El cuento de la gallina de los huevo de oro: La gallina de los huevos de oro — Anónimo

El cuento de la gallina de los huevo de oro: La gallina de los huevos de oro — Anónimo

LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO. Tres versiones

Una buena historia con una buena moraleja es imperecedera. Y eso ocurre con LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO.

La avaricia rompe el saco

Podría ser otro título para este cuento, pero esa frase suena demasiado directa y los que buscaban los narradores (ya desde la Edad Media) era «enseñar deleitando», que su público aprendiera de forma indirecta mientras pasaba un buen rato escuchando estas bellísimas y eternas historias.

Es imposible saber exactamente en qué momento o lugar nació La gallina de los huevos de oro. Ni quién fue su autor primero.

Como pasa con la mayoría de los “cuentos populares” siempre ha estado presente; ha ido transmitiéndose de boca en boca; en nuestra cultura y en otras; desde tiempos remotos; versionándose en verso y en prosa; el pueblo la tiene como suya y cada cual la cuenta a su manera; para moralizar, para enseñar y también para deleitar.

Igual ha ocurrido con otros cuentos populares, por ejemplo, LA LECHERA o LOS BURLADORES QUE HICIERON EL PAÑO.

Tres versiones de una fábula clásica

Os dejo aquí una pequeña muestra de la pervivencia de esta bella narración: tres versiones diferentes del mismo cuento y una única enseñanza: “La avaricia rompe el saco”. Por supuesto, podéis encontrar más versiones o, si sois un poco creativos, escribir la vuestra propia.

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LA GALLINA Y LOS HUEVOS DE ORO. ESOPO

Sobre el autor

No es posible dar datos ciertos sobre Esopo. Hombre de vida desconocida para nosotros. Ni fecha ni lugar de nacimiento exactos. Se supone que vivió alrededor del 600 a. C. y se le llama “el padre de la fábula”. Sus relatos son divertidos y cumplen la norma clásica del “prodesse delectare” (enseñar deleitando), por eso suelen tener una frase al final que condensa toda la enseñanza. Se le considera más un recopilador que un autor.

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LA GALLINA Y LOS HUEVOS DE ORO

«Tenía cierto hombre una gallina que cada día ponía un huevo de oro. Creyendo encontrar en las entrañas de la gallina una gran masa de oro, la mató; mas, al abrirla, vio que por dentro era igual a las demás gallinas. De modo que, impaciente por conseguir de una vez gran cantidad de riqueza, se privó él mismo del fruto abundante que la gallina le daba».

 Es conveniente estar contentos con lo que se tiene y huir de la insaciable codicia

LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO. Anónimo

«Érase un labrador tan pobre, tan pobre, que ni siquiera poseía una vaca. Era el más pobre de la aldea. Y resulta que un día, trabajando en el campo y lamentándose de su suerte, apareció un enanito que le dijo:

-Buen hombre, he oído tus lamentaciones y voy a hacer que tu fortuna cambie. Toma esta gallina; es tan maravillosa que todos los días pone un huevo de oro.

El enanito desapareció sin más ni más y el labrador llevó la gallina a su corral. Al día siguiente, ¡oh sorpresa!, encontró un huevo de oro. Lo puso en una cestita y se fue con ella a la ciudad, donde vendió el huevo por un alto precio.

Al día siguiente, loco de alegría, encontró otro huevo de oro. ¡Por fin la fortuna había entrado a su casa! Todos los días tenía un nuevo huevo.

Fue así que poco a poco, con el producto de la venta de los huevos, fue convirtiéndose en el hombre más rico de la comarca. Sin embargo, una insensata avaricia hizo presa su corazón y pensó:

“¿Por qué esperar a que cada día la gallina ponga un huevo? Mejor la mato y descubriré la mina de oro que lleva dentro”.

Y así lo hizo, pero en el interior de la gallina no encontró ninguna mina.

A causa de la avaricia tan desmedida que tuvo, este tonto aldeano malogró la fortuna que tenía«.

LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO. SAMANIEGO

Sobre el autor

Félix María de Samaniego (1745 – 1801). Escritor español del siglo XVIII, conocido especialmente por sus fábulas. Temido en su época por su sátira mordaz contra políticos y religiosos, por lo que fue perseguido por la Inquisición. Sus fábulas son menos «ingenuas» que las de Esopo y están llenas de críticas “escondidas” a personajes conocidos y a costumbres de la época.

LA GALLINA DE LOS HUEVOS DE ORO

Erase una gallina que ponía

un huevo de oro al dueño cada día.

Aun con tanta ganancia mal contento,

quiso el rico avariento

descubrir de una vez la mina de oro,

 y hallar en menos tiempo más tesoro.

Matóla, abrióla el vientre contado

 pero, después de haberla registrado,

 ¿qué sucedió? que muerta la Gallina,

 perdió su huevo de oro y no halló la mina.

¡Cuántos hay que teniendo lo bastante

enriquecerse quieren al instante,

abrazando proyectos

que sólo en pocos meses,

cuando se contemplaban ya marqueses,

contando sus millones,

se vieron en la calle sin calzones!

¿Cuál te gusta más de las tres versiones de «La gallina de los huevos de oro»?

Es difícil, porque cada una tiene algo diferente. La de Esopo es breve y directa; la anónima introduce la figura del enanito que la hace especialmente apropiada para los niños; la de Samaniego, en verso, con esa crítica escondida a la corrupción que ya había en su época. Si tengo que quedarme con una, yo elijo a Esopo; me encanta la sencillez y lo directo de sus fábulas, sin adornos y con una sola finalidad; enseñar.

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Sobre Victoria Monera

Soy profesora de Lengua y Literatura españolas; me he dedicado a dar clase y cuidar a mi familia. De todo este trabajo me han quedado muchos textos, ejercicios, artículos y algunas recetas que quiero compartir con vosotros en este blog. Espero que disfrutéis.

Reflexiones empresariales: Gallina de huevos de oro

Posted at 13:57h
in Reflexiones
by Jose Fulgencio Valverde

Continuando con nuestro repaso a aquellos cuentos populares de los que, con una pizca de análisis y reflexión, se puede extraer un aprendizaje de gran utilidad para su aplicación en el ámbito de la gestión empresarial, hoy queremos centrar nuestra atención en una fábula que habrás escuchado mil y una veces, hasta el punto de que su expresión más conocida suele ser utilizada con cierta frecuencia en multitud de conversaciones coloquiales, como es el Cuento de la Gallina de los huevos de oro, escrita originalmente por Esopo y traducida a nuestro idioma por Félix María de Samaniego.

“Hace ya algún tiempo, un matrimonio de granjeros, que pasaba por frecuentes dificultades económicas, descubrió que una de sus gallinas, como por arte de magia, ponía cada día un huevo de oro.

Gracias a este hallazgo, el matrimonio pasó a convertirse en la familia más rica y respetada de su aldea, dedicando los beneficios que obtenían de su sorprendente gallina a toda clase de fiestas y lujos.

A tal punto llegó su acelerado tren de vida, que la frecuencia con la que la gallina ponía nuevos huevos no era suficiente para hacer frente a los gastos de sus dueños, por lo que decidieron matarla para acceder a la ‘mina de oro’ que, supuestamente, habría en su interior.

Y así fue como este matrimonio de granjeros, presos de su avaricia, acabaron con la fortuna que la suerte les había ofrecido.”

 

A partir de esta lectura, desde OGE Consultores nos gustaría enfocar su mensaje desde una perspectiva más empresarial, orientando su moraleja hacia los siguientes aspectos.

 

El papel de la planificación estratégica

 

En primer lugar, este cuento nos debe servir para tomar conciencia de la necesidad de disponer de una planificación estratégica en tu negocio, que te permita saber a qué aspectos es preferible dedicar los beneficios obtenidos, tanto a través de su actividad ordinaria como los que puedan generarse de forma extraordinaria o, en cierto modo, inesperada.

En contra de lo que solemos pensar, el proceso de planificación estratégica debe llevarse a cabo, preferiblemente, en periodos de bonanza, y no cuando nos vemos inmersos en una crisis, ya que esta será la mejor forma de orientar estos recursos hacia la consecución de nuestros objetivos empresariales, y mantener así una tendencia positiva en el tiempo.

 

La importancia de la reinversión de beneficios y la diversificación de riesgos

 

En relación con el punto anterior, es conveniente tener en cuenta la necesidad de que los beneficios que se obtengan en el seno de un negocio, se reinviertan en su crecimiento y consolidación, en lugar de dedicarlos a inversiones o gastos ajenos a la actividad empresarial.

Si el matrimonio de granjeros se hubiera dedicado a mejorar las instalaciones de su granja, y a abordar nuevos proyectos, y no a gastar su dinero en fiestas y lujos, no hubieran necesitado obtener más recursos y tomado esa fatídica decisión o, al menos, podrían haber minimizado el tremendo error de matar a su gallina de los huevos de oro, ya que dispondrían de una granja más moderna y una economía perfectamente saneada.

 

La necesidad de cuidar a tus clientes

 

Para finalizar, a partir de esta fábula es conveniente tener presente el papel esencial que desempeña la cartera de clientes de tu empresa, ya que es, realmente, dónde se encuentra la principal y, podríamos decir, única fuente de recursos de tu negocio, si dejamos a un lado las aportaciones de capital y la capacidad de endeudamiento externo.

En la medida en identifiques con claridad quiénes son tu ‘gallina de los huevos de oro’, y realices las actuaciones necesarias para mimarlos e incrementar su satisfacción y fidelización, en lugar de tratar de intensificar en exceso su volumen de compras desde una perspectiva cortoplacista, estarás sentando las bases para afianzar tu posición competitiva y expectativas de crecimiento en tu mercado de actuación.

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