El Bautizo
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Entrada a la Iglesia para comenzar la ceremonia del
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El bautizo es una celebración muy importante en la
cultura mexicana, dado que la sociedad mexicana es católica en un 90
a 95 %.
El Bautizo es el primer y más importante evento dentro
de la Fé Católica y se invita a toda la familia y amigos a participar
de él.
El primer paso es escoger a los padrinos. La relación
de los padrinos con los padres es, por lo general, muy cercana, aunque nunca
falta la ocasión en la que se escoge a los padrinos por alguna razón
política o de interés.![]()
Las personas, al aceptar ser padrinos del bebé, se
compromenten a cuidar de éste en caso de que le falten los padres y
también se comprometen a guiarlo en la fe católica y en la vida.
La ceremonia comienza con una paraliturgia en la que los
padrinos, los padres y los invitados presentan al bebé (en algunos
casos niños más grandecitos), quien lleva un ropón,
ante Dios, pidiendo que se acepte a la criatura como hija/o de Dios.
Los padrinos presentan al bebé para que el
Padre lo bautice.
La ceremonia del bautizo en una capilla que forma
parte de un hospital.
La ceremonia puede ser común, es decir que se bautiza
a muchos niños al mismo tiempo, o individual, sólo a un niño.
Una vez que termina la ceremonia religiosa, por lo general
hay una fiesta que se lleva acabo o en casa de los padres, los padrinos, algún
familiar o en un salón rentado para este fin.
Durante la fiesta, se comen generalmente antojitos mexicanos
como tamales, quesadillas, tacos,
etc.
Tradicionales tamales que forman parte de todo tipo
de celebraciones entre ellas, los bautizos.
Hacia el final de la fiesta los padrinos dan un recuerdo a los invitados
y el padrino lanza el bolo. El bolo consiste en dinero en la forma de monedas
que avienta al piso y los niños corren y se lanzan a recogerlo.
Recuerdo que se entrega a los invitados antes de
que se vayan del festejo.
Otro ejemplo de recuerdo que se da al final de la
celebración.
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El bautismo de Cristo (1568), panel derecho del Tríptico de Módena, obra del Greco. Galería Estense, Módena.
Bautismo de san Francisco de Asís, de Antonio del Castillo y Saavedra, óleo sobre lienzo, 196 x 248 cm, Museo de Bellas Artes de Córdoba.
El bautismo (romanización: baptó o baptizó, significado: «lavar» o «sumergir»)[1] es un rito de adopción y admisión al cristianismo casi invariablemente asociado con el uso de agua.
Para distintas Iglesias cristianas tales como la católica, ortodoxa, algunas protestantes históricas como la anglicana, entre otras, el bautismo se considera un sacramento.
[2] Para los anabaptistas y el fundamentalismo cristiano, por su parte, es considerado una «ordenanza de Cristo».[2]
Bautismo infantil por afusión en una Iglesia católica en Venezuela
Bautismo del creyente por inmersión en la Northolt Park Baptist Church, en Gran Londres, Unión Bautista de Gran Bretaña
En general existen tres formas de administrar el bautismo:[3]
La Iglesia católica, la Iglesia ortodoxa y las Iglesias protestantes reformadas, bautizan bebés por ablución.[4]
El bautismo por inmersión se suele aplicar en Iglesias protestantes, como las bautistas y evangélicas, además de en otras denominaciones cristianas, como La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, los Testigos de Jehová e Iglesia adventista del séptimo día. También se practica en la Iglesia ortodoxa y en menor medida dentro de la Iglesia católica.[5]
A partir del primer Concilio de Nicea (325 d. C.), la ceremonia (acto) de la inmersión o ablución es obligatoriamente triple, y el rito (palabras) del bautismo propiamente dicho, se centra en la invocación de la Trinidad sobre la persona que ha de ser bautizada (candidato o bautizando), con variantes según el rito de cada Iglesia:
«Es bautizado el siervo de Dios (nombre.
..) en el nombre del Padre, Amén, y del Hijo, Amén, y del Espíritu Santo, Amén», como ejemplo del rito bizantino de la Iglesia ortodoxa y otras orientales.[6][7]
«(Nombre…), Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.», es el ejemplo básico del cristianismo occidental y la Iglesia ortodoxa.[8]
Algunas iglesias protestantes aplican el bautismo únicamente con la fórmula «En el nombre de Jesús». Este es un punto de discusión teológica que tiene que ver con el concepto de si creen o no en la Trinidad.
La inmersión en agua se practicaba para la purificación legal. Los esenios practicaban este tipo de ablución purificadora que, para ellos, era también moral, como han podido demostrar sus piscinas rituales en Qumram.
Entre los fariseos del siglo I se extendió la costumbre de sumergir en agua a los prosélitos tras la circuncisión, rito que implicaba la capacidad del neófito para acceder a los sacrificios y participar en el culto del Templo.
[9]
Juan el Bautista asumió este rito dándole el sentido de medio para la conversión (cf. Mc 1 4) y purificación del pecado. Esto implicaba que el templo ya no era el único lugar para la obtención de la expiación.
Tanto los escritores del Nuevo Testamento como algunos Padres de la Iglesia descubren en el Antiguo Testamento algunas figuras, prototipos, cuadros, simbolismos o tipos del bautismo:
La Iglesia católica considera el bautismo que administraba Juan el Bautista como prefiguración inmediata de lo que considera un sacramento. Según el evangelio, el Bautista tenía conciencia de que el rito que realizaba era un anuncio del que vendría (cf.
Mc 1 8). Jesús no solamente se sometió al bautismo de Juan, sino que también llamó «bautismo» a su pasión y muerte (Mc 10 38 y paralelos).
El Concilio de Trento declaró que el bautismo de Cristo era diverso del de Juan.[12][13]Y en el decreto Lamentabili, el Santo Oficio aclaró que el sacramento del bautismo no se puede considerar como un rito evolucionado de los usados por las religiones antiguas o por el judaísmo.[14]
En el Nuevo Testamento se habla de una inmersión en el agua, acompañada de unas palabras y que requiere la fe del bautizando (cf. Hch 8 36-37). Sin embargo, hubo teólogos en los primeros siglos que negaron la necesidad del agua o del bautismo. Contra ellos escribió Ireneo en su obra ‘Adversus Haereses’ I:21[15]) y Tertuliano en su obra ‘De Baptismo’I[16]). Pero la expresión más clara está en Agustín: «¿Qué es el bautismo? Es una ablución de agua con la palabra. Quita el agua y ya no hay bautismo» (Comentario al evangelio de Juan Tratado 15:4).
[17]
En la Didaché (capítulo VII)[18] se habla de una celebración con inmersión en agua, pero también de un rito por el que se derramaba tres veces agua sobre la cabeza del neófito. Hipólito habla de una celebración que seguía al catecumenado y que tras oraciones, preguntas y exorcismos, sometía al candidato a una inmersión en el agua. Sin embargo, es difícil que incluso en la Iglesia primitiva se hayan dado casos de bautismo por inmersión únicamente. Si según los Hechos de los apóstoles, tras la predicación de Pedro fueron tres mil las personas que se bautizaron resulta muy difícil pensar que todos se hayan arrojado al agua.
Según Cipriano, algunos enfermos eran bautizados seguramente por aspersión o infusión (echar agua sobre el que se bautiza, generalmente en la cabeza).[19]
Así con el paso del tiempo el bautismo por inmersión fue abandonado paulatinamente (debido a la costumbre de bautizar a los niños lo más pronto posible) y el de aspersión se usó muy poco dadas las dudas sobre la efectiva ablución.
El Código de derecho canónico de 1983 indica que el bautismo se ha de administrar por inmersión o por infusión, de acuerdo con las normas establecidas por cada Conferencia episcopal (cf. núm. 854).[20]
Aunque la terminología, distinguiendo la materia y la forma del sacramento, ha sido abandonada por el Catecismo de Juan Pablo II, todavía resulta útil para describir los diversos elementos que concurren para la validez del sacramento:
La materia remota del sacramento del bautismo es el agua verdadera y natural, y lo mismo da si es fría o caliente.[21] Simboliza la regeneración a la vida espiritual porque es el principio de la vida natural. Indica purificación y vida nueva. El agua usada en la celebración del sacramento ha de estar bendita o bendecirse durante el rito. La materia próxima con tres modalidades que son consideradas válidas: la inmersión, el derramamiento y la aspersión.[22]
En Occidente la forma es «Yo te bautizo en el nombre.
..». En Oriente en cambio y queriendo subrayar la eficacia del sacramento independiente del ministro se usa: «El siervo de Dios, es bautizado…». También se discutió si era necesaria la mención a la Trinidad o bastaba bautizar en nombre del Señor Jesús. El Concilio de Florencia de 1439 al igual que el Concilio de Trento declaró la necesidad de la fórmula trinitaria, teniendo en cuenta las palabras de Jesús: «… Y bautícenlos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo».
Es de notar que en épocas recientes se han visto dentro de la Iglesia católica clérigos que innovaron con otras formas bautismales y que han llegado a poner en duda la validez con la que el sacramento fue administrado. Un caso reciente se observó con la Declaración de la Congregación para la doctrina de la fe del 1 de febrero de 2008 en el que se declaró que los bautismos administrados bajo la fórmula «I baptize you in the name of the Creator, and of the Redeemer, and of the Sanctifier» (Te bautizo en el nombre del Creador, y del Redentor, y del Santificador) y «I baptize you in the name of the Creator, and of the Liberator, and of the Sustainer» (Te bautizo en el nombre del Creador, y del Liberador, y del Sustentador) son absolutamente inválidas y que en esos casos debe administrarse el sacramento con la fórmula trinitaria tradicional.
[23]
Es responsabilidad de los padres, de los padrinos y del ministro que se imponga al bautizando un nombre propio del sentir cristiano.
En cuanto al ministro del sacramento, se consideran ministros ordinarios el obispo, el presbítero y el diácono. Si el ministro ordinario estuviera impedido por algún motivo, el catequista u otro destinado para esta función puede administrarlo.
Ahora bien, en caso de necesidad, cualquier persona puede hacerlo, siempre que con este rito quiera cumplir lo que desea la Iglesia a través de él.[24]
El código de derecho canónico recomienda que el párroco ofrezca al obispo la posibilidad de bautizar a los adultos mayores de catorce años.[25]
Cualquier persona puede acceder al bautismo. En caso de ser un adulto, este debe manifestar su deseo de recibir el bautismo y haberse instruido previamente acerca de la fe cristiana y de las obligaciones que contrae, mediante un período de catecumenado.
[26]
El bautismo de niños es una práctica muy antigua en la Iglesia católica y está confirmada textualmente en escritos del siglo II en adelante de autores tales como Ireneo de Lyon,[27][28]Orígenes,[29][30] Hipólito de Roma,[31] Cipriano de Cartago,[32] Gregorio Nacianceno,[33] Juan Crisóstomo,[34] Basilio el Grande[35] y san Agustín de Hipona.[36] Quienes lo cuestionan también suelen cuestionar la teología del pecado original. Ahora bien, no se suele permitir el bautismo de niños que son hijos de no cristianos a menos que estos lo soliciten o que el niño se encuentre en peligro de muerte. El código de derecho canónico de 1983 (canon 868) indica además las siguientes condiciones para el bautizo de niños:
Si esto no se da, ha de diferirse explicando la dificultad a los padres.[37]Normalmente se da un padrino al bautizado quien de alguna manera presenta al candidato y se compromete a la educación cristiana del bautizado. Pueden ser un solo padrino o una sola madrina, o uno y una.
La edad mínima para ser padrino es de 16 años. Ha de ser católico y haber recibido los sacramentos de primera comunión y confirmación. El padrino o la madrina deben cumplir el papel de tutores en caso de que los padres del bautizado fallezcan o no puedan atenderlo.[38]
Los efectos del sacramento según la teología católica son: el perdón de los pecados (se perdona el pecado original, todos los pecados personales y las penas temporales que merezca por ellos), la unión con Cristo dada por el carácter sacramental, el don del Espíritu Santo, el ser hijo adoptivo de Dios Padre y el integrarlo como miembro de la Iglesia.[39]
A efectos prácticos, el bautismo y más concretamente, la partida de bautismo, adscribe al bautizado a la Iglesia católica.
Bautismo en una Iglesia luterana en Brasil.
La Reforma involucró una idea distinta de sacramento (dado que para Lutero y sus seguidores estos no producen eficazmente la gracia). De ahí que las denominaciones dependientes de ella se fueran alejando progresivamente de la práctica del bautismo de niños y fueran dando progresiva importancia a la celebración como rito de iniciación. Se dan las siguientes reflexiones dentro de la Reforma:
La salvación se da antes del bautismo, el cual es solo un símbolo.[41]Desde 1608, surgen denominaciones cristianas provenientes de la Reforma que subrayan de manera especial el bautismo. Estas son las Iglesias llamadas bautistas. Las únicas denominaciones protestantes que mantienen el bautismo infantil son la luterana, la calvinista, la presbiteriana, la anglicana, la metodista, la morava, la Iglesia Unida de Cristo, la Iglesia del Nazareno y la Iglesia de la Comunidad Metropolitana, las demás hacen el bautismo de adultos.
En las iglesias evangélicas adhiriéndose a la doctrina de la iglesia de creyentes, el bautismo del creyente está reservado para los creyentes adultos por inmersión en agua, después de un nuevo nacimiento.[44] Para los bebés, hay una ceremonia llamada presentación de niño.[45]
Como en la ceremonia del bautismo se escoge el nombre del niño, el concepto de «bautizar» o de «bautismo» ha tomado por extensión el sentido de poner nombre a algo.[46] De esta manera, se puede hablar, por ejemplo, de bautizar un barco o un edificio. Asimismo, puede referirse a «una primera vez», por ejemplo, la primera vez que se entra en combate (bautismo de fuego) o la primera herida que se recibe en combate (bautismo de sangre).[47]
En algunos países existe una ceremonia civil de bienvenida al recién nacido conocida con varios nombres tales como acogimiento civil,[48] apadrinamiento civil,[49] bautismo civil,[48][50] ceremonia civil de imposición de nombre,[50] o bautismo republicano[48] (este último por haber sido instaurado en Francia poco después de la Revolución Francesa).
Se trata de una alternativa laica al sacramento católico tradicional, y como tal está despojada de cualquier matiz religioso.[51]
Algunos de los elementos más radicales dentro del protestantismo rechararon el término mismo de “sacramento”, que les parecía “papista”, y prefirieron referirse a las “ordenanzas de Cristo” ».
Edición española: ISBN 9788425408090 (Ed. Herder – 2001).
Can. 854. Santa Sede
hom. 14, 1.5 Enrique Contreras, El Bautismo, Selección de textos patrísticos, Editorial Patria Grande, Segunda Reimpresión, Buenos Aires 2005, pág. 41; Orígenes, In Luc. hom. 33, 5 Ibid pág. 43; Orígenes, In Lev. Hom. 8,3 Johannes Quasten, Patrología I, Biblioteca de Autores Cristianos 206, Quita Edición, Madrid 1995, pág. 394
newadvent.org/fathers/310240.htm
pp. 151–154. ISBN 0-19-280290-9. OCLC 58998735
Ceremonia de imposición de nombre. Carta de ciudadanía. Archivado el 30 de abril de 2013 en Wayback Machine., Protocolo.org, 20 de junio de 2010
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The Bradbury Building was commissioned by Los Angeles gold mining millionaire Lewis L. Bradbury and built by draftsman George Wyman to an original design by Sumner Hunt. The outside is a bit Romanesque, but the inside is Victorian. The famous massive atrium in which visitors feel as if they have stepped back in time, to a golden age. Behind its modest, slightly Romanesque façade lies a magical, light-flooded Victorian courtyard that rises nearly fifty feet, open elevators, marble staircases, and ornate iron railings make this landmark one of the city’s most photographed icons.
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While working on the building, Wyman was influenced by the utopian novel Looking Back. The vast, light-colored courtyard, tiled in golden hue, and the building’s exotic wrought iron work, was supposedly inspired by the idealized buildings described in the book. The beautiful Bradbury building, with custom-made metal railings and elevators, quickly became the trendiest office in Los Angeles.
Numerous attorneys, including the Bradbury family’s personal law firm, rented apartments in the building, which was also close to the courthouse and city hall. Prominent doctors, dentists, insurance agents, and the California Southern Railroad Company also had offices there. Throughout 189In the 1900s, Bradbury was also home to high-end retailers.
There is a bar open at night, with lights and shadows, the building has a fabulous atmosphere.
It appears in many works of fiction, has been the setting for many films and television shoots, as well as music videos. The aesthetic of the Bradbury Building is so appealing that it has been used in several films, especially in the science fiction genre. The most iconic use in Blade Runner is during Deckard’s investigation of replicants. nine0005
The building was listed on the National Register of Historic Places in 1971 and a National Historic Landmark in 1977, one of only four office buildings in Los Angeles to be so honored. It has also been designated a Los Angeles Cultural Heritage Commission Landmark and is the city’s oldest listed building.
The building was completely renovated in the early 1990s as part of the Yellin Grand Central Square project. nine0005
History
A five-story office building completed in 1893, the Bradbury Building was commissioned by Lewis L. Bradbury, who made his fortune in the gold fields. In 1892, he began planning a five-story building at Broadway and Third Street in Los Angeles, near the Bunker Hill neighborhood. Local architect Sumner Hunt was hired to design the building and he submitted the completed design, but Bradbury dismissed Hunt’s plans as inadequate for the grandiose building he wanted. nine0005
He then hired George Wyman, one of Hunt’s draftsmen, to create the design. There is no information to explain why the millionaire chose Wyman at the time. Bradbury presumably felt that Wyman understood his own vision for the building better than Hunt did, but there is no concrete evidence that Wyman altered Hunt’s design, which has led to some debate about who should be considered the building’s architect.
Wyman had no formal training as an architect and at the time worked for Hunt for $5 a week. nine0005
The building opened in 1893, a few months after Bradbury’s death in 1892, and was completed in 1894 at a total cost of $500,000, about three times the original budget of $175,000.
The building functioned as an office building for most of its history. It was designated a National Historic Landmark in 1977. In the early 1980s, it was purchased by prominent developer and downtown restoration champion Ira Yellin, who spent $7 million on restoration, conservation, and seismic refitting between 1989 to 1991. the storeroom at the south end of the building was converted into a new portico at the back entrance, connecting the building directly to Biddy Mason Park and the adjacent Broadway Spring Center car park. The lighting system of the building was also redesigned, in which alabaster sconces were brought from Spain.
Between 1989 and 1991, Ira Yellin and his partners, working with architect Brenda Levin, spent more than $14 million to purchase the Bradbury building and seismically upgrade and restore it, ensuring its continued survival into the twenty-first century as Los Angeles’ own building.
-Angeles”. a huge hall full of light.” nine0005
Since 1996, the building has served as the headquarters of the Los Angeles Police Department’s Office of the Interior and other government agencies. The building was purchased for $6 million in 2003 by a Hong Kong investor. From 2001 to 2003, the Museum of Architecture and Design was located here. In 2007, the Morono Kiang Chinese Art Gallery opened in the building, with several offices leased to private enterprises. As of 2018, the building houses the offices of the Berggruen Institute. nine0005
Architecture
The building’s unremarkable exterior façade of brown brick, sandstone and terracotta was designed in the commercial Italian Renaissance style popular at the time. Its interior is its most notable part. The Bradbury Building was identified as Italian Revival in style at the time of its completion, but it shares many similarities with contemporary commercial buildings in Chicago, which reflect Richardson’s regional variation of Romanesque.
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The tan pressed brick and terracotta ornaments that make up its two street fronts were supplied by the Los Angeles Pressed Brick and Terra Cotta Company. Broad buttresses rise from the second to fourth floors, limiting groups of two and three rectangular windows, and the fifth, or mansard floor, culminates in a similar alternation of round lights and an ornate terracotta cornice. The ground floor is occupied by commercial façades with one entrance leading into the building on each of its two main façades. They consist of red Arizona sandstone from quarries near Flagstaff, Arizona, with an arched entrance set between pilasters with composite capitals. nine0005
In contrast to the exterior, this structure is dominated by a magnificent L-shaped atrium leading into a glass skylight. The building’s lobby features a central Victorian courtyard that rises almost 50 feet to a glass ceiling that allows sunlight to enter. It serves not only to illuminate the interior, but also to ventilate the building, it has operating window panes.
The atrium is surrounded by a combination of cast iron and wrought iron balconies and stairs. The same light-coloured pressed brick and terracotta used on the outside of the building form the walls and piers inside and help reflect light off the skylight. nine0005
The stairs are made of Italian marble with exquisite French Art Nouveau wrought iron railings. The balconies recede as they rise, further opening up the interior space, and they provide access to the forty-six offices surrounding the building’s periphery. Free-standing staircases sharply highlight the end facades of the atrium. Reminiscent of utilitarian mine shaft frames, two openwork hydraulic lifts run into the center of the room, rising and falling against counterweights suspended from exposed cables and overhead pulleys. They are paired with glass mail gutters to further enliven the interior. nine0005
Geometric patterned stairs and railings in wrought iron and polished oak are widely used throughout. Wrought iron was created in France and featured at the Chicago World’s Fair of 1893 before it was installed in a building.
Free-standing mail trays also have metal structures. The overall effect, according to a Los Angeles Times author, is “a mesmerizing degree of symmetry and visual complexity.”
The extravagant display of ornamentation and uselessness of space in a commercial office building is not just an aesthetic decision, ornamentation, but also an abundance of natural light and ventilation. The building features the latest mechanical systems such as elevators, including modern plumbing, with toilets on each floor, each with its own porcelain-lined bathtub, and 125 washbasins in different rooms and offices. Electric lighting and telephone lines connected to each office space further advertised the building as a first-class office space capable of delivering the highest rent in the city. nine0005
It was these qualities that no doubt contributed to Bradbury’s continued survival in an era of more modern office buildings. Despite being occupied by numerous tenants, this unique quality of its grandiose atrium, which has been continually praised over the years, led to the building being listed on the National Register of Historic Places in 1971 and designated a National Historic Site six years later.
monument.
In popular culture
The Bradbury Building has been featured in movies a few times, but it seems to be especially popular in science fiction. This is perhaps not surprising since George Wyman was allegedly inspired by Edward Bellamy’s sci-fi novel Looking Back when he designed the building.
There is a special line in the novel that seems to really describe the Bradbury building: “I was in a huge hall, full of light, received not only from the windows on all sides, but also from the dome, the tip of which was a hundred. feet above.” Once you enter the light-filled Bradbury Atrium, you will understand everything. nine0005
The Bradbury Building became an unforgettable place in film history as the insurance company that was the centerpiece of the 1944 film noir classic Double Indemnity. It has subsequently been featured in many films, television shows, and literature, especially in the science fiction genre. In particular, this building is the setting for the 1982 sci-fi film Blade Runner, featuring J.
F. Sebastian’s character’s apartment and the climactic rooftop scene.
The Bradbury building appeared in the film noir “Unfaithful” (1947), “Shockproof” (1949), “DOA” (1950) and “I, the Jury” (1953) (the latter filmed in 3-D). M (1951), a remake of the 1931 German film, contains a lengthy search sequence filmed in a building and a prominent shot through a skylight on the roof. The five-story atrium also replaced the interior of the seedy row hotel depicted in the climax of Good Neighbor Sam (1964).
The building also appears in the films The Chinese Girl (1942), The White Cliffs of Dover (1944), The Invincible Man (1956), Caprice (1967), Marlowe (1969), the 1972 made-for-television film The Night Strangler, Chinatown. (1974), Cheap Detective (1978), Avenging Angel (1985), Murphy’s Law (1986), Dreamer of Oz (1990), The Wolf and Disclosure 1994, Lethal Weapon 4 (1998), Pay It Forward (2000 ), What Women Want (2000), (500) Days of Summer (2009) and The Artist (2011).
The television series that featured the building includes the 1964 Outer Limits episode “The Demon with the Glass Arm” and Perry Mason episode 1962 years “The Case of the Double Mind”.
For six episodes of the season (1963–64) of Sunset Strip 77, the character Stuart “Stu” Bailey had his office in Bradbury. In Quantum Leap, the building is named “Gotham Towers” in “Play It Again Seymour”, the last episode of the first season (1989). The building appeared in at least one episode of the television series The Banyon (1972–73), where it was used as Robert Forster’s office, City of Angels (1976) and Mission: Impossible (1966–73), and in the films Ned and Chuck. An apartment in Pushing Daisies that debuted in 2007. nine0005
The building was also the setting for a scene from FlashForward in the episode “Let No One Separate”. In 2010, the building was moved to New York City for the filming of a two-part episode of CSI: NY. The Bradbury Building and a fake New York City Subway entrance across the street were also used to represent the exterior of the New York High School for the Performing Arts in the opening credits of the television series Fame. The building itself appears in several episodes of the fourth season of the Amazon Studios original series Bosch, both in exterior and interior shots.
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Bradbury appeared in the 1979 music video for Cher’s “Take Me Home”, in addition to 1980s music videos for Heart, Janet Jackson, Earth Wind and Fire and Genesis, and in a Pontiac Pursuit commercial. Part of Janet Jackson’s 1989 short film Rhythm Nation 1814 by Janet Jackson was also filmed in the building. The interior appears in the music video for the 1980 Pointer Sisters song “He’s So Shy”. The Bradbury Building was prominently featured in Monica’s 1998 single “The First Night”, as well as in “Tony!” Tony! Music Video Tone! “Let’s Get Down”. In 2016, the interiors were featured in the Chinese musician Huang Zitao’s music video for the song “Road”. nine0005
Bradbury appeared frequently in popular literature. In Max Allan Collins’ Nathan Heller series of detective novels, the Los Angeles offices of the Heller Detective Agency A-1 are located in Bradbury, as depicted in the novel The Angel in Black. In the Star Trek novel The Colonist Corpse Case: The Sam Coley Mystery, the protagonist works in the Bradbury Building four hundred years into the future.
Other appearances are in Simon R. Green’s The Golden Torque Man, Angels Flight and Black Box by Michael Connelly, and the sci-fi series Tierworld by Philip José Farmer. nine0005
DC Comics and Marvel Comics – the latter of which have offices in the actual Bradbury building – have published comic book series based on characters who work at the historic site. The building serves as the headquarters of the Marvel Comics team The Order, and in the DC Universe, Target Man operates his private investigative agency from the building.
The building was used for the music video for “Say Something”, a song released on January 25, 2018 by Justin Timberlake featuring Chris Stapleton. nine0005
The Bradbury Building was featured on “On Location”, episode 172 of the 99% Invisible podcast.
The building’s interior was featured in the title of the Ray Bradbury Theater series which aired from 1985 to 1992.
Tourism
The building is a popular tourist attraction. It is open daily and is staffed by a government official who talks about the history of its operation.