Aumentar apetito en niños: Mi hijo no quiere comer: 9 consejos para estimular su apetito

Aumentar apetito en niños: Mi hijo no quiere comer: 9 consejos para estimular su apetito

Mi hijo no quiere comer: 9 consejos para estimular su apetito

Para estimular el apetito del niño puede resultar interesante recurrir a algunas estrategias como dejarlo ayudar en la preparación de las comidas, llevarlo al supermercado y preparar platos más atractivos y divertidos. Sin embargo, también es importante tener paciencia, ya que las estrategias para abrir el apetito suelen funcionar solo cuando son repetidas varias veces.

La falta de apetito en los niños es normal entre los 2 y los 6 años de edad, por lo que es común que en esta etapa rechacen la comida. 

Recurrir a los medicamentos estimulantes del apetito solo está indicado en casos excepcionales, cuando el niño tiene un alto riesgo de desnutrición, y solo deben ser utilizados según la indicación del médico o nutricionista. Conozca más sobre la falta de apetito en los niños.

Algunos consejos que pueden ser útiles para abrir el apetito del niño son:

1. Definir las comidas del día con el niño

Una forma de ayudar al niño a comer mejor y a abrir su apetito es planificar juntos las comidas del día, siguiendo sus ideas y sugerencias, pues así es posible incluirlo en el proceso, haciendo que tenga más interés en comer.

Asimismo, también es interesante involucrarlo en las preparación de las comidas, ya que así observa que sus sugerencias fueron tomadas en cuenta.

2. Llevar al niño al supermercado

Llevar al niño al supermercado es otra estrategia que ayuda a aumentar el apetito, siendo interesante pedirle que empuje el carrito de compras o que tome algunos alimentos, como fruta o pan, por ejemplo.

Después de hacer las compras, igualmente es importante que ayude en el almacenamiento de los alimentos en la alacena, con el objetivo de que vea cuáles son los alimentos adquiridos y dónde son colocados, además de involucrarlo también en el arreglo de la mesa, por ejemplo.

3. Comer a una hora adecuada

El niño debe hacer al menos 5 comidas diarias, desayuno, merienda de la mañana, almuerzo, merienda de la tarde y cena, siempre en el mismo horario porque esto educa al organismo a sentir hambre siempre a la misma hora. Otro cuidado importante es no comer ni beber nada 1 hora antes del horario de las comidas, ya que así es más fácil que el niño tenga apetito para la comida principal.

4. No llenar mucho el plato

Los niños no necesitan tener un plato muy lleno de comida, pues pequeñas cantidades de cada alimento son suficientes para mantenerse nutrido y saludable. Aparte de esto, no todos los niños tienen el mismo apetito, y es normal que entre los 2 y los 6 años de edad este sea menor, ya que es una fase de crecimiento más lenta.

5. Hacer platos divertidos

Para abrir el apetito del niño, una buena estrategia es hacer platos divertidos y coloridos, combinando alimentos que le gusten más con aquellos que le gusten menos, siendo esta una gran opción para hacer que el niño coma verduras. Así, por medio de este tipo de platos, es posible entretener al niño y estimular su apetito.

6. Preparar los alimentos de forma diferente

Es importante que el niño tenga la oportunidad de probar los alimentos preparados de formas diferentes, como crudos, cocidos o asados, puesto que así estos pueden tener colores, sabores, texturas y disponibilidad de diversos nutrientes, de manera que el niño le guste más o menos determinada verdura según la manera en que fue preparada.

7. Evitar las “tentaciones”

Preferiblemente, se debe tener en casa alimentos frescos como verduras y frutas, además de pasta, arroz y pan, y se debe evitar alimentos industrializados y preparados, ya que estos, aunque tengan más sabor, son perjudiciales para la salud cuando se consumen a diario, y hacen que a los niños no le guste el sabor de los alimentos saludables, pues son menos intensos.

​8. Salir de la rutina

Para aumentar el apetito del niño y que este vea la hora de la comida como un momento divertido, los padres pueden fijar un día del mes para cambiar la rutina y comer fuera de la casa, en el jardín, hacer un picnic o una barbacoa, por ejemplo.

9. Comer juntos

La hora de las comidas, como desayuno, almuerzo o cena, debe ser un momento en que la familia esté reunida y todos coman los mismos alimentos, llevando al niño a entender que tiene que comer lo mismo que los padres y los hermanos.

De esta manera, para que el niño adquiera hábitos saludables, es muy importante que los adultos den el ejemplo al niño, mostrando el gusto por lo que comen, ya que estos repiten lo que hacen los adultos.

Cómo abrir el apetito de los niños

Nuestros hijos, en ocasiones, tienen etapas en las que no quieren comer de la misma forma que lo venían haciendo o que aborrecen ciertos alimentos que antes les gustaban. Este cambio en el apetito de tu hijo puede estar justificado por alguna molestia eventual: salida de los dientes o enfermedad, pero no siempre encontramos una explicación y empezamos a preocuparnos…

La niña de mi amiga no quería tomar la leche, así que su mamá estaba preocupada porque para su correcto desarrollo le habían aconsejado que tomara, al menos, medio litro al día para tener un correcto aporte de calcio.

Pero, no consideró los derivados lácteos que su hija sí tomaba como los yogures o queso. La aversión o hartura de ciertos alimentos es bastante frecuente en los niños, pero siempre podemos sustituirlos por otros cuyo aporte nutricional sea semejante. Es recomendable que aprendamos algo sobre los alimentos más comunes que pueden formar parte de su dieta de tal manera que podamos abandonar unos en favor de otros.

Para abrir el apetito de nuestros hijos y lograr que coman, podemos echar mano de algunos consejos:

– Cambiar alimentos que al niño le resulten más apetecibles, dentro de no permitirle caprichos que no les convengan nutricionalmente. No es recomendable ofrecerles, por sistema, alternativas al alimento que le ponemos sobre la mesa. Si no tiene hambre, que no coma.

– Crear un ambiente agradable y adecuado, aunque sin dejar que el niño se entretenga con la tele, pierda el ritmo o no ubique el acto de comer con el lugar donde comer.

– Hacerle disfrutar la comida y de la compañía. Sentarle a la mesa con nosotros para que se apropie de nuestros hábitos y pueda disfrutar de un momento en familia.

– Respetar el horario natural de sus comidas. Darle de comer cuando tiene hambre, evitando picoteos que le sacien antes de sentarse a la mesa.

– Procurar no ofrecer un plato que rebose de comida. Es preferible que le ofrezcamos menos cantidad y le demos la opción de repetir. La cantidad que a nosotros nos puede parecer razonable, puede ser demasiada para ellos.

– Limitar la cantidad de agua o de pan con las comidas.

– Invitarles a que se coman en primer lugar lo que menos les gusta.

– Hacerle partícipe de alguna responsabilidad culinaria: ayudar a poner o quitar la mesa, preparar algún alimento o, incluso, servirse la comida.

– Hay alimentos que les costará más tomárselos, como las verduras o pescado, así que podemos disfrazárselas en rebozados o dárselas en purés.

– Elogiar sus conductas.

Satisfacer el hambre, desarrollar conductas sanas y conocer los gustos de nuestros hijos, son fundamentales para satisfacer la necesidad diaria de alimentarnos. No debemos vivir con tensión el hecho puntual de que nuestro hijo no quiera comer o aborrezca temporalmente un alimento. Debemos mirar con perspectiva que nuestro hijo se desarrolla correctamente y va adquiriendo hábitos correctos para satisfacer sus necesidades particulares.

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