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Durante el embarazo, los cambios del cuerpo pueden dar sorpresas y crear preocupaciones. Por eso, es mejor estar preparada para saber qué esperar.
Revisado y aprobado por el farmacéutico Sergio Alonso Castrillejo.
Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 28 septiembre, 2022
Desde el mismo momento en el que la mujer concibe, el cuerpo comienza a pasar por grandes cambios. Uno de los primeros en notarse es el aumento del flujo en el embarazo. Aunque es algo normal y, por lo general, no indica ningún problema. Las causas pueden variar y, en algunos casos, puede ser el indicio de alguna complicación.
La leucorrea, como se conoce al aumento del flujo vaginal en el embarazo, es un moco cervical espeso, lechoso, entre blanco y transparente, que comienza a aparecer apenas unas dos semanas después de que el óvulo es fecundado. Este fluido es producido por las hormonas placentarias con el objetivo de proteger a la matriz.
A medida que pasan las semanas, el flujo en el embarazo va aumentando y se hace más notorio en las últimas semanas previas al parto. Esto se debe a que el bebé comienza a presionar con su cabeza, empujando los fluidos cervicales.
Cuando el fluido vaginal presenta otras características durante el embarazo, puede ser por algún problema. En esos caso siempre hay que consultar con el ginecólogo.
La Candida es una infección muy común en las mujeres, consecuencia del desbalance de la microbiota vaginal.
Las infecciones vaginales son comunes durante el embarazo, especialmente a partir del segundo trimestre. Cuando ocurre, el flujo es verdoso o amarillo, tiene un olor fuerte y puede ir acompañado de irritaciones y sensación de picor. También puede arder al orinar o al tener relaciones sexuales.
La infección vaginal o candidiasis es causada por un desbalance en los niveles de pH de la mucosa, lo que favorece el desarrollo del hongo llamado Candida. También los elevados niveles de azúcar en los fluidos vaginales normales crean un ambiente propicio para el hongo.
Aunque la infección vaginal no representa ningún peligro, es recomendable acudir al doctor lo más pronto posible para iniciar el tratamiento. Si no se trata, la infección puede transmitirse al bebé durante el parto.
En el embarazo, el tratamiento más común es con cremas y supositorios, ya que no hay seguridad de los efectos que los medicamentos orales tienen sobre el feto.
Para prevenir infecciones vaginales, la Asociación Americana del Embarazo recomienda seguir algunos consejos:
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La vaginosis bacteriana se produce cuando aumenta la población de la bacteria de la vagina a niveles superiores a lo normal. Se desconoce la causa, pero se cree que puede ser activada por las relaciones sexuales.
La vaginosis bacteriana no siempre tiene síntomas, pero a veces produce un flujo grisáceo con olor a pescado. Generalmente durante el embarazo se realizan varios exámenes para determinar si hay vaginosis bacteriana.
Esta infección puede ocasionar rotura prematura de membrana, partos prematuros e incluso abortos espontáneos, según evidencia este estudio publicado en la revista Ginecología y Obstetricia de México. Por lo general, se trata con antibióticos orales o en crema.
Muchas infecciones de transmisión sexual pueden manifestarse mediante flujo vaginal anormal en el embarazo.
Si hay contagio de alguna enfermedad de transmisión sexual como gonorrea, clamidia, sífilis o tricomoniasis, también se producen fluidos vaginales. En estos casos, suelen tener colores amarillentos o verdosos y olores fuertes.
Estas enfermedades pueden provocar partos prematuros y abortos, y también pueden ser transmitidas al bebé durante el parto, en ocasiones con serias consecuencias para su salud. Y así lo evidencia esta investigación publicada en la Revista Cubana de Higiene y Epidemiología .
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Cuando la placenta se mantiene bloqueando la cérvix en la parte baja del útero durante las últimas semanas del embarazo en vez de moverse hacia la matriz, se produce lo que se conoce como placenta previa .
Esta condición puede producir sangrados anormales durante el embarazo y al momento del parto. Por lo general, la placenta previa se detecta a través de las ecografías de rutina a partir de las 20 semanas de gestación.
Por lo general, las mujeres que tienen placenta previa deben continuar el embarazo en la cama y con un monitoreo más frecuente que el normal. En casos extremos, puede requerir de reposo en un hospital o un adelanto del parto por cesárea.
En los casos de leucorrea normal, es poco lo que se puede hacer para evitarla. Sin embargo, sí es aconsejable poner más cuidado en la higiene genital para evitar otras complicaciones.
Por último, es conveniente recordar que hay que avisar lo antes posible al doctor en caso de que se note un cambio en la cantidad, el color y el olor del flujo en el embarazo.
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La vaginosis bacteriana (VB) es una infección causada por una cantidad excesiva de ciertas bacterias que cambian el equilibrio normal de las bacterias en la vagina.
La vaginosis bacteriana es la infección vaginal más frecuente en las mujeres de 15 a 44 años.
Los investigadores desconocen la causa de la vaginosis bacteriana (VB) o la forma en que algunas mujeres la contraen, pero lo que sí sabemos es que la infección ocurre comúnmente en mujeres sexualmente activas. La vaginosis bacteriana está asociada a un desequilibrio de las bacterias “buenas” y “dañinas”, que normalmente se encuentran en la vagina de la mujer.
Tener una nueva pareja sexual o múltiples parejas sexuales, como también hacerse duchas vaginales, puede alterar el equilibrio de las bacterias en la vagina y hacer que las mujeres corran un mayor riesgo de contraer vaginosis bacteriana
Tampoco sabemos cómo las relaciones sexuales contribuyen a la vaginosis bacteriana. No hay trabajos de investigación que demuestren si una mujer contraerá esta infección o no, en el caso de que su pareja sexual sea tratada. Tener vaginosis bacteriana puede aumentar la probabilidad de contraer otras enfermedades de transmisión sexual (ETS).
No es frecuente que la vaginosis bacteriana afecte a las mujeres que nunca hayan tenido relaciones sexuales.
Las personas no pueden contraer vaginosis bacteriana por el contacto con los asientos del inodoro, la ropa de cama o las piscinas.
Médicos y científicos no saben completamente cómo se propaga la vaginosis bacteriana, y no se conocen mejores maneras de prevenirla.
Las siguientes medidas de prevención básicas pueden ayudar a reducir su riesgo de presentar vaginosis bacteriana:
Las mujeres embarazadas pueden contraer vaginosis bacteriana. Si esto sucede, tienen una mayor probabilidad de que sus bebés nazcan prematuros (antes de tiempo) o con bajo peso, en comparación con las mujeres que no hayan contraído vaginosis bacteriana durante el embarazo. Un peso bajo al nacer significa dar a luz a un bebé que pese menos de 5.5 libras cuando nace.
El tratamiento es de particular importancia para las mujeres embarazadas.
Muchas mujeres con vaginosis bacteriana no presentan síntomas. Si usted tiene síntomas, es posible que note una secreción vaginal blanca o gris y poco espesa, olor, dolor, picazón o ardor en la vagina. Algunas mujeres tienen un fuerte olor a pescado, especialmente después de haber tenido relaciones sexuales. Es posible que también sienta ardor al orinar o picazón en la parte externa de la vagina o ambos síntomas.
El proveedor de atención médica examinará la vagina a fin de detectar signos de secreciones vaginales y tomará una muestra de ellas para realizar pruebas de laboratorio y determinar si presenta vaginosis bacteriana.
La vaginosis bacteriana a veces desaparece sin tratamiento. Pero si usted presenta síntomas de esta afección, debe hacerse examinar y recibir tratamiento. Es importante que tome todos los medicamentos que se le receten, aun si sus síntomas desaparecen. Un proveedor de atención médica puede tratar la vaginosis bacteriana con antibióticos, pero esta puede reaparecer incluso después del tratamiento. El tratamiento también puede reducir el riesgo de contraer algunas enfermedades de transmisión sexual.
Las parejas sexuales masculinas de mujeres a las que se les ha diagnosticado vaginosis bacteriana generalmente no necesitan tratamiento. Sin embargo, la vaginosis bacteriana puede transmitirse entre las parejas sexuales femeninas.
La vaginosis bacteriana puede causar algunos problemas de salud graves como los siguientes: