Hijos no deseados: Hijos no deseados – La Mente es Maravillosa

Hijos no deseados: Hijos no deseados – La Mente es Maravillosa

Hijos no deseados – La Mente es Maravillosa

4 minutos

Revisado y aprobado por el psicólogo Sergio De Dios González.

Escrito por Edith Sánchez

Última actualización: 07 octubre, 2018

Lo ideal es que un niño venga al mundo cuando la mente y el corazón de sus padres lo desean y lo llaman. Pero muchas cosas en la vida no funcionan de forma ideal. Una buena parte de los embarazos no se planean. El resultado son hijos no deseados, personas que inician sus días en medio de una total o parcial ausencia de sentido para su existencia.

El aborto, aún hoy en día, es una opción que rechazan varios sectores de la sociedad. En esos casos, la decisión de dar lugar a una nueva vida está mediada principalmente por el deber moral, pero no por el afecto o el anhelo. Las consecuencias pueden ser graves.

Deseo y construcción del deseo

Es posible que algunas madres y padres no quieran un hijo en un momento dado de la vida. Y puede ser así por muchos motivos, desde la edad temprana a la que se produce el embarazo hasta problemas económicos.

Si una gestación tiene lugar en esas condiciones, solo existen dos alternativas: o esos padres reprimen, sin éxito, su rechazo al nuevo ser; o entran en un proceso de replanteamiento de sus expectativas y logran construir un deseo, en función de nuevos afectos que se despiertan.

El hijo será para ellos un intruso, aunque acepten tenerlo y criarlo.

Lo más frecuente es que en esos casos el niño crezca en medio de grandes privaciones afectivas. Sí, le dan la comida y cubren sus necesidades básicas, pero sin amor. Sí, le dan el techo, pero se siente un extraño en su hogar. La represión nunca tiene éxito. Los sentimientos reprimidos siempre retornan, aunque generalmente vestidos con otro ropaje.

“Un padre no es el que da la vida, eso sería demasiado fácil, un padre es el que da el amor.”

-Denis Lord-

Por eso, muchos padres que no deseaban a sus hijos se vuelven extremadamente celosos. No quieren ni que los toque el aire. Los perciben como personas a las que se puede destruir fácilmente. Y esto es así, precisamente, porque sus lazos de afecto son extremadamente frágiles.

Cuando un hijo no es deseado, difícilmente sus padres buscarán tiempo de calidad para compartir con él. Jugar será para ellos una pérdida de tiempo. Y cada ocasión para conversar les resultará incómoda. Sienten que “no tienen nada que decir”.

Las consecuencias de ser hijos no deseados

La distancia emocional de los padres deja fuertes huellas en las personas

A los hijos no deseados les será muy difícil construir relaciones sanas de afecto en su vida adulta. El amor tiene un idioma que desconocen. No saben cómo descifrar sus códigos y mucho menos cómo construirlos.

Les cuesta mucho necesitar y ser necesitados. Una relación afectiva puede resultarles asfixiante: es una defensa contra la intimidad de la que no conocen nada.

Normalmente, los hijos no deseados oscilarán entre la egolatría y profundos sentimientos de inferioridad. No saben cómo se encuentra el equilibrio de una autoestima saludable. Por eso lo más frecuente es que eludan por completo el conflicto con sus pares y superiores, o no hagan más que generarlo. Repiten incesantemente la ruptura que significó su presencia en el mundo.

Una persona con estos antecedentes necesitará ayuda para sobrellevar esos abismos de amor que habitan en su corazón. El paso más importante es que reconozca que su malestar no depende de quién es, sino de las circunstancias que dieron origen a su ser. Y nunca es tarde para tener una conversación sincera con los padres.

Reflexiones finales 

En primer lugar debemos ser conscientes y responsables cuando mantenemos relaciones sexuales. Muchos hijos han nacido por la falta de precaución a la hora de mantener relaciones. Por otro lado, debemos concienciarnos de la importancia de no tomar las precauciones necesarias, porque el resultado puede ser un hijo y un hijo es alguien que estará con nosotros toda nuestra vida, será nuestra mayor responsabilidad.

La mejor forma de afrontar hijos no deseados es dándoles nuestro amor, nuestro apoyo y hacer de ellos nuestro mejor regalo. Se trata de cambiar de perspectiva. Si volcamos en él nuestras emociones negativas podrá tener una adolescencia y/o vida adulta complicada, pero si lo tratamos con amor podrá ser un niño sano con una buena autoestima.

En una revisión de Ana Langer (2002) señala que diversas investigaciones han mostrado que los hijos no deseados que han sido tratados por sus padres de forma brusca y no han gozado de su supervisión, han tenido una mayor incidencia en actividades delictivas durante su juventud. Resultados como estos ponen en evidencia que los hijos no deseados no pueden convertirse en contenedores de frustraciones paternas, sino que deben ser educados con amor, cariño y respeto.

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Tener un hijo no deseado: Las consecuencias para los padres y los niños

La llegada de un hijo no siempre se planifica, a veces ocurre cuando menos se espera, ya sea porque no es el momento adecuado, las condiciones económicas no son las mejores o simplemente no estamos preparadas/os para afrontar esa enorme responsabilidad. De hecho, se estima que en España el 35% de las gestaciones no son planificadas, una cifra que asciende al 43% en toda Europa.
En cualquier caso, si el embarazo sigue adelante, pero la ilusión de tener un hijo nunca llega, es probable que lo que debería ser una experiencia maravillosa termine cobrando un alto precio emocional tanto a los padres como a sus hijos.

¿Cómo afecta a los padres tener un hijo no deseado?

Una investigación llevada a cabo en la Universidad de California desveló que llevar a término un embarazo no deseado podría tener repercusiones negativas para la salud física y emocional de la madre. Sin embargo, lo peor suelen ser las secuelas psicológicas, de las que muy pocas veces se habla.

Muchas de las parejas que se enfrentan a una maternidad o paternidad no deseada son más vulnerables a padecer alteraciones emocionales, como depresión, ansiedad o estrés. En algunas ocasiones incluso pueden llegar a pensar en el suicidio, sobre todo cuando se trata de parejas jóvenes que tienen poca madurez psicológica o escasas herramientas emocionales para hacer frente a este tipo de conflictos.

Las madres que tienen hijos no deseados también son más propensas a desarrollar depresión postparto, como reveló un estudio realizado en la Universidad de Ciencias Médicas de Kermanshah. En muchos casos también presentan dificultades para adaptarse a su nuevo rol, lo que conlleva a que a menudo descuiden al niño poniendo en riesgo su seguridad. En el caso de los padres, es frecuente que se desentiendan del cuidado del menor, una actitud que en múltiples ocasiones deriva en la separación de la pareja y el consecuente abandono de la responsabilidad paterna.

Las consecuencias de venir al mundo sin ser un niño deseado

Los padres no son los únicos que sufren las consecuencias de tener un hijo no deseado, los niños a menudo también son afectados. En la mayoría de los casos estos pequeños suelen crecer en un entorno de privaciones afectivas, lo que conlleva a que se sientan rechazados y desarrollen una baja autoestima y autovaloración. A la larga, muchos de ellos se convertirán en adultos inseguros y con dificultades para establecer relaciones emocionales con otras personas.

De hecho, muchos de estos niños crecen con un miedo constante a no encajar en su entorno, por lo que a menudo sufren trastornos de adaptación y les cuesta desarrollar su sentido de pertenencia hacia un lugar o grupo. En algunos casos incluso tienden a aislarse socialmente debido a que se sienten continuamente rechazados y además, son incapaces de mantener relaciones sanas y asertivas con quienes les rodean.

En ocasiones pueden presentar problemas académicos debido fundamentalmente a que no se sienten lo suficientemente seguros de sí mismos y carecen del apoyo de sus padres, como reveló un estudio realizado en la Universidad Complutense.

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