Relatos navideños cortos: Cuentos de Navidad para niños

Relatos navideños cortos: Cuentos de Navidad para niños

8 Cuentos de Navidad cortos

La Navidad es sin duda la época del año en la que afloran los más lindos sentimientos. La unión familiar, la alegría de montar el árbol navideño en casa, el disfrute de los platos típicos con los que se celebran estas fiestas alrededor del mundo y la tan ansiada llegada de Papá Noel, son algunos de los motivos por los que tantas personas en el mundo son en Navidad un poco más felices. Y para los amantes de la literatura, se suma una razón extra: los cuentos de Navidad cortos, ideales para pasar una navidad con niños.

Esta época del año ha sido inspiración para que autores de la talla de Tolstoy, Bécquer, Guy de Maupassant, Chéjov o Louisa May Alcott, se animaran a apuntar su pluma a la creación de los más enternecedores cuentos de navidad para niños. Hoy en Supercurioso nos hemos animado a descubrir algunos de ellos. ¿Nos acompañas a viajar por los mejores mundos de fantasía navideña? ¡Pues empecemos!

8 Cuentos de Navidad cortos y encantadores

1.

«La Navidad especial de Papa Panov» por León Tolstói

«La Navidad especial de Papa Panov» es uno de los cuentos de Navidad cortos más conocidos y quizá recuerdes haberlo oído en tu infancia. Narra la historia de Papá Panov, el zapatero de un pequeño pueblo ruso, que la víspera de Navidad se duerme y en sueños oye la voz de Jesús, diciéndole que al día siguiente irá a visitarlo. Cuando despierta, prepara un buen desayuno y mira por la ventana esperando que llegue Jesús. En ese momento ve al pobre barrendero, trabajando arduamente con su escoba, a pesar de ser el día de Navidad. Compadecido, lo hace entrar y le ofrece un abundante plato del comida. El hombre lo come con ansias y luego se marcha agradecido.

Hacia el mediodía, sigue mirando por la ventana a la espera de su invitado, cuando ve a una madre con su hijito muertos de frío. Los ve tan indefensos, que abre la puerta, los llama e invita a entrar. También les sirve un plato de comida, y al ver al niño descalzo le regala los zapatitos que tenía preparados por si venía Jesús. Por la tarde, sigue oteando el horizonte sin que llegue Jesús, pero ve un grupo de mendigos y también los invita a su casa, ofreciéndoles calor y un humeante plato de sopa a todos.

Al llegar la noche, se sienta en su sillón un poco decepcionado: Jesús no lo ha visitado. En ese momento oye la voz del Salvador que le dice que sí, que ha estado en su casa. El barrendero, la madre y el niño y los mendigos eran el propio Jesús y él los ha vestido, alimentado y calentado, demostrando la infinita bondad de su alma. El corazón de papá Panov se llena de gozo y solo «quería empezar a cantar y a reírse y a bailar de pura alegría». Sin duda es uno de los más lindos cuentos de navidad para niños, que nos dejan el mensaje de que la bondad no debe ser medida por a quién nos dirijamos, sino que debe privar en nuestras acciones, y manifestarse ante cualquier persona con quien nos encontremos en el camino.

2. «Maese Pérez el Organista» de Gustavo Adolfo Bécquer

El segundo de estos cuentos de Navidad cortos ocurre en Sevilla, en la Iglesia del convento de Santa Inés. Maese Pérez es el organista de la parroquia. Es ciego, pero toca como los ángeles. Su momento estelar es la misa de Nochebuena. Ese año, parece que no llegará a tiempo y hay otro organista preparado. Finalmente aparece Maese Pérez muy enfermo y se pone a tocar el órgano. Al llegar a la consagración, se oye una discordante y el órgano enmudece. El maestro ha muerto mientras tocaba, acompañado de su hija. Al año siguiente nadie quiere tocar en la misa de Nochebuena y el otro organista dice finalmente que él lo hará. Resulta magnífico y al salir el obispo lo reclama para tocar al año siguiente en la catedral. El organista le dice que sí, que no volverá a tocar ese órgano de la parroquia nunca más, porque es viejo y no suena bien.

La siguiente Nochebuena, prácticamente nadie acude al convento de Santa Inés. La hija de Maese Pérez, que ha profesado como novicia, es maestra de música y le proponen que toque ella el órgano. La joven explica a la superiora que ha visto una sombra tocando el viejo órgano con maestría sin igual. La Madre le dice que lo ha imaginado y que toque sin miedo en la misa. Cuando llega la consagración, se oye la música y un grito femenino. Es la hija de Maese Pérez que avisa de un prodigio. Tocando el órgano está su padre o el alma de su difunto padre ya que se mueven las teclas, pero no se ve a nadie. El pueblo de Sevilla y su obispo lamentaron no haber estado presentes en el prodigio y creyeron firmemente que el  alma del organista estaba unida a la de su instrumento el día de Nochebuena. El concierto del otro organista en la catedral, fue un fiasco.

3. «Cuento de Navidad» de Guy de Maupassant

Y seguimos descubriendo los más originales cuentos de navidad para niños, con esta curiosa historia de Guy de Maupassant. Narra la experiencia del Dr. Bonefant, quien presencia un milagro de Nochebuena. Era un médico rural, encargado de velar por la salud de los habitantes de Rolleville, un pequeño pueblo en Normandía. Se vivía una nevada como nunca antes, y las personas procuraban mantenerse a salvo en sus hogares. Tan aterradora era la tormenta de nieve, los vientos huracanados y los sonidos de la naturaleza, que se llegó a creer que se trataba de algún evento sobrenatural. El espanto invadía las conciencias.

Fue entonces cuando, en la casa del herrero del pueblo se acabaron las provisiones. El hombre salió a comprar el pan, y de regreso encontró un extraño huevo blanco en la nieve. Se lo entregó a su mujer, quien de inmediato sospechó que podría haber algo raro en el huevo. Sin embargo, se lo comió. Al poco rato empezó a convulsionar y enloquecida gritaba que algo la había poseído. Acudió el Dr. Bonefant y también el cura del pueblo que quería practicarle un exorcismo. Decidieron llevarla a la misa de Nochebuena a pesar de la incredulidad del médico.

Cuatro hombres fueron a buscarla y la llevaron a la sacristía de la iglesia. Pasada la consagración la presentaron frente al altar y el sacerdote le presentó la custodia. La mujer chillaba y se retorcía hasta que quedó pasmada y luego dormida. Despertó dos días después, sin recordar nada de la posesión ni del exorcismo de la Noche de Navidad. El cuento explica que el Dr. Bonefant, a pesar de no ser creyente, se vio obligado a dejar por escrito el extraordinario hecho que había presenciado.

4. «El Árbol de Navidad» de Antón Chéjov

A pesar de que fue la dramaturgia el área de mayor producción del ruso Antón Chéjov, también es el autor de varios cuentos de Navidad cortos, que resultan encantadores y especialmente, aleccionadores. El árbol de Navidad, nos relata la historia de Vanka Chukov, un niño de 9 años que al quedar huérfano es enviado a Moscú a aprender el oficio de zapatero en casa del maestro Alojin. La Noche de Navidad, Vanka queda solo en la casa, junto al fuego, y escribe una carta a su abuelo, el único familiar que le queda. En ella recuerda como pasaban las Navidades en la casa de campo en la que el abuelo es el guarda, y como salían a cortar el árbol de Navidad.

Le explica lo desgraciado que es en Moscú, como Alojin le pega y lo trata peor que a un perro, y sus compañeros aprendices, mayores que él, abusan de su inocencia. Le pide que vaya a buscarlo cuanto antes y se ofrece para realizar cualquier trabajo cuando esté con él. Cuando acaba la carta, coge un sobre que llevaba tiempo guardando y mete la hoja dentro. Al escribir la dirección pone: «En la aldea, a mi abuelo» y por si no está claro añade su nombre «Constantino Makarich». Sale de la casa y deposita la carta en un buzón esperando que el servicio postal la recoja y la haga llegar al abuelo. Vanka se duerme esa noche feliz y lleno de esperanza. Este es uno de los cuentos de navidad para niños que mejor alimentan la fe en un porvenir más feliz.

5. «La Navidad de Tilly» de Luisa May Alcott

Seguimos en este recorrido por los mejores cuentos de Navidad cortos, con «La Navidad de Tilly», una historia de Louisa May Alcott, la misma autora de Mujercitas. En el cuento es narrada la historia de Tilly, una pequeña niña que vive con su madre en la más absoluta pobreza. La víspera de Navidad regresa de la escuela con dos amigas y expresa en voz alta los regalos que desearía tener para Nochebuena, pero que sabe que no llegarán a sus manos por la pobreza en la que viven. El grupo sigue avanzando y en el camino encuentran un pajarito que está muriendo de frío en la nieve. Tilly lo recoge, a pesar de que sus amigas le dicen que se irá y la dejará o que no sacará nada de él.

La niña, que no iba a tener ningún regalo de Navidad, lo toma como un presente. Llega feliz a su hogar, cuida al pajarito y comparte una frugal cena con su madre. Se meten pronto en la cama y bajo las cobijas, ya que la leña se está acabando. Durante la noche, Tilly cree ver una sombra en la ventana. Al día siguiente abren la puerta de la casa y encuentran leña y todos los regalos que la niña había deseado. Ella piensa que ha sido cosa del pajarillo que es mágico, pero en realidad fue su vecino rico que la oyó hablar de sus deseos y se conmovió con la manera como cuidó a la pequeña avecilla. Se trata de uno de los cuentos de navidad para niños que hace renacer la esperanza de que la vida, aún con realidades duras, puede sonreírnos.

6. «La Niña de los cerillos» de Hans Christian Andersen

Si de clásicos de la literatura infantil hablamos, pocos alcanzaron tanto renombre como Hans Christian Andersen. Autor de obras emblemáticas de la niñez de muchos de nosotros, fue un verdadero maestro de la ilusión. Cuentos como La Sirenita, El soldadito de plomo, El Patito Feo, El Ruiseñor o El traje nuevo del Emperador, nacieron de su ingeniosa pluma. Pero Andersen también supo escribir uno de los más tristes y conmovedores cuentos de navidad para niños: La Niña de los cerillos, también llamado La pequeña vendedora de fósforos.

Esta enternecedora historia trata sobre una hermosa niña, que la noche de Navidad recorría las calles en medio de un crudo invierno. Al salir, iba calzada con zapatillas que pertenecieron a su madre, pero le quedaban tan grandes que en el camino las perdió. En su delantal llevaba un manojo de cerillos, que ofrecía para la venta. Pero en plena noche de Navidad, nadie se detenía a observar a la pequeña, y menos a comprar sus cerillos. No se atrevía a volver a casa con las manos vacías, pues tenía temor de que su padre le pegara. Además, en su humilde hogar también hacía frío.

La pequeña se sentó en un rincón y contrajo su cuerpo, tratando de abrigarse un poco. Pensó en que si lograba encender al menos un cerillo, podría calentar un poco sus manos. Lo hizo y apareció ante ella una luz reconfortante que se esfumó pronto. Encendió el siguiente, y vio ante sus ojos un hermoso árbol de Navidad y una abundante y deliciosa cena. Con el tercer cerillo, la pequeña encontró a su abuela, la única persona que la había amado en verdad y que había muerto hacía años. Le pidió que la llevase consigo, y así la niña se fue, tomada de la mano de su abuela. Al día siguiente, la ciudad se sorprendió con el hallazgo de una pequeña y hermosa niña, muerta de frío.

7. «Cuento de Navidad» de Charles Dickens

Y si de cuentos de Navidad para niños que resulten inolvidables hablamos, «Cuento de Navidad» de Charles Dickens es una de las historias más encantadoras. Tal fue su popularidad, que en su versión cinematográfica se cuenta entre las películas navideñas más emblemáticas de todos los tiempos. Cuenta la historia del viejo Ebenezer Scrooge, un hombre avaro, mezquino y de mal carácter, que no para de maltratar a su sobrino y a su fiel empleado. Al parecer, lo único que le interesa en verdad, es hacer crecer su ya inmensa fortuna.

Pero la Nochebuena le traerá una vivencia estremecedora. En plena Navidad, Mr. Scrooge es visitado por los fantasmas de la Navidad pasada, presente y futura. Estos espíritus lo llevan a dar un viaje por su propia vida, y por realidades que se ha negado a ver. Entonces comprende cuánto tiempo ha perdido, siendo avaro, malévolo y ruin. A su vuelta de aquel viaje espiritual, se dispone a cambiar, a dejar entrar la bondad a su corazón e intentar reparar los daños que con sus malos tratos, ha causado en las personas que, a pesar de todo, lo quieren.

8. «El pavo de Navidad» de Manuel de Andrade

Y cerramos este fascinante viaje por los más emblemáticos cuentos de Navidad cortos, con una historia de sencillez exquisita. Aunque no es especialmente para niños, su potencia narrativa la convierte en una lectura valiosa para Navidad. Cuenta la historia de un joven que es visto por su familia como el loco, la oveja negra. En su casa se preparan para vivir la primera Navidad desde la muerte de su padre. Aquel, un hombre de austeridad extrema, siempre prefirió vivir una cena de extrema sencillez, solo dominada por las nueces y las castañas.

Pero nuestro protagonista, decidido a vencer el recuerdo triste y un tanto sombrío del fallecido, apuesta a crear una nueva forma de vivir la Navidad, y al mismo tiempo, una nueva dinámica de amor familiar. Dice a viva voz: ¡Quiero comer pavo para Navidad! Aquella cena de lujo estaba totalmente fuera de las costumbres familiares, y aunque todos se sorprendieron al inicio, terminaron por apoyar su iniciativa. Aquel año, los cinco miembros de la familia sentados alrededor de la mesa, disfrutaron de un pavo extraordinario, de una cena deliciosa acompañada de dulces y cerveza, y del renacer de una nueva forma del amor.

Estos cuentos de Navidad para niños y adultos, cada uno con su esencia, personajes y moraleja, deja una hermosa huella en quien los escucha. Amor y unión en familia, renacer de la bondad en el corazón, compasión y empatía por el prójimo, solidaridad y compañerismo, son algunos de los valores que viven entre sus frases. Si te han gustado estas historias, no dudes en dejarnos tus impresiones en un comentario.

Más allá de los cuentos de navidad

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8 maravillosos cuentos de Navidad para niños (mágicos relatos navideños)

¿Hay algo mejor que acurrucarse junto a tus hijos mientras lees un bello relato en Navidad? La imaginación de los niños vuela mientras lees en voz alta una vieja historia llena de magia y fantasía.

Para que puedas vivir este momento tan bello en familia, hemos reunido 8 maravillosos cuentos de Navidad para niños. Algunos son más cortos y otros más largos, pero todos están llenos de la magia navideña y, tras leerlos a tus hijos, podrás ver el brillo y la ilusión en su mirada

Ver también: poemas de Navidad para niños

1. El origen de la navidad está en este cuento del nacimiento del niño Jesús

Una noche de hace muchos, muchos años, el arcángel Gabriel visitó a la joven María para darle la noticia de que en su vientre llevaba al hijo de Dios, un niño al que tendría que llamar Jesús. María, extrañada, le preguntó cómo había sido posible, si no había conocido varón. Pero el arcángel le dijo que era posible, porque el que nacería, sería el hijo de Dios.

María tuvo miedo de que José, su prometido no creyera su historia y así sucedió, pero el arcángel volvió para contarle a José la buena noticia, así fue como creyó que se había obrado el milagro y decidió permanecer a su lado para siempre.  

Tiempo después, una fría noche de un 24 de diciembre, María y José iban camino de Belén para registrar el nacimiento de su futuro hijo, tal y como había ordenado el emperador César Augusto. José iba caminando y junto a él su mujer, María, a punto de dar a luz a su hijo, sentaba en un burro. 

A su llegada a Belén, María y José buscaron un lugar para alojarse, pero llegaron demasiado tarde y todo estaba completo. Finalmente, un buen señor les prestó su establo para que pasaran la noche.

Sigue leyendo: El nacimiento del niño Jesús

2. Cuento navideño: los tres Reyes Magos de Oriente

Érase una fría noche de invierno de hace muchos, muchos años, cuando tres hombres muy sabios que vivían en las lejanas tierras de Oriente, iniciaron un largo viaje guiados por una maravillosa estrella. Esa estrella brillaba en el cielo más que ninguna otra, era hermosa, grande y clara, tanto que las demás estrellas quedaron desdibujadas en el cielo nocturno.

Aquellos tres hombre, eran reyes y eran magos y todos supieron que esa estrella anunciaba el nacimiento que habían esperado desde hacía años, era el nacimiento del hijo de Dios. Caminaban a lomos de camellos, vestidos en ricas ropas de seda carmesí con turbantes en sus cabezas. Sus nombres: Melchor, Gaspar y Baltasar.

Sigue leyendo: Cuento de Navidad de los Tres Reyes Magos de Oriente

3. Cuento infantil navideño: Un regalo de Navidad

En una pequeña ciudad había una sola tienda que vendía árboles de Navidad. Allí se podían encontrar árboles de Navidad de todos los tamaños, formas y colores. 

El dueño de la tienda había organizado un concurso para premiar al arbolito más bonito y mejor decorado del año y lo mejor de todo es que sería el mismo San Nicolás quien iba a entregar el premio el día de Navidad. Todos los niños de la ciudad querían ser premiados por Santa y acudieron a la tienda a comprar su arbolito para decorarlo y poder concursar.

Por su parte, los arbolitos se emocionaban mucho al ver a los niños y decididos a ser el elegido, les gritaban: ¡A mí… a mí… mírame a mí¡ Cada vez que entraba un niño a la tienda era igual, los arbolitos comenzaban a esforzarse por llamar la atención y lograr ser escogidos.

¡A mí que soy grande!… ¡no, no a mí que soy gordito!… o ¡a mí que soy de chocolate!… o ¡a mí que puedo hablar!. Se oía en toda la tienda. Pasando los días, la tienda se fue quedando sin arbolitos y sólo se escuchaba la voz de un arbolito que decía: A mí, a mí… que soy el más chiquito.

A la tienda llegó, casi en vísperas de Navidad, una pareja muy elegante que quería comprar un arbolito.

Seguir leyendo el cuento Un regalo de Navidad

4. Cuento de Navidad: Frosty, el muñeco de nieve

Era una soleada y nevada mañana de invierno y en la escuela se celebraba la fiesta de Navidad. La maestra había contratado al profesor Hinkle, un mago un poco atolondrado y torpe, para entretener a los niños. Sin embargo, sus trucos de magia no parecían funcionar, todo le salía del revés y enfadado, arrojó su viejo sombrero de copa fuera del escenario. 

El sombrero, chocó con el cubo de la basura y liberó a un extraño personaje llamado Hocus Pocus, un conejo que hizo reír a los niños humillando al profesor Hinkle.  Cuando la celebración terminó, los niños salieron a jugar y decidieron hacer un gran muñeco de nieve. Trabajaron todos juntos y le pusieron una nariz hecha con un botón, ojos de carbón y una pipa de mazorca de maíz. Los niños disfrutaban jugando a su alrededor y cantando canciones. Tan orgullosos estaban de su obra que incluso una pequeña, Karen, decidió darle nombre, le llamó Frosty.

Seguir leyendo el cuento de Frosty, el muñeco de nieve

5. Cuento de Navidad de Charles Dickens

Cuentan que Ebenezer Scrooge era un empresario muy rico y avaro y su único socio Marley había muerto. Scrooge era una persona mayor y sin amigos. Viva en su mundo, nada le agradaba y menos la Navidad, decía que eran… ¡paparruchas! Tenía una rutina solitaria y hacía lo mismo todos los días: caminar por el mismo lugar sin que nadie se parara a saludarlo.

Era víspera de Navidad, todo el mundo estaba ocupado comprando regalos y preparando la cena navideña. Scrooge estaba en su despacho como siempre con la puerta abierta viendo a su escribiente, que pasaba unas cartas en limpio, y de repente llegó su sobrino deseándole felices navidades.

Scrooge, con su habitual antipatía no lo recibió de una buena manera, todo lo contrario, aun así su sobrino le invito a pasar la noche de Navidad con ellos, pero él lo despreció diciendo que eso eran… ¡paparruchas! Su escribiente llamado Bob Cratchit seguía trabajando hasta tarde aunque era noche de Navidad, a Scrooge no le daba ninguna pena e incluso le dijo que un día después de Navidad tendría que llegar mas temprano de lo acostumbrado para reponer el día festivo.

Sigue leyendo Cuento de Navidad de Dickens

6. Cuento de Papá Noel: su verdadera historia

La historia de Papá Noel comenzó hace muchos, muchos años. Sucedió hace más de 1700 años en un pequeño pueblo no muy lejano al lugar donde vivió Jesús en Asia Menor llamado Patara. Allí vivía un niño llamado Nicolás que quedó huérfano cuando era muy pequeño, sin embargo, nunca tuvo problemas para salir adelante, sus padres eran ricos y había heredado una gran fortuna.

Al morir sus padres se trasladó a Myra, donde todas las gentes del lugar le conocían por su ser un joven muy especial, no le importaba la riqueza y fortuna de la que gozaba y jamás perdió la capacidad de ser amable con los demás.  En secreto ayudaba a los pobres y a los más necesitados entre quienes repartía los muchos bienes de los que gozaba.

Un buen día supo la historia de un hombre muy desdichado y muy pobre que tenía tres hijas a las que no podía casar por no tener dinero para pagar la dote, ni tampoco podía mantener. Nicolás quiso de inmediato ayudar a aquella familia y, una noche, se envolvió en una capa y salió de su casa para llegar hasta la parte más pobre de la ciudad, donde vivía el padre con sus tres hijas. Y, sobre una ventana entreabierta, colocó su regalo: una bolsa de oro. Silenciosamente y, sin que nadie le viera, volvió a su casa.

Sigue leyendo el cuento: La historia de Papá Noel

7. Versión corta del cuento de Navidad: El soldadito de plomo

Érase una vez un pequeño ejército de soldados de plomo que eran todos hermanos porque habían nacido todos de una vieja cuchara. Llevaban uniformes rojos y azules y mosquete al hombro. Eran todos iguales menos uno, al que le faltaba la pierna, seguramente porque no había quedado plomo suficiente para terminarlo. Pero, allí estaba con los demás, orgulloso de ser un soldado de plomo.

La primera voz que oyeron en su vida fue la de un niño pequeño gritando…

-¡Soldados de plomo!

Era el regalo de cumpleaños de un niño al que le hizo una gran ilusión ver a todos esos soldaditos nuevos y relucientes. Junto a la caja con soldaditos de plomo había otros muchos juguetes, entre ellos, un enorme un castillo de cartón, un cascanueces y una bella muñeca vestida de bailarina que en posición de baile, con una pierna extendida hacia atrás y los brazos extendidos hacia el cielo.

Sigue leyendo El soldadito de plomo

8. El abeto: un cuento de navidad sobre la importancia de disfrutar el momento

En el bosque había un bonito abeto. El lugar que tenía era muy bueno; el sol brillaba sobre él, había suficiente aire fresco y a su alrededor crecían muchos árboles de gran tamaño. Los niños venían a menudo con una cesta llena de bayas y se sentaban cerca del árbol joven y decían: ¡Oh, qué lindo es! ¡Qué lindo abeto! Pero el abeto no solía estar muy feliz, no le gustaba ser más pequeño que los demás, ni le importaban los niños.

Al cabo de un año el abeto había crecido mucho y, al año siguiente, aun era más alto pero al abeto no le resultaba suficiente:

— ¡Oh, si yo fuera un árbol tan alto como los demás!, suspiraba. ¡Entonces podría extender mis ramas, los pájaros construirían nidos entre mis ramas; y cuando soplara la brisa, podría inclinarme con tanta majestuosidad como los demás.

Ni los rayos del sol, ni los pájaros, ni las bellas nubes rojas, complacían al arbolito.

Sigue leyendo el cuento El abeto de Navidad de Hans Christian Andersen

10 cuentos de Navidad de Antón Chejov para disfrutar en estas fiestas

Antón Chejov es uno de los escritores rusos más importantes de todos los tiempos. Junto a Tolstoi, Pushkin y Dostoievski se ubica en la pléyade de narradores del país de los zares. Pero Chejov es sin duda el más destacado en los relatos cortos.

Dijo el escritor estadounidense E. L. Doctorow sobre Chéjov que Y así uno ve la vida a través de sus frases. »

De las decenas de cuentos escritos por el dramaturgo ruso, hemos elegido los 9 que hablan o se desarrollan en la época navideña

Si estás buscando un buen cuento para leer en navidad, una opción indiscutible son los de Chejov. Así que elige de los próximos nueve tu favorito.

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El espejo torcido (1883)

Título original: «Distorting Mirror»

Este relato apareció, con el subtítulo «Historia fantástica de Navidad», en enero de 1883, dentro del número 2 de El espectador , con la firma «A. Chejonte».

Con seguridad fue escrito antes de 1883 y, aunque su publicación estaba destinada a un número de la revista con tema navideño, fue pospuesta por razones desconocidas. Nikolai Chéjov realizó una ilustración para este relato. «El espejo torcido» fue incluido en las Obras completas editadas por Marx, pero Chéjov modificó el subtítulo suprimiendo la palabra «fantástica».

Este cuento está disponible en Vol. 1 de la colección Antón Chéjov: Cuentos completos (1880 — 1885) de la editorial Páginas de Espuma. Cómpralo en Amazon: España | Estados Unidos | Mexico

Sueño (1885)

Título original: The Dream

para su publicación exactamente un año antes y que fue enviada a la redacción de Fragmentos . Su publicación se pospuso y apareció, finalmente, en La Gaceta de San Petersburgo, number 354, un año después.

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Vanka (1886).

Título original: Vanka

Este relato se publicó en la Gaceta de San Petersburgo (número 354), en la sección «Cuentos de Navidad», el 25 de diciembre de 1886, con el seudónimo «A. Chejonte». Se recogerá después tanto en el cuarto tomo de las Obras completas , como en los libros Cuentos (1888) y Los niños (1898). En vida de Chéjov se tradujo al búlgaro, danés, alemán, rumano, eslovaco y francés. No confundir con el cuento de mismo título publicado en 1884.

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¡Era ella! (1886)

Título original: «It was she!»

Publicado por primera vez el 27 de diciembre de 1886 en el número 52 de la revista Fragmentos, con el subtítulo «Cuento de Navidad» y la firma «A. Chejonte». El subtítulo se eliminaría al incluirse en el libro Discursos inocentes (1887) y en el primer tomo de las Obras completas editadas por A. Marx. En vida de Chéjov se tradujo al búlgaro, polaco, checo, noruego y alemán.

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En el camino (1886)

Título original: cOn the way»

Este cuento apareció en el número de Navidad de Tiempo nuevo el 25 de diciembre de 1886, con la firma “An. Chejov». Se incluyó en el tercer tomo de las Obras completas editadas por A. Marx, y en el libro En el crepúsculo de 1887. En vida de Chéjov se tradujo al alemán e inglés.

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Signos de admiración (1885)

Título original: «Exclamation Mark»

Apareció el 28 de diciembre de 1885, con la firma «A. Chejonté, en el número 52 de la revista FRAGMENTOS. Chéjov lo incluyó, con pocos cambios, en el libro Relatos abigarrados y en el segundo tomo de las Obras completas de A. Marx. En vida de Chéjov se tradujo al búlgaro, húngaro, checo, alemán, polaco, serbocroata y rumano.

Este cuento está disponible en Vol. 2 de la colección Antón Chéjov: Cuentos completos (1887 — 1893) de la editorial Páginas de Espuma. Cómpralo en Amazon: España | Estados Unidos | México

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La Nueva Dacha (1899)

Título Original: «New Dacha»

Vio Luz El 3 de Enero de 1899, El Número 3 de Noticiasians officials Chejov. Pequeños bosquejos y escenas de capítulos se conservan entre las anotaciones de Chéjov, datadas al menos desde 1897. El cuento se debió escribir entre el 12 y el 23 de diciembre de 1898, y se publicó en Noticias rusas, tras una serie de relatos en publicaciones diferentes, porque su editor personalmente le pidió al menos una historia para Navidad.

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