El tercer y último trimestre del embarazo es el más molesto debido a la grandísima cantidad de cambios hormonales que sufre el cuerpo, entre los cuales se encuentra la sensación de fatiga extrema, las náuseas y los vómitos, la sensibilidad en los pechos e hinchazón, el estreñimiento, la acidez estomacal, el rechazo a algunos alimentos o los cambios de humor repentinos. Ahora bien, qué pasa con el dolor pélvico en el embarazo en el tercer trimestre. ¿Es normal? Muchas mujeres afirman sentir punzadas en el pubis durante el embarazo, calambres en los genitales en el embarazo, contracciones uterinas y dolores lumbares… ¿Te está ocurriendo? Sigue leyendo para saber por qué.
Sí, de hecho es una de las molestias más comunes que puedes experimentar en esta última fase del embarazo y hasta el momento del parto, intensificándose a medida que avanza la gestación. Ahora bien, debes tener en cuenta que el dolor puede tener su origen en diferentes causas, por lo que es conveniente prestar atención a la zona concreta en la que se produce y la intensidad. En algunos casos será necesario consultar con un ginecólogo o adelantar las revisiones periódicas para hablar con el doctor.
Lo más frecuente cuando se habla de dolor de pelvis en el embarazo es sentir punzadas en el pubis durante el embarazo, así como calambres, contracciones y demás. Los calambres genitales en el embarazo son muy frecuentes, así como también el dolor vulvar en el embarazo. En cualquier caso, y para que no haya dudas, vamos a explicarte cuáles son las principales razones por las cuales se produce el dolor. Las vemos:
A pesar de lo que se cree, las contracciones no solo aparecen durante el parto. Estas también pueden aparecer durante todo el periodo y son conocidas como las contracciones de Braxton-Hicks —de hecho, estas pueden tener lugar incluso sin estar embaraza—.
Este tipo de contracciones se caracterizan porque el útero se mueve, por lo general, cuando se tiene la regla, es decir son una de las causas más frecuentes de dismenorrea o dolor de regla. Ahora bien, en el caso del embarazo, la intensidad de las mismas aumenta. Lo normal para el primer trimestre es de 4 a 6 contracciones diarias, mientras que en el tercer trimestre es de 10 contracciones por día, aproximadamente. En el caso de las mujeres que ya han tenido un embarazo previo, la cantidad de contracciones puede aumentar en cada fase, igual que ocurre para quienes esperan gemelos o trillizos. Por lo general, este tipo de contracciones suele darse durante la noche, cuando el cuerpo descansa de la actividad.
Es otra de las posibles casusas de dolor pélvico en el embarazo en el tercer trimestre. Las agujetas pueden tener lugar debido a que el canal de parto puede moverse. Debes tener en cuenta que la pelvis se compone de una articulación conocida como sínfisis púbica que une los huesos más grandes por delante.
Esta conforma el canal óseo del parto. Lo que ocurre durante el parto es que esta articulación se vuelve móvil para dar paso al bebé, ahora bien, durante el embarazo cabe la posibilidad de que la articulación también se mueva —aunque no debería ocurrir, es bastante frecuente—. Esto se debe a la acción de la hormona relaxina, la cual comienza a hacer efecto antes de tiempo. Esta hormona es segregada por la placenta al final del embrazo para dar movilidad a la pelvis.
Los calambres genitales o punzadas en el pubis durante el embarazo son muy frecuentes, es algo normal que le ocurre a la mayoría de las mujeres en esta etapa. Esto se debe a que el útero va creciendo conforme avanza el embarazo, lo cual puede dar lugar a que comprima los llamados nervios genitocrurales del aparato genital. Al presionarse estos nervios, la sensación es muy similar al de los pinchazos en la vagina en el embarazo o punzadas en el pubis durante el embarazo.
Los calambres suelen tener lugar en el clítoris, en los labios mayores y menores y en la vagina. Otras veces el calambre puede sentirse en la zona interior del muslo y llegar hasta la rodilla del mismo lado. Es importante dejar claro que estos calambres no significan que el parto esté cerca —no son los pinchazos del pubis al final del embarazo—, todo depende de la constitución de cada mujer. Los mismos se tratan con analgésicos. También pueden realizarse ejercicios de suelo pélvicos para relajar la zona.
La hipertonía leve es un tipo de contracción muy común que tiene lugar en la zona baja de la tripa. La sensación que provoca es que esta se vuelve dura como un balón, además del dolor pélvico que ocasiona, por supuesto. Esto tiene lugar debido a los estiramientos de los músculos del útero, los cuales aumentan de tamaño durante el embarazo a medida que el bebé va creciendo —es muy similar a las rampas, cuando el músculo se contrae—.
Por lo general la hipertonía suele ser más frecuente en los primeros embarazos y tras haber realizado una actividad física continuada, como haber caminado durante varias horas seguidas. Es más frecuente que este tipo de contracciones tengan lugar durante la noche.
En este caso lo que ocurre en que los órganos en la pelvis o cerca de ella se desplazan haca abajo, a veces hacia la vagina o hacia el recto, lo cual puede dar lugar a punzadas en el pubis durante el embarazo. Esto puede generar incontinencia, así como dolor intenso y complicaciones más graves, por lo que es necesario consultar a un ginecólogo. El POP es tratable y tiene buenos resultados. Por lo general, las mujeres que lo padecen suelen sentir una presión interna de forma repentina, así como la sensación de que algo está empujando hacia la vagina, además de dificultades para controlar el intestino y la vejiga.
Cuando la embarazada entra en la semana 32 de gestación, es decir, en el tercer trimestre, hay una molestia que se repite en muchas mujeres según avanzan los días: pinchazos en la zona de la vagina.
¿Por qué se presenta dolor vaginal en el embarazo? ¿Qué puede significar? ¿Existe algún tratamiento para ello? La ginecóloga Alexandra Henríquez nos da respuesta a todas estas preguntas.
Los cambios que la mujer experimenta en su cuerpo desde el momento que se queda embarazada son múltiples y variados. En esta ocasión nos vamos a centrar en los conocidos como dolores vaginales o pinchazos en la zona de la vagina y la vulva.
A partir de la sexta semana de gestación, la mucosa vaginal pierde su color rosado normal, se vuelve más congestiva y va adquiriendo un color sutilmente violáceo. También existe un aumento de la vascularización e hiperemia que afecta a la piel, vulva y músculos del periné. Los genitales externos se van volviendo más edematosos y con un tono también más azulado.
Asimismo, el aumento de la vascularización junto con la compresión uterina condiciona una dilatación del sistema venoso superficial, pudiendo a su vez producir varices en la vulva que pueden ser molestas o sangrar con el roce.
Hacia el final del embarazo, el bebé suele estar colocado con la cabeza hacia nuestra pelvis (lo que se conoce como posición cefálica). Esto origina pequeños pinchazos en esta parte del cuerpo, pero también en las caderas; y es que la cabeza va buscando sitio y va ‘chocando’ contra los bordes de la pelvis para acomodarse.
Las paredes vaginales experimentan cambios notables y se empiezan a preparar para la distensión durante el parto, con un considerable aumento de la mucosa, relajación del tejido conectivo e hipertrofia, que dan lugar a un aumento de la longitud vaginal.
Estos pinchazos pueden llegar a ser muy molestos y pueden llegar a impedir el caminar a la mujer. Muchas mujeres tienen que pararse cuando están andando y sienten uno de estos pinchazos. Las embarazadas los describen como molestos, pero no hay que preocuparse porque lo que significa es que el parto está cerca.
En principio no existe ningún tratamiento para los pinchazos vaginales porque son producidos por fenómenos compresivos y congestivos, es decir, las modificaciones normales durante el embarazo.
Los ginecólogos usamos la progesterona para disminuir las contracciones uterinas, pero para los pinchazos vaginales igual podría ser útil, pero no tiene sentido ya que lo que significa es más bien al final del embarazo y lo que queremos son las contracciones naturales y no tener que provocar el parto.
Hay mujeres que casi ni se enteran de que están embarazadas, porque apenas tienen molestias durante los nueve meses de gestación. Otras, por su parte, mantienen las náuseas hasta el día del parto. Cada trimestre de embarazo tiene sus características buenas y malas. Y ya que estamos hablando de los dolores vaginales como una ‘incomodidad’ típica de los últimos meses y semanas de embarazo, vamos a enumerar otras molestias y cambios que se pueden producir en este periodo y momento de vida la mujer.
– Puede que comiences el trimestre con mucha energía, pero según avancen las semanas puedes notar gran cansancio y puedes verte muy torpe para hacer algunas cosas.
– Emocionalmente estarás más sensible. Sabes que el momento del parto se acerca y eso te hace estar como una montaña rusa: miedo por el parto, alegría por abrazar a tu bebé, incertidumbre por ver cómo será tu vida a partir de ahora…
– Experimentarás lo que se conoce como el síndrome del nido. Tendrás la necesidad imperiosa de tenerlo todo preparado y limpio para recibir a tu pequeño.
– Tus manos, pies y cara se hincharán. No será de un día para otro, pero si llevas algún anillo, mejor quitártelo ahora. Si además de hinchazón notas que tienes dolor de cabeza, mareos o que se te nubla la vista, acude inmediatamente al médico.
– La tripa sigue creciendo y tu piel puede resentirse, sobre todo la de la tripa y las piernas. ¡Pueden empezar a aparecer (si ya no lo han hecho) las estrías! Consejo: mantén estas zonas de tu cuerpo bien hidratadas.
– Durante este tercer trimestre, los expertos dicen que es cuando mayor aumento de peso se produce.