Comportamiento desafiante en niños: En pocas palabras: ¿Qué es el trastorno oposicional desafiante?

Comportamiento desafiante en niños: En pocas palabras: ¿Qué es el trastorno oposicional desafiante?

El comportamiento desafiante en los primeros años

Este es el período del desarrollo, en que el bebé comienza a comprender que es una persona distinta de usted y naturalmente desea buscar mayor independencia y control de su mundo. Por supuesto, el problema es que si bien el deseo de ser ellos mismos está en su punto máximo, los niños aún no logran tener autocontrol. Todavía actúan de acuerdo con sus necesidades, deseos e impulsos, no según la lógica ni el razonamiento. Para bien o para mal, las modalidades de comportamiento más frustrantes de los niños son generalmente muy normales y apropiadas para el desarrollo.

Es importante tener en cuenta que, por naturaleza, algunos niños simplemente suelen presentar un comportamiento más desafiante que otros. Los niños, cuyas reacciones emocionales son importantes e intensas, así como los más cautelosos y temerosos, pueden ser más inconformes que los más despreocupados y flexibles. Suelen tener mayor dificultad ante el cambio y, por lo tanto, protestan, en especial en los momentos de transición (p. ej., al subirse al automóvil, a la hora de dormir, al ir a un lugar nuevo), ya que estas experiencias pueden ser algo estresantes para ellos.

Para pensar

No todos los niños y las familias son iguales. Pensar en las siguientes preguntas puede ayudarle a adaptarse y a aplicar la información y las estrategias siguientes a su hijo y a su familia.

  • ¿Con qué tiende su hijo a ser más inconforme? ¿Qué tienen estas cosas en común? ¿Por qué cree que sucede? ¿Hasta qué punto le permite esta comprensión ayudar a su hijo a enfrentar mejor la situación • ¿Cómo responde cuando su hijo tiene un comportamiento desafiante? ¿Qué funciona? ¿Qué no funciona? ¿Qué puede aprender de esto?

Lo que puede hacer

Lea a continuación las formas de responder al comportamiento desafiante de su hijo para que comience a aprender sobre los límites y el autocontrol.

Valide los sentimientos de su hijo.

“Sé que no quieres ponerte el pijama. Es difícil dejar de jugar para ir a dormir”.

Fije el límite.

“Pero es hora de dormir para que crezcas sano y fuerte”.

Ofrezca algunas opciones (todas deben ser aceptables para usted):

¿“Quieres ponerte el pijama antes o después de que leamos los libros”? También puede ofrecerle a su hijo la opción entre dos pijamas que desee usar. El acto de escoger les ofrece a los niños algo de control de una forma positiva y puede reducir el comportamiento desafiante.

Use el sentido del humor.

Es una buena forma de calmar al niño en un momento dado. Puede ponerle el pijama al revés, o ver si le queda bien a su muñeco de peluche favorito. El sentido del humor ofrece a todos una posibilidad de calmarse.

Aliente a su hijo a usar la imaginación.

Para un niño que rehúsa ir a dormir: “Teddy está muy cansado. Quiere que lo abraces para ayudarle a quedarse dormido”. O cuando su hijo rehúsa ordenar los juguetes: “Estos automóviles desean regresar a la cesta con sus amigos. ¡Hagamos una carrera para ver quién puede poner más automóviles en la cesta más rápido”!

Haga cumplir los límites sin enojarse.

Si ninguna estrategia funciona, y su hijo todavía continúa obstinado, imponga el límite en forma calmada y firme. “Puedes entrar al automóvil o puedo obligarte a hacerlo. Tú decides”. Si se resiste, entonces en forma calmada pero firme (sin enojarse) tómelo del brazo y póngale el cinturón de seguridad. En un tono de voz calmado, dígale que sabe que no le gusta subir al automóvil, pero que lo mantiene seguro y eso es lo más importante para usted.

Ayude a su hijo a recuperarse.

No preste atención a sus berrinches. Solo comience a hablar sobre algo que no esté relacionado: “Ay, mira ese perro enorme que va por la calle”. No hacer caso del comportamiento que desea eliminar es la forma más rápida de evitarlo. (La excepción a esta regla es si su hijo se lastima o lastima a otra persona, es decir, le pega, la abofetea, la golpea, etc. Luego detenga el comportamiento agresivo y diga en forma calmada pero severa: “No golpees. Puedes sentirte enojado, pero no golpees. Golpear duele”. )

Evite rendirse.

Si se rinde ante los berrinches, su hijo aprende que si se esfuerza lo suficiente, obtendrá lo que desea. Esto también dificultará más las cosas la próxima vez que trate de hacer cumplir un límite.

8 señales de alerta del trastorno oposicionista desafiante en niños

Seguro que has escuchado, o incluso visto, a niños que tienen comportamientos rebeldes de vez en cuando. Tienen berrinches, no obedecen a sus padres o sus maestros, se pelean constantemente con sus compañeros o realizan actividades riesgosas sin parecer realmente importarle las consecuencias. La mayoría de los casos en que se presentan estos comportamientos no adaptativos en los niños es debido a que necesitan expresar una necesidad emocional. Sin embargo, existe un trastorno psicológico llamado trastorno oposicionista desafiante, que también puede ser el causante de todas estas alteraciones conductuales en niños.

También conocido como trastorno negativista desafiante u ODD en sus siglas en inglés (Oppositional Defiand Disorde), el trastorno oposicionista desafiante es una de las clasificaciones de los Trastornos del Comportamiento según el DSM 5 (Manual de diagnóstico estadístico de las enfermedades mentales).

Hace referencia a todas aquellas conductas infantiles que conllevan un patrón desadaptativo e inadecuado al regular que deberían poseer los niños según su etapa de desarrollo. Por lo general estas se manifiestan en la etapa preescolar o antes de la preadolescencia y se pueden observar estos comportamientos de manera continua y repetitiva, a pesar de los intentos de corrección y eliminación. Por el contrario, parece que estos solo los acentúan e incrementan, casi de manera incontrolable.

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No existe una causa específica que explique el origen del trastorno oposicionista desafiante. Pero sí existen ciertos elementos que pueden desencadenar sus síntomas. Por ejemplo, un déficit, dificultad o alteración en las habilidades cognitivas, poco control sobre la esfera emocional, hábitos inadecuados de crianza y permisión parental o por el contrario, que el niño se vea sometido a castigos irracionales de forma constante.

Otras razones pueden derivarse de un trastorno hereditario, un desequilibrio en las conexiones neuronales, en la liberación de sustancias químicas cerebrales o como el resultado de otro trastorno, como lo es el TDAH (Trastorno de atención e hiperactividad) o trastorno bipolar.

Según el DSM 5, los criterios para su diagnóstico se basan principalmente en un patrón de alteraciones conductuales negativas, por un período de tiempo considerable y que aparezcan de manera repetitiva, sin que exista alguna razón aparente para su desencadenación. Se suele considerar que hay que valorar un periodo igual o mayor a 6 meses, de manera ininterrumpida. También existen otros síntomas que podrían alertarnos de que nuestro hijo podría sufrir trastorno oposicionista desafiante.

1. Desafío y desobediencia irracional constante hacia las figuras de autoridad (padres o profesores).

2. Comportamiento agresivo y hostil hacia sus pares, familia y compañeros.

3. Sentimientos constantes de ira, molestia, resentimiento, ansiedad y venganza hacia los demás.

4. Suele frustrarse o ser demasiado susceptible ante los cambios que no puede realizar y controlar.

5. Discute de manera intensa, espontánea y continua con las personas.

6. Tiende a culpabilizar, juzgar y señalar a los demás sobre sus errores o de manera deliberada ante cualquier situación.

7. Rechaza las peticiones de los adultos o incrementan su comportamiento negativo.

8. Los síntomas afectan en gran medida a las otras áreas del desarrollo (social, personal, íntima, académica, etc.), la interacción y la calidad de vida.

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Debes tener en cuenta que este es un trastorno que puede afectar el futuro de los niños y jóvenes que lo manifiestan. Por ello es importante realizar una serie de acciones que ayudarán a tu pequeño o pequeña.

Asistir a psicoterapia
La terapia psicológica infantil es la herramienta más factible y funcional para tratar los síntomas del trastorno oposicionista desafiante. Pues no solo brindan una orientación a los pequeños sobre su comportamiento y cómo controlarlo, sino que también da a los padres tips para manejar a sus hijos en cualquier situación sin lastimarlos y de una manera más ventajosa.

Tratamiento farmacológico
Este tipo de tratamiento solo se utiliza cuando los síntomas del trastorno se manifiestan de manera más grave. Es decir, que representen un riesgo para la salud integral del niño y de otros a su alrededor. Mayormente se indican Risperidona y Aripiprazol que ayudan a combatir y disminuir la impulsividad. Recuerda que siempre debe ser un profesional que ha seguido la evolución de tu hijo quien te recomiende una medicación.

Refuerza los comportamientos positivos
Recuerda que la idea es eliminar todos aquellos elementos negativos que puedan desencadenar los síntomas oposicionistas. Por lo que trata de observar y halagar todas las conductas positivas o cuando tu pequeño se dé cuenta de que ha hecho algo malo. Oriéntalo a buscar soluciones prácticas, a generar empatía y a reconocer sus propios actos correctos.

Evita tus propios comportamientos negativos
Sé un ejemplo para tu pequeño. Recuerda que este trastorno se desarrolla en la etapa infantil y los niños aprenden a través del modelamiento, observando a sus padres y su comportamiento. Por lo tanto, es necesario evitar las conductas que agraven los síntomas, como gritar, perder la cordura, ser impaciente, acusar sin razón o culpabilizar. Busca, en cambio, respuestas más asertivas, de manera que el niño pueda aprenderlas e imitarlas.

Explica su situación
Muchos niños y jóvenes tienden a ser rebeldes porque no comprenden las acciones que los adultos toman con respecto a sus actos, es decir, para ellos es injusto que los castiguen si no les dicen por qué motivo lo hacen. Toma un tiempo y siéntate con tu hijo o hija para explicarle su situación, las consecuencias de sus comportamientos y las soluciones que deben aplicar.

Establece límites claros
El orden es tu mejor aliado en estas situaciones, así como las reglas y las consecuencias cuando estas no se cumplen. De esta manera, los niños pueden controlar sus acciones dentro de esos límites establecidos. Después de todo a ningún niño le gusta ser castigado y optarán entonces por adoptar otras medidas más funcionales y adaptativas. Si bien, lo ideal es educar a los niños en la responsabilidad y no la obediencia.

Castigos adecuados
¿A qué nos referimos con castigar? En psicología, el castigo hace referencia al hecho de retirar un elemento que el niño disfrute, lejos de su control o en cambio que realice alguna actividad que no considere divertida. De esta manera aprenden que cuando realizan un acto inadecuado esto conlleva a consecuencias negativas para ellos, como la disminución el disfrute o la realización de un trabajo. Evita los castigos físicos y explica siempre por qué estás imponiendo dicho castigo y lo que debe hacer de ahora en adelante para mejorar su situación.

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