por tecnico | Abr 25, 2018 | BOKSI
Uno de los momentos más relajantes para un bebé puede ser la hora del baño. Ese momento en el que queda poco para acabar el día, se relaja y puede dormir más fácilmente después. Además, es un momento de encuentro con sus padres podéis ponerle música, cantar, darle juguetes… Sin embargo, cabe decir que durante las primeras semanas de vida hay que tener mucho cuidado con el pequeño, debido a que el cordón umbilical aún no se ha caído y debe mantenerse seco para una correcta cicatrización. Asimismo, debemos tener en cuenta los productos con los que bañaremos al bebé, hay que utilizar toallitas respetuosas con su piel y geles sin ningún tipo de químico.
Por otro lado, sobre la hora del baño siempre han corrido muchos rumores: ¿podemos bañarlo con fiebre?, ¿antes o después de comer?, ¿podemos bañarlo si tiene tos?… Lee atentamente este artículo porque te resolvemos todas tus dudas.
El corte de digestión ocurre cuando hay un cambio brusco de temperatura, por ello, siempre hay que abrigar al bebé antes y después del baño.
Desde Nannak te aconsejamos que tengas cerca el BOKSI Baby Care Station, de ese modo nada más salir de la bañera tienes el cambiador y ya puedes hacerle un masaje, ponerle crema o aceite corporal y, finalmente, vestirle. Además, no te preocupes si colocas al bebé en el BOKSI cuando aún esté mojado, ya que este cambiador es impermeable no pasa nada si tiene contacto con el agua. De igual manera ocurre si se mancha con la crema corporal, lo puedes limpiar fácilmente en la bañera.
Con el BOKSI Baby Care Station conseguirás un cambiador de bebé fácil de mantener y limpiar:
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Cuando tu bebé se encuentra mal, puede ser difícil saber qué hacer.
Una de las cosas que preocupa a muchos padres es bañar o duchar a un bebé enfermo. La idea de tomarle la temperatura y luego arriesgarse a que la enfermedad se extienda al bañarlo hace que a algunos padres les resulte difícil hacerlo. ¿Se puede bañar a un bebé resfriado? Hay que tener en cuenta algunas cosas antes de decidir si es correcto bañar a tu hijo cuando le han diagnosticado bronquitis, sinusitis, gripe, neumonía, etc.
Puedes bañar a un bebé enfermo siempre que sigas unas cuantas precauciones clave. Asegúrate de utilizar un baño templado en lugar de agua caliente. Así evitarás el riesgo de que aumente accidentalmente la temperatura corporal de tu bebé, lo que es esencial para que se sienta mejor. Ten cuidado de no sumergirle la cabeza bajo el agua y procura no cubrirle demasiado la cara con la espuma, ya que puede resultarle molesto.
Piensa en un baño de esponja.
Puede ser una buena opción si:
La fiebre es de 40°C o más y el paracetamol o el ibuprofeno no han conseguido bajarle la temperatura y tu hijo está angustiado y no se sentiría bien en un baño tradicional.
Si piensas bañar a tu hijo, considera la posibilidad de administrarle paracetamol o ibuprofeno antes. Al cabo de 30 minutos deberías poder saber si el medicamento ha sido eficaz para bajar la fiebre de tu hijo a menos de 40 °C.
El paracetamol es un medicamento habitual y puede presentarse en diferentes dosis en distintos productos. Lee siempre las etiquetas de cualquier medicamento de venta libre para el resfriado o la gripe que vayas a dar a tu hijo. No sobrepases nunca la dosis máxima diaria indicada en la etiqueta, ya que un exceso de paracetamol puede ser perjudicial.
Asegúrate de que el agua no esté demasiado fría para tu bebé; utiliza agua tibia, a una temperatura de hasta 35°C.
Prepárate antes de empezar. Ten a mano una palangana con agua, un paño húmedo con agua sin jabón y una toalla seca, así como cualquier otro material que puedas necesitar.
Acuesta a tu bebé en una superficie plana que sea cómoda para ambos. Si tu bebé está sobre una superficie dura, acólchalo con una manta o una toalla mullida. Recuerda utilizar siempre las correas de seguridad cuando atiendas al bebé si está en una superficie elevada, y no retires nunca tus manos de él hasta que esté bien sujeto.
Utiliza un paño húmedo para limpiarle bien la cara sin que le entre agua en los ojos o en la boca. Sumerge el paño húmedo en el agua antes de lavar otras partes de su cuerpo y luego úsalo en la zona del pañal al final del baño.
Una forma de mantener al bebé caliente durante el baño con esponja es envolverlo en una toalla seca y destapar sólo las partes de su cuerpo que estés lavando. Asegúrate de prestar especial atención a zonas como los pliegues bajo los brazos, detrás de las orejas y alrededor del cuello, y la zona del pañal.
Un resfriado nunca es algo divertido ni para los bebés ni para los adultos.
Para los que han tenido uno, la mejor manera de calmar sus síntomas es beber mucho líquido y tomar los medicamentos según las indicaciones. Sin embargo, hay otras cosas sencillas que puedes hacer para ayudarte.
Empieza por respirar hondo, recordándote que el llanto es normal y no una señal de que has fracasado como madre o padre. Si te pones nerviosa, tu bebé lo notará y es probable que llore aún más. Así que respira, cálmate y hazle saber a tu bebé que estás ahí para ayudarle.
Cuanto más te calmes, más probable será que tu bebé se calme también. Todo lo que hagas cerca de tu bebé será absorbido por su pequeño cerebro como una esponja. Demostrar un comportamiento tranquilo le animará a hacer lo mismo en esta situación.
El baño puede ser la forma perfecta de consuelo para un bebé molesto y con fiebre, pero no todos los niños disfrutan de los baños. Si a tu hijo no le gusta bañarse, no lo fuerces. Es posible que tu pequeño se sienta más cómodo bañándose si le distraes con tus propias acciones o con juguetes con los que pueda jugar él mismo.
No puedes librarte directamente de su resfriado, pero puedes tranquilizarle diciéndole que no está solo. Cuando tu bebé esté enfermo, puedes proporcionarle el consuelo y el cariño que necesita para sentirse mejor dándole muchos mimos y caricias tranquilizadoras. La música puede ayudar a tu bebé a sentirse más relajado, pero esta vez debes introducir una canción tranquilizadora. También puedes masajear la barriga de tu bebé colocando tu mano sobre su estómago y presionando mientras haces movimientos circulares sobre la zona.
Si tu pequeño está enfermo, procura que el agua del baño esté tibia. A medida que se recupere, puedes aumentar la temperatura a unos entre 37°C y 38°C.
La decisión de bañar a tu bebé mientras está enfermo dependerá de si te sientes segura de que tu bebé podrá soportarlo. Si tu hijo se encuentra realmente mal, es seguro dejar pasar unos días antes de bañarlo.
Puede que descubras que bañar a tu bebé es una buena forma de proporcionarle confort y calor, lo que le ayudará a relajarse y recuperarse antes.
Si decides bañarlo, asegúrate de no utilizar jabones perfumados, productos con detergentes o cualquier otra fragancia que pueda irritar una nariz sensible. Asegúrate de utilizar sólo agua y toallas sin suavizantes.
También puedes bañar a tu bebé mientras está parcialmente cubierto con su mantita favorita, con un peluche o envuelto en una toalla ultrasuave para que esté más cómodo.
Para evitar el contagio de la enfermedad a otras partes de tu casa, lávate siempre antes y después de bañarlo con jabón o desinfectante de manos. Lava su ropa con agua caliente para eliminar también los restos de bacterias.
Puedes bañar a un niño enfermo, pero tampoco pasa nada si te saltas el baño.
Es muy probable que se sienta mejor antes de que te des cuenta. No olvides que siempre debes acudir a tu médico o pediatra para que te de las indicaciones necesarias y responda a tus preguntas sobre la salud del bebé.
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