Introduciremos al niño en la variedad de emociones humanas, le enseñaremos a expresar sus sentimientos y a reconocer las emociones de otras personas a través de emocionantes juegos de cuentos
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A veces es difícil para un niño incluso darse cuenta, y más aún formular lo que quiere ahora, lo que siente, por qué de repente se sintió incómodo. Y lo más importante, entender qué hacer con él. Conociendo la emoción “en la cara”, el niño no se perderá frente a ella.
Las emociones surgen sin control, pero depende de nosotros cómo disponer de ellas. Incluso una persona valiente puede tener miedo, pero al mismo tiempo uno llorará y se esconderá, mientras que el otro mirará el miedo a la cara y lo vencerá. Y esto es exactamente lo que debe aprender desde la infancia; de lo contrario, no tendrá éxito.
Para una comunicación productiva, es importante ser capaz no solo de reconocer las emociones de los demás, sino también de expresar correctamente las propias. Muchos preferirán tratar con un interlocutor tranquilo y amigable, y no con una haya cerrada o una persona que exprese sus sentimientos con demasiada violencia.
Cada uno de nosotros esconde nuestras verdaderas emociones en algunas situaciones. A veces es una cuestión de etiqueta. Pero a veces las personas pueden pretender beneficiarse a costa nuestra e incluso perjudicarnos a propósito. Aquí es donde el conocimiento básico de las emociones humanas resulta útil.
El niño debe aprender que las emociones son una reacción a lo que le sucede. Nos ayudan a ser conscientes de nuestra actitud ante las personas y los acontecimientos, a regular el comportamiento ya comprender mejor a los demás. Las emociones pueden surgir espontáneamente, pero no hay que tener miedo de esto: pueden y deben controlarse.
Las personas no suelen hablar directamente sobre sus sentimientos y emociones. ¿Cómo saber si una persona está asustada o triste? ¿Está feliz o nervioso? ¿Sorprendido o interesado? ¿Es sincero? Puede distinguir las emociones de otras personas en función de sus expresiones faciales, expresiones faciales, acciones.
Aquellos que no saben cómo lidiar con sus emociones son percibidos como personas mal educadas y desagradables. A los niños generalmente se les perdonan las expresiones inapropiadas de las emociones, pero cuanto antes aprenda el niño a controlarlas, mejor se llevará con la gente y más logrará en el futuro.
Los padres que creen que la manifestación de las emociones es una debilidad y que es mejor ignorarlas por completo, crecerán niños infelices y socialmente inadaptados. Siéntete libre de expresar tus sentimientos frente a un niño: enojado, riendo a carcajadas, triste. Hágale entender que diferentes emociones son normales.
Si ves que el niño, por ejemplo, está triste, dirígete a él: “Estás triste. ¿Qué ha pasado? ¿Y qué piensas hacer con eso? Es importante que él entienda: no será castigado por lo que siente, usted está listo para analizar sus sentimientos con él, y siempre le dirá cómo expresarlos, a qué dirigirlos.
Los psicólogos han notado una conexión entre el vocabulario emocional y las habilidades de comunicación e introspección. Use en casa más sinónimos para palabras que denotan sensaciones. Aborda los matices de las emociones. Por ejemplo, el general “mal” puede significar “irritado”, “enojado”.
La capacidad de empatizar se forma cuando una persona se imagina a sí misma en el lugar de otra. Invite al niño a imaginar cómo se sentiría si estuviera en el lugar de uno u otro héroe literario. ¿Qué harías con estas emociones? ¿Los expresaría o los ocultaría? ¿Cómo procedería de ellos?
Explore las actividades de juego interactivo que su hijo tendrá con el curso Introducción a las emociones de Umnaziah.
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Cada lección está dedicada a una de las situaciones o emociones. La teoría de la lección se presenta en formato de cuentos cortos y tareas interactivas diseñadas para niños de 6 a 13 años.
Cada lección contiene de 5 a 7 tareas para consolidar el material cubierto. Todas las tareas tienen una trama e ilustraciones brillantes o se presentan en forma de juego.
El niño podrá realizar el curso tantas veces como necesite. Compras el curso una vez y puedes volver a él incluso después de 5 años.
El curso termina con un juego de preguntas interactivo, por cuya finalización exitosa el niño recibe un certificado. ¡Confiarás en su conocimiento!
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“Introducción a las emociones” es el primero de los cuatro pasos del curso de inteligencia emocional para niños de Umnaziah. Vea qué temas están estudiando nuestros estudiantes en otros niveles.
En este curso, le presentaremos al niño el espectro de las emociones humanas, intentaremos comprender sus propios sentimientos y aprenderemos a reconocer y reconocer las emociones de los demás. ¿Cómo se relacionan la curiosidad y la sorpresa? ¿Es posible dejar de preocuparse en la pizarra y el miedo es tan terrible?
El principal objetivo de este curso es mostrar al niño la diversidad de los caracteres humanos. Todos somos diferentes en algunos aspectos, pero similares en otros. ¿Por qué algunos chicos hacen nuevos conocidos fácilmente, mientras que otros son reacios a hacer contacto, y cómo toman decisiones las diferentes personas?
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El curso está diseñado para niños de 9 a 13 años e introduce al niño a los principios básicos del trabajo en equipo, les enseña a identificar y tener en cuenta las fortalezas de cada miembro del equipo y dar retroalimentación constructiva. 0057
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El curso está diseñado para niños de 7 a 10 años. Durante el juego, el niño empatiza con los personajes del curso, les ayuda a afrontar situaciones de conflicto y aprende a predecir las posibles consecuencias de sus decisiones y acciones.
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Cuando ocurre un evento brillante en la vida, reaccionamos emocionalmente ante él. Cada persona está triste, divertida, avergonzada. ¿Cómo explicarle a un niño qué son las emociones?
Nuestras sensaciones vívidas se llaman emociones. Hay bastantes de ellos. Es importante poder distinguirlos entre sí: esto ayuda a conocerse a uno mismo, el mundo interior de los padres y amigos, para hacer que el habla sea bella, expresiva.
Diferencias entre emociones y sentimientos:
Sentimiento – un conjunto de emociones complejas (por ejemplo, el amor consiste en interés, alegría, etc.)
Lo que un niño en edad preescolar y primaria debería poder:
Veamos qué emociones existen y cómo se manifiestan.
Esta emoción positiva es familiar para todos: por ejemplo, las personas la experimentan cuando ganan una competencia, reciben un regalo largamente esperado, escuchan elogios.
El estado de ánimo aumenta bruscamente, comenzamos a pensar con optimismo: el futuro parece hermoso y el mundo que nos rodea es benévolo.
La alegría se manifiesta en forma de amplia sonrisa, risa ligera.
La tristeza es una emoción negativa que encontramos en momentos desagradables de la vida; lo opuesto a la alegría.
Nos sentimos tristes cuando perdemos, cuando nuestros planes se rompen. La emoción muestra que las expectativas de una persona no se han materializado en la realidad.
La tristeza también aparece cuando leemos libros tristes o vemos películas en las que les sucede algo triste a los personajes principales.
La tristeza es un ligero abatimiento que no dura mucho tiempo. La mirada se apaga, la sonrisa desaparece del rostro, pero luego todo vuelve a la normalidad.
Una emoción negativa tormentosa y de colores brillantes que puede ser beneficiosa: la ira ayuda a empezar a actuar.
Las personas se enfadan cuando ocurre algo malo, injusto desde su punto de vista en el camino de la vida. Por ejemplo, en una clase, se ofende a un compañero tranquilo y calmado que no desea dañar a nadie; tal situación puede hacer que el observador se enoje con los ofensores.
La ira también indica que la realidad que nos rodea no nos permite alcanzar metas, sentirnos libres y cómodos. ¿Un extraño se puso grosero en el metro y le pisó el pie? Este es uno de los casos donde la ira es natural.
Cuando está enojado, una persona frunce el ceño, frunce los labios, puede mirar a un punto. Lo opuesto a la ira es la calma, la aceptación.
El miedo es considerado una emoción maligna, desagradable y destructiva para una persona, aunque puede salvarnos de problemas.
Esta emoción nace cuando una persona se da cuenta de que algo malo está por suceder. La amenaza futura no siempre es real, a veces nosotros mismos nos encontramos con problemas que podrían ocurrir en el futuro.
El miedo hace que nuestro cuerpo reúna todas las fuerzas para luchar contra un obstáculo: el corazón late con fuerza, el cuerpo se tensa, la piel se pone roja o pálida.
Cuando el cerebro humano se da cuenta de que la amenaza ha pasado o resultó ser ficticia, vuelve la paz, el estado normal. Lo opuesto al miedo es un sentimiento de completa seguridad.
Esta es una emoción agradable y edificante. Surge cuando nos encontramos con lo bello, lo único, lo raro.
Por ejemplo, las personas experimentan admiración cuando visitan museos, galerías de arte. Admiramos la belleza, la grandeza de la naturaleza, la estructura compleja y misteriosa del cosmos.
Sin embargo, otros también pueden provocar esta emoción: nos gusta observar a las personas con talento, su trabajo (baile, dibujo), seguir a científicos, héroes, investigadores.
Las cosas simples (un vestido a la moda, un lindo juguete) también se convierten en objeto de admiración. Todo depende de la persona que está viendo lo que está pasando, de su gusto.
La emoción opuesta a la admiración es el disgusto, el desprecio.
¿Cómo se manifiesta? Una persona puede sonreír, levantar las cejas, ligeramente redondear los ojos.
En el curso online “Emociones para niños” introduciremos al niño en la variedad de sentimientos y emociones humanas, aprenderá a valorar el estado emocional del interlocutor ya expresar correctamente sus propias emociones. El curso está diseñado en el formato de un juego de cuentos interactivo y está diseñado para niños de 7 a 13 años.
Una emoción muy desagradable que destruye desde el interior, se siente como pesadez o ardor (las personas que sienten vergüenza a menudo se sonrojan por esta experiencia).
La vergüenza surge cuando hacemos cosas feas o ridículas en público. La presencia de testigos es la base para que surja la vergüenza. Por ejemplo, una persona se avergonzará del hecho de que maldijo en voz alta en un lugar público (y luego se calmó y se arrepintió) o se resbaló y cayó en un charco frente a todos.
La emoción nace cuando el comportamiento no corresponde al ideal – personal o ajeno. La emoción opuesta es la superioridad, la soltura.
Una emoción negativa que tiene mucho en común con la decepción. Su opuesto es un ligero sentimiento de perdón.
Nos ofende una persona cuando no está a la altura de nuestras expectativas: por ejemplo, la traición de un mejor amigo provoca resentimiento, porque esperamos apoyo y lealtad de los seres queridos. Sentirse vacío, confuso.
También puede encontrarse con resentimiento ante la injusticia, cuando la situación no se puede corregir: el estudiante se ha estado preparando para participar en la Olimpiada escolar durante mucho tiempo, soñaba con ganar, mostrando conocimiento, pero perdió. En el alma se acumula el resentimiento contra uno mismo, ante circunstancias desafortunadas.
¿Cómo se manifiesta el resentimiento? El labio se adelanta un poco, la persona esconde los ojos.
Cuando nos encontramos con algo nuevo, automáticamente mostramos una emoción positiva llamada interés: dejamos de mirar el objeto de interés, levantamos las cejas, abrimos la boca.
A la gente le encanta la información: recuerda cómo prestas atención a la ropa nueva de tus amigos, mira a los bloggers haciendo videos raros.
Una persona se siente atraída por las cosas inusuales, se apresura a estudiarlas, conocerlas mejor y comprender: ¿y si el conocimiento ayudará en el futuro? Cualquier dato puede ser útil.
Nos pueden interesar determinadas actividades, fenómenos, personas (así aparecen las aficiones, nuevos amigos). El interés te hace buscar, reflexionar, desarrollar el intelecto y la imaginación.
La emoción opuesta al interés es el aburrimiento.
La sorpresa se considera una emoción inusual: puede ser tanto positiva como negativa.
En efecto, las cosas que nos rodean pueden sorprendernos gratamente, ya veces experimentamos sorpresa combinada con decepción o disgusto.
Por ejemplo, el coraje de una persona que salvó a un niño durante un incendio, así como la deshonestidad de un ladrón que robó las cosas de otras personas, pueden sorprender.
¿Cómo reconocer esta emoción? El hombre levanta las cejas, los labios y los ojos redondos.
La indiferencia es exactamente lo contrario de la sorpresa.
Cuando algo nos disgusta mucho, hacemos muecas y entrecerramos los ojos. Aparecen arrugas alrededor de la boca y los ojos. Esto es repugnancia.
Uno puede sentir repugnancia hacia los objetos reales: tal emoción será causada por alimentos en mal estado, moho.
También sienten repugnancia hacia las personas malas que hacen cosas terribles (por ejemplo, los delincuentes).
¿Por qué aparece el asco? Así es como reacciona el cerebro a cosas que pueden dañar: personas crueles, superficies con microbios dañinos, etc.
Deleite, placer son emociones opuestas al asco.
Esta emoción se manifiesta externamente a través de los labios fruncidos y una mirada un poco lenta.
A diferencia del disgusto, el desprecio solo se puede sentir por las personas y sus acciones. Los gustos, los olores, los objetos no están incluidos aquí.
Todo el mundo tiene una idea en la cabeza sobre lo que es bueno y lo que es malo. El desprecio aparece cuando una persona no se corresponde con nuestras ideas sobre lo que es bueno y correcto. A veces esta emoción nos ayuda a sentirnos mejor que los demás.
La admiración y el respeto son emociones directamente opuestas al desprecio.
Provoca sensación de pesadez en el pecho, mirada intensa.
Una persona se siente culpable cuando se da cuenta que la obra perfecta fue mala, equivocada.
Este es un estado en el que nos castigamos por insultos, insultos de seres queridos. Quizás nadie que conozcamos nos condene, pero sentimos que debemos pedir perdón.
La emoción de rectitud, la confianza se opone a la culpa.
El duelo es una emoción que trae una gran cantidad de dolor mental. Sufrimos cuando muere una mascota querida, muere un ser querido.
En momentos de duelo, la gente llora, solloza, se niega a divertirse. Preste atención solo al evento desagradable que causó el sufrimiento.
Este es un proceso complejo: a veces el duelo no desaparece por mucho tiempo.
Una emoción completamente diferente es el sentimiento de felicidad, éxito, satisfacción absoluta.
Llevas mucho tiempo soñando con hacer un viaje, y tu deseo se está convirtiendo en realidad: los billetes se han comprado, queda paciencia y espera. La vida se vuelve más placentera, disfrutas pasar el tiempo esperando.
¿Te suena familiar? Esta emoción se llama anticipación: no pasó nada, pero planeaste un buen evento e imaginas cómo será.
Una persona que está anticipada se vuelve más enérgica, sonríe más a menudo; lo opuesto a la anticipación es la desesperanza.
Una emoción positiva que nos hace sonreír, reír, sentir felicidad a corto plazo.
Ocurre cuando una persona logra un objetivo (ni siquiera uno muy importante): puede disfrutar de una porción de helado, comprando un artilugio.
A diferencia de la alegría, el placer no es una emoción profunda. Es más fácil de conseguir, pero desaparece rápidamente. Joy agrada con su presencia mucho más tiempo.
El placer se asocia más a sensaciones que recibimos con la ayuda de los sentidos: por ejemplo, un olor agradable, una sensación de frescor en un día caluroso, una almohada blanda, etc.
Lo contrario es molestia, sufrimiento.
Esta es una emoción desagradable que se produce al contactar con las personas, el mundo exterior. Su opuesto es la alegría.
Cuando está molesto, las comisuras de los labios bajan, la persona se ve triste.
La decepción nace de nuestra insatisfacción: tú y tus amigos soñabais con ir a un café, pero cuando llegasteis, resultó que ya estaba cerrado.
La emoción del dolor no nos atormenta por mucho tiempo: una persona está molesta, pero rápidamente se da cuenta de que el problema no es muy grave. El duelo no es una emoción tan dolorosa como el duelo, la tristeza.
La ira es una emoción dirigida a una persona o fenómeno. Un estado de irritación, rabia, hostilidad. Lo contrario es amabilidad, calma.
Cuando la gente está enfadada, frunce el ceño, no puede quedarse quieta, habla en voz alta.
Las personas se sienten enojadas durante una pelea violenta, queriendo golpear al oponente; en el momento de la humillación, insulto.
Puedes estar enojado contigo mismo: así es como una persona demuestra que está insatisfecha. Por ejemplo, una pierna rota está enojada consigo misma por falta de atención y frivolidad.
Toda persona tiene un sentido de dignidad. Es un sentimiento de valor: “Existo, merezco amor y respeto, mis pensamientos y deseos tienen sentido”.
Cuando estamos en un grupo (clase, grupo de amigos, familia), la gente nos puede menospreciar. Pronuncian palabras que te hacen pensar: ¿y si soy malo, estúpido, feo, inepto?
En el momento de la humillación, una persona esconde su mirada, puede sonrojarse. A veces, el comportamiento cambia: por ejemplo, después de una burla malvada, un compañero de clase sociable se vuelve callado, retraído.
Emoción, lo opuesto a la humillación – veneración, apoyo.
El miedo aparece cuando surge una situación inesperada ya la vez desagradable; es el antónimo de paz.
El hombre empezó a cruzar la calle, pero no se dio cuenta de que el coche doblaba la esquina. Tuve que reaccionar rápido para no meterme debajo de las ruedas. La amenaza a la vida provocó un fuerte susto.
Exteriormente, el miedo se manifiesta de la siguiente manera: el corazón late más rápido, los brazos y las piernas pueden temblar, los ojos se vuelven redondos, la persona se estremece.
Emoción complicada que destruye el buen humor y la confianza. Lo opuesto a la amistad.
Ocurre cuando nos comparamos con otras personas: por ejemplo, un compañero de clase parece más inteligente y más hermoso. Lamentamos no tener la misma mente aguda, pelo largo.
La envidia causa pesadez en el alma: ceño fruncido, falta de sonrisa. Una persona envidiosa vive con dolor, no sabe cómo deshacerse de él.
La emoción a menudo se usa para los propósitos correctos: la envidia hace que uno se desarrolle, aprenda. Pero la ira hacia una persona a la que envidiamos no traerá ningún beneficio.
Necesitas poder reconocer las emociones de otras personas, evaluar correctamente el comportamiento de los demás. Hay muchos juegos y ejercicios para practicar la habilidad.
El juego más popular para desarrollar la inteligencia emocional de los niños. Puedes jugar solo o en grupo.
El anfitrión piensa en una emoción, la representa con la ayuda de expresiones faciales, gestos, posturas. La tarea de los participantes es nombrar la emoción y repetirla. Otra opción es que los participantes adivinen la emoción, pero representen lo contrario.
Fotos abiertas de personas, personajes de dibujos animados, cuentos de hadas, juegos en la pantalla grande. El niño necesita describir qué emociones experimenta cada uno de ellos.
Los libros ilustrados son útiles: mientras lee en voz alta, preste atención a las ilustraciones: “¿Cómo se siente el personaje y por qué?” Un ejercicio adicional hace que la trama sea más interesante, desarrolla la imaginación.
Elabora una lista de situaciones que pueden provocar emociones conflictivas, positivas y negativas.
La tarea de los jugadores es contar qué emociones los visitan.
Por ejemplo: “Imagina que ibas a desearle un feliz cumpleaños a tu amigo, pero te enteras que decidió no invitarte a la fiesta”, “Imagina que te rompieron la chaqueta en la escuela porque te querían hacer daño”.
Los jugadores se paran en círculo. El anfitrión se para en el centro con la pelota, elige a un participante, le lanza la pelota y le pregunta: “¿Qué te hace feliz?”, “¿Qué te enoja?” El participante piensa, responde la pregunta, pasa la pelota a otro.
El juego desarrolla la habilidad de reconocer emociones, introspección. Los participantes reaccionan rápidamente, observan el estado emocional de otros jugadores.
La formación teórica no es suficiente para comprender rápidamente los matices de las emociones humanas. Se requiere entrenamiento regular en forma de juego, ejercicios prácticos. La emotividad de los padres ayuda al niño a empezar a navegar en el mundo de las emociones.