Niños traviesos: ¿Niños con enfermedad o niños traviesos?

Niños traviesos: ¿Niños con enfermedad o niños traviesos?

¿Niños con enfermedad o niños traviesos?

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Es difícil establecer una diferencia clara entre comportamientos infantiles normales y patológicos. Por ello, en ocasiones, se confunde a un niño travieso con uno que padece déficit de atención.

Revisado y aprobado por la psicóloga Elena Sanz Martín.

Escrito por Zuleyvic Adriana Cuicas

Última actualización: 09 febrero, 2020

El dilema sobre si los niños son traviesos o tienen una enfermedad o trastorno principalmente lo sufren los padres. Siempre hay claves, además de especialistas adecuados, que pueden despejar esa duda con objetividad. Las líneas entre lo que se considera un comportamiento “normal” y uno patológico son delgadas para nosotros, pero para los expertos son claras, pues se basan en los síntomas

Cada vez se diagnostica a más niños en el mundo con trastornos de conducta como el déficit de atención (TDAH). Según un estudio reciente el uso de fármacos para tratar estos trastornos se ha triplicado desde 1993. Y cada vez más nos preocupamos por el hecho o la posibilidad de tener a un hijo medicado. Nos preguntamos si estará mi hijo enfermo o solo es un niño travieso. Para lo cual es bueno tener los síntomas claros.

Los niños con TDAH presentan problemas de atención, impulsividad, e hiperactividad. Para hacer un diagnóstico, señalan los expertos, esos síntomas tienen que ser persistentes y estar presentes en todos los ambientes en el que se mueve el niño, es decir, la casa, la escuela, etc. Además, debido a estos síntomas tienen dificultades para interactuar socialmente, problemas de comportamiento y mal rendimiento escolar.

Algunos datos sobre la enfermedad

  • El TDAH se da con mayor frecuencia en varones que en niñas. Pero su incidencia no presenta diferencias entre diversas áreas geográficas, grupos culturales o niveles socioeconómicos.
  • Actualmente, se estima que el TDAH afecta a entre un 5% y un 10% de la población infantil y juvenil, y que representa entre el 20% y el 40% de las consultas en los servicios de psiquiatría infanto-juvenil.
  • Es un trastorno heterogéneo del desarrollo de naturaleza neurobiológica. Es un desorden biológico que tiene amplias repercusiones en la conducta de quien lo padece.
  • Se caracteriza por una atención lábil y dispersa, impulsividad e inquietud motriz exagerada para la edad del niño.
  • Este trastorno es conocido desde 1902.
  • Lo que más caracteriza a un niño con este trastorno, es su falta de atención. Cualquier detalle lo distrae, a mayores estímulos su dificultad para concentrarse aumenta.
  • En casa tienen dificultades para seguir órdenes, parece que no escuchan cuando se les habla. Son desorganizados, nunca saben donde han dejado sus cosas, sus juguetes, pierden el material escolar y son descuidados.
  • En el colegio cometen errores por no fijarse en los trabajos o en las diferentes actividades a realizar. Con frecuencia saltan de una tarea a otra sin terminarla, ya que evitan situaciones que implican un nivel constante de esfuerzo mental.
  • Con frecuencia actúan de forma inmediata, sin reflexionar. Sin pensar en las consecuencias o en el riesgo o el peligro, ni para sí mismos, ni para los demás.

¿Cómo diferenciar a los niños traviesos de los que padecen TDAH?

Los críticos afirman que la mala conducta infantil se está sobremedicando y que se están utilizando etiquetas médicas para disculpar la rebeldía infantil. El problema hasta hace algunos años era que no había una prueba para el trastorno, y se diagnosticaba en base a un cuestionario subjetivo.

Por suerte la historia ha cambiado. Investigadores de la Universidad de Cardiff han conseguido establecer, por vez primera, las diferencias genéticas que presentan niños con trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) con respecto a los niños traviesos y sanos. Los científicos esperan que esta constatación  permita evaluar clínicamente con rigurosidad una condición muy prevalente en niños y jóvenes, así como ayudar a superar su estigma.

El descubrimiento es claro: el trastorno por déficit de atención con hiperactividad tiene un origen genético. La investigación evidencia que el TDAH es un trastorno del desarrollo neurológico. O, en otras palabras, que los cerebros de niños con TDAH son diferentes a los cerebros de otros niños.

Según declara la investigadora en un comunicado de la Universidad de Cardiff: “demasiado a menudo, la gente cree que este trastorno es causa de una mala educación o de una dieta pobre. Ahora se puede afirmar con confianza que el TDAH es una enfermedad genética, y que los cerebros de los niños que padecen esta condición se desarrollan de manera distinta”.

Por ello, si tienes dudas, lo mejor es consultar con un especialista. A veces nos alarmamos por conductas normales y otras pasamos por alto signos de alerta. La mejor forma de disipar la confusión será pidiendo ayuda profesional.

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forman parte de su naturaleza

La naturaleza infantil está llena de curiosidad y de necesidad de explorar. Esa inquietud puede ser en ocasiones avasallante, pero es preciso comprender que se trata del proceso normal del crecimiento y desarrollo de los niños.

“Muchas de las cosas que nosotros necesitamos pueden esperar, los niños no pueden, ahora es el momento, sus huesos están en formación, su sangre también lo está y sus sentidos se están desarrollando, a él nosotros no podemos contestarle mañana, su nombre es hoy.”

-Gabriela Mistral-

Y es que la infancia es una etapa muy hermosa, llena de retos tanto para los niños como para los padres, y las travesuras son parte intrínseca a ella.

Sin embargo, pareciera ser que hay algunos niños que son mucho más traviesos que otros, y esto se puede deber a diversas razones. Hablamos de los niños que hacen travesuras: cómo son y por qué.

Las travesuras en la infancia

Foto: Pexels

Antes de nada, es importante puntualizar que las travesuras son buenas, normales y naturales durante la infancia. Principalmente, se deben al afán exploratorio de los niños y a su naturaleza inquieta.

No es bueno etiquetar a los niños, a pesar de que habitualmente utilizamos las etiquetas sin ninguna mala intención. En este caso, hablamos de los niños que hacen muchas travesuras, los cuales suelen ser niños muy vivaces que se encuentran en una constante exploración del mundo que los rodea.

Sin embargo, algunos de ellos, en ese descubrir pueden llegar a presentar conductas que no son las más adecuadas, realizando acciones que pueden generar daños a objetos e incluso a otras personas, aunque esas acciones sean siempre bien intencionadas.

También es importante saber que durante los dos primeros años de vida la desobediencia no suele ser un problema muy grande, pero a partir de los tres años es cuando los niños pueden llegar a ser verdaderamente traviesos.

Insistimos en que esto no se trata de algo malo, sino de una conducta perfectamente normal y esperada para su edad.

Los niños que hacen travesuras son muy vivaces, y se encuentran en una constante exploración del mundo que los rodea, pero en ese descubrir pueden llegar a presentar conductas que quizás no son las más adecuadas.

¿Por qué mi hijo hace tantas travesuras?

Foto: Pexels

Son diversas las razones por las cuales un niño puede ser muy travieso. Recuerda que todos los niños hacen travesuras de vez en cuando, y que se trata de algo perfectamente normal.

Hay algunas razones por las cuales los niños pueden mostrarse muy traviesos, y es que su comportamiento puede indicarnos lo que sucede en su interior, sus pensamientos y emociones. Así, los niños muy traviesos pueden indicarnos que:

El niño comprende que es una persona independiente a papá y mamá

Y es que justo en esta etapa se produce una crisis en la que el niño comprende realmente que se trata de una persona diferente aparte de mamá y papá, comenzando una reestructuración del modo en el que se comprende a sí mismo con el mundo entero y de la relación con sus cuidadores.

“La infancia es una etapa maravillosa. No hay pasado, no hay futuro; sólo un presente que se mira con inocencia e ilusión”.

-Carla Montero-

Los cambios que provoca la escolaridad

Lo mismo vuelve a suceder alrededor de los seis años de edad, cuando se presenta otra crisis para el niño que implica cambios importantes, lo que justamente suele coincidir con la escolaridad. Al tener tantos cambios frente a sí mismos, es normal que los niños tengan conductas traviesas.

Anhelan nuestra atención

Una de las maneras en las que los niños nos muestran que necesitan mayor atención de nosotros como padres es hacer muchas travesuras.

La idea de ellos es conseguir atención, no importa si se trata de una manera positiva o negativa, y esto implica muchas veces hacer travesuras constantemente.

Aunque los niños son traviesos por naturaleza, a veces también pueden recurrir a las “trastadas” para obtener nuestra atención.

Aburrimiento

Otra de las causas más comunes del comportamiento travieso en los niños es el aburrimiento. Y es que cuando no tienen nada divertido que hacer, su naturaleza los llevará a explorar nuevas posibilidades, y eso implica muchas veces conductas que quizás no son las más adecuadas.

Poco tiempo con los padres

Otra de las razones frecuentes para que un niño se comporte de manera traviesa es que no cuenta con tiempo suficiente con sus padres, entonces busca llamar su atención para que puedan estar atentos a él.

Y con esto no pretendemos “culpabilizar” a nadie, ni mucho menos; tan solo entender algunas de las posibles causas de estas travesuras.

Temperamento y carácter

Por otro lado, las travesuras forman parte de la naturaleza intrínseca de los niños, y de su deseo innato de experimentar con el entorno que les rodea, de explorar, descubrir, aprender…

Y si a eso le sumamos que cada niño es un mundo, con su propio carácter y temperamento, entonces es fácil entender que hay niños que por su propia forma de ser (y por lo que han vivido con sus hermanos, la forma en la que han sido educados, etc. ), son más traviesos que otros.

¿Cómo saber si no es una patología?

En los últimos años han cobrado fuerza varias psicopatologías, y es que parece ser que cada día aumenta el número de diagnósticos de niños con trastornos conductuales y/o emocionales, así que es comprensible que puedas sentir algo de preocupación al respecto.

Trastornos relacionados con la hiperactividad, falta de atención y dificultades relacionadas con el control de los impulsos son cada vez más comunes, y por esta razón muchos padres se preguntan si sus hijos son solamente traviesos o hay algo más allá.

Foto: Pexels

Lo primero que necesitas saber es que este diagnóstico puede ser única y exclusivamente realizado por un profesional de la salud mental. Así que, si sospechas que tu hijo puede tener alguna dificultad, por favor consulta con un especialista para realizar una valoración exhaustiva.

Pero recuerda que es perfectamente normal que los niños sean traviesos, solo ten en cuenta si estas conductas son persistentes en el tiempo y si se presentan en todos los ámbitos de su vida como en casa, en el colegio, en el parque, etc.

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