en la garganta.
Intenta comer comidas más pequeñas y frecuentes. Evita la comida frita las bebidas con gas, los cítricos y las comidas picantes.
Las hormonas cambian repentinamente cuando te quedas embarazada, desequilibrando tus emociones. Te sentirás con ganas de llorar y con las emociones a flor de piel. Tu libido pasará de caliente a frío y a caliente otra vez. También puede que experimentes cambios de humor, sobretodo al principio del embarazo.
El aumento de estrógeno y progesterona durante el embarazo puede provocar cambios en el sabor de muchas mujeres embarazadas. Una condición llamada disgeusia hace que algunas mujeres embarazadas tengan un sabor a metal.