Escrito por Eleuterio Sanz el en Embarazos
Durante el embarazo, muchas mujeres se preguntan si pueden seguir comiendo sus comidas picantes habituales. Después de todo, el picante puede ser muy beneficioso para la salud, ya que contiene ciertos nutrientes y antioxidantes que pueden ayudar a combatir el estrés y la inflamación. Sin embargo, también es importante tener en cuenta que el picante puede aumentar la temperatura corporal y, en algunos casos, puede ser demasiado estimulante para el bebé. Por esta razón, es importante hablar con el médico antes de comer comidas picantes durante el embarazo.
La comida picante no es nada nuevo para la mayoría de las mujeres embarazadas. De hecho, muchos médicos y nutricionistas recomiendan que las mujeres embarazadas coman un poco de comida picante para ayudar a aliviar los síntomas del embarazo, como las náuseas y el vómito. Sin embargo, hay algunas cosas que las mujeres embarazadas deben tener en cuenta antes de comer comida picante.
La principal preocupación de comer comida picante durante el embarazo es el riesgo de que la comida picante pueda causar daño al bebé. Sin embargo, no hay evidencia científica que respalde esta preocupación. De hecho, muchos médicos y nutricionistas creen que la comida picante no es perjudicial para el bebé.
Sin embargo, hay algunas mujeres que pueden ser más sensibles a la comida picante y pueden experimentar algunos efectos secundarios desagradables, como náuseas, vómitos, diarrea o dolor de estómago. Si experimenta estos síntomas, deje de comer comida picante y consulte a su médico.
En general, la comida picante no es perjudicial para las mujeres embarazadas, pero es importante tener en cuenta que algunas mujeres pueden ser más sensibles a la comida picante. Si experimenta cualquier síntoma desagradable, deje de comer comida picante y consulte a su médico.
Cuando la mamá come chile, el bebé puede sentir una ligera molestia en el estómago. Esto se debe a que el chile contiene una sustancia llamada capsaicina, que es un irritante para el revestimiento del estómago. La capsaicina también puede causar diarrea en el bebé. Si la mamá come chile con regularidad, el bebé puede desarrollar una sensibilidad a la capsaicina y puede experimentar molestias estomacales más severas.
Los alimentos que le hacen daño al bebé durante el embarazo son los que están contaminados con microorganismos que pueden causar enfermedades. Estos microorganismos pueden estar presentes en los alimentos de origen animal, como la carne, el pescado, los huevos, la leche y el queso, si no se han manipulado correctamente. También pueden estar presentes en frutas y verduras que no hayan sido lavadas correctamente.
Las enfermedades que pueden contraer los bebés por comer alimentos contaminados son la salmonela, la listeria y la toxoplasmosis.
La salmonela puede causar diarrea, vómitos, fiebre y dolor de estómago. La listeria puede causar fiebre, dolor de estómago y escalofríos, y puede ser fatal para el bebé. La toxoplasmosis puede causar daño cerebral, retraso en el desarrollo, convulsiones y, en algunos casos, la muerte.
Para evitar que el bebé contraiga estas enfermedades, es importante que las mujeres que están embarazadas eviten los alimentos contaminados. Se deben evitar los alimentos de origen animal crudos o mal cocinados, así como las frutas y verduras que no hayan sido lavadas correctamente. También es importante lavarse las manos con agua y jabón después de manipular alimentos.
Algunas especias no son seguras para consumir durante el embarazo. Esto se debe a que pueden contener sustancias que pueden ser dañinas para el bebé o causar complicaciones durante el embarazo. Las especias que se deben evitar durante el embarazo incluyen la canela, el clavo, el comino, la nuez moscada y el pimiento.
La canela contiene eugenol, un compuesto que puede causar contracciones uterinas y, por lo tanto, es mejor evitarla durante el embarazo. El clavo también contiene eugenol y debe evitarse durante el embarazo. El comino contiene un compuesto llamado cumarina, que puede causar hipertensión y, por lo tanto, es mejor evitarlo durante el embarazo. La nuez moscada contiene un compuesto llamado safrol, que puede ser tóxico para el hígado y, por lo tanto, es mejor evitarla durante el embarazo. El pimiento contiene un compuesto llamado capsaicina, que puede causar contracciones uterinas y, por lo tanto, es mejor evitarlo durante el embarazo.
Las mujeres embarazadas pueden comer comidas picantes, pero deben hacerlo con moderación. Es importante asegurarse de que la comida no esté muy picante, ya que esto podría causar problemas de digestión o de salud en general.
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Existen algunos alimentos que deben ser restringidos de la dieta durante el embarazo, ya que pueden ser peligrosos para la salud del feto.
¿Los conoces?
Escrito y verificado por el nutricionista Saúl Sánchez Arias.
Última actualización: 13 enero, 2022
Comer picante puede ser bastante beneficioso para la salud. Ahora bien, no está recomendado durante todas las etapas de la vida o al menos, no en todos los contextos. Existen situaciones en las que se desaconseja la ingesta de alimentos con este sabor por su capacidad irritante. Por ello, hoy te vamos a contar si se puede o no comer picante en el embarazo.
Antes de comenzar, hay que destacar que la dieta durante el periodo de gestación ha de estar optimizada con el objetivo de asegurar el correcto desarrollo del feto. Es importante conseguir un aporte nutricional óptimo, ya que un déficit de nutrientes esenciales podría generar malformaciones y repercutir negativamente sobre la salud del bebé.
El sabor picante suele estar generado por una sustancia denominada capsaicina.
Dicho elemento ha demostrado ser capaz de activar el metabolismo y promover así la pérdida de peso. Además, genera un ligero incremento en la temperatura corporal, lo que resulta en una movilización y oxidación más eficiente de los lípidos (grasas). Por este motivo, se suele incluir en el contexto de las dieta de adelgazamiento.
Asimismo, la capsaicina también ayuda a controlar la inflamación, tal como evidencia una investigación publicada en la revista European Journal of Pharmacology. Hay que tener en cuenta que este mecanismo es responsable del desarrollo de muchas patologías complejas a lo largo de la vida. Por eso, conviene tenerlo controlado para que sea eficiente, pero que no se promocione en exceso.
En el contexto deportivo, se suele utilizar dicha sustancia de manera tópica en algunas cremas con el objetivo de generar un efecto analgésico a nivel muscular. Incluso, su consumo vía oral podría contribuir a reducir el dolor articular, lo cual es también beneficioso para las mujeres embarazadas.
Lo cierto es que no hay ningún artículo científico que desaconseje el picante en el embarazo por riesgos para la madre o para el bebé. Su consumo es seguro durante toda la etapa de gestación. Incluso, puede estar especialmente aconsejado para controlar los niveles de inflamación y asegurar la homeostasis.
Como única contraindicación se podría destacar que el picante cuenta con cierta capacidad irritante. Por este motivo, si la mujer embarazada ha comenzado a desarrollar síntomas digestivos a causa de esta condición, quizás no sea la mejor alternativa. Podrían volverse más intensos el ardor, el reflujo o incluso la diarrea, en caso de existir.
Tampoco se debe incluir este sabor en la dieta en grandes cantidades si existieran patologías inflamatorias de tipo intestinal, independientemente del proceso de gestación. En estos casos, se podría experimentar un aumento de la incomodidad.
A pesar de que el picante es bueno para la salud y de que se puede consumir durante el embarazo, conviene tener cuidado con cierto tipo de salsas picantes, sobre todo las de tipo industrial.
En ocasiones estos productos cuentan con aditivos en su interior o con grasas de tipo trans. Ambos elementos podrían resultar perjudiciales para la salud si se consumen de forma recurrente.
Resultan especialmente preocupantes los lípidos trans. Dichos compuestos consiguen incrementar la incidencia de patologías complejas como la diabetes, pues generan una mayor inflamación en el medio interno. Están desaconsejados en cualquier etapa de la vida y mucho más en el embarazo.
Durante la gestación conviene priorizar el consumo de alimentos frescos de alta densidad nutricional, buscando la máxima optimización de la fisiología.
Como has podido comprobar, se puede comer picante en el embarazo sin ningún problema.