Oraciones cortas para ayudar a los niños más pequeños a expresar su amor a Dios y su confianza en él. Al orar, la fe de los niños crecerá, pues entenderán que pueden hablar con Dios en cualquier momento y sobre cualquier situación que se les presente.
Señor, mi Dios, muchas gracias por todas las cosas buenas que hay en mi vida. Te doy gracias por mi familia, por mis amigos, porque tenemos donde vivir y algo para comer cada día. Gracias por la paz en nuestro país y porque podemos leer la Biblia en cualquier lugar. Gracias porque me amas y me acompañas siempre. En el nombre de Jesús, amén.
Gracias, Padre Dios, por amarme y por cuidarme. Te pido que hoy me acompañes y me guardes de todo mal en todo momento, por favor. Protégenos a mi familia y a mí, que cada día tengamos salud y fuerzas para poder hacer las tareas que debemos hacer y que todo vaya bien. En el nombre de Jesús, amén.
¡Buenos días, Dios!
Gracias por este día tan bonito.
¡Qué alegría poder ver el sol!
Gracias por la noche pasada,
porque pude descansar bien y
porque tengo salud. Te doy las
gracias porque siempre estás conmigo.
Ayúdame y cuídame en este día, por favor.
En el nombre de Jesús, amén.
Padre amado, gracias porque estás conmigo y con mi familia. Cuídanos en todo momento: cuando vamos camino a la escuela, al trabajo o de regreso a casa por la tarde. Pon tus ángeles protectores a nuestro alrededor, por favor. Danos salud y ayúdanos en todo lo que debemos hacer. Te amo, Señor, gracias por tu cuidado, amén.
Gracias, Señor mi Dios, por este día que termina. Ha sido un lindo día y me he divertido mucho con mi familia y con mis amigos de la escuela.
Por favor, dame un buen sueño en esta noche para que yo pueda descansar bien. Dame pensamientos bonitos y la seguridad de que tú estás conmigo. En el nombre de Jesús, amén.
¡Gracias, mi amado Dios, por este nuevo día!
Gracias por la salud que me das,
porque puedo jugar con mis amigos
y disfrutar del día. Cuídanos hoy, Señor.
Espero que hoy podamos hacer cosas divertidas
y que aprendamos muchas cosas buenas.
Gracias porque nos amas
y estás a nuestro lado cada día y cada noche.
En el nombre de Jesús, amén.
Padre Dios, gracias porque siempre me cuidas, sea de día o de noche. ¡Gracias porque hoy fue un día muy divertido y lo pasé muy bien! Ahora, por favor, ayúdame a descansar bien en esta noche para que me pueda levantar con salud y tener nuevas energías por la mañana. Guarda mis sueños, Señor. Amén.
Te damos gracias, Señor, por estos alimentos que nos provees hoy.
Gracias por tu provisión fiel día tras día, Dios amado. Gracias por el trabajo de mis padres que provee el dinero para comprar lo que necesitamos. Gracias también por las manos que preparan la comida tan rica cada día. En el nombre de tu Hijo Jesús, amén.
Señor y Dios de mi corazón, te pido que nos protejas a mi familia y a mí en este día. Líbranos de accidentes y de enfermedades, ayúdanos a pasar un día tranquilo. Gracias porque sabemos que estás siempre a nuestro lado y que puedes librarnos de todo mal. Protégenos en este día. En ti confiamos, Padre amado. Amén.
Señor amado, gracias por mi escuela, por los maestros y por mis amiguitos. Ayúdanos hoy a aprender cosas nuevas y a portarnos bien. Cuídanos en el camino a la escuela, en la clase, en el patio y durante todo el día, Señor. Gracias porque nos acompañas siempre. Amén.
¡Buenos días, Padre! ¡Qué día más bonito! Me encanta poder ver la naturaleza a mi alrededor.
Gracias por toda la belleza que has creado y porque la podemos disfrutar juntos como familia. Ayúdanos a aprovechar este día para hacer muchas cosas buenas que alegren tu corazón. Amén.
Señor, gracias por mi escuela y por mis amigos. Te pido que nos cuides hoy y que podamos aprender mucho. Ayúdanos a entender lo que nos enseña la maestra y a mejorar cada día. Que podamos aprovechar el día para hacer muchas cosas buenas. En el nombre de Jesús, amén.
Gracias, Señor, por la rica comida que podemos disfrutar y por las manos que la prepararon. Gracias porque siempre tenemos lo que necesitamos. Te pido que estos alimentos sean de provecho para cada uno de nosotros. Que nunca olvidemos que tú eres quien nos provee porque nos amas. Amén.
Gracias, Papá Dios, porque puedo ver y disfrutar este nuevo día.
Gracias por la casa donde vivimos, el desayuno que puedo comer, gracias por mi familia y por mis amigos. ¡Tú eres bueno, Señor! Ayúdanos a pasar un buen día, que no nos falte nada y que sea un día lleno de paz. En el nombre de Jesús. Amén.
Gracias, Padre, por todas las cosas lindas que me rodean. Me gustan mucho las montañas, las flores, los animales y te doy gracias por crearlos y porque los puedo disfrutar. También te doy gracias por mi familia, porque nos amamos y nos ayudamos. Gracias por ser tan bueno conmigo. Gracias por tu Hijo Jesucristo y por su amor por mí. En su nombre, amén.
Querido Dios, gracias porque me perdonas cuando me arrepiento por no haberme portado bien. Gracias por Jesús, tu Hijo amado, por su ejemplo sobre cómo debo vivir en obediencia a ti. Ayúdame a ser más como él y a vivir de una forma que alegre tu corazón.
Amén.
Muchas gracias, Dios, por estos alimentos que nos provees hoy. Gracias por tu bondad y tu provisión, porque cada día nos das algo para comer. Ayúdame a recordar cada día que todo lo bueno viene de tu mano. Te amo, Señor, y te doy muchas gracias. En el nombre de Jesús, amén.
Señor, mi Dios, te pido que me quites este malestar que siento en el cuerpo, por favor. No tengo deseos de levantarme y me siento mareado. Gracias porque tú tienes poder sobre todas las enfermedades y me puedes sanar. Pon tu mano de salud sobre mí y ayúdame a sentirme mejor. En ti confío, Señor. Amén.
Gracias, Señor, porque tú estás conmigo en todo momento. Ayúdame a volver a tener salud lo más pronto posible. Quiero sentirme bien y sé que tú puedes sanarme. Ayúdame a ser valiente mientras estoy enfermo, cúbreme con tu presencia y tu amor.
Obra en mi cuerpo, por favor, y dame salud. En el nombre de Jesús, amén.
Dios es grande, Dios es bueno.
Démosle gracias por estos alimentos.
Amén. (Oración tradicional)
Sí, Señor, por estos alimentos que disfrutamos hoy,
te doy muchas gracias, Señor.
Gracias porque siempre eres fiel. Amén.
Dios amado, hoy no me siento bien de salud. Tengo pocas fuerzas, no tengo deseos de levantarme ni de jugar y siento algo de fiebre. Te pido que me ayudes a recuperarme muy pronto, por favor. Pon tu mano sobre mí y dame la salud que necesito. En el nombre de Jesús, amén.
Señor, mi Dios, envía tus ángeles a cuidarme en esta noche. Guarda mis sueños, por favor y ayúdame a descansar. Quita los sueños malos y dame sueños lindos que vengan de ti. Guarda mis pensamientos en todo momento para que yo pueda estar tranquilo.
En el nombre de Jesús, amén.
Señor amado, no me siento bien, creo que me estoy enfermando. No tengo hambre ni tengo deseos de hacer nada. Padre, ayúdame, por favor, a sentirme mejor y a volver a tener fuerzas para jugar, ir a la escuela y salir con mi familia. Dame la salud que necesito en este día. Gracias porque tú me amas y escuchas mi oración. Amén.
Padre Dios, gracias por la oportunidad de ir a la escuela para aprender mucho junto a mis amigos. Ayúdame a estar atenta hoy y a entender lo que me expliquen los maestros. Ayúdame a ser una buena alumna y una buena amiga para mis compañeros. En el nombre de Jesús, amén.
Nota: Estas oraciones son orientativas, para ser usadas como referencia en los tiempos de oración junto con los niños.
Orar es hablar con Dios. Los niños pueden aprender que a Dios le agrada escuchar nuestra voz, que le expresemos nuestros sentimientos y anhelos en nuestras propias palabras.
Dios nos escucha en todo momento, de día o de noche, estemos donde estemos. ¡Él contesta nuestras oraciones!
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Los padres que queremos educar a nuestros hijos en el cristianismo, buscamos en el catequismo rezos sencillos que los niños más pequeños puedan recordar fácilmente, para que ellos también puedan hablar con Dios en cualquier momento del día. En Guiainfantil.com hemos recopilado algunas oraciones católicas muy cortas que los niños podrán memorizar sin dificultad. Rezar en familia es uno de los momentos compartidos más especiales de cada día, ¿verdad?
Para las primeras edades, se recomiendan las oraciones cortas y sencillas que sean fáciles de memorizar y que nos permitan apoyarnos en los gestos.
A partir de 6 años, se puede empezar a introducir en las oraciones tradicionales siendo conveniente explicarles a los niños el significado de cada parte para que asimile el significado de cada una de las plegarias. Creando el hábito de rezar, el niño recordará mejor con la repetición.
Vamos a ver algunas oraciones católicas muy cortas, fáciles de comprender y que pueden ser recitadas de la manera sencilla y natural por los niños. Las hemos clasificado según el momento del día en el que se suelen rezar.
Una buena manera de comenzar el día es dando gracias. Los niños mostrarán un carácter más positivo y alegre para afrontar la jornada. Las primeras oraciones cortas que te proponemos tienen este objetivo.
1. Señor Jesús, te doy gracias
por este día que empieza.
Te pido que estés conmigo
durante todo el día
y que me enseñes
a querer a todos,
como tú me quieres.
2. Gracias Señor,
por este nuevo día.
Gracias por la oportunidad
de ser mejor.
Bendice a mis seres queridos
y a los que no me quieren también.
Permite que te sientas orgulloso de mi hoy.
3. Con Dios me acuesto.
Con Dios me levanto.
Con la Virgen María
y el Espíritu Santo.
Es el momento para que los niños se sientan protagonistas al encargarse de la oración. Podemos optar a ser encargado cada día un miembro de la familia, fomentando el valor de la colaboración y responsabilidad. Estos rezos cristianos llamarán la atención de los más pequeños.
4. Niño Jesús,
que naciste en Belén,
bendice esta mesa
y a nosotros también.
5. Niño Jesusito,
manso corderito,
haz tu cunita
en mi corazoncito.
Bendice a papá y a mamá
y a todas las personas
que han hecho posible
nuestros alimentos.
6. Bendice Señor los alimentos que vamos a tomar.
Bendice a los que los hicieron.
Y haz que juntos,
comamos en la mesa celestial.
Rezar con los niños antes de acostarse proporciona serenidad y seguridad, aspectos que resultan beneficiosos para que los niños tengan un sueño más tranquilo. Por ello, a continuación hemos recogido algunas oraciones católicas muy cortas para pedir y agradecer a Dios cuando ya estamos en la cama. ¡Vamos a rezar en familia!
7. Méceme, Virgen María,
quiero dormirme en tus brazos,
guárdame, oh Madre mía,
con Jesús en tu regazo.
8. Cuatro esquinitas tiene mi cama,
cuatro angelitos que me acompañan.
Dos por los pies,
dos por la cabecera
y la Virgen María,
que está en el centro,
por compañera.
Y que me dice:
Duerme y reposa.
No tengas miedo de ninguna cosa.
Además, de estas oraciones religiosas dedicadas a determinados momentos del día, podemos optar por rezar a Jesús ese amigo cercano, orar junto a la Virgen, pedir protección a los ángeles o fuerza al Espíritu Santo.
Enséñale a tus hijos estos otros rezos y oraciones muy cortas que podrán memorizar con facilidad.
Estas primeras oraciones muy cortas ayudarán a los niños a hablar con su amigo Jesús. No dudes en enseñárselas a tus hijos más pequeños pues, al ser muy sencillas, no les costará memorizarlas.
9. Jesusito de mi vida,
eres niño como yo;
por eso te quiero tanto
y te doy mi corazón.
Tómalo, tuyo es
mío no.
10. Niño Jesusito, manso corderito
Haz tu cunita en mi corazoncito.
[Leer +: Oraciones para los niños antes de los 10 años]
Las tres siguientes oraciones católicas tienen como objetivo dirigirnos a la Virgen María, a nuestra Madre. Al igual que las anteriores, estos rezos también son muy cortos, perfectos para los niños más pequeños.
11. Estrella divina,
prodigio de amor.
De tu mano María,
llegamos a Dios.
12. Celestial Niña María,
te entrego mi corazón
para que tus manitas divinas
me den tu bendición.
13. Virgen Santa María,
tú que dijiste que sí,
ayúdame a hacer siempre
lo que Dios me pide a mí.
A continuación te proponemos otras oraciones que hablan a los niños sobre el Espíritu Santo.
14. Espíritu Santo,
Ven y lléname
de tu poder.
15. Tú que me aclaras todo
querido Espíritu Santo.
Invoca tu presencia para pedirte
que me llenes de tu luz.
Los siguientes rezos están dirigidos a nuestro Ángel de la Guarda que nos protege y acompaña. También encontrarás algunas oraciones católicas muy cortas que permitirán a los niños a dar las gracias a Dios por sus cuidados y su amor eterno.
16. Ángel de la Guarda,
dulce compañía
no me desampares
ni de noche, ni de día.
Sé mi protector,
sé mi buena guía.
No me dejes solo
que yo sin ti me perdería.
17. Por la señal de la Santa Cruz,
de nuestros enemigos líbranos Señor,
Dios nuestro.
En el nombre del Padre, del Hijo
y del Espíritu Santo.
18. Gloria al Padre,
Gloria al Hijo
y al Espíritu Santo.
Como era en un principio,
ahora y siempre
por los siglos de los siglos.
Amén.
[Leer +: La primera comunión de los niños]
Para finalizar, lo haremos con una oración dedicada a la familia de la Madre Teresa de Calcuta y recordando la frase del sacerdote irlandés P. Patrick Peyton, ‘familia que reza unida, permanece unida’.
19. Padre Celestial,
que nos has dado un modelo de vida
en la Sagrada Familia de Nazaret.
Ayúdanos, Padre amado,
a hacer de nuestra familia otro Nazaret,
donde reine el amor, la paz y la alegría.
Una vez que ya conocemos algunas de las oraciones católicas más cortas que podemos enseñar a nuestros hijos, quiero lanzaros una reflexión: y tú, ¿qué entiendes por rezar u orar?
Dentro del cristianismo bien se podría definir como aquella comunicación, diálogo o la relación que establecemos con Dios Padre, con nuestra Madre la Virgen, con nuestro amigo Jesús, con nuestros protectores los ángeles de la guarda, con la fuerza y energía divina del Espíritu Santo, con ese santo o santa al que tenemos devoción.
..
Tal vez te surjan estas preguntas: ¿Cómo hacer que nuestros hijos adquieran el hábito de orar?, ¿cuándo es el mejor momento para rezar?, ¿dónde hacerlo?, ¿orar en familia o individualmente?, ¿qué oraciones son más adecuadas para los niños?…
Lo primero a tener en cuenta es que no podemos presentar la oración como si se tratara de fórmulas repetitivas a memorizar, que en ocasiones van a carecer de sentido para los niños. Una oración o plegaria debe nacer desde el sentimiento, contener palabras sencillas que sean significativas y nos acerquen a esa comunicación que se quiere establecer de una manera natural. Darles la idea a los niños para que piensen que están hablando con alguien cercano, que les conoce profundamente, sabiendo que cuentan con su amor y que se les va a escuchar.
Muchos padres católicos comparten la misma preocupación: ¿cómo podemos hacer para que los niños adquieran el hábito de orar? La respuesta es siendo constante, crear el hábito diario de manera que la oración acabe integrándose de manera natural en el estilo de vida de la familia y de nuestros hijos.
Tomar diferentes momentos del día como referencia nos puede servir de ayuda (como te hemos propuesto antes: al levantarse, al acostarse, a la hora de comer…)
Y ¿cuándo es el mejor momento para rezar? El día nos regala multitud de momentos ideales para rezar… en realidad, cualquier momento es bueno para poder hacerlo. Hay que tomarnos uno o varios momentos en el día para poder hacer nuestra oración y esto es algo que debemos enseñar a los niños… ¡La comunicación está disponible las 24 horas del día!
Veamos algunos momentos a tener en cuenta:
– Por la mañana, para dar gracias por el nuevo día que se nos regala.
– Durante la comida, agradeciendo por la comida.
– Por la noche, para tener serenidad antes de dormir.
– Ante los estudios, para pedir que nos ayude a la hora de preparar una actividad, trabajo o examen.
Tan solo necesitamos disponer de suficiente tiempo para orar con tranquilidad, sin prisas, sin estar pendiente de otras actividades.
Es una gran enseñanza que podemos transmitir a nuestros hijos.
Realmente, cualquier lugar es bueno para rezar y hablar con Dios. En el dormitorio, vamos a poder dar gracias con los niños por el nuevo día o bien antes de acostarse pedir que nos acompañen en nuestros sueños.
Por otro lado, cuando nos sentamos en la mesa dispuestos a comer es hora para dar gracias por esos alimentos que se nos ofrecen, por las personas que han hecho posible que hayan llegado a hasta esa mesa y por quien con tanto amor los cocinó para nosotros.
Y no debemos de olvidarnos de pedir ayuda para los estudios, siendo el espacio destinado al mismo el lugar donde podemos orar o bien en el colegio ante de empezar un examen.
Al igual que se comparte y destina un tiempo para juegos o hacer actividades en familia, también se podría incluir un tiempo para rezar. Orar en familia enriquece y fortalece los vínculos entre padres e hijos.
Puedes leer más artículos similares a 19 oraciones católicas muy cortas para memorizar y rezar con los niños, en la categoría de Religión en Guiainfantil.com.
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