Las intoxicaciones alimentarias están causadas por bacterias y, a veces, por virus u otros gérmenes. Pueden entrar en los alimentos que comemos y en los líquidos que bebemos. No podemos notar con el gusto, oler ni ver esos gérmenes (por lo menos, sin un microscopio). Pero, aunque sean diminutos, pueden tener un gran efecto en nuestro cuerpo.
Cuando los gérmenes que causan intoxicaciones alimentarias entran en nuestro organismo, pueden segregar toxinas. Estas toxinas son tóxicas (de ahí el nombre “intoxicación alimentaria”), y pueden causar diarrea y vómitos.
Por lo general, los médicos usan la expresión “intoxicación alimentaria” para describir una enfermedad que se desarrolla deprisa a partir de la ingesta de un alimento contaminado. La gente suele tener diarrea o empezar a vomitar a las pocas horas de haberse infectado. Lo bueno es que las intoxicaciones alimentarias también suelen solucionarse por sí solas en poco tiempo. La mayoría de la gente se recupera en un par de días y no tiene ningún tipo de secuela.
En una cantidad reducida de casos, tener una intoxicación alimentaria puede significar tener que ir al médico o al hospital. Cuando la gente necesita tratamiento médico para una intoxicación alimentaria, se suele deber a la deshidratación. Deshidratarse es la complicación más grave de una intoxicación alimentaria.
La forma en que se manifiesta una intoxicación alimentaria depende del germen que la haya causado. Una persona puede empezar a encontrarse mal al cabo de una o dos horas de haberse comido o debido el alimento o el líquido contaminado. En otras ocasiones, es posible que los síntomas no aparezcan hasta al cabo de varias semanas. En la mayoría de los casos, los síntomas desaparecerán al cabo de 1 a 10 días.
Entre los signos de que un niño tiene una intoxicación alimentaria, se incluyen los siguientes:
En contadas ocasiones, las intoxicaciones alimentarias pueden causar mareos, visión borrosa u hormigueo en los brazos. En casos todavía menos frecuentes, la debilidad que a veces acompaña a la intoxicación alimentaria provocará problemas para respirar.
Cuando la gente come o bebe algo que estaba contaminado con gérmenes, puede enfermar debido una intoxicación alimentaria. Frecuentemente, la gente se intoxica con alimentos de origen animal, como la carne en general y la carne de aves de corral, los huevos, los productos lácteos y el marisco. Pero las frutas y las verduras no lavadas, así como otros alimentos crudos también pueden estar contaminados y hacer que a la gente se encuentre mal. Hasta el agua puede provocar intoxicaciones alimentarias.
Los alimentos sólidos y líquidos se pueden contaminar en muchos momentos diferentes de su proceso de preparación, almacenamiento y manipulación. Por ejemplo:
Las personas con problemas de salud (como una enfermedad crónica de riñón) o con sistemas inmunitarios debilitados corren un mayor riesgo de sufrir intoxicaciones alimentarias, en comparación con las que gozan de buena salud.
Los gérmenes que causan intoxicaciones alimentarias más a menudo son los siguientes:
Salmonella. Las bacterias Salmonella son la principal causa de las intoxicaciones alimentarias en EE.UU. Generalmente, estas bacterias se introducen en los alimentos cuando estos entran en contacto con heces de animales. Entre las principales causas de la intoxicación por Salmonella, se incluye la ingesta de productos lácteos, carnes poco cocinadas y productos agrícolas frescos (fruta y verdura) que no se han lavado correctamente.
E. coli (Escherichia coli). Las bacterias E. coli se suelen introducir en los alimentos o el agua cuando estos entran en contacto con heces de animales. El consumo de carne picada de ternera que no está lo bastante cocinada es la causa más frecuente de intoxicación por E. coli en EE.UU.
Listeria. Estas bacterias se encuentran mayoritariamente en los productos lácteos sin pasterizar, el marisco ahumado y las carnes procesadas, como las salchichas y los embutidos. Las bacterias Listeria también pueden contaminar frutas y verduras, aunque con menor frecuencia.
Campylobacter. Estas bacterias infectan con mayor frecuencia la carne en general y la carne de ave, así como la leche no pasterizada. Campylobacter también puede contaminar el agua. Al igual que con otros tipos de bacterias, estas bacterias suelen entrar en los alimentos a través del contacto con heces animales infectadas.
Staphylococcus aureus. Estas bacterias (que se pueden encontrar en la carne, las ensaladas preparadas y los alimentos elaborados con productos lácteos contaminados) se propaga a través del contacto con las manos, los estornudos y la tos. Esto significa que las personas que preparan o manipulan alimentos pueden trasmitir la infección.
Shigella. Las bacterias Shigella pueden infectar el marisco o las frutas y las verduras crudas. La mayoría de las veces, estas bacterias se propagan cuando las personas que preparan o manipulan alimentos no se lavan las manos correctamente después de ir al baño. A veces, esta infección causa la presencia de sangre en las heces (caca).
La Hepatitis A. Las personas tienden a contraer este virus al comer marisco crudo o alimentos que han sido manipulados por personas infectadas. Puede ser difícil conocer el origen de la infección porque las personas infectadas pueden no encontrarse mal hasta que hayan trascurrido de 15 a 50 días desde que contrajeron el virus.
Norovirus. Estos virus suelen contaminar alimentos que han sido preparados por personas infectadas.
Algunos de estos gérmenes, como la Listeria y el E. coli, pueden causar problemas potencialmente peligrosos en el corazón y el riñón, así como problemas hemorrágicos.
La mayoría de los casos de intoxicación alimentaria no requieren atención médica, pero hay algunos que sí. El problema grave más frecuente de las intoxicaciones alimentarias es la deshidratación. Es poco probable que un niño sano se deshidrate siempre y cuando beba una cantidad suficiente de líquidos para compensar los que está perdiendo a través de los vómitos y/o la diarrea.
Llame al médico si su hijo presenta alguno de estos síntomas:
Es importante que usted esté pendiente de los signos de deshidratación, que incluyen los siguientes:
Si su familia ha viajado hace poco al extranjero, y su hijo empieza a tener diarrea u otros problemas digestivos, llame al médico.
Las intoxicaciones alimentarias (sobre todo las que se asocian a deshidratación) pueden ser más graves para aquellas personas con sistemas inmunitarios debilitados u otros problemas de salud. Si su hijo padece una afección médica (como un problema renal o la enfermedad de células falciformes), llame al médico de inmediato. Las mujeres embarazadas también deberían informar a sus médicos si tienen una intoxicación alimentaria, porque algunos gérmenes pueden afectar al bebé mientras está en el vientre materno.
El médico le preguntará qué ha comido su hijo últimamente y cuándo empezaron sus síntomas. Examinará a su hijo y es posible que le pida muestras de sangre, de heces o de orina, que enviará a un laboratorio para que las analicen. Esto ayudará al médico a saber qué está causando la enfermedad de su hijo.
Generalmente, las intoxicaciones alimentarias siguen su curso, y los niños mejoran por sí mismos. Pero en algunas ocasiones los médicos recetan antibióticos para tratar los tipos más graves de intoxicaciones alimentarias provocadas por bacterias. Un niño con una deshidratación grave, puede tener que recibir tratamiento en un hospital con líquidos por vía intravenosa (VI).
Las intoxicaciones alimentarias suelen desaparecer por sí solas al cabo de pocos días. Para ayudar a que su hijo se encuentre mejor, asegúrese de que haga lo siguiente:
No dé a su hijo medicamentos antidiarreicos de venta sin receta médica. Este tipo de medicamentos puede prolongar los síntomas de la intoxicación alimentaria. Cuando se detengan la diarrea y los vómitos, ofrezca a su hijo porciones pequeñas de alimentos de bajo contenido graso y fáciles de digerir durante unos pocos días para impedir que le aumente su malestar estomacal.
Si los síntomas se agravan u observa signos de deshidratación, llame al médico.
Siga estos consejos para ayudar a proteger a su familia de las intoxicaciones alimentarias:
Si un miembro de su familia sufre una intoxicación alimentaria, informe al departamento de salud de su localidad. Es posible que sus funcionarios puedan dar con su causa y evitar un posible brote que podría afectar a otras personas.
Revisado por: Ryan J. Brogan, DO
Fecha de revisión: abril de 2022
Las intoxicaciones alimentarias pueden ser leves y durar poco o pueden llegar a ser muy graves. Veamos cómo podemos evitarlas.
Las intoxicaciones alimentarias ocurren cuando ingerimos alimentos que contienen gérmenes, como las bacterias o las toxinas. Las bacterias están por todas partes; por lo tanto, los casos leves de intoxicación alimentaria son frecuentes. Pueden causar diarrea y problemas de estómago. Cuando te ocurra algo así, es posible que tus papás digan que tienes una gripe intestinal o un virus en el estómago.
Tal vez pienses que la solución consistiría en librarte de todas las bacterias. Pero eso es imposible y no te gustaría hacerlo, incluso si fuera posible. Las bacterias están por todas partes, incluso en los alimentos, y algunas de ellas son buenas o positivas para nosotros. Además, puedes aprender a evitar los gérmenes nocivos que pueden contener los alimentos.
Una persona que tenga este tipo de intoxicación puede presentar:
A veces, encontrase mal por haberse intoxicado con un alimento se muestra en las primeras horas después de haber ingerido el alimento. Otras veces, la persona puede no encontrase mal hasta varios días después de haber ingerido el alimento. En los casos leves de intoxicación alimentaria, no te encontrarás mal durante mucho tiempo seguido y te volverás a encontrar bien al cabo de muy poco tiempo.
Puede ser difícil saber si presentas una intoxicación alimentaria u otra cosa. Puedes hacer un poco de detective y averiguar si hay alguien más con tu mismo tipo de malestar. ¿Comió lo mismo que tú? Si solo la gente que ha ingerido determinado alimento se encuentra mal, podría tratarse de una intoxicación alimentaria.
Alimentos de origen animal, alimentos crudos, verduras o frutas no lavadas, todos ellos contienen gérmenes que pueden causar intoxicaciones alimentarias. La fuente más probable de las intoxicaciones alimentarias son los alimentos de origen animal, como la carne en general, la carne de aves de corral (como el pollo), los huevos y el marisco (como las gambas).
Algunas de las bacterias más frecuentes son:
Para evitar las intoxicaciones alimentarias, la gente necesita preparar, cocinar y conservar los alimentos adecuadamente.
El médico te hará muchas preguntas sobre cómo te encuentras, cuándo te empezaste a encontrar mal por primera vez, qué has comido durante los últimos días, y si hay alguien más que conoces que también se encuentra mal. Es posible que el médico te pida una muestra de heces (caca) y de orina (pipí) para evaluar la presencia de gérmenes que te podrían haber causado una intoxicación alimentaria.
El tratamiento que recibas por tu intoxicación alimentaria dependerá del tipo de germen que te haya hecho que te encuentres mal. Es posible que el médico te dé algún medicamento, pero la mayoría de las veces la gente que tiene intoxicaciones alimentarias no necesita tomar ningún medicamento.
También es raro que un niño tenga que ir a un hospital debido a una intoxicación alimentaria. Por lo general, solo aquellas personas que estén realmente deshidratadas deberán ingresar en un hospital. Estar deshidratado significa que tu cuerpo ha perdido demasiado líquido debido a la diarrea y los vómitos. Una persona deshidratada puede recibir líquidos y medicamentos por VI en un hospital. Para no deshidratarte, trata de seguir bebiendo líquidos cuando te encuentres mal.
También es posible que necesites ir al hospital si tienes sangre en las cacas. Si ves que tienes sangre en las cacas, asegúrate de informar a tus padres al respecto.
Se pueden hacer muchas cosas para prevenir las intoxicaciones alimentarias. Estas pautas se deben seguir en todas las etapas de la alimentación: desde su preparación hasta el cocinado y la conservación de las sobras. Gran parte de esta responsabilidad recae en los adultos, pero los niños también pueden ayudar a luchar contra los gérmenes. Una de las mejores formas de conseguirlo consiste en lavarte bien las manos si vas a ayudar a preparar la comida.
¿Cuándo te las debes lavar? Justo antes de empezar a preparar la comida, para que los gérmenes no puedan entrar en los alimentos, y después tú no los puedas pasar de la comida a ti mismo o a cualquier otra persona.
Otras formas de garantizar tu seguridad alimentaria son las siguientes: