En muchas ocasiones, en tienda, nos preguntan cuándo se puede sentar el bebé. Nuestra respuesta siempre es la misma:
“Cuando pueda hacerlo por sí mismo. No hay que enseñarles, no hay que obligarles. Ellos solos, dejándoles libertad de movimiento en su alfombra de juegos o suelo, serán capaces de hacerlo”
Los bebés que tienen libertad de movimiento, que pasan mucho rato en el suelo o no les colocan en posiciones que no sabe, hacer por sí mismos, aprenden a sentarse a la vez que empiezan a gatear. Normalmente comienzan desde la posición boca abajo o lateral. Nunca desde la fuerza abdominal. Esto es lo que suele crear confusión.
Que un bebé haga fuerza hacia arriba con el abdominal no significa que se quiera sentar, significa que está poniendo en marcha otro de sus músculos, prueba y juega con él. Para que un bebé llegue a sentarse tiene que pasar por:
Una vez ha probado todos estos movimientos y perfeccionado, puede empezar a sentarse. Esto suele ocurrir entre los 7 y 9 meses. Es importante que el bebé tenga la oportunidad de conocer su cuerpo y ensayar con él.
Si os fijáis en una hamaca veréis que, normalmente, tienen diferentes posiciones. Podemos utilizarla desde un punto muy inclinado hasta más estirado. La recomendación en el caso del recién nacido no es dejar de usarla, es utilizarla en el punto más reclinado. A medida que el bebé vaya creciendo y sentándose por sí mismo utilizaremos la más recta.
En el caso de los asientos especiales no deben ser utilizados antes de la edad que el fabricante recomienda. Pero como no todos los niños tienen el mismo desarrollo debemos adaptar estas recomendaciones a nuestro bebé en particular. Nunca forzar (algunos son capaces de sentarse con 5 meses y otros con 8 meses).
‘Sostener’ al bebé antes de que se siente por sí solo es negativo porque si su cuerpo todavía no ha realizado ese movimiento es porque no está preparado. Por lo tanto, es posible, que estemos forzando cadera, pelvis, espalda, piernas, etc.
Si en algún momento crees que tu hijo no responde a las aproximaciones de desarrollo que hemos comentado deberías comentarlo con tu pediatra.
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Sentarse solo es una pauta clave del desarrollo psicomotor de los niños. Aprende cómo fomentar este aprendizaje, sin afectar su bienestar.
Revisado y aprobado por la pediatra Marcela Alejandra Caffulli.
Escrito por Equipo Editorial
Última actualización: 24 septiembre, 2022
Existe la creencia de que es riesgoso sentar al bebé cuando es muy pequeño, pues la espalda podría sufrir lesiones por no estar lista para ello. Sin embargo, los expertos afirman que cada bebé sigue un ritmo de desarrollo propio y este parámetro debe guiar nuestras acciones como padres.
La mayoría de los bebés no necesitan ayuda para ejecutar nuevos movimientos, pues el cerebro está programado para madurar y superar obstáculos día a día.
Algunas posiciones no se lograrán hasta que los pequeños puedan mantener su cabeza erguida, pues esta representa un tercio de su peso corporal y no es tan fácil de dominar. Un ejemplo claro de esto es la sedestación, habilidad que se adquiere de forma escalonada durante el primer año de la vida.
Ante este fenómeno, muchos progenitores se preguntan si es seguro “ayudar” al bebé a permanecer sentado, aunque todavía no logre hacerlo solo. Incluso, si el uso de tronas u otros dispositivos para bebés contribuyen a acelerar la adquisición de este hito. Por eso hoy queremos contarte todo al respecto. ¡No te lo pierdas!
Definir que el bebé se sienta es una tarea un tanto compleja, porque abarca un abanico de pautas madurativas que se suceden unas a otras durante algunos meses. No es lo mismo referirse a que el niño se mantiene sentado con apoyo, que a que llega a la posición de sentado por sí solo.
En general, los bebés logran dominar el sostén de su cabeza para el tercer mes y esto es fundamental para todo lo que viene a continuación.
La cabeza del lactante representa el 30 % de su peso corporal y para poder movilizarse por el entorno, primero debe aprender a manejarse con tanto peso encima.
Entre los 4 y los 6 meses, los bebés logran rolar cuando están boca abajo y adoptar una postura similar a la de una foca. Esta palanca que ejercen con sus brazos es la que les permite empujar el tronco hasta mantenerlo en posición vertical. No obstante, no llegarán solos hasta la posición de sentado antes de los 8 o 9 meses de edad.
Por otro lado, cerca del sexto mes los bebés son capaces de mantener la cadera fija al suelo y sostener la espalda con el apoyo de los brazos en el piso. Esto se conoce como trípode y es el primer escalón de la sedestación.
Entre los 6 y los 8 meses, un gran número de niños puede mantenerse erguido sin ayuda de las manos y para los 9, casi todos lo han logrado. En este momento podemos decir que el bebé se mantiene sentado sin ayuda y es el segundo paso de la sedestación.
Como hemos anticipado, llegar a sentarse solo es una habilidad compleja que se alcanza cerca de los 9 meses. En general, esta coincide con el momento en el que el pequeño busca desplazarse activamente por el entorno (repta, se arrastra con la cola o gatea). De esta manera, ya podemos decir que el bebé domina la sedestación.
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Sentar al bebé no es un problema si nos aseguramos de no forzar sus estructuras de sostén, pues en algunas circunstancias esto es inevitable. Por ejemplo, cuando viajamos en el coche y tenemos que colocarlo en su respectiva silla.
En primer lugar, debes tener en cuenta la edad y el grado de maduración del pequeño para elegir el mobiliario más adecuado. Todo esto amerita conversarlo con el pediatra de cabecera, quien dispone de la información científica adecuada para aconsejarte.
Luego, debes supervisar constantemente que el pequeño no se sienta incómodo, molesto o muestre algún signo de que algo no anda bien. Ten presente que el hecho de no sostener la cabeza favorece a que el cuello se doble y se comprima la vía aérea.
Si notas que el bebé no está cómodo, retíralo de esa posición y busca ofrecerle confort nuevamente.
En el caso en el que desees sentar a tu hijo un poco reclinado sobre una almohada o soporte más firme, debes tener en cuenta los siguientes puntos:
Todo esto evitará lesiones indeseadas y a su vez le permitirá al pequeño adquirir un nuevo estímulo con el cambio de perspectiva. No obstante, no debes forzar los tiempos de tu niño, ya que no es adecuado llevarlo a tal posición si aún no está preparado.
En el mercado existen múltiples opciones para ayudar a los padres a mantener a su bebé sentado. A continuación, te compartimos las opciones más seguras:
Existen algunas técnicas que puedes aplicar en forma de juegos para ayudar poco a poco a tu bebé a que se siente. Es importante recordar que se trata de un proceso natural que, en condiciones normales, se dará sin mayor estimulación. Por eso debes tomarte estos juegos con diversión y sin llegar a sentir frustración o estrés en caso de que “falle”, ya que cada bebé se toma su tiempo.
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Tu bebé aprenderá a sentarse solo tarde o temprano, y lograrlo de manera autónoma le ofrecerá un sinfín de beneficios.
Según Emmi Pickler, no hay respuesta universal a la pregunta de si es útil o necesario sentar a un bebé antes de que pueda hacerlo por sus propios medios. Esto quiere decir que la naturaleza hará lo suyo, independientemente de tus esfuerzos.
Finalmente, la pediatra húngara sostiene que el bebé no requiere ningún tipo de entrenamiento para sentarse y que es preferible que lo logre espontáneamente para mejorar su seguridad, evitar la ansiedad y la frustración. Además, esto lo incentivará a explorar libremente el espacio en el que se desenvuelve, sin estrés.