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Iglesia local promueve el “Abrazo en Familia”.
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El Abrazo en Familia
es una invitación permanente a querer, cuidar, y valorar la familia…
Tomado del Diario El Universal Escrito por: Mons. Baltazar Porras 28 de noviembre de 2010 www.eluniversal.com
Desde el año 1990, la Iglesia venezolana celebra en el mes de noviembre, una campaña que lleva por nombre “abrazo en familia”. Fue una feliz iniciativa del padre Aldo Fonti, a la sazón secretario ejecutivo del Departamento de Familia de la CEV.
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Promover los valores familiares es tarea permanente de la sociedad y de la Iglesia. Nos hacemos personas en el amor que cultivan nuestros padres desde mucho antes de engendrar una nueva vida. Estamos conscientes, aunque no hacemos todo lo que debemos, que sin una formación integral -humana, ambiental, psicológica, espiritual-, no podemos obtener el bagaje necesario para vivir en plenitud, sin carencias ni rencores, abierto a la convivencia y fraternidad, deseos y capaces de ser útiles a nosotros mismos y a los demás.
La sociedad moderna, por el contrario, ofrece con mucha facilidad, un sentido tan individual de la existencia, que no toma en cuenta que cada ser humano es producto de su ser y sus circunstancias. Si éstas son óptimas, hay posibilidad de que el fruto obtenido sea bueno.
Entre otros factores, la violencia en sus múltiples facetas y la libertad mal entendida, debilitan y hasta destruyen la cohesión del núcleo familiar. Hijos sin padre, madres solas y adolescentes, carencia de vivienda digna, falta de alimentación adecuada, educación débil, violencia de género, inseguridad y miedo, no son el mejor abono para crecer sanamente y sin odios.
El abrazo en familia es una invitación permanente a querer, cuidar, mimar los afectos; es un llamado a cultivar la pareja, vecindad y sociedad dentro de coordenadas que garanticen estabilidad y crecimiento al amor de pareja. Hagamos del abrazo en familia una campaña permanente, para que Venezuela no siga mostrando esa página ominosa de crímenes y muertes sin sentido.
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ABRAZO EN FAMILIA
Día del Abrazo en Familia, instituido por
la “Conferencia Episcopal Venezolana”
Se trata de un día en el que se pretende unir lazos familiares entre todos los miembros que forman parte de la familia de una persona.
El Departamento de Pastoral Familiar en el año 1990 decidió la dedicación de un día para unir a las familias, el “Día del Abrazo en Familia”. Con este día, se quiere consolidar los valores de respeto, amor y fraternidad entre todos los miembros de la misma.
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Un abrazo es una muestra de amor y cariño hacia las personas más allegadas. La persona que recibe el abrazo recibe afecto, energía, alegría…, aunque dependiendo del contexto un abrazo puede ser un símbolo de condolencia o consuelo.
El día del “Abrazo Familiar”, es un día cargado de emociones entre todos los miembros de la familia. Hoy en día muchas familias tienen dificultades para juntarse por varios motivos: trabajo, lejanía, etc. Muchos miembros que forman la familia pasan largas temporadas e incluso años sin estar cerca de los suyos.
Gran parte de la sociedad siente nostalgia de las personas que quieren y no pueden tener cerca. Al mismo tiempo las personas que se encuentran lejos echan de menos a sus familias, padre, hermanos, sobrinos, etc.
En el día del “Abrazo en Familia”, se pretenden romper todas las barreras que separan a los miembros familiares y unir de nuevo a la familia. Para ello, normalmente los miembros de la familia que se encuentran viviendo en otras ciudades, hacen todo lo posible para juntarse son los suyos, y dar y recibir el abrazo familiar que tanto tiempo llevan esperando.
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Mediante ese abrazo, reciben un cariño especial cargado de emoción y de sentimiento. El abrazo puede durar desde segundos hasta minutos. Los dos familiares que se encuentran abrirán sus brazos y se abrazarán fuertemente, para expresarse todo lo que se quieren, aunque no se lo puedan expresar a diario.
El abrazo familiar se convierte, de este modo, en una expresión de cariño, de amistad, de entrega, etc., que no se puede en muchos casos llegar a expresar solo con palabras, se necesita sentirlo y un abrazo es la forma más idónea.
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Durante los días anteriores a la celebración de este día, en algunas ciudades, los niños de los colegios preparan este día realizando manualidades, dibujando, etc. Para los niños los abrazos son muy gratificantes, en el abrazo encuentran a una persona que los quiere de verdad y con la que se encuentran protegidos. Ellos también con los abrazos expresan cariño, emoción, etc.
Este evento, organizado por el Departamento Nacional de Familia e Infancia de la Conferencia Episcopal Venezolana (CEV), busca que las familias renueven su amor, y profundicen en su compromiso de difundir las virtudes que toda sociedad necesita. Por ello, la “Pastoral de Familia de la CEV” invita a todas las familias, colegios, parroquias sacerdotes, religiosas, etc., a “acoger con disposición el material de la campaña”, que consiste en: guía del facilitador, díptico para niños, afiches, micros y presentaciones en ‘power point’.
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Celebremos la “Semana del Abrazo en Familia”
El propósito de esta “Campaña”, es que las familias se sensibilicen en la necesidad que, como seres humanos, tenemos en dar y recibir amor.
El sentirse amado, reconocido, respetado y comprendido, posibilita una mayor comunicación con los otros. Lo que nos hace fuertes y capaces de superar los problemas y obstáculos que se nos presenta en la vida cotidiana.
Darnos un abrazo, es ratificarles a nuestros seres queridos que los queremos, que los aceptamos, que estamos con ellos. No dejes de manifestar a tu familia, ese pequeño regalo de dar un abrazo todos los días.
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Significado del “Abrazo en Familia”
Cuando abrazamos… nos damos, el abrazo expresa por sí solo, nuestros sentimientos hacia el otro.
El abrazo entre esposos, equivale a decir: te amo, te necesito, perdona mis egoísmos y las veces que no presto la atención que mereces.
El abrazo al hijo pequeño, equivale a hacerle sentir la ternura que él mismo nos inspira, le transmitimos seguridad y el afecto que necesita.
El abrazo al hijo joven, equivale a decirle: te queremos como eres. Disculpa si no te comprendemos todas tus inquietudes. ¡Cuenta siempre con nosotros!
EL abrazo del hijo a sus padres, le dice: Sé cuánto me aman, y aunque no siempre lo exprese, yo también los quiero mucho.
El abrazo entre hermanos, es manifestarle: te quiero de verdad, eres importante para mí. Comparto tus penas y alegrías… ¡cuenta conmigo!
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El abrazo simultáneo entre esposos, hijos y hermanos, es la máxima expresión de amor y de comunicación, diálogo y reconciliación.
Cuando abrazamos a los familiares ya envejecidos, les hacemos sentir la ternura que él mismo inspira, les transmitimos la seguridad y el afecto que a su edad tanto necesitan, igual que el hijo más pequeño, y si el abrazo es entre hermanos ya ancianos, bendigamos al “Señor de señores”.
De aquí la importancia del Abrazo en Familia.
El abrazo hace más felices los días, y más soportables los días insoportables… Démonos un abrazo en familia.
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Oración por la Familia
Padre de todos los hombres, Bendice a nuestras familias.
Que la comunión entre los esposos sea sincera, profunda y respetuosa.
Ayúdales a saberse colaboradores tuyos en la transmisión de la vida.
Que los padres acierten en la educación de los hijos.
Que los hermanos se acepten unos a otros, y que compartan lo que son y lo que tienen.
Ayúdanos a fortalecer la familia en el seno de la cual vivimos y a todas las familias donde se genera y fragua el hombre nuevo para una nueva sociedad.
Perdónanos nuestros errores y danos lucidez, fuerza y esperanza en las adversidades. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.
María, Madre de la Iglesia, ruega por nosotros.
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La Familia: Esperanza para la Paz
Tomado del Blog: En Red Comunicados Escrito por: Padre Pedro Pablo Aguilar https://enredcomunicados. wordpress.com/tag/hogar/
A través de la iniciativa del departamento de la “Pastoral Familiar” de la Conferencia Episcopal Venezolana, el segundo domingo de noviembre, la iglesia venezolana celebra la semana del abrazo en Familia. Un momento especial para vivir aquello que muchas veces nos cuesta dar o recibir, por temor o por no “tener tiempo”.
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Sí, es así, vivimos en un mundo tan convulsionado, estresado, carente de la práctica de valores, irreal en muchos casos por el simple hecho de buscar lo ideal en lo material, que hace que nos olvidemos de las cosas sencillas, de los detalles que alimentan y fortalecen los lazos de eso hermoso que se llama ‘Familia’.
Pensamos que la situación económica está cada día peor, cierto; que los gobiernos no trabajan por el bien común, sino por el bien de unos pocos que están en el poder de turno en muchos casos; que los valores de la humanidad desaparecen, pues no se ponen en práctica, un mundo donde nos acostumbramos tanto a lo malo que nos parece que es lo normal, conformismo y baja autoestima; de manera que la paz familiar desaparece por completo al verse amenazada por situaciones que estremecen sus bases.
Es por ello que una de las instituciones más golpeadas ha sido la familia, ella ha sufrido mutaciones que desvalorizan su esencia, y a no tenerla como centro que garantice la estabilidad, la paz y el bienestar de la sociedad. Vivimos un individualismo competitivo carente de valor.
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La familia es y será siempre, ese lugar natural por excelencia, dónde somos recibidos y amados tal como somos, dónde aprendemos a recibir los valores necesarios para construir un mundo mejor, el lugar donde se recibe y se da amor, donde se comparte lo poco o lo mucho que pueda haber, donde la solidaridad se hace un sentir único en un momento de dificultad, donde la alegría es contagiosa y disfrutada por todos sus miembros.
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Estamos en riesgo de convertir a la familia en un campo abandonado, y un campo que no se cultiva, carece de frutos, pierde su valor, se seca y no germina en él ni la más mínima esperanza.
Acertadas y motivadoras fueron las palabras del Papa Benedicto XVI en el pasado VII Encuentro Mundial de las Familias, celebrado en Milán. “Hay que volver a descubrir a la familia como un patrimonio de la humanidad, signo de una verdadera y estable cultura a favor del hombre”. Lo que está en riesgo no es cualquier cosa. El amor de la familia es la única fuerza capaz de transformar el mundo.
El utilitarismo del hombre ha permitido que se pierdan espacios en la familia para el diálogo, para comer juntos, para rezar, para pasear, para descansar. Es momento de derribar esos muros construidos dentro del mismo hogar, que alejan a todos aun estando en un mismo espacio físico.
No existe un manual cuya aplicación crea la familia perfecta, pero si existe los valores que pueden aplicarse en ella para constituirla como la base esencial y fundamental de toda sociedad, como ha sido desde siempre a pesar de las desavenencias.
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Los valores en la familia, como el amor, el respeto, la paz, la honestidad, la caridad, por mencionar algunos, no solo deben hablarse o explicarse. Estos deben ir reforzados con el ejemplo, con la demostración, de manera que permita la adhesión espontanea al valor enseñado. Se aprende a ser amable cuando alguien me enseña y me demuestra que existe la amabilidad, aprenderé a decir buenos días, cuando en mi casa pueda escuchar, cada mañana, con un gesto de amor “Buenos días”. Los hijos no se pierden en la calle, se pierden en el mismo hogar carente de afecto, de amor, de entrega, de comunicación abierta, de cercanía y respeto.
La familia, fundada en el matrimonio entre el hombre y una mujer, y en ellas los hijos traídos por el amor, conforman una verdadera e inigualable riqueza. Es un santuario que muestra su calidad en la cohesión de sus pueblos y en la calidad humana de una sociedad.
La familia debe ser camino de encuentro, de solidaridad, de desarrollo, de plenitud, de motivación, de formación, de diálogo, un pilar sólido y consistente impregnado de amor, verdad y justicia, de oración y de caridad.
En una familia donde se vivan estos valores no será difícil descubrir la vocación al servicio de la comunidad, y “a descubrir que la vida familiar es un camino para realizar la vocación universal a la santidad” (Ecclesia in América 178)
Que la semana del abrazo en familia sirva para fortalecer ese hermoso vínculo de amor, que comparte cada miembro en sus diversos hogares, sirva de inspiración para el perdón y la reconciliación, para transmitir a través de ese abrazo, que no solamente debe quedarse en ese gesto externo, en ese calor humano que necesitamos para levantarnos en el día a día y puedas decir orgullosamente y con fe:
Mi Familia es “Constructora de Paz”
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Enlaces Relacionados
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Eventos Parroquiales:
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- Domingo Familiar. 13/11/2016
- Taller Abrazo en Familia. 15/10/2016
- Domingo Familiar. 15/11/2015
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Informaciones Parroquiales:
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- Abrazo en Familia 2018. La Familia, lugar de alegría y esperanza. 11/11/2018
- II Taller sobre el “Abrazo en Familia” de la Diócesis de Guarenas. 15/10/2016
- I Taller sobre el “Abrazo en Familia” de la Diócesis de Guarenas. 30/10/2015
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