Canción a guardar a guardar cada cosa en su lugar: Letra de ‘A guardar, a guardar cada cosa en su lugar’

Canción a guardar a guardar cada cosa en su lugar: Letra de ‘A guardar, a guardar cada cosa en su lugar’

A GUARDAR, A GUARDAR CADA COSA EN SU LUGAR

SilviaActividades y juegos, Hábitos y rutinasa guardar, Aprender a recoger juguetes, educación infantil, orden en casa

Trucos y consejos para que los peques recojan sus juguetes

No sé a vosotros, pero en mi escuela y en mi casa parece que los juguetes se reproducen espontáneamente y que cada vez hay más.
Y ahora, que han pasado las navidades, hay tanto juguete nuevo que aún resulta más difícil ordenarlos. Máxime cuando los peques, curiosamente, están cansados para recoger pero no para jugar, ¿verdad?
Así que, queridas mamás, papás y compañeras, si no queremos pisar un lego o un muñeco que suena a media noche, os doy estas ideas y recursos para recoger los juguetes y animar a los niños a guardar.

Hay muchas canciónes que pueden animar a los niños a recoger sus juguetes

1. – ELEGIR UN LUGAR PARA CADA COSA
Ya sea cestos, cajas, baúles, estanterías… Es más fácil guardar si sabemos dónde tiene que estar cada juguete colocado. Los cuentos juntos en la estantería, las construcciones en una caja, los coches en un cajón… Y a ser posible, que los lugares sean accesibles para los peques y estén a su altura.

2.-CREAR EL HÁBITO DE GUARDAR DESPUÉS DE JUGAR
Después de jugar, hay que recoger para pasar a la siguiente actividad o tarea. Por ejemplo, si no guardamos los juguetes, no podemos lavarnos las manos para comer, salir a la calle o jugar a otra cosa…

3.- GUARDAR ES UNA TAREA DE TODOS Y DEBEMOS DAR EJEMPLO
A partir de los dos o tres años los niños adquieren cierta autonomía y además son grandes imitadores. Si nos ven recoger es más probable que ellos también lo quieran hacer. Además, es un buen momento para que los niños cooperen entre ellos. Por ejemplo, que uno sujete una caja y el otro introduzca los juguetes. Nosotras en la escuela intentamos dar ejemplo manteniendo el aula y el material ordenados. También guardamos los juguetes con ellos. Porque, si hemos jugado todos, incluido los profes, no es justo que recojan ellos solos ¿no os parece?

4.- ORDENAR LOS JUGUETES TAMBIÉN PUEDE SER UN JUEGO
¡¡¡Por supuesto !!! Se puede jugar al baloncesto encestando los juguetes en las cajas.

Podemos dirigir la acción : Mira, ¿puedes coger esa pieza de color azul?

Cantamos la canción de A GUARDAR, A GUARDAR, CADA COSA EN SU LUGAR .

¡¡¡Oh!!! Mira esos dinosaurios. Se han quedado escondidos debajo de la mesa. No me gusta lo que están tramando. Vamos, llevémoslos a su casa.

5.-EXPLICAR LA IMPORTANCIA DE RECOGER
Recoger es importante para saber dónde encontrar de nuevo los juguetes, para que no se pierdan, para que no se rompan, para que nadie se tropiece y se lastime, para estar más a gusto…

6.-CREAR UNA CAJA DE OBJETOS PERDIDOS

Podemos tener una caja o un cajón para juguetes pequeños y partes extraviadas. Y , entre todos, podemos pintarla y adornarla con gomets. Una vez en semana ,por ejemplo, podemos revisarla con los niños para reorganizar y ordenar los objetos extraviados.

Además nos sirve para escondernos

7.-PLANIFICARSE PARA QUE HAYA TIEMPO PARA GUARDAR
Si queremos comer a las dos de la tarde, no podemos empezar a recoger a menos cinco. Que aprendan a recoger requiere tiempo, y debemos ser conscientes de que por norma general los niños van a tardar en recoger más tiempo que nosotros.

8.- FELICITALES
No me refiero a recompensas sino a felicitaciones. Es recomendable reforzar a los niños con una actitud positiva para que así estén motivados para ordenar sus juguetes.

Y por último, recordad: mucha paciencia.

Es un trabajo de fondo y es más que probable que aún piséis varios legos con el pie descalzo u os ataque un dinosaurio en mitad del pasillo.

Canciones para niños, ¿qué se hizo de ellas?

 

 

No nos equivocaríamos al decir que en casi todas las culturas han existido y existen canciones de cuna. En su mayoría armadas sobre una melodía sencilla que se repite, en variedades de idiomas y dialectos, con un ritmo que sugiere el movimiento de acunar, balancear, mecer, para que así, tras un rato, el bebé se duerma. Ese mismo poder casi hipnótico que pueden ejercer esas canciones se extiende por algunos años en la niñez, y a veces aún más. Cabe destacar que el elemento más preponderante en ellas es la voz de quien la canta. Incluso hay quienes utilizan músicas similares para relajarse o meditar.

Después de la etapa de las canciones de cuna (¡en el afortunado caso de haberlas oído alguna vez!) el aspecto musical de la vida del niño se vuelve más impreciso. A lo largo de muchas generaciones, los años previos a la adolescencia estaban marcados por muchas canciones que formaban parte del llamado “repertorio infantil”. Lo había de distintas calidades, orígenes, temáticas, instrumentaciones, etcétera. Pero todas tenían algo en común: estaban dirigidas a los niños.

Pareciera que esa zona privilegiada de la niñez y la infancia quedó desdibujada en el mercado de la música. Casi de la misma manera en que poco a poco las jugueterías fueron perdiendo terreno en los espacios urbanos. Casi también de la misma manera en que cada vez más temprano, los bebés y los niños son expuestos a celulares, i-pads, computadoras, etcétera.

Al mismo tiempo que ese repertorio pareciera haber mermado, el mercado de la música es cada vez mas masivo y violento, al alcance de cualquiera con sólo un click, para el que no se necesita edad mínima. Es así como el acceso a repertorios inapropiados para los niños se vuelve incontrolable. El ejemplo del suceso mundial que alcanzó el tema Despacito, nos deja pasmados cuando se lo escuchamos cantar a un niño.

Muchas de las canciones infantiles tuvieron y seguirán teniendo, la posibilidad de invitarnos a “abrir una puerta para ir a jugar”, de despertar nuestra imaginación hacia un universo fantástico rico en imágenes y metáforas. Otras, sin embargo, menos afortunadas según mi parecer, están al servicio de que memoricemos las tablas de multiplicar, reconozcamos partes del cuerpo, aprendamos hechos históricos, o incorporemos algún reglamento (¿recuerdan el “…a guardar, a guardar cada cosa en su lugar”?). Estas últimas no son más que recursos didácticos para facilitar el entendimiento de algo complejo, de una manera más “dulce”. Ejemplos de esto los hay a montones, pero la canción que quizás se haya vuelto “más popular” en este rubro, y más emblemática a mi parecer, es la que recita el abecedario en inglés, que toma su melodía del Twinkle, twinkle little star, quien a su vez lo toma de una melodía francesa arreglada por W.A. Mozart. Es un poco extraña la sensación de escucharla de labios de un niño menor de 2 años muy alejado aún de la alfabetización por su desarrollo evolutivo.

La canción infantil no es un rubro menor dentro de la música a pesar de estar destinada a los más pequeños, tal como sucede con la literatura infantil. Como recurso está disponible para que llegue a sus destinatarios -los niños-, a través de quienes estamos a su alrededor -los adultos-, y que siendo capaces de ofrecérselas en forma de juego, de momento de intercambio o de pequeña serenata, somos capaces de reconocer y recordar el imprescindible lugar que ocuparon en nuestras vidas.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *