Aunque siempre es importante llevar una alimentación equilibrada y saludable, durante el embarazo debemos prestar mayor atención y cuidado a los alimentos que consumimos, asegurándonos que no nos falten aquellos que mejor nos nutren durante esta etapa.
Uno de esos alimentos, son los frutos secos, que nos ayudan a obtener ciertos nutrientes necesarios en el embarazo. Pero sus beneficios no se limitan solamente al desarrollo gestacional del bebé, pues de acuerdo con un estudio reciente, consumir frutos secos durante el embarazo podría ayudar a mejorar el desarrollo neuropsicológico de los niños a largo plazo.
Publicado en la revista European Journal of Epidemiology, el estudio realizado por científicos del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) encontró un beneficio más de comer frutos secos durante el embarazo, pues mejora la función cognitiva, capacidad de atención y memoria de trabajo en los niños.
De acuerdo con los investigadores, consumir nueces, avellanas o almendras de forma abundante durante el primer trimestre del embarazo, estaba asociado a un mejor desempeño en estas tres funciones del desarrollo neuropsicológico de los niños a largo plazo.
Para llegar a esta conclusión en la investigación, en la que se contó con la participación de 2.200 parejas de madres e hijos, se realizaron tres pruebas a los niños cuando tenían un año y medio, cinco años y ocho años.
En ellas, se encontró que los bebés que habían nacido en el grupo de madres que habían consumido una cantidad mayor de frutos secos durante el primes mes de embarazo, habían obtenido mejores resultados que el resto de los niños participantes.
Específicamente, se comprobó que los niños cuyas madres habían consumido tres raciones semanales de 30 gramos durante el primer trimestre del embarazo, habían obtenido tres puntos más en el estudio de la función cognitiva, en comparación con quienes habían tenido un bajo consumo.
Los frutos secos como las almendras, nueces y avellanas, son uno de los snacks saludables más recomendados no solo en el embarazo, sino para todas las personas (con una excepción en el caso de niños pequeños, pues no se recomienda darlos enteros antes de los cinco o seis años por el riesgo de asfixia).
Pero sin duda en el embarazo están llenos de beneficios tanto para la madre como para el bebé, pues muchos de ellos aportan nutrientes necesarios como hierro, calcio y omega 3, para un desarrollo saludable durante la gestación:
Las almendras, por ejemplo, son fuente de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados dentro de los cuales se encuentra el omega 3, así como de calcio vegetal, fibra, potasio y vitamina E con función antioxidante, ofreciendo niveles considerables de yodo y ácido fólico.
Los anacardos son fuente de hierro y calcio vegetal, y además ofrece entre otras cosas una elevada proporción de zinc para cuidar las defensas del organismo, así como yodo y ácido fólico.
Los pistachos, que son ricos en calcio, también aportan magnesio, potasio, fibra, vitamina E, y resulta uno de los frutos secos con mayor proporción de grasas insaturadas así como también con alto contenido proteico.
Las avellanas, son ricas en hierro y presentan un bajo contenido en agua, alto en grasas, son fuente de fibra y no tienen colesterol. Contienen además ácidos grasos insaturados, ácidos grasos monoinsaturados, fibra, fósforo, magnesio, calcio, potasio, vitamina E, vitamina B6, tiamina, niacina y folatos.
Algunos, también nos ayudan no solo con nutrientes, sino con otros beneficios para el embarazo en general, como las almendras, que son uno de los alimentos que ayudan a mantener a raya la acidez, o las nueces, que nos ayudan a tener un mejor descanso.
Fotos | Pexels, iStock
Vía | El Mundo
Embarazo
Actualizado a: Lunes, 13 Mayo, 2019 10:06:54
Un estudio dice que las nueces, almendras, cacahuetes, avellanas y piñones favorecen el desarrollo neuropsicológico del niño a largo plazo.
Redacción CuídatePlus
Una dieta rica en frutos secos durante el primer trimestre de embarazo se asocia con un mejor desarrollo neuropsicológico de los niños a largo plazo. Esta es una de las principales conclusiones de un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), impulsado por La Caixa y publicado en European Journal of Epidemiology.
La investigación se ha realizado en España con más de 2.200 parejas madre e hijo inscritas en las cohortes de Asturias, Guipúzcoa, Sabadell (Barcelona) y Valencia del Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente), una red de investigación de grupos españoles que estudian el papel de los contaminantes ambientales más importantes en el aire, agua y en la dieta durante el embarazo e inicio de la vida y sus efectos en el crecimiento y desarrollo infantil.
Así, los resultados mostraron que los niños pertenecientes al grupo con un mayor consumo materno de frutos secos durante el primer trimestre de embarazo obtuvieron mejores resultados en todos los exámenes practicados para medir función cognitiva, capacidad de atención y memoria de trabajo. Ese grupo con un mayor consumo tomaba una media semanal de algo menos de tres raciones de 30 gramos cada una, una cantidad ligeramente inferior a la recomendada por la Guía de la alimentación saludable de la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC), en la que habla de entre tres y siete raciones por semana.
El desarrollo neuropsicológico se evaluó por medio de diversos test validados internacionalmente y realizados al año y medio del nacimiento, a los 5 y a los 8 años.
Como explica Florence Gignac, investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, a Correo Farmacéutico, los frutos secos que han tenido en cuenta son las nueces, las almendras, los cacahuetes, los piñones y las avellanas.
“Pensamos que los efectos beneficiosos hallados podrían deberse a su alto contenido en ácido fólico y, sobre todo, en ácidos grasos esenciales, como por ejemplo el omega 3 o el omega 6. Estos componentes tienden a acumularse en los tejidos nerviosos, principalmente en las áreas frontales del cerebro, que influyen en la memoria y en las funciones ejecutivas”, detalla.
Jesús Román Martínez Álvarez, presidente de la Sociedad Española de Dietética y Ciencias de la Alimentación (Sedca), coincide con la investigadora y destaca el valor de los omega 3 de los frutos secos y su acción antioxidante. “Todos los frutos secos serían interesantes –dice–, pero creemos que lo son especialmente las nueces por su mayor concentración”.
En el estudio también se tuvieron en cuenta otros factores, “como la lactancia materna, el consumo de pescado, la suplementación en ácido fólico y la de omega 3. Estos condicionantes fueron incluidos y controlados en las asociaciones halladas, de manera que su impacto en el desarrollo neuropsicológico de los niños no puede afectar los resultados del análisis final”, aclara.