Mi bebe se despierta muchas veces en la noche: Si tu bebé se despierta durante la noche, no estás haciendo nada mal… ¡es normal!

Mi bebe se despierta muchas veces en la noche: Si tu bebé se despierta durante la noche, no estás haciendo nada mal… ¡es normal!

Si tu bebé se despierta durante la noche, no estás haciendo nada mal… ¡es normal!

Si tu bebé se despierta muchas veces durante la noche, quizá pienses que estés haciendo algo mal o que tu bebé debe aprender a dormir de algún modo. Los padres piensan que si un bebé se despierta a menudo por la noche es porque ellos no están enseñándole bien a dormir, pero la realidad es muy diferente. Los padres no están haciendo nada mal y el bebé, tampoco, ¡ni mucho menos! Un recién nacido tiene unas necesidades y sus padres deben satisfacerlas para que el pequeño pueda crecer sano tanto física como mentalmente.

1. Entender que tu bebé no necesita aprender a dormir

Lo primero que tienes que pensar es que tu bebé no tiene que aprender a dormir, si no que tú como padre o madre, debes entender que un recién nacido tiene unas necesidades diferentes de sueño que los adultos. Por eso, los padres, pueden ser unos zombies durante unos meses, pero esto es normal y parte de la evolución y crecimiento de un recién nacido. Pasar sueño en los primeros meses de vida de un recién nacido es normal para cualquier padre. Los padres no deben pensar que están haciendo nada mal, el pequeño tampoco lo hace… Simplemente tiene unas necesidades. Si durante el día tienes sueño por no descansar bien durante la noche, aprovecha algunas siestas de tu pequeño para descansar también.

Un recién nacido necesitará despertarse por la noche, tienen un estómago muy pequeñito que hará que hagan la digestión muy rápida y que necesiten comer en poco espacio de tiempo. También, los bebés recién nacidos han estado 9 meses en el vientre de su madre, sintiendo la calidez y el confort que la protección del vientre materno les ha proporcionado, por lo que al nacer… Necesitarán estar en constante contacto con sus madres y padres, sentir el piel con piel, escuchar el latido del corazón de su madre o padre, sentir su calidez… Necesitarán en definitiva, sentir a sus padres cerquita para poder estar en pleno confort emocional, pero no necesitan aprender a dormir… Tú eres quién debe reestructurar el sueño durante un tiempo.

2. Necesita tus brazos, ¡y no lo estarás malcriando!

Hay madres y padres que tienden a pasar mucho tiempo balanceando a sus bebés y niños pequeños al principio de la noche para que de este modo, sus hijos puedan entrar en un mejor sueño. Pero el resultado es que el pequeño aprende a conciliar el sueño con tu ayuda, por lo que si se despierta a mitad de noche no podrá volver a dormirse solo porque necesitará tu ayuda para conciliar el sueño de nuevo.

Pero la realidad es que los bebés necesitan los brazos y el cariño de sus padres para poder encontrar la calma en este mundo incierto que deben conocer poco a poco. Lo ideal es que con el tiempo, cuando tu bebé pase de los tres o cuatro meses (o más tarde si crees que es conveniente), pruebes en dejarle en la cuna soñoliento pero despierto para que aprenda a que puede dormirse solo pero que tú estás cerca suyo todo el tiempo para atenderle si lo necesita.

3. Las siestas diurnas también son importantes

Dentro de lo posible, los bebés pueden dormir las siestas en su cuna o moisés. Si el pequeño a menudo se queda dormido en el cochecito o en un asiento de coche, asociará el movimiento con el sueño y tendrá dificultades para quedarse dormido sin que tenga estos movimientos. 

Las siestas diurnas si las hace en la cuna o en un moisés, recuerda que si quieres, también puede dormir contigo en tu pecho para sentir tu calor. Y si haces colecho, seguro que dormirá también fenomenal sintiéndote cerca. Es importante también que para evitar el síndrome de la cabeza plana en los bebés, le vayas cambiando de postura de vez en cuando.

4. Evita la cena justo antes de ir a dormir

Si tu hijo se duerme mientras está alimentándose, cuando se despierte durante la noche no querrá volver a dormirse hasta que no esté siendo alimentado (asocia alimentación con dormir). Es necesario cambiar esta rutina y evitar el problema dando la cena a tu bebé antes de empezar la rutina de ir a dormir. Además, es necesario darle de comer en una habitación que sea aparte de su dormitorio para que no asocie el sueño con la alimentación.

Es necesario dejar claro que los bebés necesitan el confort y la seguridad de sus padres para poder encontrar la calma, por lo que el amor, tus abrazos y tu calidez siempre serán tu mejor aliado para que se sienta feliz durmiendo, sabiendo que tienen a una mamá y a un papá que le aporta seguridad y amor incondicional.

5. Deja que tu bebé haga algo de ruido

Si escuchas a tu bebé hacer algo de ruido, no vayas corriendo al instante para ver qué ocurre. Dale la oportunidad de que lo resuelva por sí mismo, además, tú puedes vigilarle por el intercomunicador de bebés. Normalmente los bebés hacen ruidos y eso no significa que se estén despertando, y si lo hacen se volverán a dormir por sí mismos. Las personas adultas hacen ruido al dormir, y los bebés también. Para estar más tranquilo/a, ten enchufado el intercomunicador toda la noche si tu bebé duerme en otra habitación.

¿Qué hago? Dormía bien y ahora se despierta varias veces

El sueño de los niños es una de las mayores preocupaciones de los padres, porque la vida de los adultos ha ido adquiriendo unos horarios y unos ritmos que la vida de los niños y su naturaleza no respetan. Ellos duermen a su manera, se despiertan, nos despiertan, y poco saben ellos de que nos tenemos que levantar pronto para ir a trabajar (ni lo saben ni, en realidad, tienen por qué saberlo).

Por eso muchos padres son tremendamente felices cuando sus hijos duermen toda la noche y por eso muchos padres se preguntan qué han hecho mal o qué pueden hacer cuando de repente un niño que dormía plácidamente cada noche (lo que se dice dormir bien) vuelve a despertarse varias veces: ¿Qué hago? ¿Tiene mi bebé un problema?

El sueño de los niños evoluciona y cambia

El sueño de los niños, como hemos comentado en otras ocasiones, es evolutivo. Tan pronto puede estar despertándose 6 veces cada noche como puede pasar a apenas despertarse, y tan pronto puede estar despertándose una o dos veces como puede pasar a despertarse casi a cada hora.

Una época en la que esto suele suceder es hacia los 3 ó 4 meses, momento en el que el cerebro de los niños hace un pequeño “click”, adquiriendo nuevas fases del sueño y en definitiva madurando. Los bebés tienen apenas un par de fases, una de sueño ligero y otra de sueño profundo, pero los adultos tenemos varias más, ya que nuestro sueño va pasando de una a otra varias veces durante la noche.

Algunos de esos cambios de fase nos despiertan, aunque la mayoría de veces ni nos enteramos. Como mucho cambiamos un poco de posición, nos volvemos a tapar y poco más, y al día siguiente no somos capaces de explicar cuántas veces hicimos eso. Pues sobre esa edad que comento los niños adquieren muchas de esas fases, con la diferencia de que ellos no saben “redormirse” igual que nosotros, y se despiertan para pedirnos que les ayudemos a dormirse de nuevo (o sea, que la madre le ofrece el pecho y apenas da un par de chupaditas, que enseguida está otra vez dormido).

Muchos padres se quejan de ello y además añaden “es que no es por hambre, porque no come nada”, y tienen razón, aunque en algunos de esos despertarse sí comen, otros son sólo la queja para que les acompañemos de nuevo hacia el sueño.

Con el tiempo, a medida que les vamos acompañando en el proceso, los niños acaban por dormirse solos, como hacemos nosotros, sin la necesidad de que estemos con ellos y por ellos en cada despertar.

Esto puede suceder también más adelante, quizás hacia los nueve meses, quizás hacia el año,… suele llevar asociado algún nuevo hito del niño. Algo así como “ahora que he aprendido a gatear, voy a ver si de noche también lo sé hacer”, y te encuentras a tu hijo desplazándose por la cama o la cuna “¿pero-dónde-va?” o bajándose de la cama para ponerse de pie con los ojos cerrados “¿pero-qué-hace?”. A veces puede ser que no entrene de noche, sino que simplemente recuerde en sus sueños todo lo que ha conseguido, aprendido y descubierto y que todo ello no le deje dormir a pierna suelta.

Sea cual sea el motivo no hay que hacer nada especial, sino simplemente acompañarles en los despertares para que vuelvan a dormirse. A veces basta con nuestra manita tocándoles y un susurro, a veces con ponerles el chupete, a veces con darles un poco el pecho, a veces con acercarlos a nuestro cuerpo para que sientan nuestro calor.

El caso es no dejar que se despierten cada vez más, ni dejarles llorar (sigo leyendo consejos de no acudir, de esperar, y no los entiendo, porque a muchos niños les cuesta luego horrores volver a dormirse, ya desvelados), sino ayudarles esperando pacientemente el día en que ellos solitos vuelvan a dormirse, el día en que sin entenderlo demasiado, te levantes una mañana y te des cuenta de que esa noche no se ha despertado ni una vez.

Pero, ¿y si el cambio es muy brusco?

Vale, acabo de decir que un niño que dormía bien puede empezar a despertarse por la noche, siendo algo normal. Sin embargo, hay ocasiones en que el cambio es muy brusco, pues el niño pasa quizás de despertarse una vez a hacerlo en muchas más ocasiones, sin apenas dormir más de media hora o una hora seguida. En tal caso habría que descartar que hubiera una causa (podría ser normal también, pero podría no serlo).

Esta causa pueden ser las vivencias que tiene durante el día, las relaciones que establece con otro niños o con otros adultos y deberíamos indagar para ver si algo ha cambiado en su día a día que le está afectando al sueño.

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