Me duele pero no me baja la regla: ¿Estoy embarazada o me va a venir la regla?

Me duele pero no me baja la regla: ¿Estoy embarazada o me va a venir la regla?

¿Estoy embarazada o me va a venir la regla?

30 Ago 2021

Quedarme embarazada

A veces es muy difícil diferenciar si lo que tu cuerpo está experimentando son los síntomas propios de la menstruación con la que comienza un nuevo ciclo o son característicos de un incipiente embarazo. Nos gustaría intentar diferenciar dichas señales con claridad y precisión.

¿Hay algún síntoma singular que me pueda hacer sospechar del embarazo?

Ya sabemos que en estas primeras semanas es muy difícil identificar las señales que emite nuestro cuerpo. Quizá puedas diferenciarlas si detectas una hipersensibilidad a los olores que no tenías antes. También puedes notar un cambio en los sabores, sin que haya una razón aparente. Y además, puede que identifiques una sensación que yo no definiría como náuseas, sino de “estomago levantado”: es como un “hormigueo gástrico”, una sensación de hambre un poco dolorosa, pero sin hambre. La tensión mamaria puede ser otro de los primeros signos que anuncian tu embarazo.

Señales peculiares de que puedes estar embarazada

Explicamos con más detalle los síntomas singulares de embarazo para que puedas identificarlos:

  • Como hemos visto, en las primeras semanas de gestación puede existir una hipersensibilidad generalizada o una exacerbación de los órganos de los sentidos. Lo más frecuente y habitual es la hipersensibilidad a los olores que pueden incluso hacerlos desagradables o intolerables. También es frecuente un cambio en el sentido del gusto que puede influir en la alimentación, haciéndola desagradable en ocasiones y favoreciendo la aparición de náuseas.
  • Las náuseas y los vómitos son de los síntomas más frecuentes en el embarazo y que hacen sospechar a muchas mujeres que pudieran estarlo. Es un síntoma que en pocas ocasiones ocurre en el síndrome premenstrual, a no ser que el dolor asociado sea muy intenso.
  • Aumento de la sensibilidad mamaria (e ingurgitación mamaria). Aunque puede ocurrir un cierto aumento de la sensibilidad de las mamas en el síndrome premenstrual, es más intenso en caso de embarazo incipiente y suele además asociar un aumento del tamaño mamario.
  • Somnolencia o cansancio excesivo. Es relativamente habitual que en las primeras semanas los efectos de la hormona progesterona generen sensación de cansancio, leve mareo y aumenten la necesidad de horas de sueño. Este es una síntoma que raramente aparece en el síndrome premenstrual.

Cuáles son los signos del síndrome premenstrual 

Son todos los cambios que acontecen previos a la llegada de la regla y afectan a diferentes esferas de tu vida.

  • 1. En primer lugar, se produce una alteración en el estado de ánimo, que supone fundamentalmente, irritabilidad, mal humor, nerviosismo, inseguridad… y que puede repercutir en tu vida personal.
  • 2. Por otro lado, se favorece la retención de líquidos: te encuentras más hinchada, la ropa te queda más ajustada.
  • 3. A su vez, se asocia con un cuadro de dolor en el hipogastrio, es decir, el piso abdominal inferior, lo que se conoce comúnmente como “la zona de los ovarios“. Este dolor es punzante, tipo cólico y cede con la toma de analgésicos.
  • 4. En algunas ocasiones se puede unir un cuadro de dolor de cabeza o cefalea intensa, 24 a 48 horas antes del primer día de la menstruación. Vamos, un sin fin de buenas nuevas que cada mes nos recuerda el comienzo de un nuevo ciclo para poder quedarte embarazada y tener tu bebé.
  • 5. Sin lugar a dudas, el síntoma más importante y concluyente para conocer que lo que estás sufriendo es un síndrome premenstrual es el manchado de la regla.

También puede ocurrir que una mujer que nunca ha padecido molestias premenstruales o un síndrome premenstrual como tal de forma habitual, los presente en un mes concreto y le haga sospechar erróneamente de embarazo.  O, por el contrario, que una embarazada pueda confundir un leve sangrado con una menstruación normal.

  • Lee las 6 diferencias entre el sangrado de implantación y la regla

Estos son todos los síntomas de embarazo que puedes notar

Pero, cuando una pareja está esperando concebir un bebé, es de gran importancia poder diferenciar si lo que está sufriendo la futura mamá, se relaciona con los primeros signos de un embarazo o, por el contrario, son los indicadores de que va a tener que esperar un mes más para iniciar la trayectoria de su gran sueño, su embarazo.

  • ¿Necesitas saber las semanas de tu embarazo? Utiliza nuestras calculadoras “online”

De hecho muchas mujeres, durante la fase de espera de la concepción, el día que les viene la regla lo viven como un auténtico sufrimiento, una verdadera desdicha y una desilusión. Esta no es la actitud correcta: lo ideal es sobreponerte a la realidad y disfrutar con tu pareja en la búsqueda de tu proyecto más preciado.

  • 1. Al principio de la gestación, algunas mujeres padecen alteraciones muy parecidas a la llegada de la regla. La irritabilidad, el insomnio y el cansancio generalizado, la falta de apetito por sensación de pesadez en el estómago, el acúmulo de gases, más enfatizado al final del día, son síntomas muy característicos de las primeras semanas de embarazo .
  • 2. Es cierto que las náuseas y los vómitos asociados con la gestación, la emesis gravídica, en algunas ocasiones se producen de manera temprana, pero por regla general son más tardíos.
  • 3. Lo que sí es bastante frecuente es la molestia gástrica asociada a incomodidad.
  • 4. Muchas veces, dicho malestar viene acaecido por la hipersensibilidad olfativa, como hemos comentado, que sufren las embarazadas, que hasta tu colonia favorita, o lo que es peor, la de tu pareja, que antes te encantaba, ahora eres capaz de aborrecerla.
  • 5. Otra característica que puede encontrarse durante las primeras semanas de embarazo son las llamadas “molestias abajo” y, que son más frecuentes en aquellas mujeres que tienen el útero colocado en retroversión -útero con el fondo en dirección al sacro, en vez de a la vejiga-, debido a que, al ir creciendo paulatinamente, tiende a enderezarse. No te preocupes, este ligero dolor abdominal es normal, a no ser esté asociado a manchado de sangre, que en ningún caso es fisiológico en el embarazo.

Muy importante: Si estás buscando embarazo o piensas que podrías estar gestando, debes evitar la toma de cualquier medicamento hasta descartar la gestación.

Embarazada sin síntomas: no es peligroso

La verdad es que descrito así, parece que todas las mujeres que se quedan embarazadas tienen alguna cosa que les dificulta su actividad diaria o que les hace recordar continuamente que están o pueden estar embarazadas; esto no es cierto.

Puede ser que sea una mujer que haya quedado embarazada y que no presente síntomas. Porque el embarazo sin síntomas es completamente normal y no refleja ningún riesgo para el embarazo, ni implica que tenga peor pronóstico. En muchas ocasiones, nuestra gestante viene encantada a la consulta porque no padece nada de lo descrito previamente y sólo sabe que está embarazada por dos motivos:

  • El primero de ellos porque no ha tenido la menstruación correspondiente. [Hay raras ocasiones en las que se aparentemente  se puede tener un embarazo con una regla en marcha: en realidad se trataría del sangrado de implantación embrionaria, un manchado que puede confundirse con una menstruación superficial. Insistimos en que la mujer estaría embarazada en este caso, aunque la paciente aún no lo sabe].
  • El segundo motivo es que se ha realizado la prueba de embarazo y ha resultado positiva.

¿Sangrado de implantación o manchados intermitentes?

Además del primer sangrado de implantación que puede presentar una mujer embarazada y puede confundirlo con la menstruación, pueden ocurrir otros manchados intermitentes en el embarazo:

  • En ningún caso estos sangrados corresponden a una menstruación, ya que no se puede producir al estar la mujer gestando un bebé.
  • Estos manchados suelen ser escasos, muy irregulares y en cantidad inferior al de una regla.
  • Su origen puede ser variable, aunque lo más habitual es que procedan de la mucosa del cuello del útero y de la vagina, muy vascularizados durante la gestación.
  • Pueden ser sangrados que procedan del interior uterino, y por ello, podrían tener relación con alguna patología del embarazo.
  • Muy importante: Ante un sangrado en una mujer con un test de embarazo positivo, siempre debemos de solicitar una valoración por un ginecólogo.

Confirma tus sospechas con un test de embarazo

No te plantees muchas dudas con respecto a lo que sientes en tu cuerpo, deja pasar los días y cuando haya transcurrido un tiempo prudencial sin que te haya venido la regla, realízate un test de embarazo y confirma lo que con tantas ganas has buscado, ¡tu bebé! Recuerda no hacerte la prueba del embarazo antes de las 5 o 6 semanas sin tener el periodo para que el resultado sea fiable.  Y en caso de mujeres que presentes ciclos más largos, este periodo para realizar el test de embarazo debería ser superior, tanto mayor cuanto más largos sean sus ciclos.

Dra. Miriam de la Puente y Dra. Diana Cuenca

Ginecólogas del Hospital Clínico San Carlos y Hospital de Torrejón de Ardoz (Madrid) respectivamente

Cuál es la historia de los test de embarazo

Los test de embarazo caseros o los análisis de sangre para confirmar la gestación son hoy una realidad cotidiana. Pero no siempre ha sido así. La historia de las pruebas de embarazo se remonta a los egipcios. 

Para llegar a las actuales tiras reactivas han pasado siglos de sabiduría popular, pero sobre todo de investigación científica. Los actuales test siguen perfeccionándose, hasta llegar a decirnos el tiempo de gestación estimado y diagnosticando el embarazo cada vez antes.

Actualmente, los test más novedosos son los de ovulación, que permiten saber los días más propicios para la fecundación.

Historia de las pruebas de embarazo


A lo largo de la historia millones de mujeres se han enfrentado a una misma incógnita: saber si están o no embarazadas. La tensa espera, el suspense, las lágrimas o la alegría han jalonado sus vidas a lo largo de milenios. Reyes y reinas hubieran pagado fortunas por disponer de manera rápida de un resultado positivo o negativo, antes que soportar esperas de las que podía pender el devenir de sus imperios.

Los egipcios fueron los primeros en aplicar unos peculiares test de embarazo: la mujer orinaba durante días sobre semillas de trigo y cebada. Si germinaban, había embarazo. O bien contabilizaban las veces que ésta vomitaba ante una mezcla de cerveza y dátiles. Unos métodos caseros que aunque nos parezcan fuera de toda lógica no iban nada desencaminados. Casi dos milenios más tarde, en 1963, diversos estudios demostraban que en el 70 por ciento de las veces la orina de una mujer embarazada provocaba la germinación, algo que no ocurría si no estaba en estado de gestación.

La orina parecía pues ser un factor determinante. Esto, unido al conocimiento de que los mecanismos del sexo y del embarazo resultan muy similares en muchos seres vivos, llevó a médicos e investigadores a comprobar qué efectos podrían tener las hormonas humanas en otros animales. En el año 1928, los ginecólogos alemanes Aschheim y Zondek comenzaron a inyectar en ratones hembras pequeñas cantidades de orina de mujeres. Comprobaron que los ovarios de estos animales aumentaban de tamaño si existía embarazo. La prueba resultaba muy fiable, pero exigía el sacrificio de los ratones. Más tarde el método se utilizó en conejos y finalmente en ranas.

En 1930, el bioquímico James B. Collip descubre por fin, junto a su equipo de investigadores, el secreto subyacente en la orina de las mujeres embarazadas: la presencia de la hormona gonadotropina coriónica humana (hCG). 

Embarazo: de la prueba de la rana al test casero


Durante décadas, el mejor método para descubrir si una mujer estaba o no embarazada fue la conocida como prueba de la rana. La idea la aportó el citólogo argentino Eduardo de Robertis que determinó que la hCG actuaba sobre las células de Sertoli, provocando la expulsión de espermatozoides en los sapos.

Sin embargo, fue su discípulo Carlos Galli Manini quien, unos años más tarde, se animó a llevar a cabo el experimento: inyectaba 5 mililitros de orina en el saco linfático de sapos que, transcurridas unas horas, desarrollaban espermatozoides si el líquido inyectado contenía HCG. Un singular test de embarazo que resultó no sólo eficaz y económico, sino todo un alivio para muchos animales, ya que se podía obtener el resultado sin necesidad de sacrificar ranas y sapos.

A estos métodos se les denomina métodos biológicos de detección de embarazos, pues se basan en los efectos visibles que las hormonas tienen sobre animales o plantas. Durante un tiempo dieron buenos resultados, pero era obvio que las investigaciones tenían que avanzar en otra dirección. Hacía falta un test de detección directa, basado en reacciones químicas, algo que no fue posible hasta principios de los años 60. A partir de ahí, la historia de las pruebas de embarazo comenzó a escribirse de forma bien diferente.

Cómo detectar la hormona del embarazo


En el análisis de orina o sangre, se detecta la presencia de la gonadotropina coriónica (hCG), una hormona glicoproteica que es producida en un principio por el embrión poco después de la concepción y, a partir de la semana 12, por la placenta. Su misión es impedir que se lleve a cabo la descamación uterina que provoca la menstruación, manteniendo la producción de progesterona. Su función es enriquecer y revestir el útero de vasos sanguíneos y capilares para que éste pueda permitir el crecimiento del feto. Con el embarazo, su presencia se llega a duplicar cada dos o tres días, alcanzando sus máximos niveles entre el segundo y tercer mes de embarazo, para luego ir reduciéndose. De modo que su cantidad sirve tanto para determinar la fecha de concepción como la fecha estimada de parto. Hoy en día, la investigación apunta a que dicha hormona se encuentra implicada en la intensidad de las náuseas matinales, que dependen de su mayor o menor presencia.

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