En las últimas semanas del tercer trimestre, muchas mujeres se muestran no solo incómodas ante el volumen de la tripa y el peso del bebé, sino ansiosas ante la inminencia del parto. Generalmente, todas las mujeres tienen una fecha estimada de parto en función del inicio del embarazo y las diferentes ecografías y pruebas que realizan los especialistas. Es por ello que, si ha pasado la fecha propuesta y todavía no se ha iniciado el parto, muchas mujeres optan por realizar determinadas actividades y ejercicios que pueden favorecer que se desencadene.
Si es tu caso, te explicamos cómo inducir el parto desde casa con una serie de sencillos ejercicios.
Ejercicios para inducir el parto desde casa
Antes de nada, es importante que hables con tu médico sobre la idoneidad de realizar estos ejercicios en tu casa, si cuando llegue la fecha propuesta para dar a luz, no has roto aguas, ni tienes contraccioneso no sientes que el parto está cerca. En caso de que tengas un parto normal y tu obstetra considere adecuadas estas practicas naturales, puedes favorecer la colocación del bebé y la alineación del cuerpo de la madre a través del ejercicio físico. Son ejercicios de bajo impacto que ayudan a que el bebé se coloque en una posición óptima, es decir, con la cabeza hacia abajo y mirando hacia tu espalda.
Debido a la posición que se suele adoptar durante el embarazo, muchas mujeres tienden a separar las piernas al sentarse, andar, etc. y a colocar los pies en una posición menos natural, situándolos a las diez menos diez. Sin embargo, el simple hecho de colocar los pies en paralelo puede ayudar a separar los huesos del pubis, esto hace que haya más espacio en la zona lumbar y favorece el trabajo de parto.
Es frecuente que muchas mujeres cambien de postura al caminar para aguantar el peso de la barriga, empujando el vientre hacia delante cuando están de pie o caminan. En lugar de esto, intenta mantenerte alineada con las caderas a la altura de los tobillos evitando encorvarte más de la cuenta.
Muchas matronas y obstetras recomiendan trabajar sobre una pelota de parto o de Pilatesen la recta final del embarazo. Sentarse sobre ella adoptando una posición neutral, con las piernas bien abiertas y anchas para no caerse, prepara el cuerpo para el parto. Puedes sentarte sobre ella para trabajar mejorando así el flujo sanguíneo, favoreciendo la dilatación y ayudando a abrir la pelvis. Incluso puedes realizar sencilos ejercicios que ayudan a que el bebé descienda por el canal del parto si has comenzado con las contracciones, como realizar rotaciones de cadera, hacer un cierto balanceo y rebotes suaves sobre la pelota.
Para realizar esta postura, siéntate en el suelo, coloca la espalda recta y flexionas rodillas para lograr que las plantas de los pies se toquen. A continuación, tira de los pies hacia tu cuerpo para estirar suavemente la caderas. Realiza estos movimientos de forma controlada y lenta y no olvides realizar una inspiración lenta al tirar de los pies, y una espiración controlada al soltarlos.
Caminar es uno de los ejercicios más recomendados por los expertos para inducir el parto. Es una actividad beneficiosa durante toda la gestación que también se puede realizar si has salido de cuentas ya que ayuda a iniciar la dilatación cervical, ayuda a que el bebé se coloque boca abajo y presione la pelvis y además te puede ayudar a sobrellevar la ansiedad que provoca no solo la proximidad del parto, sino el inicio del trabajo de parto.
Durante el parto, los huesos de la pelvis se separan para adaptarse a la cabeza de su bebé. Para ayudar en este proceso puedes acostate de espaldas colocando los pies apoyados en el suelo y las rodillas dobladas. Levanta lentamente la pelvis hasta que quede paralela al torso. Aguanta durante 10 segundos y regresa a la posición inicial de forma controlada. Repite este ejercicio varias veces.
Quién no debería realizar ejercicios de inducción al parto
Si bien muchos ginecólogos recomiendan realizar estos y otros ejercicios a las mamás embarazadas para inducir el trabajo de parto, no es una práctica apta para todas las mujeres. No se debe practicar en caso de:
Consulta con tu médico la posibilidad de realizar ejercicio tanto en la recta final de tu embarazo como una vez pasada la fecha de parto e incluso durante el inicio de las contracciones.
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En las semanas finales del tercer trimestre comienzan los nervios. Estamos ansiosas porque ya queremos ver al bebé en nuestros brazos, pero debemos respetar el ritmo natural del embarazo.
Escrito por Thady Carabaño
Última actualización: 03 noviembre, 2022
El embarazo humano dura, aproximadamente, 40 semanas. Incluso, es posible que el alumbramiento del bebé se dé naturalmente unas dos o tres semanas antes o después de esa semana 40. Sin embargo, es posible facilitar el parto siguiendo algunas de las técnicas que te proponemos.
Después de los meses de espera, de sentir tanto los síntomas molestos como los dulces movimientos del bebé, la desesperación entra en escena. Esperamos con ansias el día de encontrarnos en un mismo abrazo con nuestro hijo. Indudablemente, queremos hacer algo para facilitar el parto.
Cuanto más preparadas estemos para el momento en el que finalmente traemos a nuestro bebé al mundo, más fácil será controlar los nervios y la ansiedad que normalmente aparecen en estos días finales de la gestación. Con los nervios bajo control, puedes seguir cualquiera de estas técnicas para facilitar el parto.
Descubre: La preparación al parto y sus beneficios
Entre los ejercicios para facilitar el parto más comunes está, simplemente, caminar. Al estar parada y en movimiento, la cabeza del bebé hace presión contra el cuello uterino, lo que estimula la producción de oxitocina, que es la que provoca el inicio del trabajo de parto.
Las caminatas son buenas antes, durante y después del embarazo. Y así lo evidencia este trabajo llevado a cabo por profesionales de la Universidad de Granada. No hace falta que estés en forma para comenzar a caminar.
Si el bebé no ha encajado en la pelvis o todavía está muy arriba, las caminatas lo ayudan a ubicarse en la posición correcta, lo que ayuda a facilitar el alumbramiento.
Este efecto se potencia si subes escaleras. Hazlo con precaución, tómate del pasamanos y ve a paso lento pero sostenido. Olvídate de acelerar la marcha y provocar caídas innecesarias.
El sexo es genial para facilitar el parto. Las relaciones sexuales son efectivas por dos razones. Primero, el orgasmo son contracciones que ayudan a dilatar el cuello uterino. Además, se libera la producción de la oxitocina.
Asimismo, el semen contiene las llamadas prostaglandinas, que también puede ayudar a madurar el cuello uterino y a facilitar el parto, ya que al lograrse una buena dilatación todo el alumbramiento se hace más fácil.
Puedes, asimismo, intentar algunas posiciones sexuales que favorezcan las contracciones y la dilatación, si el abultamiento de tu vientre no resulta muy incómodo. Quédate tranquila, que el sexo en ningún momento afectará a tu bebé. Por el contrario, nacerá rodeado de todo el bienestar que genera la oxitocina y el amor de sus padres.
Los ejercicios sobre una pelota de goma fortalecen los músculos de la espalda y el abdomen, así como los de la pelvis y las rodillas, lo que ayuda a facilitar el parto, pues se favorece el descenso de la cabeza del bebé.
Estos ejercicios son muy sencillos. Sentada sobre la pelota, con las piernas abiertas, los pies bien apoyados sobre el suelo y haciendo equilibrio, realiza suaves contracciones del suelo pélvico.
Puedes hacer los ejercicios en casa o puedes tomar clases de yoga o pilates para embarazadas, que suelen incluir la pelota suiza dentro de sus propuestas.
De hecho, en muchas salas de dilatación y durante el parto es muy frecuente ver la pelota suiza. Cuando la mujer ya está en trabajo de parto, es más cómodo estar sentada en la pelota que en la cama o una silla. Sentada sobre la pelota, la fuerza de gravedad es mayor, lo cual ayuda al descenso del bebé y a que fluya la corriente sanguínea hacia la placenta.
En la antigüedad utilizaban los estímulos sobre los pezones para facilitar el parto. Entonces no sabían de la existencia de la oxitocina, pero de nuevo es la protagonista de la eficacia de esta técnica.
Como la oxitocina es al mismo tiempo la responsable de las contracciones del parto y de la producción de la leche materna, al estimular esta área, se libera, lo que puede provocar el inicio de las contracciones.
Toca tus pezones suavemente o pídele a tu pareja que lo haga. Evita manipulaciones bruscas que puedan generar incomodidad o incluso una infección.
Al final del embarazo puede salir un líquido amarillento del pezón, el calostro, que es la primera leche materna. Se trata de una fuente extraordinaria de nutrientes y anticuerpos que es mejor reservar para la llegada del bebé. Por tanto, no te excedas con la estimulación de los pezones.
El masaje ayuda a relajarte y a liberar endorfinas, lo que te permite sentirte mejor. Mientras te apoyas en la pelota de goma, pídele a quien te vaya a dar el masaje (si es tu pareja, mucho mejor), que realice un masaje suave en la base de la espalda. Estos masajes son de gran ayuda cuando estés en el trabajo de parto.
Puede recorrer la espalda con los dedos, desde los hombros hasta las caderas, o puede presionar el coxis con la palma de la mano en cada contracción. Mientras llega el momento, recibir masajes te ayudará a relajarte y a bajar la ansiedad que puede hacer más lento el trabajo de parto.
Pídele a tu pareja que te haga un masaje suave en el periné (la zona entre la vagina y el ano). También lo puedes hacer tú misma. Este masaje se puede realizar desde la semana 34.
Este masaje fortalece el área, lo que sirve para evitar que se desgarre o que te tengan que hacer un corte (la episiotomía) durante el parto, tal y como evidencia este estudio publicado en en la Revista Enfermería CyL. Hay aceites esenciales para masajear esta zona o cremas farmacéuticas especialmente diseñadas para este masaje.
Descubre: Parto en el agua: una forma diferente de dar a luz
Así como es posible parir en el agua, también es positivo que en los días previos al alumbramiento, tengas la oportunidad de sumergirte en una piscina y ejercitarte. Bajo el agua, el peso de tu vientre es menor, por lo que te puedes ejercitar sin sentir la presión sobre las extremidades y articulaciones, mejoras la circulación sanguínea y fortaleces los músculos sin desgaste.
En una piscina, el efecto de la gravedad ayuda a tu bebé a tomar la posición correcta, así como te ayuda a relajarte. En los días previos al parto, todo lo que te ayude a liberar la tensión es una gran opción.
En definitiva, recuerda consultar con tu médico o partera si puedes seguir estas técnicas y cuál es el momento ideal para comenzar a hacerlas.