Tercer parto: ¿Cómo es el tercer parto? ¿Hay diferencias con los anteriores?- TodoPapás

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¿Cómo es el tercer parto? ¿Hay diferencias con los anteriores?- TodoPapás

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Indice

  • ¿El tercer embarazo será diferente?
  • ¿El parto se adelantará?
  • ¿Los terceros partos siempre son más cortos?

 

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Aunque son muchas las parejas que se sienten satisfechas con uno o dos hijos, todavía hay muchos que se animan a formar una familia numerosa y traer un tercer hijo al mundo. Para estas mujeres, generalmente, el parto será más corto que los anteriores y puede que se adelante y no llegue ni a la semana 38, aunque debes estar preparada por si ocurre lo contrario ya que la duración del parto y el comienzo del mismo dependen de muchos factores.

Seguro que lo has oído mil veces, pero es cierto: cada embarazo es un mundo. Si bien es lógico que muchos síntomas y sentimientos sean iguales en este tercer embarazo que en los dos anteriores (si tuviste náuseas en ambos, por ejemplo, lo normal es que las vuelvas a tener), también es posible que muchas cosas sean diferentes ya que ni tú ni tu cuerpo son iguales que la primera vez que te quedaste embarazada.

Así, al ser mayor es posible que aparezcan nuevas complicaciones que no tuviste en los anteriores, como diabetes gestacional; y al tener ya dos hijos pequeños, es normal que estés más cansada al final del día, que te cueste dormir más o que estés más dolorida. No obstante, también es posible que tus dos embarazos previos fueran muy malos y esta vez tu cuerpo te esté dejando disfrutar de cada semana con tu bebé dentro.

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Intenta no comparar este embarazo con los anteriores y estate atenta ya que pueden aparecer complicaciones o problemas diferentes. De igual modo, debes intentar disfrutar y dedicarle tiempo a tu bebé mientras esté dentro a pesar de sus dos hermanos mayores.

El primer parto suele retrasarse y, en la mayoría de los casos, sucede después de la semana 40. Sin embargo, el segundo y los posteriores es normal que se adelanten un poco y ocurran entre la semana 38 y la 40 ya que el cuerpo ya sabe lo que tiene que hacer y todo sucede más rápido, además de que el borrado del cuello del útero es más inmediato y es complicado que llegue cerrado hasta la semana 40.

Sin embargo, la fecha de parto la decide realmente el bebé y no se sabe con certeza qué lo causa, por lo que es posible que todos tus partos se retrasen o que los dos previos fueran antes de la semana 40 y este tercer niño no se decida a nacer. Su tamaño, su colocación y posibles enfermedades que aparezcan en el embarazo inciden en la fecha de parto, por lo que no debes dar por sentado que este tercer parto ocurrirá antes de la semana 40 porque no tiene por qué ser así (aunque es lo habitual).

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Del mismo modo, lo normal es que el tercer parto sea más corto que los anteriores, pero esto también depende de cómo fueran los otros dos partos y de cómo sea el bebé de grande, si está bien colocado o no, etc.

Así, si tus dos partos anteriores, por ejemplo, fueron cesárea porque el bebé no se colocó boca abajo, pero esta vez sí está bien situado, es posible que tengas un parto vaginal, pero puede ser igual de largo que el de una primeriza ya que, a estos efectos, lo eres puesto que nunca has dilatado.

También es posible que tus dos partos anteriores fueran muy largos y complicados por diversas cuestiones y que, esta vez, todo vaya muy rápido y sin problemas. O viceversa, que fueran muy rápidos y esta vez ocurra alguna pequeña complicación que haga que todo sea mucho más lento.

No obstante, en la mayoría de las ocasiones el tercer parto es más corto, al menos que el primero, ya que la dilatación suele ser más rápida porque el cuello uterino se borra rápidamente, a la vez que comienza la dilatación. Además, la vagina está más distendida y es más elástica. Con el primer parto tu organismo se adaptó a las modificaciones hormonales y mantiene el recuerdo, por lo que los tiempos de adaptación y de reacción se dividen por la mitad. Los tejidos ya son elásticos, te ha quedado la movilidad ósea, el cuello del útero es más blando y la dilatación y la expulsión se reducen prácticamente a la mitad. Por eso, este parto suele tardar en torno a 5-6 horas en total, por lo que, en cuanto notes que estás de parto, debes ir rápidamente al hospital no sea que te pille “el toro” y tengas que dar a luz en tu coche.

Además, es más raro que sea necesario llevar a cabo una episiotomía y, si se hace, suele ser más pequeña.

Por lo tanto, este parto suele ser menos agotador y se nota también la experiencia previa. Sin embargo, como decíamos, cada embarazo y parto es un mundo, así que estate preparada para cualquier opción.

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La posible fecha de parto se calcula sumando 280 días (40 semanas) al primer día de la última menstruación. Esta fecha, conforme se va desarrollando la gestación, se va ajustando en función de la situación del feto.

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El relato de mi tercer parto

Nuestra pequeña Emma vino al mundo muy de prisa y hoy os quiero relatar su precioso y fugaz parto.

38 semanas – Pródromos

Hacía días que estaba experimentando los llamados pródromos, contracciones de noche intensas y dolorosas que no terminaban de arrancar, y que estaban dilatando mi cuerpo muy poco a poco. Leí que los pródromos pueden deberse a una malposición del bebé, y que puede ser la forma que tiene el cuerpo de intentar recolocarlo. Así que busqué vídeos de Spinning Babies e hice todos los ejercicios posibles, para dejar de tener los pródromos insidiosos y agotadores, con la esperanza de que una posición óptima lograría empezar el trabajo de parto.

26 de abril – 39 semanas + 1 día

El lunes anterior al parto decidí hacer todo lo posible para que arrancasen las contracciones, porque no quería estar más noches así, agotada, sin dormir y con la incertidumbre de saber si era el momento de ir al hospital. Fui a caminar durante una hora y media por el pueblo, subiendo y bajando las aceras, una técnica que dicen que ayuda a encajar la niña al canal del parto. Por la noche, pedí prestada la pelota de pilates a mi hermana e hice todos los ejercicios que se me ocurrieron.

En parte, deseaba que Emma tardara un poco más en llegar, porque no estaba preparada para despedirme de la barriga. Pero también quería que llegara ya al mundo para dejar de tener los malditos pródromos, así que tenía una verdadera dualidad de sentimientos.

Nos fuimos a dormir el lunes sin tener ningún tipo de intuición de que Emma estaba más cerca de lo que pensábamos.

27 de abril – 39 semanas + 2 días

2:00 am

Emma llegó al mundo muy deprisa. Tan deprisa que tardé en darme cuenta de que todo era real, que estaba pasando de verdad, y que me estaba pasando a mí. A las dos de la madrugada me despertó la primera contracción, pero yo creía que estaba soñando. Hacía días que sufría las contracciones nocturnas, pero algo en aquella primera contracción me hizo pensar que aquello era diferente. Primera intuición. Acerté.

Unas cuantas contracciones después fui al baño. En levantarme y caminar, vi que chorreaba algo pierna abajo. Se me aceleró la respiración de repente: era líquido amniótico. Se había fisurado la bolsa. Unos minutos después desperté a mi marido. Eran las 2:15 de la madrugada, y le dije: he roto aguas, creo que estoy de parto.

Después de tantas noches con contracciones, no me hizo demasiado caso. Me tumbé en la cama y me tapé con la manta, ignorando lo que estaba a punto de pasar. Me quise relajar, pese a encontrarme aún bastante tranquila. Le dije que podíamos esperar para ir al hospital, que yo iba con la idea de dilatar al máximo en casa y que me daría una ducha antes de salir.

Pero Emma tenía otros planes. En muy poco tiempo, las contracciones aumentaron en intensidad. Sin darme cuenta ya tenía que pararme para respirar, y apenas podía hablar.

“Llama a mi madre”, le dije. Se iban a quedar con los niños, y tenían un buen rato hasta nuestra casa. “¿Seguro? ¿Llamo ya?” me dijo mientras yo me dirigía a las habitaciones de los niños para hacerles la maleta, ya que se quedarían unos días con los abuelos. “Llama, llama”, le respondí, sin apenas respiración, en mitad de una contracción. Aquello estaba escalando muy deprisa.

3:00 am

Preparé las maletas de los niños a oscuras, intentando no despertarlos, deteniéndome cada cinco minutos para respirar. A las 3:00 de la madrugada mis padres ya estaban en casa. Yo, que había dicho que quería ducharme antes de irme, me di cuenta de que no era buena idea. Cada contracción era más intensa, tardaba más en desaparecer, y la siguiente llegaba antes que la anterior. Aún así, me tomé mi tiempo para preparar el neceser y sacar mi última foto de embarazada.

Mi madre me echó de casa. “Iros ya, que tiene las contracciones muy seguidas”, oí que decía. Me despedí de los niños sin que se dieran cuenta y subimos al coche, conscientes de que la próxima vez que llegásemos a casa sería con una pequeña bebé en brazos.

4:00 am

A las 4:00 estábamos camino del hospital. “¡Mira, la luna llena!” dije yo desde el coche. La carretera estaba oscura y no nos cruzamos con ningún coche. Solo se veía la luz de la luna llena, y me concentraba en ella cada vez que venía una contracción. Al final, resultará que hay algo de cierto en la leyenda…

Veinte minutos después aparcamos en una calle cercana al hospital. “¿Te dejo en la puerta?” “No, puedo caminar”, dije, haciéndome la valiente. ¡Ha! A pesar de estar a pocos metros, tardé diez minutos en hacer el camino hacia la puerta de urgencias. Recuerdo estar parada frente al hospital, esperando que una contracción pasara, apoyada sobre sus brazos, con las piernas medio dobladas, en medio de la calle en plena noche, oscuridad y silencio, bajo la luz de la luna llena, y aquella contracción me resultó especial. Era a las puertas de conocer a mi pequeñita, por fin. Estaba a punto de ocurrir la magia.

Entré a partos sin casi poder mantenerme en pie. Me hicieron un tacto y me dijeron que estaba dilatada de 5 centímetros. De cinco, ¿ya? El día anterior estaba tan sólo de un centímetro y medio. Me pusieron una vía intravenosa y me preguntaron si querría epidural. Yo, que ya imaginaba que aquello estaba yendo bastante deprisa, dije que quería esperar un poco, pero me hicieron entender que si esperaba más, quizás no llegaría a tiempo.

Me hicieron una PCR, que me hizo más daño que alguna de las contracciones, y por fin dejaron entrar a mi marido. Al entrar me preguntó si todo iba bien y yo le susurré que aquello estaba yendo muy rápido, que cada vez me hacía todo más daño. A él también le hicieron la prueba de la Covid, y enseguida nos hicieron pasar a la sala de partos.

6:00 am

Debían ser ya las seis de la madrugada. A partir de entonces, todo pasó tan deprisa que no tuve tiempo de asimilar nada. Me prepararon la cama pero yo no me veía capaz de tumbarme, necesitaba estar de pie. El dolor era muy, muy intenso, apenas cada dos minutos, sin casi ninguna tregua, y yo me di cuenta de que ya empezaba a gritar y a gruñir, que no tenía suficiente sólo con respirar para poder soportar el dolor.

Yo me veía con aquel dolor tres o cuatro horas más, y me mareaba sólo de pensarlo. Yo sentía que ya no podía más, no me veía capaz de aguantar más dolor, así que dije sí a la epidural. Pregunté a una de las enfermeras si quedaba mucho para tener el resultado de la analítica, ya que sin ella no me la podían poner, y me respondió que no lo sabía. Me mareé.

La presión era tan fuerte abajo que tenía la sensación de que la niña ya salía, que no podía aguantarla dentro. Yo seguía de pie, balanceando el cuerpo hacia adelante y hacia atrás, para intentar calmar el dolor. No hacía ni cinco minutos que estábamos en la sala de partos (o eso me parecía a mí) que entró otra comadrona y me dijo: “Prepárate que ya llega la anestesista. ¿Tienes las últimas analíticas? No podemos esperar más.”

A mí, sólo me salió un “¿¿ya??” y la comadrona me dijo que sí, que me apresurara a sentarme. Cuando me la pusieron yo no noté nada, ni siquiera el primer pinchazo. Sólo deseaba que se fuera el dolor. Mientras me ponían la epidural tuve 4 o 5 contracciones, y aún no sé cómo fui capaz de mantenerme quieta.

Llegados a ese punto, yo pensaba que era una floja. Que debía estar de 7 cm, no más, y que no estaba siendo capaz de aguantar el dolor. Me sentí triste, decepcionada conmigo misma, porque pensaba que me quedaban unas cuatro o cinco horas más, y que había cedido a la primera de cambio.

Cuando me acabaron de poner la epidural tuve que tumbarme, aunque mi cuerpo solo me pedía estar de pie y empujar. Yo empecé a temblar, efecto de la epidural, pero aún notaba todo el dolor. Entró la doctora justo cuando me la acababan de poner y me dijo que me haría un tacto.

6:20 am

Y ahí fue cuando yo entendí el por qué de mi dolor tan intenso: ya estaba dilatada de 9 cm. Terminó de romper la bolsa, que me provocaba una presión brutal, y noté como salía todo el líquido. Menudo alivio. Me dijo la doctora que ya veía la cabeza y que me preparara, que en breve debería empujar. ¡Pero yo todavía lo notaba todo! La anestesista me preguntó si quería algo más de dosis, y yo le dije: “Ya que me la has puesto, un poco más no me vendría mal”. Se rió, y me subió la dosis.

Fue al cabo de unos segundos que empecé a empujar. Al principio, notaba a la perfección cuando me venían las contracciones, y podía empujar con fuerza. “Tiene mucho pelo!”, dijo la doctora. “Como su hermana”, respondí entre gemidos. Debí empujar unas quince veces en total. La doctora me dijo que me haría un corte pequeño, de un centímetro y con un punto, porque la cicatriz de la episiotomía de mi primer hijo hacía presión, y no dejaba salir a Emma. Noté el corte con las tijeras, pero ya no me hizo daño.

6:43 am

Y de repente, unos cuantos pujos después, la doctora dijo: ‘Ya está, ya sale”, y vi cómo le cambiaba la cara. A las 6:43 de la madrugada, dos horas y media después de haber llegado al hospital, mi hija sacaba la cabecita y llegaba a este mundo. A partir de entonces todo fue una espiral de movimientos rápidos. Ante mí solo veía un seguido de movimientos frenéticos de las comadronas. Oí el primer llanto de Emma y me la pusieron encima. Me quedé paralizada, como me pasó con los partos anteriores. Ni siquiera me cayeron lágrimas. En esos instantes, la sensación que sentí fue muy extraña, como si yo no fuera la protagonista, como si estuviera mirando una película y todo estuviera pasando a otra persona. Yo estaba en una burbuja, ajena a mi realidad. Había ido tan deprisa que no me acababa de creer que Emma estaba aquí.

No paraba de llorar, o más bien gritar. Su llanto era intenso, fuerte, y yo suspiré aliviada. La limpiaron, le pinzaron el cordón y me la dejaron encima todo el rato. No la pesaron ni la midieron. Me di cuenta entonces de que se me habían dormido totalmente las piernas, no sentía nada. Cuando la placenta salió y la doctora terminó de coser el punto, me cambiaron de cama y me subieron a planta.

7:10 am

A las 7:10 ya estábamos en la habitación y una enfermera de planta me ayudó a que Emma se enganchara al pecho. Enseguida lo encontró y comenzó a succionar. Una vez se despegó un poquito, por fin pude verle la carita. Cómo se parecía a su hermana.

Fue allí cuando me di cuenta de lo que acababa de ocurrir. Y fue en ese momento cuando, por fin, lloré. Me golpeó la emoción de repente y dejé salir todo el cansancio, la angustia y el miedo de los meses anteriores para dar lugar a la pequeña Emma, que ya estaba en este lado de la piel.

Había tenido otra hija. Otra niña. Mi tercer bebé (cuarto, en realidad), mi tercer parto. Una pequeña cosita que se movía encima mío buscando el pecho, que me olía, que se calmaba y dormía cerca de mí. Nueve meses dentro, y por fin podíamos vernos. La abracé, la besé, la acuné, la cogí fuerte para no volver a soltarla jamás.

La de las pataditas era ella. El corazón que llevaba escuchando durante meses era el suyo. Los morritos de las ecografías eran suyos. Sus piernecitas, su cabecita. Me costó asimilar que era ella; a ratos todavía me cuesta, es como si me hubieran quitado a mi bebé de la barriga y la que me habían dado fuera otra. Es una sensación extraña, que solo se va con el paso del tiempo.

Ahora ya era real. Desde aquella calurosa noche de agosto en la que vi una débil rallita en un test, hasta las pérdidas de las primeras semanas debido al hematoma, cuando yo creía que ya la había perdido, hasta la angustia de la ecografía de las 20 semanas donde reviví viejos temores, hasta la amenaza de parto prematuro… Me vino a la mente todo el camino, los largos nueve meses, y me parecía increíble que hubiéramos llegado ya a la meta.

Ya estaba con nosotros, lo habíamos logrado, nuestra pequeña bebé arcoíris, tan esperada, tan buscada… La luz después de la tormenta. Por fin.

A partir de entonces, siguió el protocolo de seguimiento tras el parto, con las tomas de presión constantes y las infermeras comprobando que no había ninguna hemorragia y que Emma seguía comiendo. Me insinuaron que parecía pequeñita y que quizás habría que controlar su glucosa. Después del desayuno vino la pediatra, y fue entonces cuando la pesaron y la midieron. Nos quedamos tranquilos cuando nos dijeron el peso: 2,820 kg y 48,5 cm. Pequeñita pero con mucha fuerza. La pediatra le miró todos los reflejos y nos dijo que estaba todo correcto.

Pedimos el alta voluntaria el día siguiente y regresamos a casa con nuestra pequeña Emma en brazos. Las emociones que sentí fueron indescriptibles, con una mezcla de tristeza y felicidad, pero esto da para otro relato.

El parto de esta pequeñita fue fugaz pero muy emotivo. Es nuestra bebé arcoíris, una niña muy esperada y muy deseada. No cambiaría nada de lo que pasó aquella madrugada del 27 de abril porque para mí, fue perfecta.

Bienvenida al mundo, pequeña. Gracias por escoger nuestra familia, haremos todo lo posible para que seas muy feliz.

The third part of the night. Rave | GES-2

Introducing the rave carnival as a bodily expression of social energy.*

* The rave on January 22 was postponed due to the difficult epidemiological situation.
We will announce the new time of the event later, follow our news. Thanks for understanding!

DJ sets and concerts at Parking will be performed by artists representing different musical associations and geography that rarely intersect on the same stage. The fast directions of electronic music, not based on the direct structure of techno, were chosen as reference points: acid, jungle, pop electronics. A short but intense kaleidoscope journey, The Third of the Night is an attempt to understand what defines rave as a phenomenon today and what it can be.

The idea of ​​rave, which is rooted in folk festivals accompanied by music, is close to carnival: it denies social hierarchy, is associated with the representation of the body in space, and combines the release of emotions, collective movement and practices of co-presence. Appearing in the UK in the 1980s, during a period of political and economic instability, rave acted as a kind of body-oriented therapy for living through a difficult historical period. In Russia, it has become a symbol of the country’s entry into the era of consumer choice. Club life catalyzed the emergence of a new fabric of social and artistic ties, which significantly influenced the appearance of Russian pop culture in the following decades.

Photo: Sofya Korotaeva

At a rave, the body as a minimal unit (public, political, emotional, ideological, etc.) becomes a conductor of sound and rhythm with their transformative power. Rave is no longer a marginal practice and has been integrated into various urban and entertainment formats that exist in the current logic of capitalist realism. We don’t create an illusion of independence and we don’t talk about some kind of return to the DIY format that defined rave as a phenomenon. However, today the very possibility of holding a mass night event in the center of a large Russian city inside a cultural institution is an exception to the rule, an opportunity to imagine and rethink the rave.

— Nikita Rasskazov, curator of the project

The prequel to the rave at GES-2 will be Alexey Taruts’ performance “44+1 columns, hyperbass is lava”. The artist explores the problems of co-presence at a mass musical event and the experience of its psychophysiological aspects. Such a mega-event, saturated with means of sensory stimulation – kilowatts of light and sound, hyperbass, strobe – seeks to overcome the stress of technology-infused reality through an even greater technological shock.

The Third Part of the Night project addresses the central question of rave culture: how does this music work? The energy of electronic sound and anonymity on the dance floor stimulate non-verbal forms of cognition and communication, which form a collective body, where everyone understands freedom in their own way. For one night, GES-2 will turn out to be a space where you can feel how the boundaries of general and personal experience are arranged and how mobile.

Program

Aleksey Taruts with the performance “44+1 columns, hyperbass is lava”

The book will be of interest to managers and specialists of public sector enterprises, development structures, design and construction organizations interested in information modeling and digital technologies, as well as BIM specialists working in the field of organizing design work. You can get the book for free by leaving a request on the site bim.nanocad.ru.

To ensure the necessary pace of construction in various industries, the effective implementation of construction programs and projects, the achievement of established indicators in the field of housing construction and the integrated development of territories, it is necessary to create a single information ecosystem as an innovative environment for the transition to digital design, organization and implementation of construction projects.

The presented practices of using digital models in urban planning reflect the strategy for the development and phased implementation of a digital transformation project that allows companies to enter the emerging digital information ecosystem of the construction industry. The main points of such a transition are outlined in the previous parts of the study.

The third part of the book consists of two chapters:

  • The seventh dimension in information modeling (7 D)»

The history of the development of information modeling in the Russian construction industry. The same chapter outlines the methodology for assessing IT-technological maturity and provides the structure of digital competencies according to OKVED2;

  • “From theory to practice of using digital models and information modeling technologies in urban planning”

Methodology of project management in the field of information modeling. Projects implemented in TIM, prospects for the development and application of digital technologies at the corporate and state levels.

Among the implementation examples given are projects implemented using nanoCAD-based BIM solutions:

  • sports and recreation complex in the Novgorod region: practice of working out the process of creating and coordinating a digital information model;
  • design of unique industrial and civil structures using TIM: the experience of Mosoblhydroproekt JSC.

In conclusion, the goals, objectives and main risks of digital transformation are presented.

Word to the author of the book: “ The final part of the trilogy “Information modeling: methodology for using digital models in the process of transition to digital design and construction” is devoted to the established practice of using digital services, automating functional tasks, creating platform solutions in the field of urban planning, which covers all stages of life. cycle of the capital construction object, starting with the idea and understanding of the feasibility of building this object.

The digital transformation of the construction industry has already been launched, which entailed a certain reorganization of the main business process of the entire construction pipeline, a change in the way of thinking of its participants, mastering the basic principles of transition to BIM technology.

In the above examples of the application of domestic information modeling technologies, the interaction of both the vertical of power and all participants in investment construction projects and programs in the regions, including the professional and expert community, science and the manufacturing sector of the construction industry, is traced » .

Nanosoft provided the author with practical and informational support in the creation of the book.

Bachurina Svetlana Samuilovna G.

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