Niños contestones: ¿Cómo rehabilitar a los hijos contestones y retadores?

Niños contestones: ¿Cómo rehabilitar a los hijos contestones y retadores?

¿Cómo rehabilitar a los hijos contestones y retadores?

Consultamos a una experta y estos son algunos tips que nos deja para padres de hijos contestones y retadores, la educación y los límites que deben tener.

Si tus hijos no te hacen caso, incluso te retan y básicamente tienes hijos contestones que no saben convivir con las figuras de autoridad, aún estás a tiempo de ayudarlos para que sean adolescentes funcionales y adultos felices.

¿Por qué un hijo se vuelve contestón, desafiante, retador e incluso violento con sus propios padres y otras figuras de autoridad? Así es su carácter o algo está pasando con la forma de crianza. Una experta en psicología educativa te brinda las respuestas precisas para rehabilitarlo.

Los límites son esenciales

Para la psicóloga educativa, Verónica Sofía Zubiaur Pérez, encargada del Área de Psicología del Centro de Desarrollo Infantil “Rosario Castellanos”, los límites son esenciales para que un niño se desarrolle socialmente bien.

Además: ¿Cómo poner límites efectivos sin lastimar a tu hijo?

«Las personas nacen con cierto temperamento, pero el carácter se va formando día a día con la crianza, las enseñanzas y los límites, pero cuando los niños comienzan a desarrollar trastornos de conducta significa que los límites no están claros para el menor y no sabe quién es su guía», precisa la experta.

Hay niños que nacen con un temperamento fuerte, que se incrementa por las condiciones de crianza poco eficientes que realizan los adultos que están a cargo del menor de edad.

«Cuando no hay límites, los niños comienzan a presentar trastornos de conducta que interfieren con sus relaciones interpersonales: en la escuela, en la familia, con los vecinos o con cualquier otro grupo social. Y si no se controlan pueden llegar a generar problemas importantes en la adolescencia y adultez», expresa Zubiaur Pérez.

La terapia es necesaria

Lo más recomendable es apoyar a los niños con reglas y límites claros y firmes en donde debe prevalecer la constancia. «No se trata de ponerle límites hoy y mañana dejarlos hacer lo que quieran, porque simplemente los confundes y no saben que ellos no están a cargo».

Por otro lado: La importancia de poner límites a los niños

Cuando los hijos contestones comienzan a retar a cualquiera dentro y fuera de la familia, se debe involucrar a un terapeuta cognitivo conductual que no sólo ayude al menor, sino que dé las herramientas a los padres o abuelos (el adulto responsable de la crianza) para que sepa cómo debe criarlo.

«No se trata de castigar o golpear al menor, sino que hay que darle refuerzos positivos cuando haga sus deberes correctamente, y negativos cuando realice una conducta inadecuada», advierte la psicóloga Egresada de la Universidad Pedagógica Nacional.

Consecuencias inmediatas, específicas y constantes

Los adultos a cargo de hijos contestones deben tener claro que las consecuencias a las conductas negativas deben implementarse con estas características:

1. Inmediatas. Cuando el niño actué de forma inapropiada se debe actuar justo en ese momento, así tendrás mejores resultados. No hay que esperar a que lo repita, o a llegar a casa o a que el niño lo comprenda. Si el niño actúa mal se le da una consecuencia negativa, pero también si actúa conforme lo esperado o deseado, se le da una consecuencia positiva en ese instante.

Revisa: ¿Cómo poner límites a tus suegros?

2. Específicas. Debes implementar la consecuencia de acuerdo con la acción que hizo el niño. Es decir, con el grado de transgresión. Ten cuidado en evitar actuar debido al enojo o molestia que causó en el adulto, pues ésta debe estar relacionada con su actuar y no, con tu frustración.

3. Constantes. El niño actúa todos los días, y se espera que todos esos días se comporte correctamente. Por eso, las consecuencias positivas y negativas deben ser diarias y constantes sin importar dónde ocurran. Ello incluye las vacaciones, los fines de semana, los días de visita con los abuelos, etcétera.

Incentivos en lugar de castigos

Como adulto debo anticipar, analizar y prevenir que mi hijo rete, violente y transgreda, por eso se recomienda implementar un programa de incentivos en lugar de castigos. Sin embargo, los incentivos no son premios, juguetes, ni dulces. Sino deben tener relación con actividades que el niño quiera como:

1. Ir al parque.
2. Jugar 10 minutos más.
3. Preparar su comida favorita.
4. Ser el primero en elegir el postre.
5. Escoger el cuento que va a leer antes de dormir.

«Los padres y otros adultos deben reconocer y aceptar que las interacciones dentro de la familia son recíprocas. Es decir, la conducta de los padres está influenciada por la de los niños y viceversa. Por eso, no le puedes pedir respeto a tu hijo, si tú mismo no respetas a los demás», indica la entrevistada.

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Niños con límites, adultos felices

Zubiaur Pérez refiere que en el Hospital Psiquiátrico Infantil «Dr. Juan N. Navarro», donde se atienden trastornos de conducta, se observa que estos son más frecuentes en varones, pero la tasa se iguala durante la pubertad.

«Los trastornos de conducta en escolares son fuertes factores de riesgo de trastorno disocial en la pre-adolescencia; los problemas de agresividad pueden seguir e incluso generar que los jóvenes delincan.

«De no atenderse a tiempo puede haber un deterioro clínico muy significativo en las actividades escolares, sociales e incluso laborales en el futuro», lamenta la experta.

5 consejos para padres con hijos respondones

Hay niños más pacíficos y obedientes. Otros, tienen una personalidad más fuerte y tienden a rebatirlo todo. Puede ocurrir a partir de los 4-5 años o cuando llega la adolescencia. Algo que no tiene por qué suponer ningún problema siempre y cuando no utilicen palabras hirientes como ‘Eres mala/a’, ‘Hazlo tú’, ‘Me da igual’…

Si tu hijo comienza a contestar de forma inadecuada o por defecto ante todo, no te desesperes. Te damos cinco consejos para superar esta etapa, en caso de que seas uno de esos padres que está sufriendo este periodo.

1. Controla tus emociones y no te pongas a su nivel
Es fácil decirlo pero difícil hacerlo, por eso, tienes que recordar que ‘Tú tienes el control de la situación, eres el adulto’. Si pides respeto, tú debes ser el primero. Así que deja de retarle y evita frases como ‘¿Qué has dicho?’, ‘Vamos, repítelo’.  Todo eso va a generar que la situación se agrande y no vas a conseguir que tu hijo deje de decirlo.

2. Usa la empatía y deja de pensar que te está retando
Pensar que tu hijo/a es malo/a, sólo va a conseguir que enfoques la situación de una manera equivocada y encima te vas a enfadar más.  Así que  para romper ese círculo de malas contestaciones, trata de no darle mucha importancia y deja de pensar que es un ataque personal. En vez de eso, entiende que para él es una frustración, como muchas de las que tienes tú o tenías a su edad y házselo saber. Puedes decirle por ejemplo: ‘Entiendo que no te guste que tu hermano juegue contigo pero no es la forma de decirlo’.

3. Habla con tu hijo solo cuando estén más calmados/as
Transmite la importancia de hablar de lo que uno siente o piensa, pero al mismo tiempo explícale que debe canalizar de una determinada manera ese enfado para no herir a los demás. Por supuesto, debéis pensar juntos soluciones. Usa frases como esta:  ‘¿Cómo puedes hacerlo la próxima vez?’.

4. Habla claro y sin complicaciones
Hay muchos padres y madres que dan demasiadas explicaciones y algunos tratan de utilizar dobles sentidos o ironías para explicárselo, y en la comunicación con un hijo/a es totalmente inútil. Por un lado, porque puede que no entienda lo que estemos diciendo y por otro, pensará que encima te estas riendo de él o ella y será un obstáculo para la comunicación.

5. Marca tus límites
De la misma manera que es importante que él/ella exprese, es que lo hagas tú. Puedes explicárselo de esta forma: ‘Cuando me hablas así, me enfado y no me gusta esa como me estás contestando, así que me gustaría que si quieres algo me lo digas sin llamarme malo/a’.

En Guiainfantil.com somos muy partidarios de utilizar los cuentos como recursos educativos para cambiar ciertas conductas de los niños. A continuación te hemos hecho una selección con los mejores relatos infantiles para educar la rebeldía de tus hijos.

Las conejitas que no sabían respetar. Para niños desrespetuosos. Las conejitas que no sabían respetar es un cuento fantástico para tratar el valor del respeto. Comparte con los niños este cuento con preguntas de comprensión lectora para que tus hijos entiendan qué significa el valor del respeto. Un cuento corto para niños de todas las edades.

La pesadilla de Carola. Para mejorar la conducta de los niños. La pesadilla de Carola es un cuento infantil que podemos leer a nuestros hijos para mejorar su conducta. Un relato que nos ayuda a que los niños reflexionen sobre su mal comportamiento y mejoren su actitud. Cuentos con valores para cambiar la conducta de los niños.

El niño y los clavos. Para corregir el mal genio de los niños. El niño y los clavos es un cuento infantil que habla de las consecuencias del mal genio y temperamento de los niños. Una experiencia para que los niños reflexionen sobre sus malas reacciones. Puedes utilizar este cuento para ayudar a tu hijo a comprender qué ocurre cuando no es capaz de canalizar su ira.

Daniel y las palabras mágicas. Para hablar sobre la amabilidad. Daniel y las palabras mágicas es un cuento infantil que hará reflexionar a tu hijo sobre la importancia de las palabras y la amabilidad. Los valores son las reglas de conducta y actitudes según las cuales nos comportarnos y que están de acuerdo con aquello que consideramos correcto. Este cuento fomenta la amabilidad en los niños.

Chiquitín y los elefantes desobedientes. Para niños rebeldes. Si tu hijo suele desobedecer y además no le teme a nada, es hora de leerle Chiquitín y los elefantes desobedientes, un cuento para niños rebeldes que les hará reflexionar y darse cuenta de lo que puede ocurrir cuando no hacen caso a sus padres.

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