Cuento del agua para niños cortos: Cuentos de agua — Lo mejor de Cuentopía

Cuento del agua para niños cortos: Cuentos de agua — Lo mejor de Cuentopía

El agua y la sal, cuento con valores para niños y adultos

Este cuento, ‘El agua y la sal’, es un relato tradicional italiano, que Giuseppe Pitrè publicó en 1875, basado en la historia que se narraba por entonces bajo el título ‘El amor como la sal’. Ahora sí te harás a una idea de qué puede tratar… Es un cuento de hadas muy versionado que habla de amor, en este caso filial. Pero sobre todo, de lo verdaderamente importante en el amor, que tiene que ver con lo más simple y lo que ‘aparentemente’ vale menos.

TIEMPO DE LECTURA: 3 MINUTOS

Índice de contenidos

El famoso cuento italiano ‘El agua y la sal’ o ‘El amor como la sal’

Cuento del agua y la sal

Había una vez un rey que tenía tres hijas. Un día, estando en la mesa, les dijo:

– Vamos a ver quién me quiere más de todas vosotras…

La hija mayor enseguida contestó:

– Soy yo, padre. Te quiero más que a mis ojos.

El rey sonrió, agradado. La segunda hija dijo entonces:

– Creo que yo te quiero más, padre. Te quiero como a mi corazón.

El rey no podía estar más contento. La hija pequeña alzó la mirada y dijo:

– Yo, padre, le quiero tanto… tanto…como al agua y a la sal.

Su padre se sintió ofendido. ¿Qué clase de comparación era esa? ¿Al agua? ¿A la sal? Enfadado, lleno de ira, dijo:

– No mereces más que la muerte, desagradecida e insolente.

Mandó a los verdugos que la ajusticiaran en el bosque. Sus hermanas, apenadas, convencieron al verdugo para que no lo hiciera:

– Por favor, déjala libre y vivirá en una gruta…

El hombre, compasivo, hizo lo que las hijas del rey le pidieron, y la hija pequeña del rey se quedó sola en el bosque. Pero un hombre que vivía allí, un ermitaño, le acogió en su casa.

Pasaron los años y un día, el pavo real de un príncipe de aquella región se acercó a la casa en donde la muchacha se arreglaba el pelo. Al verla, le dijo:

– Es en vano que te alises o que te rices el pelo. El hombre salvaje quiere comerte.

La chica se asustó, y se lo contó al hombre que tan bien le trataba.

– No temas- le dijo- Yo no te haré daño. Cuando te vuelva a decir eso, debes responder: «Pavo, pavo, de tus plumas he de hacer un plumaje, de tu carne he de hacer un bocado. He de ser la mujer de tu dueño».

El banquete de boda

Y así hizo ella. Al día siguiente el pavo regresó, y al decirle estas palabras: «Pavo, pavo, de tus plumas he de hacer un plumaje, de tu carne he de hacer un bocado. He de ser la mujer de tu dueño», algunas de sus plumas se desprendieron, aumentando por contra la belleza de la joven.

Cuando el príncipe le vio así a su pavo real, con menos plumas, le entró curiosidad por ver qué le había sucedido, así que al día siguiente le siguió. Fue entonces cuando comprobó que era una hermosa joven la que, con unas palabras, le ‘robaba’ la belleza al animal.

Se enamoró al instante de ella, y no tardaron en concertar la boda. Antes del enlace, el ermitaño le dio un consejo a la muchacha:

– Debes invitar a los tres reyes del reino, incluido tu padre. Durante el banquete, da la orden de que sirvan agua y sal a todos menos a él.

Su padre, arrepentido como estaba de lo que hizo, con una tremenda angustia por haber perdido de esa manera a su hija pequeña, al principio no quería ir, porque estaba muy deprimido, pero al final sus propias hijas le convencieron.

Al llegar, le hicieron sentar junto a la novia. Su vaso no tenía agua. La carne no tenía sal. El hombre no podía dar ni un bocado. Todo le sabía horrible. Por si eso fuera poco, se moría de sed.

– ¿Qué le pasa? ¿No le gusta la comida?- preguntó su hija pequeña.

– No, no es eso… no me encuentro bien. Echo de menos a mi hija menor…

– ¿La reconocería si la volviera a ver?

– Han pasado muchos años…

La novia se ausentó para cambiarse el vestido. Se puso el mismo que llevaba el día que su padre se enfadó con ella. Al entrar en la sala, su padre la reconoció:

– Padre. Me mandaste matar porque creías que quererte como el agua y la sal era un insulto. Ahora sabes lo importantes que son ambas cosas…

El rey se echó a llorar. Abrazó a su hija y le pidió perdón. Su propia hija le dio una lección que ya nunca olvidaría.

Qué temas puedes trabajar con el cuento ‘El agua y la sal’

Utiliza este cuento italiano del agua y la sal para reflexionar sobre:

  • El amor.
  • La grandeza de lo más simple.
  • El perdón.
  • La caridad.

Reflexiones sobre el cuento ‘El agua y la sal’

El cuento que acabas de leer está adaptado, con algunas pequeñas diferencias sobre el original (en el que el hombre que cuida de la hija pequeña del rey en el bosque es asesinado por la pareja de novios a voluntad propia). El resto, respeta bastante la intención de esta historia, que viene a hablarnos de todas estas cosas:

  • Lo más simple es lo más importante: A veces no nos damos cuenta de lo necesario que es algo hasta que lo perdemos. En el cuento del agua y la sal, el rey no fue capaz de darse cuenta de lo importante que eran el agua y la sal, aquello con lo que su hija pequeña comparaba su amor. Pensó que era un insulto al considerar que ambas cosas, al ser tan elementales y tenerlas en la mesa a diario, eran simples y sin valor. Solo logró darse cuenta de todo tras perderlas. Primero se dio cuenta de lo que quería a su hija al perderla. Después, lo importante que eran el agua y la sal, cuando vio que le faltaban durante el banquete.
  • El premio al amor: La hija pequeña del rey tuvo suerte al tener unas hermanas compasivas (y comprensivas), que lograron que no la mataran. También se encontró con alguien que le ofreció cobijo y alimento, un hombre caritativo que no dudó en prestar ayuda a la joven. El amor y la bondad atraen amor y bondad. Un acto de bondad siempre genera otro. La joven no había hecho nada malo, y al final obtuvo su recompensa. No solo conocer al príncipe del que se enamoró, sino el poder reencontrarse con su padre y recuperar su amor.

«Solo el amor nos brinda la felicidad. El odio y el rencor nos muros que nos impiden disfrutar de ella»

(Reflexiones sobre ‘El agua y la sal’)

Una reflexión más sobre El agua y la sal
  • La importancia del perdón: El final de la historia del agua y la sal nos recuerda lo importante que es perdonar, a pesar del dolor. ¿Cres que la hija pequeña no estaba dolida por el comportamiento de su padrea? Lejos de sentir rencor, le abrió los brazos. Le perdonó. Y este perdón es el que permitió amar de nuevo. Podía haber buscado venganza.. podía haber sentido odio. Sin embargo, ella optó por el amor y el perdón. ? Crees que hubiera sido feliz sintiendo odio en su corazón? Solo el amor nos brinda la felicidad.

«No nos damos cuenta de lo valiosas que son las cosas más sencillas que disfrutamos a diario»

(Reflexiones sobre ‘El agua y la sal’)

Otros cuentos de hadas muy especiales

Si te gustó este cuento popular del agua y la sal, prueba a leer también estos otros. Son muy originales:

  • Al este del sol y al oeste de la luna: Este es un cuento popular noruego que además de contar una historia de amor, nos habla de lucha, esfuerzo, perseverancia y sacrificio. ¡Te sorprenderá!
  • La hojita de abedul cantante y tintineante: Un cuento alemán, muy original, que nos habla en este caso de honestidad y de promesas que deben cumplirse…

La hojita de abedul cantante y tintineante, un cuento de hadas para niños

  • El anillo del elfo: Aquí tienes un cuento popular suizo que nos habla de bondad, o más bien, de la felicidad que genera hacer felices a otros.

Y si buscas cuentos infantiles narrados, recuerda que podrás encontrar muchos aquí:

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Publicado por Estefania Esteban

Cuento La gota de agua

La gota de agua

Había una vez una minúscula
gota de agua que mantenida en el aire en una
hermosa nube blanca observaba a lo lejos el azul
del oceano.

Solía soñar con estar ahí abajo, se imaginaba
lo que sería formar parte de aquello tan hermoso
y azul.

De repente, siendo entrada la tarde de un día de
otoño, la bonita nube blanca empezó a tornarse
de color gris, cuando una corriente de aire frio
hizo crecer a la minúscula gotita,
convirtiéndola en una brillante y cristalina
gota de agua.

La gota de agua miraba desde el cielo hacia el
inmenso mar que se extendía al final del rio y
la nube era cada vez más oscura y tenebrosa,
cuando de repente todo tembló y el cielo se
iluminó. El sonido atronador que inundó el
cielo y la intensa luz azulada sobresaltaron a la
gota de agua.

– ¿ Que sucede ? – se preguntó asustada.

De repente sintió que se movía, ¡ estaba
cayendo !. Sintió una velocidad vertiginosa
invadiéndola y a medida que caía se estremecía.
No sabía que iba a ser de ella y estaba muy
temerosa. De repente sintió en contacto con algo
suave y la caída cesó. Sintió como se mecía
arriba y abajo mientras se recomponía algo
aturdida. La gota de agua estaba sobre la verde
hoja de una caña, había ido a parar al verde
cañaveral en la ribera del rio.

La gota miró a su alrededor y vio un pequeño
gusanito refugiado debajo de una de las hojas de
la caña.

– Hola – saludo la gota de agua al gusanito – ¿
como estas ?

El gusanito estaba distraído intentando
acomodarse a lo largo del corazón de la hoja.
Cuando ya encontró un buen lugar para acomodarse
giró la cabeza de un lado a otro y en un momento
dado clavo su mirada en la pequeña gota de agua
que parecía un diamante sobre la hoja vecina; no
dijo nada, solo la miraba. Claro, el gusano no
pudo escuchar a la gota con tanto ruido que
estaba causando la tormenta. El gusanito se
enroscó tranquilamente y cerró los ojos
decidido a echarse una siesta mientras la lluvia
caía y el estaba seco y protegido por la hermosa
y larga hoja.

La gota de agua miraba al gusano ensimismada,
tenía un color verde esmeralda precioso, con
unos anillos negros a lo largo de su cuerpo que
le daban un aire de aristocracia. La gota
sonreía viendo como el gusanito se quedaba
dormidito cuando comenzó a sentir que resbalaba
por la hoja. – oh oh – pensó – me caigo…. ¡ a
ver donde iré a parar ahora !.

– ¡¡ Yupiiiii !! gritó la gota de agua
mientras caía de la hoja – ¡¡ Que emocionante
!!

” cuac cuac cuac ! ” Un pato silvestre
nadaba por el rio buscando refugio e intentaba
meterse en el cañizal. No podía conseguirlo, ya
que las cañas estaban tan juntas que su
rechoncho cuerpecito no cabía entre ellas, así
que pensó que seguiría nadando rio abajo, no le
importaba mojarse un poco, pues sus plumas le
protegían del agua.

¿ Donde está nuestra amiga la gota de agua ? te
preguntarás. La pequeña gota de agua ¡ estaba
navegando rio abajo a lomos del hermoso pato !.
Se encontraba en la punta de una de las plumas de
sus alas a la cual había caído tras resbalar de
la hoja.

– Yehaaaa!- exclamó la gota feliz y contenta –
¡ que divertido ! parezco un cowboy !

El pato siguió nadando y nadando por el rio
mientras la gota de agua estaba extasiada viendo
todo a su paso – Cuac cuac ! – graznaba el pato
pasando cerca de un grupo de plantas de rivera
donde sobre unas pequeñas rocas había unas
ranas disfrutando de una refrescante ducha.

– Heyyyy ¡ hola amigas ! – les grito la gota de
agua entusiasmada con tantas emociones, mientras
su imponente barca de plumas de colores
continuaba rio abajo.

De repente la lluvia cesó y al cabo de unos
instantes un pequeño rayo de sol se escapó de
entre las nubes. El rayo de sol acarició la
pequeña gota de agua. Parecía un diamante,
brillante, preciosa, con ligeros destellos de
colores. Era algo digno de ver, una esfera
realmente hermosa, que junto a otras gotas de
agua iguales que ella llenaban el plumaje del
pato tal cual piedras preciosas. El lindo pato
parecía recién salido de un cuento de hadas.

La gota de agua se maravilló del espectáculo,
viendo a sus compañeras brillar a su lado,
cuando levantando la vista se estremeció –
ohhhhhh- exclamó – ¿ qué es eso tan
increíblemente bello ?. Un camino de colores
surcaba el cielo de un lado a otro del rio ¡ era
el arcoíris !. La gota se quedó extasiada
mirando el precioso arcoíris sin darse cuenta
que el pato se había detenido. El patito estiró
su cuello y sin previo aviso comenzó a alborotar
sus plumas girando su cuerpo como un molinete. ¡
La gota de agua salió disparada ! – Ualaaaaaaa-
grito la gota al verse sobresaltada de repente
por este inesperado viaje por el aire.

” cloc ” , con este sonido aterrizó la
gotita sobre un viejo tronco de madera que
flotaba en el agua , – estaba más cómoda en la
pluma – pensó.

El tronco era de la rama caída de un inmenso
chopo que crecía en la ribera del rio y parecía
un submarino -soy el capitán – dijo la gota – ¡
todo a babor ! – grito divertida.

El tronco siguió su camino rio abajo mientras la
gota de agua disfrutaba del paisaje y el sol
asomaba cada vez más. La gota descubría a un
grupo de majestuosos cisnes, vio divertida un
grupo de ranas saltando al agua como si fueran
saltadores de trampolín, sonrió viendo a una
fila de pequeños patitos siguiendo a su mama, se
preguntó que era aquella cosa redonda de madera
que giraba junto al rio empujado por la corriente
de agua y se sorprendió viendo a dos niños con
chubasquero jugando en la orilla del rio, nunca
había visto a un humano.

La pequeña gota de agua comenzó a sentirse
extraña, se notaba caliente, no sabía que le
pasaba, el sol estaba calentándola cada vez más
y si seguía así mucho por tiempo terminaría
ascendiendo de nuevo al cielo convertida en vapor.


La gota de agua se estaba preguntando por su
destino cuando de repente el tronco comenzó a ir
un poco más deprisa, caía por un pequeño
desnivel donde la corriente lo arrastraba a mayor
velocidad y después de un pequeño y divertido
rafting, volvió la calma y el tronco flotó
tranquilo y sereno.

Tras unos momentos la gota de agua se dio cuenta
de donde se encontraba ¡ el mar ! , ¡ aquello
era el mar !. Ante ella se extendía aquella
vasta extensión de agua, interminable, azul,
brillante bajo los rayos del sol, impresionante –
Guauuuu – exclamó -¡ qué maravilla ! – la
gotita de agua estaba impresionada. Pensó que
debía hacer algo para caer al mar, debía
hacerlo, debía conseguirlo.

Una gaviota volaba sobre el tronco y agachando su
cabeza, apunto el pico justo hacia el tronco.

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