No estoy embarazada pero algo se mueve en mi vientre: ¿Qué puede ser si siento que se me mueve algo en el estómago y no estoy embarazada?

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Embarazo: Dolor abdominal, pélvico y de espalda

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Embarazo: Dolor abdominal, pélvico y de espalda

Generalidades del tema

La presencia de dolor pélvico y problemas para orinar puede indicar que usted tiene una infección de la vejiga. Un dolor en el flanco con fiebre y síntomas urinarios pueden indicar que usted tiene una infección en los riñones (pielonefritis). El dolor en el flanco se siente justo debajo de la caja torácica y por encima de la cintura. Puede ser en uno o ambos lados de la espalda. Si tiene dolor en la pelvis o el flanco, y otros síntomas de una infección de la vejiga o los riñones, llame a su médico.

Un embarazo ectópico (embarazo tubárico o embarazo extrauterino) sucede cuando un óvulo fertilizado se adhiere (implanta) a una zona fuera del útero. El dolor abdominal o pélvico que ocurre al saltarse un período menstrual al principio del embarazo es el síntoma más común de un embarazo ectópico y sucede en alrededor del 75% de las mujeres que tienen un embarazo ectópico.

En un embarazo ectópico, el óvulo fertilizado puede implantarse en una trompa de Falopio, un ovario o en el abdomen. Estos órganos no pueden sostener al bebé en desarrollo. El dolor aparece cuando el bebé crece y el órgano no puede estirarse más.

El dolor pélvico o en la parte inferior del abdomen causado por un embarazo ectópico puede empeorar cuando usted se mueve o esfuerza. Puede tratarse al principio de un dolor agudo de un lado y, luego, extenderse por toda la pelvis.

Los cólicos graves durante el embarazo, con o sin sangrado intenso, pueden ser una señal de aborto espontáneo. Los cólicos pueden ser tan intensos que usted no puede moverse, o pueden ser leves. Usted también puede expulsar coágulos sanguíneos grandes o tejido gris o rosado.

El dolor abdominal hacia el final del embarazo, especialmente cerca del parto, puede ser causado por otros problemas, como el trabajo de parto antes de término o el desprendimiento placentario. Llame a su médico para recibir instrucciones si tiene dolor abdominal de moderado a grave en cualquier momento durante su embarazo.

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Mi bebé se mueve mucho en el vientre: ¿es preocupante?

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7 minutos

La percepción de los movimientos del bebé en el vientre siempre ocupa la mente de las madres. Sea mucho o poco, siempre querremos saber el porqué.

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Escrito por Ana Núñez

Última actualización: 01 noviembre, 2022

Desde que conocemos la noticia del embarazo nada nos hace más ilusión que sentir al bebé. Queremos desde el primer momento saber cuándo llegará ese día en que se hará notar y la espera se nos hace larga. Una vez que comienza a hacerlo de manera vigorosa la inquietud es al revés: ¿si el bebé se mueve mucho en el vientre, debemos preocuparnos?

Resulta importante conocer las etapas de su desarrollo durante la gestación para estar tranquilas. Un artículo publicado en la Revista de Especialidades Médico Quirúrgicas sobre la importancia del perfil biofísico para hacer seguimiento al bienestar fetal, expone que los primeros movimientos se producen en la semana seis.

En ese momento, el tamaño del bebé es muy pequeño y a pesar de que crece de manera rápida y vertiginosa, sería imposible apreciarlo.

En esas semanas iniciales lo que sí puede hacerse presente en la mujer son síntomas como el cansancio o las náuseas que a veces suelen confundirse con malestares propios de procesos virales o estomacales. Esto se debe a que en los dos primeros meses el bebé está en pleno proceso de formación de sus órganos principales.

¿Por qué se mueve el bebé en el vientre?

Los movimientos del bebé en el vientre suelen apreciarse a partir del cuarto mes de embarazo, aunque empiecen antes.

El bebé se mueve porque es parte de su neurodesarrollo y de la interacción permanente que tiene con el entorno uterino, tal como podemos leerlo en una investigación publicada en la Revista Pediatría Atención Primaria titulada El comportamiento fetal: una ventana al neurodesarrollo y al diagnóstico temprano.

El estudio presenta una tabla que detalla el orden de aparición de los movimientos durante el primer trimestre. Al principio, entre la semana siete y ocho lo que ocurre son reflejos automáticos que al cabo de un mes se convierten en movimientos producto de estímulos. Algunas mamás que cursan un segundo embarazo pueden distinguirlos.

Brazos y piernas, que aparecieron en torno a la sexta semana, comienzan a tener movimientos aproximadamente en la semana diez. Estos se irán haciendo más complejos a medida que el bebé madure y se harán más evidentes entre las semanas dieciocho y veinte, a medida que crecen los huesos y se forman los músculos del bebé. Por lo que es normal si no sientes a tu bebé antes, sobre todo si eres primeriza.

El movimiento indica que todo marcha bien y una vez lo sentimos nos causará, sin dudas, una gran emoción que estrechará el vínculo afectivo madre-bebé.

¿Puede ser peligroso?

Que el bebé sea inquieto y nos haga de vez en cuando brincar del susto no es nada peligroso. Al contrario, es sinónimo de que está activo y está creciendo y, por lo tanto, se encuentra sano.  Para que tengas una idea, un bebé se puede llegar a mover hasta 10 veces por hora, aunque esto puede variar en cada embarazo.

Por otro lado, un estudio reciente publicado en la revista BMC Pregnancy and Childbirth asoció los movimientos fetales aumentados con diversos parámetros al nacer. De hecho, el estudio citado demostró que los niños que se mueven más tienen mayor posibilidad de ser grandes para la edad gestacional.

Son muchos los motivos por los cuales los podemos apreciar. Uno muy común suele ser el hipo; sí, a los bebés les da hipo y podemos percibirlo. En corto tiempo sabremos distinguirlo porque es repetitivo, sobre todo cerca de la semana veinticinco del embarazo, y también lo sentiremos moverse cuando cambie de posición dando vueltas o haciendo giros.


Descubre más: ¿Es verdad que el estrés puede afectar el bebé en el vientre?


¿Qué significa la disminución de la actividad en el vientre?

En el segundo trimestre, el bebé se mueve mucho en el vientre: ya tiene suficiente fuerza para mover sus extremidades, esas que veremos sobresalir en nuestra barriga cuando se trate de un pie, la rodilla, un codo o una mano. Al crecer, el espacio en el útero se hace más estrecho y sus movimientos disminuirán.

Esto es común que ocurra sobre todo en el último mes. Y esa disminución no siempre tiene por qué ser una señal negativa, puede deberse a los períodos de descanso del bebé. Sin embargo, si los cambios son muy evidentes, atendamos con celeridad la situación.

Si está demasiado quieto, provoquemos estímulos prenatales con música que no esté a un volumen muy alto. Masajeemos suavemente la barriga o encendamos una linterna y desplacémosla desde varias direcciones.

También recomiendan un monitoreo que podemos realizar en casa para saber si los movimientos se enmarcan en los límites normales. Se trata de hacer un conteo de las patadas por un tiempo estimado de 10 a 15 minutos, o hasta media hora.

Para que el método sea efectivo es bueno hacerlo varios días a la misma hora, así tendremos un patrón personal que nos servirá como referencia. Esto le será de gran utilidad al médico que nos viene haciendo seguimiento. Recordemos que los embarazos no son iguales y que cada bebé marca su propio ritmo.

Si después de realizar esta evaluación sugerida, notamos que la variación de la intensidad de sus movimientos es considerable, debemos llamar a nuestro doctor en lo inmediato o ir a urgencias. Necesitarán hacer un control, quizá ecográfico, para asegurarse de que el bebé está sano.

Los movimientos del bebé indican que se encuentra saludable. Es más importante estar atentas a la ausencia de estos.

¿Cuándo puede significar un problema?

A partir del cuarto mes es natural que vayamos poco a poco familiarizándonos con las horas en que el bebé tiene mayor o menor actividad.

Asimismo aprendemos a asociar ciertas posiciones que adoptamos como estímulos para sus movimientos o algunas comidas azucaradas que funcionan como detonantes para que comience la fiesta en el vientre.

Todo ello agudiza de manera paulatina nuestro instinto materno, ese que sabrá alertarnos de que algo no anda bien. Un estudio reciente establece que una disminución en los movimientos fetales puede significar un deterioro o riesgo de la salud del bebé. En este sentido, la evaluación adicional está recomendada ante estas situaciones.

Por lo que, si sus movimientos se detienen de manera intempestiva o se van reduciendo sin aparente explicación, es necesario acudir al especialista para descartar lo siguiente:

  • Disminución del líquido amniótico. Esta condición se conoce como oligohidramnios. Si comienza a escaparse o baja del nivel adecuado, los movimientos del bebé se reducen.
  • Falta de oxígeno o de nutrientes producida por un problema con la placenta, situación que requiere atención urgente.
  • Movimientos inexistentes debido a la muerte fetal. De ser así, las causas pueden ser muy variadas y tendrán que hacer estudios específicos para determinar el motivo.

Descubre más: Técnicas para detectar complicaciones en el embarazo


¿Cómo relajarse durante estos momentos?

Si los movimientos fetales se mantienen más o menos constantes durante el tiempo o inclusive aumentan, ya sabemos que se considera algo normal. Sin embargo, es fácil decirlo. Por eso te dejamos algunos consejos para evitar pensar en ello en los momentos de mayor angustia:

  • Mantén un estilo de vida saludable. Los autocuidados no deben interrumpirse en ningún momento del embarazo, así falten pocos días para el nacimiento. Hacer ejercicio de bajo impacto, comer saludable y consumir todos los suplementos y medicamentos indicados por tu médico es muy importante.
  • Infórmate más. Así como tuviste la iniciativa para leer este artículo, vale la pena contrastar información y discutirla con tu médico o matrona. Llenarte de datos confiables ayudará a que dejes de pensar constantemente en ello.
  • Distráete. Mientras menos tiempo pases sola pensando, menos probabilidades habrá de angustiarte. Sal con tu familia y amigos, dedícate a arreglar la habitación del nuevo bebé, sal a caminar… ¡Hay cientos de posibilidades!

Si el bebé se mueve mucho en el vientre, ¡disfrutemos!

Ahora que sabemos que la intensidad de los movimientos del bebé en el vientre habla de salud y bienestar en su neurodesarrollo, no nos queda sino disfrutar el momento.

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