Caracteristicas de las estrellas para niños de primaria: Aprende sobre el sol y las estrellas | Lección de ciencias para niños

Caracteristicas de las estrellas para niños de primaria: Aprende sobre el sol y las estrellas | Lección de ciencias para niños

Concepto, tipos, características y ejemplos

Te explicamos qué son las estrellas, los tipos que existen y sus características. Además, estrellas fugaces y lluvia de estrellas.

Las estrellas se ven diminutas pero en realidad son grandes esferas de plasma.

¿Qué son las estrellas?

Cuando hablamos de las estrellas, nos referimos desde luego a esos puntitos brillantes que se observan en el firmamento cuando cae la noche. En realidad son grandes esferas luminosas compuestas de plasma. A pesar de hallarse en continua combustión, conservan su propia forma gracias a la enorme fuerza de gravedad que generan.

La estrella que mejor conocemos es el Sol, a la cual debemos la luz natural. Sin embargo, existen en el universo observable miles de millones de estrellas, aparentemente dispersas pero formando a su vez galaxias, orbitando un gran centro común de gravedad.

A pesar de que todas emiten distintos tipos de luz y de calor, apenas un pequeño porcentaje pueden ser captadas por el ojo humano, incluso con la ayuda de un telescopio. Alrededor de muchas de ellas también giran, como ocurre en nuestro Sistema solar, astros opacos como planetas, meteoritos o cometas, enganchados en su enorme gravedad.

La humanidad ha observado las estrellas desde tiempos muy remotos, y ha querido ver en ellas formas, mensajes ocultos o evidencias de sus dioses. Tanto así que las estrellas en el firmamento se han nombrado según la formación de figuras mitológicas llamadas constelaciones.

Desde la antigüedad han servido para la elaboración de los primeros calendarios, así como para la cartografía y la navegación. En tiempos mucho más cercanos, la observación astronómica ha comprendido mucho más sobre ellas, clasificándolas y aprendiendo sobre sus destinos, su constitución y sus diversas formas de emitir energía.

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Tipos de estrellas

Existen criterios muy distintos para clasificar las estrellas del universo, atendiendo a algunas de sus características puntuales, como son:

  • Según su ciclo de vida. Se clasifican de acuerdo al momento de sus ciclos vitales en que estén: protoestrellas, gigantes rojas, enanas blancas, enanas negras o estrellas de neutrones (o, en su defecto, agujeros negros).
  • Según su luminosidad y temperatura. Dependiendo de qué tan brillantes e intensas sean, se clasifican en (de menor a mayor intensidad y brillo): enanas blancas, sub-enanas, estrellas enanas (como nuestro Sol), sub-gigantes, gigantes, gigantes luminosas, supergigantes, supergigantes luminosas o hipergigantes.
  • Según la naturaleza de su luz. Atendiendo al tipo de emisión electromagnética predominante, podemos hablar de: estrellas tipo O (violeta), tipo B (azules), tipo A (blanquiazules), tipo F (blancoamarillentas), tipo G (amarillas, como el Sol), tipo K (amarillo-anaranjadas), tipo M (rojas-anaranjadas).

Características de las estrellas

Las estrellas se forman a partir de nubes moleculares de alta densidad.

Las estrellas se originan en nubes moleculares, o sea, regiones de alta densidad del espacio que contienen principalmente hidrógeno, helio y otros elementos. Debido a las fuerzas de gravedad o al choque con otras nubes parecidas, se producen en su interior regiones más aún densas, que dan inicio a reacciones nucleares de fusión atómica.

A medida que empieza a crecer en masa y en densidad, se produce temperatura y luz. La magnitud de dichas explosiones es enorme, pero la estrella se mantiene unida debido a la brutal atracción gravitatoria que ejerce sobre sí misma.

Químicamente, las estrellas están formadas por hidrógeno (71%) y helio (27%), con un pequeño porcentaje (2%) de elementos más pesados, desde el hierro y el nitrógeno, hasta el cromo y las tierras raras, todos los cuales son fruto de la fusión continua en su interior.

Es decir que están compuestas los elementos más simples del universo. De hecho, la fusión de las estrellas es el origen de todos los átomos de la materia, por lo que podemos comprender las estrellas como grandes hornos espaciales de materia.

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Ejemplos de estrellas

Algunas de las estrellas más comunes del firmamento son:

  • Sirio (Sirius).  También llamada Alfa Canis Maioris, es la estrella más brillante del firmamento nocturno terrestre, ubicada en la constelación Canis Maior. Se trata en realidad de un sistema de dos estrellas, Sirio A y Sirio B, e incluso se supone que exista una Sirio C.
  • Canopo (Canopus). La segunda estrella más brillante del cielo nocturno, se ubica en la constelación de la quilla, a 309 años luz de nosotros, y presenta una luminosidad de 13300 veces nuestro modesto Sol. Es decir, es más luminosa que Sirio, pero se halla también mucho más lejos.
  • Arturo (Arcturus). También llamada Alfa Bootis, es la tercera estrella más brillante del cielo nocturno, hallada en la constelación del boyero, en el hemisferio celeste norte. Es una gigante naranja ubicada a 36,7 años luz de nuestro Sistema solar.
  • Vega. Llamada también Alfa lyrae, dado que se halla en la constelación de la lira, se halla relativamente cerca de la Tierra: apenas a 25 años luz. Y aunque posee una décima parte de la edad del Sol, es 2.1 veces más masiva, y bastante pobre en elementos más pesados que el helio. Vega fue la primera estrella en ser fotografiada y analizada espectroscópicamente.
  • Betelgeuse. De la constelación de Orión, llamada por ende Alfa orionis, es una estrella supergigante roja, la novena en brillo de todo el firmamento. Es una estrella vieja, que ha agotado ya su combustible principal (hidrógeno), por lo que sus temperaturas son relativamente bajas (3.000 K) y emite importantes cantidades de luz roja e infrarroja.
  • Aldebarán. Llamada también Alfa tauri, es la estrella principal de la constelación de Tauro, de color rojo anaranjado y 425 veces más luminosa que nuestro Sol, a pesar de tener apenas 1,7 veces su masa. La sonda Pionerr 10 se halla en ruta hacia Aldebarán, y se estima que la alcanzará en unos 1.690.000 años.

Estrellas fugaces

Al contrario de lo que su nombre indica, las estrellas fugaces no son propiamente estrellas. Se trata más bien de residuos y objetos astronómicos de poco tamaño que, al ingresar a la atmósfera terrestre, son víctima de la fricción y se encienden, despidiendo luz y generando un fenómeno visible desde la superficie.

Las estrellas fugaces son, realmente, meteoritos o meteoros, sólo que de un pequeñísimo tamaño (entre un milímetro y varios centímetros), por lo que no suelen llegar al suelo, sino que se desvanecen y desintegran a medida que caen.

Lluvia de estrellas

En una lluvia de estrellas en realidad vemos fragmentos de la coma de un cometa.

En una lluvia de estrellas no caen realmente estrellas del cielo. Por el contrario, este fenómeno se debe a que nuestro planeta ha ingresado momentáneamente en la órbita de un cometa, recibiendo parte de los gases y fragmentos que se desprenden de su coma a lo largo de miles de kilómetros de largo.

Estas lluvias de material, que bien son asimilables a las lluvias de meteoros, cuando son muy abundantes, penetran la atmósfera en donde la fricción las enciende y generan luz a su paso. Dado que esto suele ocurrir con cierta frecuencia (según el período de los cometas), las lluvias de estrellas pueden recibir nombres específicos, como es el caso de las Leónidas o las Perseidas.

Sigue con: Campo gravitatorio

Referencias
  • “Estrella” en Wikipedia.
  • “Estrellas” en Astronomía Sur.
  • “Estrellas” en Muy Interesante.
  • “¿Qué sabes de las estrellas?” en National Geographic.
  • “Stars” en The Enciclopaedia Britannica.

origen, composición, tipos y características

Te explicamos qué son las estrellas, cómo se originan y de qué están compuestas. Además, cuáles son sus características, tipos y rotación.

Se estima que en el universo observable existen decenas de billones de estrellas.

Llamamos estrellas a un tipo de astro celeste muy numeroso en el Universo observable. Consiste en una esfera luminosa de plasma que conserva su propia forma debido a la fuerza de gravedad que ella misma genera.

La estrella más conocida es el Sol, a la cual debemos la luz de todos los días.

La humanidad observó las estrellas desde sus inicios tempranos, y quiso ver en ellas mensajes ocultos o señales de sus dioses. De hecho, su organización en el firmamento sirvió para la confección de los primeros calendarios e incluso para la cartografía y navegación.

Desde los antiguos chinos, los griegos helénicos y los astrónomos islámicos medievales, todos supieron que en el registro y la medición de estos lejanos puntitos brillantes radicaba la posibilidad de saber mucho más acerca de cómo está hecho nuestro universo.

Se estima que en el universo observable existen decenas de billones de estrellas, de las que apenas un pequeño porcentaje son captadas por el ojo humano a simple vista.

Ver además: Teoría del Big Bang

Origen de la estrellas

Una estrella joven se reconoce al emitir un chorro de gas sobre su eje de rotación.

Las estrellas se forman a partir de nubes moleculares: regiones poco densas del espacio que consisten principalmente en hidrógeno, helio y otros elementos más pesados.

Sobre estas nubes diferentes fuerzas son ejercidas, como la gravedad de sus propios elementos o el choque con otras nubes.

El efecto de esas fuerzas provoca el surgimiento de regiones más densas en su interior, y las hacen colapsar bajo su propia gravedad.

Al colapsar se forma un «Glóbulo de Bok»: una nebulosa oscura de gas, que de continuar densificándose da inicio a la generación de temperatura, formando así un núcleo de protoestrella. Así surgen las estrellas jóvenes, que pueden reconocerse al emitir un chorro de gas sobre su eje de rotación.

Finalmente, cuando alcanzan ciertas condiciones de estabilidad, pasan a su llamada secuencia principal, que consiste en la prolongada fusión de hidrógeno en helio en su interior. Ya entonces pueden ser consideradas estrellas.

Composición de las estrellas

Las estrellas están formadas en su mayor parte por los elementos más simples del universo: hidrógeno (71%) y helio (27%), con un pequeño porcentaje (2%) de elementos más pesados.

Esos elementos pueden variar enormemente, desde el hierro y el nitrógeno, hasta el cromo y las tierras raras, en los casos más peculiares.

En el caso de las estrellas con atmósferas exteriores menos calientes, pueden apreciarse moléculas biatómicas y poliatómicas.

Ciclo de vida de una estrella

En su secuencia principal, la estrella joven fusiona hidrógeno y acumula helio.

Las estrellas tienen un ciclo de vida sumamente prolongado, que toma miles de millones de años cumplir. Este ciclo podemos explicarlo de la siguiente forma:

  • Formación estelar. Como se ha explicado antes, las estrellas surgen de densificaciones de una nube de gas, que empieza a contraerse por efecto de su propia gravedad hasta forzar el hidrógeno que la compone a fusionarse. Se genera así una reacción en cadena que detiene la contracción, mientras se subproduce helio.
  • Secuencia principal. La estrella joven entonces empieza a fusionar todo su hidrógeno, acumulando helio en su interior y otros metales más pesados, hasta que su combustible principal, el hidrógeno, se acaba. Esto toma la producción del 90% de su energía disponible.
  • Secuencia postprincipal. Así, se forman las llamadas gigantes rojas, pues sus capas externas se expanden y refrescan, antes de que las fuerzas de gravedad la contraigan sobre sí misma y la fusión de helio tenga inicio, generando nuevas explosiones nucleares y acumulando átomos de carbono producidos mediante el “proceso triple alfa”.
  • Etapa final. Cuando el helio se acaba, comienza la fusión del carbono en el núcleo de la estrella, pudiendo tener varios destinos posibles, dependiendo del tamaño de la estrella:
    • Si su tamaño es aproximado al de nuestro Sol, empezará a perder sus capas más externas, formando una nebulosa planetaria de elementos pesados, y permaneciendo su núcleo como una enana blanca: una estrella extremadamente densa, que irradiará toda su energía hasta ennegrecer y convertirse en una “enana negra”, esto es, una estrella muerta.
    • Si su tamaño es 40 veces la de nuestro Sol o más, la estrella se convertirá en una nova o supernova, a media que sus fuerzas internas se hagan inestables y una explosión la despoje de sus capas externas violentamente. Esto dará como resultado una estrella de neutrones, un residuo de su colapso gravitacional extremadamente denso, en un diámetro no superior al de unos pocos kilómetros. Otro resultado posible es un agujero negro: un objeto astronómico tan denso que posee una gravedad prácticamente infinita, impidiendo que incluso la luz escape de su interior.

Clasificación de las estrellas

Existen diversos criterios para clasificar las estrellas. Por ejemplo:

  • Según su ciclo de vida. Dependiendo de en qué momento de sus vidas estén, hablaremos de protoestrellas, gigantes rojas, enanas blancas, enanas negras o estrellas de neutrones (o agujeros negros).
  • Según su luminosidad y temperatura. Según sean de brillantes e intensas, las estrellas pueden ser (de menor a mayor): enanas blancas, sub-enanas, estrellas enanas (como nuestro Sol), sub-gigantes, gigantes, gigantes luminosas, supergigantes, supergigantes luminosas o hipergigantes.
  • Según su luz. Dependiendo del tipo de luz de su espectro, podemos hablar de estrellas tipo O (violeta), tipo B (azules), tipo A (blanquiazules), tipo F (blancoamarillentas), tipo G (amarillas, como el Sol), tipo K (amarillo-anaranjadas), tipo M (rojas-anaranjadas).

Cúmulos de estrellas

Las galaxias están formadas por millones de estrellas acumuladas. 

Las estrellas suelen acumularse en el espacio en galaxias, junto con gas estelar y el polvo, así como los planetas que se formen a su alrededor.

Se forman sistemas estelares atraídos unos a otros gravitacionalmente, mediante la interacción de dos, tres o más estrellas. Si se trata de un número muy superior de las mismas, hablaremos de un clúster estelar, con cientos de miles de estrellas.

Por otro lado, las estrellas aisladas, como nuestro Sol, viajan en solitario (excepto por sus sistemas planetarios respectivos), orbitando el centro de alguna galaxia en donde algún objeto masivo ejerce el rol de centro gravitacional.

Masa de las estrellas

La masa de las estrellas es muy variable, pudiendo ser más o menos del tamaño de nuestro sol, o superarlo con creces, como hace la estrella más masiva conocida: Eta Carinae de la constelación de la Quilla, con 100-150 veces el tamaño de nuestro Sol.

Edad de las estrellas

La estrella más antigua es HD 140283 con unos 13.800 millones de años.

La mayoría de las estrellas oscilan entre los mil millones y los 11 millones de años de antigüedad. La más antigua descubierta hasta el momento, HD 140283 o Methuselah (“Matusalén”), posee una edad cercana a la que se estima para el universo: unos 13.800 millones de años.

Debe considerarse que mientras mayor es el tamaño de una estrella, menor es su vida útil, pues consumen su hidrógeno mucho más velozmente.

Diámetro de las estrellas

Aunque desde la superficie de la Tierra, dada su lejanía, las estrellas parecen todas ser puntos redondos brillantes, las estrellas pueden tener diámetros muy distintos e incluso muy superiores al de nuestro Astro Rey.

El Sol está lo suficientemente cerca como para que observemos su forma de disco, cuyo diámetro es de 1,391016 millones de kilómetros.

El Sol es enorme comparado con la Tierra, de 12.742 km, pero ínfimo en comparación con Betelgeuse, la estrella supergigante de la constelación de Orión, cuyo diámetro es 1070 veces mayor al Sol.

Rotación de las estrellas

Nuestro Sol da una vuelta sobre su eje cada 25-35 días terrestres.

Las estrellas giran en torno a su eje, a una velocidad variable dependiendo de su edad y de la influencia de otros centros cercanos de gravedad.

Las estrellas más jóvenes pueden rotar a una velocidad de 100 kilómetros por segundo o más en su región ecuatorial, mientras que nuestro Sol da una vuelta sobre su eje cada 25-35 días terrestres.

Este fenómeno es muy importante en el caso de las estrellas “pulsar”, que emiten ondas de radio a un intervalo constante, marcado por la velocidad de rotación de la estrella.

Observación de las estrellas

La observación de las estrellas ha servido para la navegación.

Desde épocas ancestrales, el ser humano ha observado las estrellas con una mezcla de fascinación y misterio. En el campo interminable de sus luces brillantes ha querido ver figuras, señales y mensajes provenientes de sus dioses, o claves respecto del futuro.

De allí que se inventara el zodiaco, la rueda celestial en que doce constelaciones representan figuras clave del imaginario grecorromano, cuya configuración al momento del nacimiento configurarían la personalidad y el destino de la gente.

La observación de las estrellas fue clave en el desarrollo de muchas ciencias y técnicas, como la navegación marítima, la medición terrestre o, en las edades modernas, la física astronómica.

Referencias:
  • “Estrella” en Wikipedia.
  • “Estrellas” en Geoenciclopedia.
  • “Las estrellas” en Escolares.
  • “Las estrellas, características y formación” en Astrofotos.

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