Poner pendientes a las bebés es una tradición cultural en España y en muchos países latinoamericanos, pero ¿es aconsejable o no? Desde el punto de vista de la pediatría, no hay evidencias de que perforar el lóbulo de la oreja provoque problemas, aunque tiene riesgos de infección o alergias si no se hace de manera adecuada. Por ello, siempre hay que escoger métodos correctos y profesionales sanitarios con experiencia. Si tienes dudas sobre esta práctica, en las siguientes líneas contamos cuándo es el momento más apropiado para realizarla, los pendientes más aconsejables y los cuidados posteriores que requiere.
Por tradición, por estética o por evitarles dolor cuando sean más mayores, muchos padres deciden poner pendientes a sus hijas cuando son bebés. O, por el contrario, se inclinan por no hacerlo. ¿Es mejor una opción u otra? ¿Hay riesgos por perforar el lóbulo de las orejas a niñas tan pequeñas?
No existe contenido científico que haya analizado esta cuestión en ningún sentido. De hecho, «en la práctica clínica este no es un motivo de consulta pediátrica», reconoce la doctora Victoria de la Rúa, de la Asociación Española de Pediatría (AEP), quien añade que la puesta de pendientes es «decisión de la familia».
En España lo más frecuente es poner a las niñas los pendientes al poco tiempo de nacer y, en principio, no debería suponer un problema. La experta explica, sin embargo, que sí es importante «asegurarse de que la perforación de los lóbulos se haga correctamente» y seguir la evolución un tiempo.
¡A qué edad hacer los agujeros para los pendientes? El momento idóneo para colocar los pendientes a una bebé es a las pocas semanas, «desde que el pediatra confirma que la recién nacida está sana: se le ha caído el cordón, el crecimiento es correcto…», comenta la matrona Maite Navarro. Con esa edad «la piel del lóbulo es más blandita, lo que minimiza mucho la pequeña molestia que pueda sufrir».
En todo caso, recomienda que se perfore el lóbulo durante los primeros seis meses de vida, pues después «comienza la fase de rechazo a lo desconocido».
Otros profesionales, como el médico de familia Juan Bravo, son partidarios de posponer el momento y «esperar a que la niña tenga cinco o seis años o, incluso, a que sea más mayor y decida libremente si agujerearse o no los lóbulos».
A la hora de seleccionar los primeros pendientes que hay que poner a una bebé, se debe tener en cuenta que las bebés tienen la piel muy sensible y conviene que sean de materiales nobles como el oro, que no suele causar alergias.
Además de ser hipoalergénicos, tiene que cumplir los siguientes requisitos:
Imagen: PublicDomainPictures
Hacer los agujeros para poner pendientes a una hija es un servicio cada vez más demandado en las farmacias. Además, puede perforarse el lóbulo de las niñas en algunos centros médicos, en consultas de matronas e incluso en joyerías. Esta última opción «no es recomendable, pues estos establecimientos no tienen garantías sanitarias», aclara Bravo.
Es responsabilidad de los padres escoger al profesional y el lugar idóneo para la puesta de los pendientes de su pequeña. Sin embargo, según la matrona consultada, para un resultado óptimo es importante tener en cuenta:
En caso de que decidas poner pendientes a tu hija, la doctora De la Rúa apunta que se debe hacer con asepsia; es decir, «con procedimientos que garanticen ausencia de gérmenes que puedan causar una infección». Se emplean dos métodos:
El sistema más utilizado en las farmacias resulta una opción rápida y económica, ya que en el pistoletazo quedan colocados los pendientes, no solo perforado el lóbulo. Los pendientes son hipoalergénicos y están preparados para la primera puesta. Es importante dejarlos puestos durante un mes, hasta que la herida cicatrice del todo
Es la técnica más usada por las enfermeras y por personal médico. En este caso solo se hace el agujero. La parte menos buena de este método es que se requiere tiempo, y los bebés no suelen permanecer quietos durante largos intervalos.
Consiste en un sistema novedoso por el que se perfora el lóbulo con un pequeño aparato a presión, parecido a una grapadora. Es un aparato que se adapta a la oreja de la bebé y es estéril por completo (viene en un paquete individual). A l poner el pendiente a presión hace imposible que se pueda desprender la tuerca de forma accidental.
Los riesgos que la técnica de perforación puede tener son infección y alergia, tal y como asegura Victoria de la Rúa.
Los signos que alertan de una infección son la inflamación, el sangrado, la secreción de pus o el mal olor, por lo que «hay que estar atentos y hacer un seguimiento durante unos días». Pero esos riesgos se minimizan «tomando precauciones sanitarias adecuadas, con la puesta de pendientes de forma estéril y usando material hipoalergénico», explica Maite Navarro.
Además, hay otros peligros posteriores a la perforación del lóbulo. Es importante que los pendientes estén bien ajustados, pues en el caso de que se caiga uno y la niña lo trague por accidente, podría asfixiarse.
Asimismo, algunas bebés llegan a rasgarse el lóbulo, si el pendiente se engancha en alguna prenda y la pequeña tira con fuerza.
Tras la puesta de los pendientes es importante seguir una rutina de limpieza con el fin de evitar una infección. Los cuidados deben ser «los que se harían de manera habitual en la zona con cualquier herida», señala la doctora De la Rúa.
Así, se recomienda:
¡Ojo con las pistolas caseras!
Hay padres que, igual que deciden cortar el pelo a sus hijos o sacarles ellos mismos un diente que está a punto de caer, también deciden perforar el lóbulo en casa. Para ello adquieren pistolas que se venden por Internet y que parecen sencillas de usar.
Los expertos desaconsejan por completo esta práctica y coinciden en señalar que conviene acudir a un profesional con experiencia, para evitar problemas como infecciones o heridas.
Etiquetas:
Una práctica con gran tradición en muchos países es la de hacer los agujeros de las orejas para poner los pendientes de bebé a la recién nacida. En España durante muchos años ha sido una costumbre casi incuestionable, sin embargo, desde hace unos años son más los padres y madres que deciden esperar a que la bebé sea mayor y decida si quiere hacérselos.
En el caso de que los padres quieran hacer los agujeros a la recién nacida, es necesario que sea bajo máximas condiciones de higiene y de seguridad para evitar el riesgo de posibles infecciones.
“El período neonatal es especialmente delicado, sobre todo frente a las infecciones, y aunque antes se ponían los pendientes de las niñas antes incluso de dar el alta hospitalaria, es una costumbre que se ha ido abandonando”, aclara la Dra. Amparo Millán, pediatra del hospital Vithas Málaga. Aunque poner los pendientes de bebé a los pocos días del nacimiento es una práctica muy extendida y que no suele provocar muchos problemas, es muy importante tener en cuenta las condiciones de higiene en las que debe hacerse, ya que, como dice la experta, en el periodo neonatal hay que tener especial cuidado con las infecciones.
En cuanto a si hay una edad aconsejable para hacer los agujeros de las orejas a bebés, la experta afirma que no hay una pauta consensuada para ello, pero sí recomendaciones: “No hay un consenso sobre la edad adecuada para hacerlo, pero es recomendable esperar a los 2-3 meses, y de ahí en adelante”, asegura Millán.
Los riesgos de hacer los agujeros de las orejas para los pendientes de bebé no son muy grandes y teniendo unas precauciones de higiene básicas será suficiente para evitar problemas: “No hay que olvidar que se realiza una pequeña herida y como tal hay que cuidar que no se infecte, bastará con un antiséptico como Clorhexidina, un par de veces al día”, explica la pediatra.
Como decíamos, la higiene y la seguridad es muy importante a la hora de hacer los agujeros de las orejas al bebé, por eso, es fundamental buscar un profesional experto y un lugar de confianza: “Lo recomendable es hacerlo en un establecimiento con garantías higiénicosanitarias, y por un profesional sanitario con experiencia”, matiza Millán.
Otra de las dudas más frecuentes a la hora de tomar esta decisión es cómo deben ser los pendientes para el bebé, qué características deben tener y en qué debemos fijarnos a la hora de elegirlos. En este caso, las orientaciones de la experta también son claras: “Los pendientes para bebés deben ser pequeños y redondeados para evitar molestias, y de un material hipoalergénico. Los primeros 10-15 días es recomendable girarlos para que el orificio no se cierre al cicatrizar, sin quitarlos”. Ni adornos, ni colgantes, debemos tener en cuenta que hay que evitar el riesgo de que puedan tirar de ellos o engancharse.
Es importante esperar a que pasen esos 10-15 días para poner otros pendientes al bebé y los que elijamos deben tener las mismas características que indicábamos antes.
Como expresábamos al empezar este artículo el tema de poner los pendientes al bebé a los pocos días de su nacimiento es una cuestión cultural, en muchos casos basada en la tradición.