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A partir del año el bebé está preparado para aceptar prácticamente todos los alimentos que comemos los adultos. De hecho, es más fácil decir lo que no se debe dar que lo que se puede dar.
La alimentación del niño a partir de los 12 mesesFoto: Istock
Os recomiendo incorporar al niño/a a la mesa familiar si no lo habíais hecho ya y promover conductas saludables de alimentación, rutinas y horarios, así como enseñar al niño o la niña a comer con cubiertos, servilleta y buenos modales a mesa, dando nosotros mismos ejemplo.
Vamos a detallar qué podemos ofrecer por grupos de alimentos:
Cereales
Se pueden dar todos. Arroz, pasta de trigo (macarrones, espaguetis) placas de lasaña o canelones, pan en todas sus versiones, pan integral, bollería casera sin azúcar (bizcocho, galletas caseras) cus- cus, quinoa, sémola de trigo, gofio, copos de avena… Se recomienda apostar por variedades integrales de grano completo y evitar presentaciones de bollería industrial que suelen contener azúcares o grasas no saludables.
Frutas
Se pueden dar todas las frutas desde los seis meses y, lógicamente, a partir de los 12 meses igual. Es recomendable ir introduciendo frutas de temporada conforme pasen los meses.
Verduras
Introducimos aquellas verduras de hoja verde que no se habían introducido antes: lechuga, remolacha, repollo, col, acelga, espinacas…La única excepción es la borraja que se debe evitar hasta los 3 años. Os recomiendo limitar la cantidad máxima de verduras de hoja verde sea de 45 gramos al día. Alcachofas, coles de Bruselas, etc. también pueden ofrecerse.
Legumbres
Se pueden dar todas. Garbanzos, alubias, lentejas, guisantes, soja… en forma de guisos, hummus, tofu o soja texturizada.
Carnes
Se pueden ofrecer todas las carnes: de pollo, pavo, conejo, cordero, ternera, cerdo. Evitaremos carnes de caza sin control sanitario o cazadas con munición de plomo. También debemos evitar vísceras hasta los seis años, ya que contienen una cantidad excesiva de grasa.
Pescados
Se pueden dar todos los pescados, tanto blanco como azul. Algunos de los más consumidos en nuestro país son merluza, pescadilla, lenguado, salmón, pijota, dorada, lubina, salmonete, sardina o boquerón. Evitaremos pescados grandes con gran contenido en mercurio (los mismos que se evitan en el embarazo) que serían atún rojo, tintorera, cazón, pez espada o emperador, tiburón.
Alimentación del niño a partir de los 12 mesesFoto: Istock
Mariscos
Se pueden dar todos los mariscos y moluscos (almejas, mejillones, coquinas, …) a excepción de cangrejo y buey de mar y las cabezas de gambas, langostinos y cigalas, por su excesivo contenido en cadmio. Sí se pueden tomar el cuerpo de estos mariscos. Al tratarse de un alimento alergénico, el marisco debe ofrecerse por primera vez en pocas cantidades y vigilando la aparición de urticaria, inflamación de labios, diarrea o vómitos.
Lácteos y queso
A partir del año la leche pasa a ser un alimento más dentro de una dieta equilibrada. Se recomienda continuar con leche materna y en caso de lactancia artificial evitar las llamadas leches de crecimiento y pasar a leche entera de vaca. La AEP nos recomienda dar leche entera mínimo hasta los 2 años, ya que su grasa resulta beneficiosa para el crecimiento y desarrollo de los niños. A partir de los dos años si el niño o la niña tienen sobrepeso u obesidad ofreceremos leche semidesnatada. En cuanto a derivados lácteos a partir del año pueden ofrecerse yogur (apostar por variedades sin azúcar) yogur griego, mantequilla, nata, queso fresco, queso de untar, ricota, mozarella… conforme el niño vaya desarrollando el gusto y la madurez para comer otro tipo de texturas se podrán ofrecer quesos semicurados y curados, poco a poco.
Bebidas vegetales
Cada vez existe más variedad de bebidas vegetales en el mercado, derivadas de cereales o frutos secos. Es importante recalcar que no sustituyen el aporte de lácteos ya que no aportan las proteínas y vitaminas de la leche. Pueden ofrecerse todas y sus derivados, como yogures, evitando bebida vegetal de arroz y tortitas de arroz hasta los seis años, por su excesivo contenido en arsénico.
Embutidos, conservas y paté
Se recomienda evitar embutidos tipo salchichón, chorizo… por su contenido elevado en sal y posibilidad de atragantamiento. Lo mismo ocurre con el jamón, que resulta demasiado fibroso para empezar a ofrecerlo hasta que el niño o la niña tengan una adecuada capacidad de masticación y experiencia con los alimentos sólidos. No se recomienda ofrecer salchichas por ser carnes procesadas de baja calidad y por riesgo de atragantamiento. Evitar los fiambres que contienen aditivos, féculas y azúcar añadido.
No se recomienda dar paté mínimo hasta los dos años, incluso hasta los seis años en caso de paté de hígado, por alto contenido en grasa y llevar contenido de vísceras. En el caso de las conservas también se recomienda evitarlas por su contenido en sal, hasta los dos años. El atún claro en lata podría ofrecerse a partir del año, aunque es recomendable hacerlo de forma puntual por el contenido en sal de la conserva.
Bebés y mielFoto: Istock
Azúcar, miel, sal y especias
La Organización Mundial de la Salud nos recomienda evitar el azúcar hasta los dos años. Se puede usar canela para aderezar postres o fruta o dátiles triturados en caso de bizcochos o bollería casera. Los edulcorantes no están recomendados.
También se puede dar miel a partir del año, pero sin abusar, por su elevado contenido en azúcares. En cuanto a la sal también se recomienda evitarla hasta los 24 meses. Evitad también conservas, pastillas de caldo, sopas de sobre y precocinados, que suelen ser altas en contenido de sal. Se pueden usar especias para dar sabor como orégano, curry, romero, albahaca, ajo en polvo, perejil, nuez moscada o comino.
Huevo
Se puede dar huevo cocido, en tortilla francesa, española o acompañando a otras preparaciones. Vigilaremos de forma especial si aparece algún tipo de síntoma de alergia al dar una preparación en la que el huevo que no esté totalmente cocinado.
Alimentos seguros para el niño de 1 añoFoto: Istock
Los siguientes alimentos son muy peligrosos por el alto riesgo de obstruir la vía aérea, sobre todo en niños que aún no manejan muy bien los sólidos o acaban de abandonar los purés y potitos:
Cuando el bebé cumple su primer añito, la mayoría de pediatras recomiendan dar un paso más en su alimentación y empezar a ofrecerle la misma comida que comen los papás. En esta etapa, los bebés deberán dejar atrás las comidas trituradas, si es que aún las tomaban, para ingerir los alimentos sólidos, igual que nosotros. Desde Momentos Chicco os queremos dar algunas pautas para que esta transición sea sencilla y todo vaya sobre ruedas.
Algunos padres deciden empezar la alimentación complementaria, a los 6 meses, ofreciendo los alimentos cortados a trozos pequeños o simplemente chafados con un tenedor. Este método, alternativo a la cuchara y a ingerir todos los alimentos triturados, presenta ventajas como, por ejemplo, que es una transición más natural entre la lactancia y la ingesta de alimentos sólidos, según los expertos.
Esta forma de alimentación se puede iniciar aunque el bebé no tenga dientes, ya que si le ofrecemos alimentos blanditos o que se deshagan fácilmente, los masticará con sus encías, aprendiendo así el proceso de masticación y a tragárselos correctamente. Las verduras, el pan, la pasta y la fruta son algunos de los alimentos ideales para empezar.
Si estáis en este grupo, seguramente y casi sin daros cuenta, vuestro bebé ha ido aprendiendo por sí mismo a comer los mismos alimentos que preparáis en casa habitualmente, siendo uno más en la mesa.
Aunque el Baby Led Weaning es un método cada vez más recomendado y avalado por pediatras, no todos los bebés, ni todos los padres, están preparados para iniciar la alimentación complementaria de esta manera. En cualquier caso, si decidisteis empezar por las papillas y purés, o bien hacer un método mixto combinando ambas opciones, debéis saber que, sobre los 12 meses, aproximadamente, es momento de comenzar a sustituir las comidas basadas en triturados.
Una buena forma de hacerlo es ofrecer al bebé los purés menos triturados y más espesos durante unos días. Así, empezará a notar una textura más gruesa en los alimentos y su paladar se irá habituando a esta densidad que hasta ahora no conocía. Este proceso lo podéis hacer de forma progresiva, pasando de los finos purés que hasta ahora preparabais hasta ofrecer las verduras trituradas solo lo justo y con muy poca agua, de manera que, al final, acabará notando pequeños trocitos de comida que deberá masticar y tragar.
Es importante supervisar siempre el proceso, observando cómo toleran la comida
De manera simultánea, también podéis ofrecer otros alimentos sólidos, como por ejemplo pan, plátano, pera, arroz o fideos, dejando que se los lleven a la boca ellos solos, conociendo las texturas y sabores de cada producto. Es importante que superviséis siempre el proceso, observando cómo toleran la comida para evitar atragantamientos. Y así, poco a poco, id incorporando de forma progresiva nuevos alimentos que les gusten hasta dejar atrás las papillas.
Debéis tener en cuenta, y esto es algo que frena a muchos padres a abandonar los triturados, que masticar es un proceso que cansa, y que es normal que coma menos que cuando les ofrecéis un puré, ya que ahí simplemente deben abrir la boca y tragar. Pero este esfuerzo para comer como los mayores deberán hacerlo tarde o temprano, así que no desesperéis si veis que comen tan solo unos pocos trocitos.
Entre los 6 y los 12 meses, los bebés empezarán a probar la mayoría de alimentos de nuestra dieta. Algunos productos, sin embargo, los comenzaremos a ofrecer pasado el año de edad, por ser considerados alérgenos. Recordad que los nuevos alimentos que vayáis incorporando a la dieta del bebé debéis ofrecérselos de uno en uno, esperando al menos 3 días antes de introducir uno nuevo, para observar posibles reacciones, intolerancias o alergias.
Los nuevos alimentos que incorporemos a la dieta del bebé hay ofrecérselos de uno en uno
Así, en esta etapa, vuestro bebé podrá empezar a comer pescado azul y legumbres. Si además cumple el año en estas fechas, podrá disfrutar de la estacionalidad de algunos frutos rojos, como las fresas, y los melocotones, cuya ingesta también se recomienda iniciarla a partir de los 12 meses.
A partir del año también se recomienda ofrecer a los peques verduras de hoja verde, como acelgas o espinacas, una vez por semana. Con la misma frecuencia le podéis ofrecer un huevo cocido, dándole a probar primero la yema y pasados unos días, la clara, que es la parte que provoca más alergias. La leche de vaca y sus derivados, yogur o queso tierno, también se pueden empezar a consumir a partir de los 12 meses.
En esta etapa podéis empezar a añadir sal a sus comidas, siempre en pequeñas cantidades, y deberéis seguir controlando la ingesta de azúcares. Para preparar la comida, lo ideal es que optéis siempre por el aceite de oliva.
Una de las grandes ventajas de que los peques coman como los mayores es que podréis empezar a cocinar el mismo menú para toda la familia. Esto, además de ser más cómodo y práctico, es muy beneficioso para los niños, que desde bien pequeños comen lo mismo que sus padres, lo interiorizan como una alimentación adecuada y establecen una relación muy sana y natural con los alimentos y con el propio acto de comer.
Por ello es ideal que os sentéis todos juntos a la mesa, siempre que las obligaciones laborales lo permitan, y disfrutéis en familia de los ratos de las comidas. Olvidaos de la tele y el móvil, y aprovechad para conversar, reír y explicaros cómo ha ido el día en el trabajo o qué tal el cole. Además de ser momentos únicos y especiales, según los expertos, comer en familia evita algunos trastornos de conducta alimentaria.
Para que los peques sean uno más en la mesa deben sentirse como tal. Por eso es importante que les prestemos atención, interactuemos con ellos y participen, a su manera, disfrutando de ese momento.
Deben, además, sentirse cómodos y a nuestra altura, por lo que es recomendable que elijáis una trona que les resulte confortable y os permita regularla a la altura que deseéis. Esta y muchas más prestaciones las encontraréis en la Polly Progres5, de Chicco. Se trata de una trona evolutiva fácil de adaptar al crecimiento del bebé y que podréis usar desde su nacimiento, como una hamaca, hasta los 36 meses, primero como trona convencional y luego como un asiento elevador. Podéis ver más detalles en este vídeo.
Si tenéis en consideración estos consejos, la transición de la comida triturada a los sólidos será mucho más sencilla y respetuosa para vuestro bebé.