Antoine KerfantFABULAS Y CUENTOS
Es de sobra conocida la fábula de la cigarra y la hormiga. Se usa normalmente para enseñar la importancia del ahorro en las finanzas personales, pero creo que se le puede sacar otra interpretación interesante para los emprendedores. Haré un breve resumen de la fábula, originalmente creada por Esopo y adaptada por La Fontaine, para luego intentar sacar algunas conclusiones para quien está empezando su negocio.
La historia clásica nos presenta a una cigarra que pasó todo el verano cantando. Cuando llega la temporada de frío y especialmente el invierno, se encuentra que no tiene nada para comer, y decide ir a visitar a su vecina, la hormiga, para pedirle ayuda. Le promete que cuando llegue el verano, le pagará lo prestado con intereses. Pero la hormiga, tras preguntarle lo que hizo durante la temporada de calor y enterarse que solo estuvo cantando, le niega el préstamo y le aconseja que baile.
Aunque la respuesta de la hormiga nos puede parecer un poco cruel por su falta de compasión, la moraleja que se saca de la fábula es que hay que prepararse para el invierno. Aunque la historia no lo cuente, uno imagina como la hormiga, un insecto conocido por trabajar sin cesar, habrá almacenado comida durante toda la buena temporada, para poder aguantar el frío y la escasez de alimento. La hormiga fue previsora, la cigarra no lo fue. La segunda es la responsable de su desdicha por no haber planeado, y optado por el disfrute del momento antes que su propio bienestar a medio y largo plazo.
Cualquier persona que sepa un mínimo sobre finanzas personales puede usar esa fábula para animar a las personas a ahorrar parte de sus ingresos, especialmente cuando la coyuntura es favorable, de tal manera que se disponga de una reserva en tiempos más difíciles. Parece sentido común, pero muchos hogares no aplican esa prudencia y van gastando todo lo que reciben, a veces en gastos inútiles o no tan importantes.
Por supuesto la fábula tiene interpretaciones más amplias, dando valor al trabajo y al esfuerzo, ya que producen frutos, tanto si se trata de los estudios o de una carrera profesional.
Si hilamos más fino, se puede sacar una interpretación interesante para las personas que han creado su empresa. Por supuesto, emprender supone un gran trabajo, y probablemente a ningún emprendedor se le puede acusar de haber sido ocioso, al menos no en los mismos términos que la cigarra del cuento. Pero veo tres puntos que merecen la pena ser destacados.
¿Tienes otra interpretación de esta fábula clásica? Puedes compartirla en la sección de comentarios. Recuerda que hay moderación, así que tu mensaje tardará en publicarse.
Artículos relacionados
cigarra, hormiga
La Cigarra y la Hormiga es una de las fábulas infantiles más famosas de la historia, todavía muy presente en nuestros recuerdos. Habla de una cigarra perezosa y una hormiga que lucha, comparando sus posturas sobre el trabajo y el futuro. La narración se suele atribuir a Esopo, un autor de la Antigua Grecia, pero también fue contada en verso por el francés La Fontaine y tuvo numerosas adaptaciones.
Como es habitual en las fábulas, esta historia está protagonizada por dos animales que se comportan de forma muy similar a los humanos. Durante el verano, Cigarra quiere disfrutar del buen tiempo y se pasa los días cantando. Mientras tanto, la Hormiga trabaja diligentemente, recolectando alimentos para sobrevivir al invierno. Cuando llegan los días de frío y lluvia, la Cigala no tiene nada para comer y le pide a la Hormiga que comparta su comida. La Hormiga, por su parte, se niega, diciendo que la Cigarra pasó el verano cantando y ahora necesita «arreglárselas».
La Cigarra pasó el verano cantando mientras la Hormiga recogía su grano. Cuando llegó el invierno, la Cigarra llegó a la casa de la Hormiga para pedirle que le diera algo de comer. La Hormiga luego le preguntó: «¿Y qué has estado haciendo todo el verano?» «Durante el verano yo cantaba», dijo la Cigarra. Y la hormiga respondió: – ¡Muy bien, ahora baila!
Video Resumen Fábula la Cigarra y la Hormiga
Esopo (620 a. C. – 564 a. C.) fue un antiguo escritor griego que fue inmortalizado por su colección de fábulas que pasó a formar parte de la tradición popular oral.
En un hermoso día de invierno, las hormigas estaban teniendo dificultades para secar sus reservas de alimento. Después de un aguacero, los frijoles se mojaron. De repente aparece una cigarra: – ¡Por favor, hormiguitas, dadme de comer! Las hormigas dejaron de trabajar, cosas que iban en contra de sus principios, y preguntaron: – ¿Pero por qué? ¿Qué hiciste durante el verano? ¿No te acordaste de guardar comida para el invierno? Habló la cigarra: – A decir verdad, no tuve tiempo. ¡Pasé todo el verano cantando! Las hormigas hablaron: – Bueno… Si te pasaste todo el verano cantando, ¿qué tal si pasas el invierno bailando? Y volvieron al trabajo riendo.
Resumidamente, los perezosos obtienen lo que se merecen. La Cigarra y la Hormiga es una lección sencilla y directa sobre la importancia y el valor del trabajo. Cargados de simbologías, los personajes representan dos posturas opuestas ante la vida: la del trabajador y la del perezoso.
La fábula nos enseña a ser independientes y responsables de nosotros mismos. Incluso en momentos en los que nos apetece simplemente descansar y disfrutar de la vida, es necesario pensar en el futuro y luchar por él.
Esta historia, llena de sabiduría popular, también puede ser una buena oportunidad para hablar con los niños sobre otros valores fundamentales: la generosidad, la solidaridad, el compartir.
Después de todo, al final de la historia, no se dice que la Hormiga no ayudó a la Cigala, después de llamar a su razón. Entonces, una interpretación quedaría abierta: quizás la Hormiga fue generosa, después de alertar a la Cigala de su irresponsabilidad en el pasado.