Hoy la Dra. Alexandra Henríquez nos cuenta por qué algunas mujeres presentan dolor vaginal en el embarazo.
Los cambios que la mujer experimenta en su cuerpo desde el momento que se queda embarazada son múltiples y variados. En esta ocasión nos vamos a centrar en los conocidos como dolores vaginales o pinchazos en la zona de la vagina y la vulva.
A partir de la sexta semana de gestación, la mucosa vaginal pierde su color rosado normal, se vuelve más congestiva y va adquiriendo un color sutilmente violáceo. También existe un aumento de la vascularización e hiperemia que afecta a la piel, vulva y músculos del periné. Los genitales externos se van volviendo más edematosos y con un tono también más azulado.
Asimismo, el aumento de la vascularización junto con la compresión uterina condiciona una dilatación del sistema venoso superficial, pudiendo a su vez producir varices en la vulva que pueden ser molestas o sangrar con el roce.
Hacia el final del embarazo, el bebé suele estar colocado con la cabeza hacia nuestra pelvis (lo que se conoce como posición cefálica). Esto origina pequeños pinchazos en esta parte del cuerpo, pero también en las caderas; y es que la cabeza va buscando sitio y va ‘chocando’ contra los bordes de la pelvis para acomodarse.
Las paredes vaginales experimentan cambios notables y se empiezan a preparar para la distensión durante el parto, con un considerable aumento de la mucosa, relajación del tejido conectivo e hipertrofia, que dan lugar a un aumento de la longitud vaginal.
Estos pinchazos pueden llegar a ser muy molestos y pueden llegar a impedir el caminar a la mujer. Muchas mujeres tienen que pararse cuando están andando y sienten uno de estos pinchazos. Las embarazadas los describen como molestos, pero no hay que preocuparse porque lo que significa es que el parto está cerca.
En principio no existe ningún tratamiento para los pinchazos vaginales porque son producidos por fenómenos compresivos y congestivos, es decir, las modificaciones normales durante el embarazo.
Los ginecólogos usamos la progesterona para disminuir las contracciones uterinas, pero para los pinchazos vaginales igual podría ser útil, pero no tiene sentido ya que lo que significa es más bien al final del embarazo y lo que queremos son las contracciones naturales y no tener que provocar el parto.
Hay mujeres que casi ni se enteran de que están embarazadas, porque apenas tienen molestias durante los nueve meses de gestación. Otras, por su parte, mantienen las náuseas hasta el día del parto. Cada trimestre de embarazo tiene sus características buenas y malas. Y ya que estamos hablando de los dolores vaginales como una ‘incomodidad’ típica de los últimos meses y semanas de embarazo, vamos a enumerar otras molestias y cambios que se pueden producir en este periodo y momento de vida la mujer.
– Puede que comiences el trimestre con mucha energía, pero según avancen las semanas puedes notar gran cansancio y puedes verte muy torpe para hacer algunas cosas.
– Emocionalmente estarás más sensible. Sabes que el momento del parto se acerca y eso te hace estar como una montaña rusa: miedo por el parto, alegría por abrazar a tu bebé, incertidumbre por ver cómo será tu vida a partir de ahora…
– Experimentarás lo que se conoce como el síndrome del nido. Tendrás la necesidad imperiosa de tenerlo todo preparado y limpio para recibir a tu pequeño.
– Tus manos, pies y cara se hincharán. No será de un día para otro, pero si llevas algún anillo, mejor quitártelo ahora. Si además de hinchazón notas que tienes dolor de cabeza, mareos o que se te nubla la vista, acude inmediatamente al médico.
– La tripa sigue creciendo y tu piel puede resentirse, sobre todo la de la tripa y las piernas. ¡Pueden empezar a aparecer (si ya no lo han hecho) las estrías! Consejo: mantén estas zonas de tu cuerpo bien hidratadas.
– Durante este tercer trimestre, los expertos dicen que es cuando mayor aumento de peso se produce.
Controla bien tu dieta porque un exceso de peso puede no solo producirte dolor de caderas y de espalda sino provocarte algún problema de cara al parto.
– Notarás un considerable incremento del volumen de tus senos, y es que se están preparando para la subida de leche y puede que, incluso, eches algo de líquido. No te preocupes, es lo que se conoce como calostro, la primera leche que tomará tu bebé.
Escrito por la Dra. Alexandra Henríquez.
Fuente: https://www.guiainfantil.com/
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Las puntadas o punzadas en la vagina pueden ser causadas por algunas situaciones comunes, como realizar determinadas actividades físicas en exceso que fuerzan la región pélvica o pueden aparecer por el aumento de tamaño del bebé a partir del tercer trimestre del embarazo.
No obstante, algunos problemas de salud también pueden causar la aparición de esta molestia, como es el caso del vaginismo o la presencia de varices en la vulva, pudiendo estar acompañado o no de otros síntomas como sangrado vaginal fuera del período menstrual, hinchazón y/o flujo vaginal.
En cualquiera de los casos, es importante consultar un ginecólogo para que realice una evaluación que permita identificar la posible causa e indicar el tratamiento más adecuado, en caso sea necesario.
Las principales causas de punzadas en la vagina son:
En el último trimestre del embarazo después de la 27ª semana de gestación, el bebé aumenta mucho de peso, asimismo, existe un aumento en el volumen de líquido circulante y esto produce una presión y reducción del flujo sanguíneo en la región de la vagina. Por estas causas, es común que mujeres embarazadas sientan punzadas e hinchazón en la vagina, además de sensación de ardor en la región.
Qué hacer: esta situación es común en el final del embarazo, sin embargo, si junto con las punzadas en la vagina surge algún tipo de sangrado, es importante consultar al obstetra para evaluar los síntomas e iniciar el tratamiento más adecuado.
Si las punzadas son a penas por causa del peso del bebé, se puede colocar una compresa fría en la región de la vagina para aliviar el dolor.
Además, es importante evitar estar de pie durante largos períodos y permanecer en reposo, pues esto ayuda a disminuir los síntomas.
Algunos tipos de ejercicios físicos pueden llevar a la aparición de punzadas en la vagina, principalmente aquellos donde hay que levantar peso, hacer agachamientos y que exigen mucho esfuerzo de los músculos pélvicos, como elevación pélvica con el balón.
El hipismo o equitación que son actividades que requieren que una persona monte un caballo y la práctica de ciclismo, también pueden causar punzadas en la región de la vagina, por causa de la presión que estos ejercicios hacen en la región vulvar.
Qué hacer: las punzadas en la vagina causadas por la realización de ejercicios físicos pueden ser aliviadas con reposo y la aplicación de una compresa fría en el sitio. Además, es importante usar ropa de algodón y menos apretadas, para no empeorar los síntomas.
La vulvodinia, también llamada de vestibulitis vulvar, se caracteriza por el aumento de la sensibilidad de los nervios en la región, que dura tres meses como mínimo, originando molestias, dolor, irritación y punzadas en este sitio.
Estos síntomas surgen simplemente al tocar las partes internas o externas de la vulva y por esto, las mujeres con vulvodinia sienten punzadas y dolor durante y después de las relaciones sexuales, durante la inserción de tapones o absorbentes internos, al usar ropas muy apretadas, durante exámenes ginecológicos, al montar bicicleta o incluso cuando se encuentran mucho tiempo sentada.
El diagnóstico de la vulvodinia es realizado por un ginecólogo, a través de las quejas de la mujer y mediante una prueba en la que se evalúa la sensibilidad del lugar, cuando el médico toca con un hisopo u otro material médico la región vulvar.
Qué hacer: el tratamiento para la vulvodinia está indicado por un ginecólogo junto con otros especialistas como neurólogo y dermatólogo, ya que no siempre se conoce la causa exacta y es necesario una investigación más amplia. Sin embargo, el tratamiento consiste generalmente en el uso de medicamentos para tomar o pomadas para aliviar el dolor, así como ejercicios del suelo pélvico y neuroestimulación eléctrica transcutánea, también llamado TENS, que debe ser orientado por un fisioterapeuta.
Vea qué es la vulvodinia, síntomas y tratamiento.
Las infecciones de transmisión sexual (ITS), conocidas anteriormente como ETS, son infecciones provocadas por microorganismos que se transmiten por el contacto íntimo sin protección y que pueden llevar a la aparición de diversos síntomas como secreción amarillenta o verdosa, ardor, picazón, hinchazón, dolor y punzadas en la vagina
La clamidia es una infección de transmisión sexual, causada por la bacteria Chlamydia trachomatis y es una de las principales infecciones que originan dolor y punzadas en la vagina. Cuando esta infección no se trata, la bacteria puede permanecer en el aparato genital de la mujer y causar la inflamación de la región pélvica, caracterizando la Enfermedad Inflamatoria Pélvica (EIP), también puede originarse debido a una gonorrea no tratada, siendo una ITS.
Algunos virus también pueden ser transmitidos por vía sexual y causar dolor y punzadas en la vagina principalmente durante las relaciones sexuales, como la infección por el virus del herpes y por el VPH.
Qué hacer: ante la presencia de síntomas, se debe acudir a un ginecólogo para hacer exámenes ginecológicos y de sangre, para confirmar el diagnóstico e indicar el tratamiento de acuerdo con la enfermedad identificada, que puede hacer con el uso de antibióticos. Sin embargo, estas infecciones se pueden prevenir con el uso del condón, sea masculino o femenino.
El vaginismo es una condición que ocurre debido a contracciones involuntarias de los músculos de la región pélvica y vagina, llevando a la dificultad de la mujer a mantener relaciones sexuales, pues provocan dolor intenso y puntadas en el canal vaginal. Generalmente, el vaginismo está relacionado a problemas psicológicos, como aversión sexual, aunque también puede surgir debido a partos complicados, cirugías y fibromialgias.
Qué hacer: después del diagnostico ser confirmado por un ginecólogo, el tratamiento indicado puede estar basado en el uso de medicamentos para reducir los espasmos musculares de la vagina, uso de dilatadores, técnicas de relajamiento y psicoterapia.
Vea con más detalles en qué consiste el vaginismo y cómo es su tratamiento.
Las varices en la vulva se caracterizan por la presencia de venas dilatadas en la región de grandes y pequeños labios. La aparición de estos problemas de salud esta asociado al aumento de la presión provocada por el peso del bebé durante el embarazo, a la trombosis venosa de otras partes del cuerpo y a la vulvodinia.
Ni siempre las varices en la vulva causan síntomas, siendo visible a penas las venas más gruesas en la vagina, aunque en algunas mujeres puede aparecer ardor, dolor y puntadas en la vagina o en la parte interna del muslo, que empeora al quedar mucho tiempo de pie, durante la menstruación y después de una relación íntima.
Las mujeres con varices en la vulva también pueden presentar otros problemas de salud como endometriosis, miomas, prolapso uterino o incontinencia urinaria, por esto el diagnostico debe ser realizado por un ginecólogo después de realizar exámenes.
Qué hacer: el tratamiento para varices en la vulva incluye el uso de medicamentos para aliviar el dolor y reducir los trombos de sangre y anticonceptivos, para regular las hormonas femeninas. Dependiendo de la gravedad de esta condición puede ser recomendado por el médico la embolización de las varices o cirugía para extraer las venas afectadas.
Las puntadas en la vagina pueden surgir a causa de quistes en las glándula de Bartolino, que es la responsable por la lubricación del canal vaginal durante el contacto intimo. Los quistes obstruyen esa glándula y esto hace que no haya lubricación en la vagina, causando dolor y puntadas en la vagina durante y después de las relaciones sexuales.
Los quistes de Bartolino son tumores benignos y pueden también llevar a la aparición de abscesos, que son protuberancias con pus, y por eso se recomienda procurar la atención de un ginecólogo para que haga el diagnostico e indique el tratamiento más apropiado.