Inés Ibáñez, Farmacéutica y Nutricionista
El resfriado común o catarro es una infección vírica muy común en los niños generalmente causada por el rinovirus.
Se contagia a través del contacto de secreciones nasales y es por eso que es tan importante el lavado de manos para su prevención. Además a la hora de evitar esta infección también será importante que el sistema inmunitario de nuestros hijos esté preparado y esto lo vamos a conseguir mediante buenos hábitos alimentarios, favoreciendo el descanso y con la ayuda de algún suplemento formulado a base de equinácea, propóleo o vitamina C que va a resultar útil tanto en la prevención como para acortar el tiempo de la infección.
El resfriado común en los niños al igual que en los adultos, no cursa con ninguna complicación y en este post os voy a explicar qué señales nos podrían alertar y como aliviar los síntomas uno por uno con tal de lograr unos días un poco más confortables en los pequeños.
SEÑALES DE ALERTA: ¿CUÁNDO ACUDIR AL MÉDICO?
A pesar de que el resfriado común o catarro es una dolencia leve, en casos muy puntuales es necesario acudir al médico. Te los menciono:
En el caso de que el niño no manifieste ninguno de estos síntomas lo único que necesitará es tiempo y reposo para que sea su propio cuerpo el que combata el virus. Aunque sí podemos echar mano de la medicina tanto natural como convencional para hacer estos días más llevaderos.
MEDICAMENTOS PARA EL ALIVIO DE LOS SÍNTOMAS
Los síntomas más frecuentes en niños son mucosidad a nivel nasal, fiebre, tos y/o malestar general.
Cuando tomamos medicamentos para el resfriado común o catarro al igual que otros virus como el de la gripe o el covid tenemos como objetivo aliviar los síntomas. Siempre hago mucho hincapié en esto porque pienso que crea mucha confusión. En los medicamentos enfocados al alivio de los síntomas no es necesario terminar la caja ni seguir una pauta estricta en horas o días como cuando tomamos antibióticos o corticoides. Aunque no podemos excedernos nunca en la pauta si podemos disminuir la frecuencia con la mejoría . Por tanto, normalmente en los primeros días se van a esperar las 8 horas con ansia para darle el medicamento al niño que se siente molesto y después seguramente no sea necesario y le demos sólo en momentos puntuales de exacerbación de los síntomas. Esto lo va a dictar el propio cuerpo.
FIEBRE
La fiebre, mas frecuente en niños entre 3 meses y 3 años. Puede preceder en unas horas al resto de la sintomatología, aunque más frecuentemente en el resfriado aparece horas después.
Se considera que un niño tiene febrícula cuando la temperatura tomada en la axila está por encima de los 37,1ºC. hasta los 38,1ºC, si alcanza los 38,5ºC es fiebre leve, hasta los 39º C es moderada y por encima de 39º, es alta. El lugar (axila, boca, ano) dónde tomemos la temperatura variará ligeramente estos parámetros.
La fiebre es un mecanismo de defensa del propio cuerpo y no será necesaria darle un antiérmico si el niño no se siente molesto. Aunque si nos será útil medir la temperatura del niño ya que es una de las señales de alerta que mas pistas nos da sobre su estado y si es necesario ir al pediatra.
Los antitérmicos de elección serán el paracetamol o el ibuprofeno cuyas marcas mas conocidas son el DALSY y el APIRETAL
DOLOR DE GARGANTA O IRRITACIÓN
Para disminuir la inflamación lo ideal es un antiinflamatorio como el DALSY aunque si el niño tiene más de 6 años también se puede acompañar de algún medicamento para chupar que actúe a nivel local tipo STREPSILS
Por último y si tenéis preferencia siempre por la opción natural YSANA GARGANTA ALIVIO Y PROTECCION calma y suaviza mucho la garganta. También apto sólo a partir de los 6 años.
MUCOSIDAD
Para la mucosidad de nariz se recomiendan los lavados nasales. El lavado de nariz ejerce una doble función; por un lado, arrastra parte del moco nasal hacia la vía digestiva y, por otro, hidrata el moco y facilita su drenaje por la fosa nasal hacia el exterior. Para los lavados nasales lo ideal es utilizar una solución hipertónica en spray. A partir de los 3 años se puede utilizar STERIMAR y antes un spray específico para bebe como YSANA FREENOSE HYPERTONIC SEA WATER BEBÉ.
Otra opción para mejorar la obstrucción nasal es la vapoterapia, pero solo si se practica repetidamente (4 sesiones al día de 15 minutos de duración). La utilización de eucaliptus puede hacer más agradable la sesión, pero no mejora los resultados del vapor de agua solo.
TOS SECA
El Dextrometorfano (ROMILAR) y la Cloperastina (FLUTOX) son los dos medicamentos de elección para aquella tos que no cursa con expectoración. Ambos se pueden usar en niños. a partir de los 2 años.
Como opción natural para calmar este tipo de tos irritativa o nerviosa también funcionan muy bien aquellos jarabes con efecto balsámico a base de miel o llantén como el BRONCHOTOS PEDIÁTRICO que forman una capa protectora de la mucosa y contribuyen a su recuperación. En este caso al no tratarse de un medicamento si se puede usar a partir de 1 año.
TOS PRODUCTIVA
Para aquella tos con mucosidad lo que se va a promover es la hidratación del moco y su eliminación. Para ello, que el niño beba agua va ayudar mucho y también hay un medicamento a base de hiedra con acción mucolítica y expectorante que es el PROSPANTUS. Indicado a partir de los 2 años de edad.
¿Tienes dudas? ¡Consúltanos!
Estamos en época de catarros, infecciones, mocos y virus. Muchos de nosotros los sufriremos unos cuantos días, aunque los niños suelen ser los más afectados. Entre los síntomas más molestos y que generan más alarma está la tos, así que madres y padres acuden a pediatras y farmacias en busca de remedios. Pero tenemos una mala noticia: en realidad, no hay ningún fármaco efectivo ni recomendable para la tos infantil.
Roi Cal, farmacéutico y vicepresidente de la Asociación de Farmacéuticos a Favor de la Evidencia Científica (FarmaCiencia), ha analizado esta cuestión en profundidad. Según explica, hay un grupo de jarabes que se pueden considerar, simplemente, ineficaces; otros que podrían tener algunos beneficios leves pero que también presentan riesgos, con lo cual es mejor no utilizarlos; y, finalmente, un último grupo de productos sobre los que no existen evidencias para afirmar si funcionan o no. «Por desgracia hay muchos fármacos que no hacen nada, incluso algunos financiados por la Seguridad Social», asegura en declaraciones a Teknautas.
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Entre los fármacos que se utilizan contra la tos hay mucolíticos, descongestivos, antihistamínicos y antitusígenos. Dentro de estos últimos se enmarca uno de los más usados, el dextrometorfano, que se vende bajo varias marcas. En adultos sí hay indicios de su eficacia, pero está contraindicado para menores de 2 años, mientras que en niños mayores de esa edad «hay cierta evidencia, pero también efectos secundarios que hacen que la balanza entre riesgos y beneficios no compense«, según el experto. No obstante, una revisión de estudios sobre este fármaco publicada en 2016 concluía que «no es significativamente más eficaz que el placebo para el tratamiento de la tos».
¿Por qué esa diferencia entre la eficacia de un fármaco en mayores y pequeños? Por una parte, «el cuerpo y el metabolismo de niños y adultos es diferente«. Por otra, «es necesario bajar la dosis en la población pediátrica porque son más susceptibles a efectos secundarios», explica Roi Cal. En algunas ocasiones, no hay estudios específicos en el ámbito de la pediatría.
Y no solo se trata del dextrometorfano. En el caso del salbutamol o albuterol, opción que también es habitual, no existen pruebas para apoyar su uso en niños con tos aguda, según otra recopilación de investigaciones que ponía también en duda su eficacia en adultos. Tampoco los antihistamínicos se pueden recomendar «como tratamiento empírico de los niños con tos crónica» de acuerdo con otra publicación de la Biblioteca Cochrane. Finalmente, un estudio sobre medicamentos de venta libre indicados para la tos y el resfriado advertía de que su eficacia no se había demostrado en niños.
La tos es diferente en adultos que en niños. (Foto: iStock)
En definitiva, ninguna opción del mercado es satisfactoria. «Da igual lo que sea, la tos va a tener una duración similar», señala el farmacéutico. Y ni que decir tiene que la homeopatía no sirve ni para este uso ni para ningún otro, aunque «a mí me llegan recetas de pediatras públicos y privados», apunta, «no obstante, su popularidad ha caído bastante en los últimos años».
Lucía Galán, pediatra y divulgadora científica —conocida como Lucía, mi pediatra—, se muestra muy contundente: «Los jarabes para la tos no tienen evidencia científica demostrada y, por lo tanto, no se deben utilizar». Es más, «muchos de ellos tienen efectos secundarios que, aunque son muy infrecuentes, pueden ser graves o muy graves».
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Entre los problemas que generan están la somnolencia, la depresión del sistema nervioso central, las arritmias, la depresión respiratoria o las convulsiones. El caso de la codeína es especialmente llamativo porque en 2015 la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) recomendó no utilizarlo en niños menores de 12 años por haberse descrito casos de muerte en menores.
Como es lógico, los padres acuden a la consulta en busca de diagnóstico y tratamiento. Pero si está claro que no hay fármacos adecuados, ¿por qué los pediatras siguen recetando algunos? Roi Cal considera que hay varias razones. «Algunos están desactualizados y se guían por su experiencia y sus creencias en lugar de comprobar los estudios científicos, pero son una minoría. Lo que ocurre es que muchos acaban recetando algo para tranquilizar a los padres, que a veces se ponen nerviosos y creen que un buen médico es el que les da algo para el niño», señala. Incluso si no se los dan en la consulta, es probable que acudan a la farmacia a ver qué les ofrecen sin receta.
Un pediatra suministra la vacuna de la gripe a un niño. (iStock)
Ante esa posible presión de los padres, «es muy importante explicarles las veces que sean necesarias que este tipo de fármacos no solamente no son útiles en la mayoría de las ocasiones, sino que además podrían ser perjudiciales«, comenta Lucía Galán. En su caso, esta labor de educación sanitaria va calando a través de la paciencia y la empatía para generar confianza. «Tras muchos años de profesión, a mis pacientes lo que les extraña es que para un simple catarro les receten tres jarabes diferentes», asegura.
Lo primero es aceptar y normalizar que los menores se ponen enfermos, porque cada año «un niño sano va a tener entre cinco y ocho catarros» o infecciones de las vías respiratorias altas, es decir, nariz, garganta, tráquea y bronquios.
«La mayoría se producen en invierno y son procesos víricos banales», destaca. Esto quiere decir que no se tratan con antibióticos y que no hay nada para prevenirlos: ni vitaminas, ni jarabes, ni homeopatía. «Suelen durar dos semanas y si presentan mal estado general, tos incesante que impide el descanso, fatiga, pitos, dificultad respiratoria o si los niños dejan de comer de forma llamativa, han de acudir al pediatra».
(Foto: Flickr)
Y llegados a este punto, ¿qué les va a decir el médico? «Somos muchos los que aconsejamos lavados nasales con suero fisiológico, ofrecer agua de forma regular, aliviar el dolor y la fiebre si generan malestar importante, y poco más», indica la pediatra. En cualquier caso, es aconsejable instruir a los padres sobre cuáles son los signos de alarma que hay que vigilar en el caso de que el catarro evolucione o se presenten síntomas nuevos que sí precisen de otro tipo de tratamiento.
De acuerdo con la literatura científica más reciente, lo cierto es que sí hay un producto que parece tener cierto efecto, pero no hace falta comprarlo en la farmacia. Otra revisión de la Biblioteca Cochrane de abril de 2018 evaluó a personas entre los 12 meses y los 18 años y concluyó que la miel durante tres días es más efectiva para la tos que el placebo y que probablemente reduce su duración. Sin embargo, más allá de los tres días no hay diferencias significativas con el placebo.