¿Ser el hermano mayor influye en el carácter? ¿Se suele cargar con más responsabilidad al primero de los hijos que a los demás? El hermano mayor suele ser el referente para los más pequeños. Ser el primer hijo de la familia es un honor y tiene ciertos privilegios mientras se es el único. Pero, cuando llega un nuevo miembro, el todavía niño pequeño cambia de categoría y pasa a convertirse en el «hermano mayor», el responsable. Es importante tener en cuenta el nuevo rol que adquieren los primogénitos con la llegada de un hermano, y cómo a veces se les exige una responsabilidad que no es apropiada para su edad ni es acorde con su madurez.
Es el mayor y como tal “debe” servir de ejemplo a sus hermanos. Líder por excelencia, asume responsabilidades y “se esfuerza por ser el mejor”
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¿Influye en el carácter ser el hermano mayor?
Ser el hijo mayor significa desempeñar un rol en la familia, núcleo principal del proceso de socialización.
Una de las características que más se atribuyen a los primogénitos es la “responsabilidad”. La pareja pasa de ser solo pareja a ser padres, y ser padres es una tarea muy nueva para ellos, por lo que el primero está inaugurando la función de hijo, y será el encargado de iniciar esta etapa desconocida. Además, los padres, al inaugurar esta nueva faceta de ser padres, “exigen” más al primer hijo que al resto, pues toda la familia se centra en él, y consideran que él está recibiendo mucha atención y sobrados recursos en los que poder apoyarse.
En muchas ocasiones, por falta de tiempo, se “carga” a los hijos mayores con unas responsabilidades no acordes a su edad ni a su desarrollo. En estos casos, los niños no encuentran su posición dentro del entorno familiar y adoptan comportamientos de adultos; son exigencias repletas de carga emocional en las que a veces no se tiene en consideración la edad del propio niño. La aparición de sentimientos de ansiedad, impotencia y cierto resentimiento por parte del primogénito en estas ocasiones, es muy habitual.
El nacimiento de un hermanoes una de las circunstancias desfavorables en la biografía o en el entorno de un niño que puede provocar cierta desestabilización y que precisa de un periodo de adaptación. Si intervenimos a tiempo solucionaremos esos pequeños desequilibrios.
Cuando nos planteemos hacer a nuestro hijo mayor responsable de los otros, aplicaremos el sentido común, y tendremos en cuenta no solamente la edad y la madurez del mayor, sino también del pequeño. El hermano mayor, más que responsable de sus hermanos, será su referente y acompañante en su crecimiento.
Ana Roa, pedagoga y psicopedagoga
www.roaeducacion.com
roaeducacion.wordpress.com
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Tomas de decisiones, cuidar de los hermanos, asumir funciones que no le corresponden… Muchas veces por falta de tiempo de los padres u otras circunstancias se carga a los hijos mayores con responsabilidades que les lleva a adoptar un comportamiento que no es acorde con su edad y que puede afectar a su desarrollo.
Debido a estas exigencias de sus padres, los niños no encuentran su lugar real dentro del entorno familiar viéndose obligados a convertirse en un adulto más.
Las exigencias de sus padres tienen tal carga emocional que complican al hermano mayor sus dos roles principales que son: el de hijo y el de hermano. Este rol que adquiere el niño dentro de la familia es una carga muy pesada en la que no importa la edad que tenga.
Los padres depositan con la misma facilidad responsabilidades en sus hijos sin importar la edad poniendo como excusa que son los hermanos mayores ya tengan dieciocho o seis años.
El riesgo de que los hermanos mayores adquieran este nuevo papel en la familia es que en algún momento se genera sentimiento de ansiedad, impotencia y resentimiento de los niños hacia sus padres, que son los que les han impuesto dicho cometido.
Las responsabilidades que recaen en los hijos por parte de los padres se traducen en frases o situaciones que se dan muy a menudo como:
– Ayudar al hermano en todo lo que necesite. Como por ejemplo, a vestirse, a bañarse, hacer los deberes, etc… Uno de los errores típicos en los que caen los padres es delegar en el hijo mayor la crianza y el cuidado de sus hermanos menores. Es importante tener en cuenta que un niño o un adolescente no tiene la estructura emocional necesaria para poder hacerse cargo directamente de esta tarea.
– Si el padre falta por alguna circunstancia se le dice al hijo mayor que sea ‘el hombre de la casa’ y si es la madre y la hija es la mayor se le dice que será ‘la mujer de la casa’. La falta del padre o la madre, ya sea por separación, divorcio o muerte prematura no tiene que ser excusa para que él o ella sigan siendo niños o adolescentes que como todos los demás necesitan recibir cariño y no solo darlo.
– Dar ejemplo a sus otros hermanos. Se exige al niño portarse como el adulto necesita. Hay que tener en cuenta que el hijo mayor es como los otros hijos, que necesitan también consideración y paciencia antes sus equivocaciones. No se debe poner sobre sus hombros la dura carga de ser siempre ejemplo y que no pueda permitirse errores Cómo han de actuar los padres para que no ocurra esto.
– Todos deben cumplir con obligaciones. Todos tendrán responsabilidades en función de su edad, incluidos los pequeños para no cargar en exceso al mayor.
– Los encargos, según la edad, deben tener un límite. Para evitar las discusiones, hay que detallar con exactitud las responsabilidades que le corresponde a cada hijo.