La OMS y UNICEF recomiendan la lactancia materna como alimento exclusivo de los recién nacidos hasta los 6 meses de edad, ya que proporciona a los bebés todos los nutrientes que necesitan para crecer y que su sistema inmunológico se desarrolle plenamente. Aconsejan además que hasta los 2 años se alimenten con una combinación de la misma con alimentos adecuados y nutritivos para su edad.
Sin embargo, la lactancia no siempre resulta fácil para las madres. Aunque es cierto que no debería ser dolorosa, es frecuente que surjan algunos problemas, entre los que se encuentran los bultos en el pecho.
La leche se origina en el pecho en las células alveolares y se transporta al pezón a través de los conductos galactóforos. Cuando uno de estos conductos se obstruye, provoca que haya una acumulación de leche. Como consecuencia aparece un bulto duro y doloroso en el pecho así como un enrojecimiento de la piel en esa zona.
Según la Asociación Española de Pediatría, “la obstrucción de un conducto lácteo surge como consecuencia de un vaciado defectuoso o ineficaz de un lóbulo mamario, por una mala técnica de lactancia o por la utilización de sujetadores de talla o modelo inadecuado que producen una compresión excesiva. En raros casos puede obedecer a una malformación u otras lesiones de la mama (quistes, tumores), que favorecen la obstrucción del conducto”.
Mujer amamantando a su bebé
Natalia Deriabina/iStockphoto
Para aliviarlos, la AEP marca una serie de recomendaciones que se pueden seguir. En primer lugar, es aconsejable aumentar la frecuencia de las tomas.
En ellas, se debe colocar al bebé de forma que su mentón quede orientado a la zona donde está el bulto, ya que es la que mejor vaciará. Si la zona obstruida está hacia la axila, se le pondrá en la posición de rugby.
En segundo lugar, se recomienda hacer masajes circulares con el pulgar desde la zona del bulto hacia el pezón para facilitar el drenaje, antes y durante la toma, teniendo cuidado de que el bebé no se desenganche. En tercer lugar, si el bebé no vacía el pecho del todo, conviene terminar de extraer la leche con un sacaleches. Por último, conviene que la madre utilice un sujetador adecuado, bien ajustado pero elástico que no ejerza una presión excesiva.
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Si el dolor es muy fuerte, la madre puede tomar analgésicos, tras consultar con el especialista. Para prevenir los bultos en el pecho es importante facilitar el drenaje de la leche.
Para ello puedes seguir estas pautas: ofrecer el pecho a demanda, utilizar sacaleches si es necesario y cambiar de posiciones para amamantar. En cualquier caso, ante síntomas de aparición de bultos u otras molestias, lo más indicado es consultar a la matrona o el especialista para que valore y asesore sobre los pasos a seguir.
La lactancia es uno de los momentos más importante durante el posparto. En esta etapa crearás un vínculo con tu bebé y lo alimentarás con los nutrientes que su organismo necesita, explica la Organización Mundial de la Salud.
En algunos casos, los senos lactantes pueden sentirse duritos o presentar bultos, situación que genera miedo e incertidumbre en las mamitas.
Con el fin de que te sientas más tranquila y estés informada al respecto, te explicamos el origen de este padecimiento, cómo puedes tratarlo y si representa un peligro para tu salud o la de tu recién nacido.
Sigue leyendo y conoce la opinión de los expertos.
Tus senos pasan por muchos cambios antes, durante y después del embarazo. Estas modificaciones son causadas, principalmente, por las hormonas que preparan tu cuerpo para la lactancia, dice el sitio especializado Parenting.
En la mayoría de los casos es completamente normal y transitorio, no obstante, si el bulto duele, expulsa un olor extraño o permanece por más de una semana, puede indicar un problema de salud más grave.
El tratamiento depende de su origen; mientras algunas bolitas son eliminadas fácilmente y desde la comodidad del hogar, hay otras que requieren un tratamiento especializado o intervención médica, explica la Dra. Karen Gill.
Revisa tus senos periódicamente y visita a tu médico en caso de notar alguna irregularidad. Un diagnóstico temprano puede hacer la diferencia, tómalo en cuenta.
Es un problema común durante la lactancia.
Puede desarrollarse por varios factores; el bebé no tiene un buen agarre, tu ropa es demasiado ajustada o ha pasado mucho tiempo entre comida y comida.
De acuerdo con Medical News Today, dicho fenómeno se manifiesta a través de ampollas blancas en el pezón, dolor en las aureolas y bolitas que van del tamaño de un chícharo a un melocotón.
La congestión ocurre cuando los senos producen o almacenan demasiada leche. Sucede con mayor frecuencia en madres primerizas o cuando el pequeño no se alimenta lo suficiente.
Si tu busto está inflamado, es posible que notes un bulto alrededor del área de la axila o debajo de ésta.
Healthline enumera los síntomas más comunes de ingurgitación:
Cuando no se recibe el tratamiento adecuado, aumenta la posibilidad de que otros conductos se bloqueen y surjan padecimientos más peligrosos ( mastitis, grietas en la piel o un menor suministro de líquido).
En caso de que los síntomas no disminuyan, consulta a tu médico o un especialista en lactancia para obtener ayuda.
El Dr. Evan McGuiness la define como la inflamación o hinchazón del tejido mamario. Puede surgir por un conducto lácteo bloqueado, una alergia o una infección causada por hongos y bacterias.
Las mujeres que sufren de este padecimiento, suelen presentar bultos o un engrosamiento en la piel de los senos. Otros síntomas son:
Según Mayo Clinic, un quiste es un bulto redondo u ovalado que contiene una acumulación de líquido. Su textura es consistente pero suave, y puede moverse con facilidad a través del seno.
No representan un peligro para la salud, sin embargo, a veces es necesario extirparlos para evitar que crezcan y causen molestias.
Se refiere a un depósito de sangre que se encuentra debajo de la piel.
Es causado por un traumatismo o una cirugía y cuenta con diferentes tamaños.
La zona que rodea la bolita suele ser dolorosa, tener un ligero color rojo y presentar inflamación. Si la sangre está cerca de la piel, ésta puede verse decolorada o amoratada, subrayan los expertos.
Es poco común desarrollar cáncer de mama durante la lactancia. Un estudio de la Librería Online Wiley, asegura que solo el 3% de las mujeres que amamantan sufren de este padecimiento.
Notifica a tu doctor de cabecera si sientes una bolita en los senos o presentas alguna de estas señales:
Ahora, tener alguno de estos síntomas no significa que tienes cáncer de mama. Empero, es un signo de que debes consultar a tu médico y empezar con el tratamiento adecuado.
Si sospechas que el bulto es ocasionado por un conducto lácteo obstruido, puedes seguir amamantando con regularidad.